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Günter Grass (1927- ):
Escritor alemán, una de las figuras capitales de la literatura alemana después de la II Guerra Mundial. En 1999 fue galardonado con el prestigioso Premio Nobel y ese mismo año recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Nació en Danzig (ahora Gdańsk, Polonia). Después de servir en la fuerza aérea alemana durante la II Guerra Mundial, estudió en la Academia de Artes de Düsseldorf y en la Academia de Bellas Artes de Berlín. Las primeras obras que escribió fueron unas piezas dramáticas, Tío, tío y Los malos cocineros (1961) que no tuvieron tan buena acogida como los textos narrativos que las siguieron. Su primera novela, El tambor de hojalata (1959), obtuvo un enorme éxito, y más tarde fue llevada al cine por Volker Schlöndorff. Después llegaron El gato y el ratón (1961), Años de perro (1963), El rodaballo (1977), El encuentro de Telgte (1979) y Partos mentales (1980). Político comprometido, Grass ha ofrecido algunas veces su apoyo al Partido Socialdemócrata. Sus escritos políticos están recogidos en varios libros, como Alemania, una unificación insensata (1989), Malos presagios (1992) o Discurso de la pérdida: sobre el declinar de la cultura en la Alemania unida (1993). Sobre este mismo tema, escribió la novela Es cuento largo (1997), en la que de nuevo plantea lo que él considera la esquizofrenia alemana de la reunificación. En 1999 apareció Mi siglo, una colección de 100 relatos cortos, uno por cada año del siglo XX. Con la novela A paso de cangrejo (2002), vuelve a profundizar en la historia alemana; en esta ocasión, aborda el sufrimiento de los propios alemanes durante la II Guerra Mundial a través del relato del hundimiento, en 1945, de la embarcación Wilhelm-Gustloff en el mar Báltico. Cinco decenios (2003) recoge sus reflexiones sobre la relación entre literatura y artes plásticas. En su literatura se mezcla, de una forma nada convencional, el realismo, lo macabro, la fantasía y el simbolismo, todo al servicio del tema de la culpabilidad colectiva. Sus obras presentan habitualmente la lucha de un hombre, a menudo él mismo, grotesco en su morfología o en sus percepciones, por preservar su individualidad en medio de lo que concibe como la pesadilla materialista de la vida contemporánea. En toda esta obra narrativa se descubren numerosos detalles autobiográficos y episodios basados en la propia experiencia del autor; pero sería en 2006 cuando Grass publicaría su autobiografía, Pelando la cebolla, que causó gran controversia, al confesar en sus páginas haber formado parte de una unidad de las Waffen-SS con 17 años. Al año siguiente, el autor respondería a esta polémica, con el libro de poesía Dümmer August. (Encarta)


El tambor de hojalata (1959):
Fue considerada de difícil lectura cuando se publicó en 1959. El tiempo le ha otorgado la facilidad de las obras maestras, la indiscutible afirmación de su propio genio, la talla enorme de su desmesurada inventiva, la clara penetración de su crítica cruel, casi masoquista (de alemán sobre Alemania). La historia de Óscar, el pequeño que no quería crecer, es uno de los símbolos literarios más entrañables de nuestro tiempo. El tambor de hojalata es, sin ninguna exageración, uno de los libros que el siglo XX dejará en la Historia de la Literatura. Nadie sabrá leer nuestro presente sin haberlo leído. El día de su tercer cumpleaños es una fecha determinante en la vida de Oscar, el pequeño que no quería crecer. No sólo es el día en que toma la decisión de dejar de crecer, sino que recibe su primer tambor de hojalata, objeto que habrá de convertirse en compañero inseparable para el resto de sus días. La crítica mordaz, la ironía despiadada, el espectacular sentido del humor y la libertad creadora con que Günter Grass construye esta obra maestra convierten a El tambor de hojalata en uno de los títulos más destacados de la historia de la literatura.

El gato y el ratón (1961):
Encontramos el mismo escenario de obras anteriores, Danzig; un periodo de tiempo que ya había tocado, 1939-1945; un grupo de personajes que ya había aparecido en otros libros suyos. Sin embargo, hay un elemento que por primera vez trata una extensión: el amor. El grupo de adolescentes que en el primer verano nadan hasta un barco semihundido y lo convierten en mítica isla donde fantasear aventuras personales es el mismo que muy poco tiempo después, recién abandonado el pantalón corto, tendrá que ir al frente. Es la crónica apasionada de unas adolescencias quebradas por la guerra, que les hace salir de su mundo juvenil para enfrentarse con la catástrofe de un entorno en conflicto y en descomposición.

Años de perro (1963):
Tercera parte de la Trilogía de Danzig. Un enorme fresco de la Alemania en que nace, se desarrolla y desaparece el arrebato imperial del nacionalsocialismo. Su propia técnica es ya una sátira, un ajuste de cuentas con la megalomanía cultural e histórica que culmina en el nazismo. Todo en esta novela es original, porque había que reinventar el lenguaje y la narrativa para describir los horrores nuevamente inventados. Hoy, cuando el pensamiento brutal y quirúrgico de las ideologías fascistas es una amenaza tanto como entonces, Años de perro recupera el valor de un aviso urgentísimo.

Mi siglo (1999):
No son en realidad cien relatos (uno para cada año) los que componen el libro, sino más bien cien viñetas, cien escenas, cien grabaciones que reflejan, cada una, un momento histórico determinado. En esa supuesta transcripción de múltiples voces, que recorren escalas sociales y geografías diversas, no hay nada de moralizador, aunque se advierta siempre detrás un pensamiento crítico y una ironía. «Yo, intercambiado conmigo, estuve presente año tras año», es el comienzo significativo. Como de costumbre, Grass confía en sus lectores y no cree necesario explicarles cada personaje ni decirles en qué contexto han de situar cada frase, sabiendo que su libro podrá leerse a distintos niveles de conocimientos históricos y experiencia política. Una joven auditora de empresas puede no saber hoy quién fue Puskas; un estudiante de medicina, no estar muy seguro de lo que pasó en Berlín la noche de los cristales rotos; a otros sólo vagamente les sonarán los nombre de Jünger o Remarque. No importa. Mi siglo es, probablemente, la obra más amena de Günter Grass, aunque no la de menos peso, porque sobre ella gravita toda la sabiduría humana de un escritor espléndidamente maduro, que no sólo ha sido testigo directo de una buena parte del siglo XX, sino también, a su pesar a veces, el portavoz más insobornable de la mejor de las Alemanias.

A paso de cangrejo (2002):
A través de tres generaciones de una misma familia, participamos en la investigación de un hecho de la Segunda Guerra Mundial: el hundimiento del buque Wilhelm Gustloff en 1945 por un submarino ruso. En la acción murieron un gran número de mujeres y niños que huían del avance soviético. Ninguno de los dos bandos dio publicidad al hecho: los alemanes para no minar la moral de la población y los rusos para no difundir el asesinato de tantas víctimas civiles. Una de las supervivientes, Tulla, da a luz a un niño a los pocos minutos de ser rescatada. Tiempo más tarde, este niño crecerá para dejar la Alemania oriental y pasar al oeste a estudiar Periodismo. Lejos de dedicar su vocación a esclarecer para siempre el acontecimiento, Paul se convertirá en un periodista mediocre y sin compromisos. Será su hijo Konrad, un muchacho solitario apasionado por la informática, quien comience a destapar la verdad… La voz de Günter Grass vuelve a resonar en las conciencias de los europeos para recordarnos que el nazismo es una realidad capaz de resurgir. Una novela apasionante que es también un fino análisis de la realidad y otra llamada de alerta de uno de los grandes intelectuales de nuestro tiempo.

 

 

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