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Hermann Hesse: Sinopsis:
El caminante (1920):
Las prosas y poesías de este tomo se cuentan entra las más hermosas de Hermann Hesse. Fueron escritas en 1918, tras un largo período de abstinencia literaria durante el cual Hesse se dedicó a asistir a los prisioneros de guerra, y documentan una de las fases más importantes de su evolución: el distanciamiento de los rituales de la existencia y la seguridad burguesas, el paso de la vida activa a la vida contemplativa. Son el preludio de las obras posteriores de Hesse, aparecidas en rápida sucesión: El último verano de Klingsor, Siddhartha, En el balneario y el Lobo estepario.

Siddhartha (1922):
Novela alegórica que relata la vida del joven Siddhartha, un hombre para quien el camino de la verdad pasa por la renuncia y la comprensión de la unidad que subyace en todo lo existente y que, finalmente, se convertirá en Buda. En sus páginas, el autor ofrece un registro muy original en el que se unifican elementos líricos y épicos, incluyendo narración y meditación, elevación de la más alta espiritualidad, y, al mismo tiempo, descarnada sensualidad: Hesse buceó en el alma de Oriente a fin de aportar sus aspectos positivos a nuestra sociedad. Siddhartha es la obra más representativa de este proceso y ha ejercido una gran influencia en la cultura occidental del siglo XX. «La verdadera profesión del hombre es encontrar el camino hacia sí mismo».

El caminante (1925):
A lo largo de toda su vida, y antes de que comenzara a escribir leyendas sobre temas antiguos, Hermann Hesse ya se había ocupado detenidamente la tradición narrativa del medioevo alemán. En 1918 recopiló narraciones para una edición expresamente dirigida a los prisioneros de guerra alemanes. Pero fue en 1925 cuando tuvo la oportunidad de publicar una selección más extensa de Leyendas Medievales de «aquella época fabulosa que creó, además de la brujería, el culto a la Virgen, además de salvajes facecias, la leyenda de Parsifal, además del arte de las máscaras de grotesca risa, las grandes catedrales góticas». Esta selección recoge vez todos estos cuentos ilustrativos de la vida y del pensamiento de los siglos XIII a XV. Hesse aclara «Su ropaje es viejo, el contenido no es viejo ni nuevo, sino intemporal y siempre merece toda nuestra renovada participación, como todo lo humano la merece».

El lobo estepario (1928):
Una de las lectura más impactantes y que más suelen recordar quienes la emprenden. Por un lado, la historia que narra es un alucinante viaje a los temores, angustias y miedos a los que se ve abocado el hombre contemporáneo. Pero por otro, la pericia narrativa de Hesse llega en esta novela a su punto culminante, pues mediante la combinación de voces narrativas y de puntos de vista nos ofrece diversas dimensiones de un personaje que intenta vivir al margen de las convenciones sociales. Es sin duda la obra a que más estrechamente ha quedado asociado el nombre de Hesse. Se trata de la descripción entre la fantasía y la realidad de la vida de un hombre solitario, culto, desesperado, antisocial, ateo y suicida en potencia, que acaba convencido de tener un alma mixta de hombre y de lobo estepario y que alcanza su verdadero concepto de la felicidad a través de una serie de experiencias transgresoras en medio de una sociedad burgesa, a la que aborrece, a través de la amistad con personas a las que nunca habría frecuentado en condiciones normales. Se puede leer como una obra transgresora, rebelde e inmoral o, por el contrario como una metáfora del valor de la vida y la muerte, del odio y del amor en las sociedades modernas huérfanas de valores, en definitiva del destino del hombre. Quizá entre lo más singular de esta novela esté que se trata de una obra muy leída por los adolescentes, que descubre un modo duro de enfrentarse a la sociedad, a las relaciones sentimentales y a la muerte. Está considerada como la obra cumbre de un gran autor.

Viaje al Oriente (1932):
Como en todos los viajes iniciáticos, en Viaje al Oriente lo que cuenta no es la meta esquiva e imprecisa, sino el recorrido en sí mismo, el proceso que lleva a sus protagonistas hacia el descubrimiento de una nueva realidad, que pasa por la muerte simbólica y el renacimiento espiritual. Esta novela es, junto con Siddharta, la más importante contribución de Herman Hesse al tema del desarrollo interior del hombre y la búsqueda del sentido de la existencia. Se trata de una novela breve claramente alegórica, en el que un singular viaje colectivo hacia Oriente, una especie de mística Cruzada emprendida por una misteriosa hermandad, sirve de base para un vigoroso y poético alegato a favor de otro tipo de relaciones, más auténticas y profundas, con uno mismo y con el mundo. Es un viaje fantástico que, como los viajes de la imaginación y de los sueños, se salta las barreras del espacio y del tiempo, pues su objetivo no es otro que el de englobar la experiencia humana en un todo armonioso y significativo.

El juego de los abalorios (1943):
Novela escrita tres años antes de recibir el Premio Nobel de Literatura, escrita a modo de crónica de un narrador anónimo de la mítica Castalia, hacia el año 2400. Gira en torno al extraño juego del que toma título, abarcador de todos los contenidos y valores de la cultura, y que permite el desarrollo del espíritu mediante portentosas composiciones; todo ello vinculado al advenimiento del Tercer Reino del espíritu, unificación de todos los tiempos del hombre. La vida del protagonista, el magister ludi Josef Knecht, maestro de una orden del futuro basada en la vida contemplativa, la meditación y en la sublimación del juego, es narrada desde su más tierna infancia; conocemos todos sus pasos por los diferentes escalafones de la orden, sus dudas, sus angustias, sus relaciones, sus escritos, toda su vida en contraposición con el mundo externo a la orden, donde vive uno de sus amigos de la infancia. El juego de los abalorios es el testimonio de toda una vida, crítica constructiva de nuestra época, utópico esbozo de un mundo por venir y, sobre todo, síntesis y armonización de saber y de fe; obra maestra que, pese a revestir cierta complejidad, consigue entretener, asombrar y seducir por la magia narrativa de un escritor que, a fuerza de talento y creatividad, constituye uno de los máximos referentes de la literatura alemana.

Elogio de la vejez (1952):
Ofrece una recopilación de las consideraciones de Hesse sobre la vejez, esa etapa de la vida en la que las cosas y el entorno adquieren un agradable surrealismo, y en las que los recuerdos superan en veracidad a los acontecimientos reales. Para Hesse, que escribe con la perspectiva que dan los años, la vejez es ese tiempo de transición en el que, en busca de una especie de equilibrio ante los achaques del cuerpo, reactivamos «aquel tesoro en imágenes que llevamos en la memoria tras una vida larga, imágenes a las que, al reducir nuestra actividad, damos una dimensión muy diferente a la concedida hasta entonces. Personajes humanos, que ya no están sobre la Tierra, siguen viviendo en nosotros, nos pertenecen, nos proporcionan compañía y nos miran con ojos cargados de vida».

 

 

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