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Tipos de narrador: Novelas:
Existen muchas formas de narrar una historia y muchos tipos de narrador. La persona que nos cuenta la historia determina la actitud que debe tomar el lector y puede forzarlo a cambiarla a lo largo del relato. El narrador es una figura de gran importancia dentro de una novela. Es quien nos cuenta la historia y de él dependerá que ésta tenga la verosimilitud y credibilidad que requiere. Es esencial tener en cuenta el papel que juega este elemento para tratarlo con la delicadeza que requiere. Toda historia se ve muy influenciada por quién la cuenta, tanto en la vida real como en un libro. Se tiende a creer que el narrador está siendo sincero al contar la historia, pero no tiene por qué ser así. En la primera línea de la Ilíada Homero se dirige a la musa para que por su mediación en el orbe se escuchen los hechos del cerco de Troya. Las tres primeras palabras de la Constitución de EE.UU., Nosotros, el pueblo / We the People, no se refieren a los representantes de la Convención.

Narrador en primera persona:
Se cuenta la historia desde el yo, a través de los ojos y opiniones de un personaje. Puede ser el protagonista o un secundario. Si el narrador no muestra rasgos reprensibles el lector tiende a compartir sentimientos, tomarle apego y ponerse de su parte. En la novela psicológica se recurre con frecuencia al flujo de conciencia o monólogo interior. Cuando el autor recurre al monólogo interior suelen abundar los cambios radicales del foco del pensamiento, interrupciones repentinas o repeticiones dubitativas. Rebeca - Daphne du Maurier (1938) comienza con: Anoche soñé que volvía a Manderley, que sitúa instantáneamente al lector en un recuerdo del pasado. Moby-Dick - Herman Melville (1851) comienza con: Llamadme Ismael, único testigo del naufragio del ballenero Pequod. La familia de Pascual Duarte - Camilo José Cela (1942) comienza con: Yo, señor, no soy malo, relación de desventuras de un bruto hombre de campo reo por asesinato.

Tristram Shandy - Laurence Sterne (1759) es una novela narrada en primera persona y con estilo pretendidamente desarreglado. Lo que en principio se entiende como la autobiografía de Shandy se convierte en una excusa para narrar otras historias que van empujando a la historia principal hacia un segundo plano. Sterne interrumpe continuamente con digresiones el hilo conductor, impidiendo cualquier avance lineal en la trama. Sobre ella dijo Samuel Johnson que nada extravagante puede perdurar pero Schopenhauer la incluyó entre las cuatro mejores novelas jamás escritas.

Mientras agonizo [As I Lay Dying] - William Faulkner (1930) está narrada mediante la técnica de flujo de conciencia con 15 narradores. Se van relevando los pensamientos de cada uno de los miembros de la familia Bundrens. Al igual que en otras novelas de Faulkner, la historia transcurre en el imaginario Yoknapatawpha County (Misisipi).

Narrador en tercera persona:
Es el recurso usado con mayor frecuencia. Alguien, implicado en la historia o no, cuenta en tercera persona lo sucedido. Es un observador, pero dentro de ese papel puede ser de dos tipos. Las situaciones son susceptibles de complicarse al aparecer nuevas tramas. Hay obras en que aparece una novela dentro de una novela, que además se enlazan estrechamente porque un hecho de la segunda se convierte en desencadenante de la primera.

Omnisciente: El narrador lo sabe todo, como un Dios que mira. Alberga un conocimiento superior al del protagonista y al de los secundarios. Tal conocimiento ilimitado permite hacer aseveraciones que atraviesan presente, pasado y futuro. Puede apuntar vagas premoniciones o hacer referencias a hechos del pasado que aún no ha contado al lector. Para caracterizar a personajes puede recurrirse a flashbacks para revisitar momentos de gran relevancia.

Limitado: Tiene un punto de vista y conocimiento de la acción igual a los personajes. El lector ve lo que ven ellos y desentrañan la historia a la vez. El lector puede detectar sesgos en los juicios de valor del narrador que no comparte o rechaza. Algunas novelas parten de un relato escrito supuestamente encontrado por el narrador. En ellas el narrador complementa el texto original con información adicional pero conoce menos sobre los hechos que el protagonista que ya no está presente. En la novela psicológica se repite la aparición de diarios íntimos y cartas. Entrevista con el vampiro - Anne Rice (1976) es un relato de un relato. Louis, testigo de escenas horribles durante varios siglos, se encuentra sumido en un estado de desánimo y desesperanza. Cuenta su larga vida junto a Lestat, su despiadado creador, a un periodista que decide implicarse en la trama.

Narrador en segunda persona:
El menos utilizado de todos, pero tan válido como los dos anteriores. Es un narrador que apela directamente al lector, o bien mediante el tú o el vosotros. Consigue que el lector se inmiscuya inmediatamente en lo que se le cuenta porque lo apela directamente. Se suele usar en el género epistolar o, simplemente, porque el autor decide que es la mejor manera de contar su historia.

Diario de invierno - Paul Auster (2012) es una novela autobiográfica en forma de diario sin estructura cronológica. Si se busca una estructura ésta podría ser la de temas que se abordan repetidamente como vivencias que se deben afrontar y la muerte de seres queridos. Los hechos los explica un alter ego de Auster con el nombre de Peter. Todo un ejercicio de empeño en la sinceridad donde el autor accede a mostrar sus principales intimidades y debilidades. La noche del Oráculo - Paul Auster (2003), con la literatura como tema central, describe un complejo proceso de creación de un escritor trasunto de Auster. Los personajes imaginados por el personaje-autor-protagonista Sidney Orr llegan a confundir al lector.

Cinco horas con Mario - Miguel Delibes (1966) es un monólogo lleno de reproches de una viuda mientras vela el cadáver de su marido. Por las reaccionarias ideas políticas y sociales que va desvelando el espectador se sitúa en contra de la viuda. El lenguaje coloquial y el desorden temporal son consecuencia del carácter de "flujo de conciencia" que tiene la narración Saramago en ocasiones se dirige al lector para pedirle que se esfuerce en modificar temporalmente su forma de ver las cosas.

Se pueden distinguir diferentes tipos de narrador según cómo se cuente la historia.

El narrador desapegado:
Describe de manera objetiva lo que ocurre, sin opiniones. Es sutil y, a veces difícil, pero gratificante para el lector, que añade su interpretación a la historia, sin verse influido por el narrador. A sangre fría - Truman Capote (1966) detalla un crimen con estilo descriptivo. Ensalzada por su realismo, se quiso ver en la obra el comienzo de un nuevo género, novela testimonio [nonfiction novel]. Dio origen en la década de 1960 a la corriente periodístico-literaria conocida como nuevo periodismo. Busca llevar a cabo una investigación periodística exhaustiva basada en hechos reales y explicar la historia con un tono literario. Uno de los primeros estudiosos del movimiento fue el escritor y periodista Tom Wolfe, en un artículo del New Yorker, donde estructura las principales características: Construir un texto escena por escena. Incluir gran cantidad de diálogos. Definir con detalle a los personajes. Adoptar siempre un punto de vista determinado para explicar la historia. La noción que Tom Wolfe tenía de la novela de no-ficción era de gran pureza en contenido periodístico, algo así como periodismo que puede ser leído igual que una novela. Contraponiendo hechos y calificándolos con los adjetivos apropiados el autor consigue mostrar los dilemas morales de acontecimientos y conductas. Entre los hechos menores que ocurren de forma simultánea se eligen unos determinados a remarcar frente a otros no mencionados. Es necesario permanecer en un estado vigilante para que la información tratada forme un conjunto verosímil y fiel a la realidad. La Colmena - Camilo José Cela (1951) limita mucho qué se aborda sobre los múltiples personajes, como si fuese una cámara que registra lo que puede verse. El informe Brodie - Jorge Luis Borges (1970) transcribe los hechos como si se tratase de un documento oficial o una crónica, presentándolos como auténticos.

El narrador comentarista:
Aunque no participe en la historia, introduce reflexiones sobre lo que sucede. Al enmarcar historias dentro de situaciones convulsas europeas Stendhal intercala elogios sobre la figura de Napoleón, a cuyo servicio estuvo dentro de un cuerpo militar. A Stendhal no le bastó con estas pinceladas y se entregó de lleno al elogio en su libro Vida de Napoleón (1818). Como las moralejas de las fábulas puede haber una conclusión con la que se pretende dar una lección. Describir personas, que equivale un poco a calificarlas, es más subjetivo que describir hechos. En novelas escritas durante la posguerra, época de rápidos cambios sociales, se detecta buen número de comentarios que años más tarde dejaron de ser políticamente correctos. En esos años se crearon subgéneros que se dirigían a grupos específicos como adolescentes, mujeres o familias cristianas. Vivir con Juan Ramón de Zenobia Camprubi es una novela de carácter autobiográfico que no entra en la definición de diario. En 1954 publica Juan Ramón y yo, trabajo autobiográfico cercano al diario personal. En Viaje a Portugal (1981) Saramago cuenta al lector sus impresiones personales refiriéndose a sí mismo como el viajero.

 

 

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