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Humor británico s.XX: Sinopsis
Entre los autores más citados están P. G. Wodehouse (1881-1975), Saki (1870-1916), Evelyn Waugh (1903-1966), Tom Sharpe, Roald Dahl, Alan Bennett, Julian Barnes, Martin Amis, Ian McEwan, Douglas Adams y Nick Hornby.

Wilt - Tom Sharpe (1976):
Henry Wilt tiene un sueño dorado: asesinar a su esposa, con la que lleva doce años de amargo matrimonio. Tampoco su situación profesional es demasiado estimulante: es profesor de Humanidades en una escuela de Artes y Oficios. Pero tiene la suerte de poder dedicar el tiempo de sus clases a idear fantásticas quimeras sobre la mejor forma de llevar a cabo el asesinato perfecto de su mujer. El azar, la desaparición de su esposa y la generosa imaginación del autor hacen que Wilt se vea acusado de un asesinato que no ha cometido. Se había limitado a entrenarse, practicando sus sueños criminales con una muñeca hinchable. Una serie de situaciones disparatadas arrastran al comisario que investiga el caso al borde de la locura.

¡Ánimo Wilt! - Tom Sharpe (1984):
La endiablada capacidad de crear conflictos de Wilt, llega en esta novela a sus más altas cotas de peligrosidad. En los lavabos del Politécnico donde es profesor aparece muerta por sobredosis la hija de un distinguido lord británico. Una inmejorable oportunidad para que el amargado inspector Flint reavive sus ansias de venganza, tras su fracaso en el caso de la muñeca hinchable.

El inimitable Jeeves - P.G.Wodehouse (1923):
Wodehouse fue un autor prolífico y longevo que dejó gran número de obras durante sus más de 70 años de trabajo. El enamoradizo Bingo Little, amigo de Bertie, otro hombre anclado en una permanente preadolescencia, ha hecho una vez más honor a su fama. El objeto de sus desvelos es Mabel, camarera en un modesto restaurante. Y como suele suceder con Bingo, la pasión le invade, le tortura, y sus sufrimientos amorosos sólo pueden resolverse mediante el matrimonio… o el suicidio. ¿Y por qué no el primero, se preguntará el lector, puesto que es menos irrevocable que la muerte? En esta obra hace su primera aparición el personaje de Jeeves. Con El castillo de Blandings (1935) Wodehouse comienza una serie que describe con fina ironía la Inglaterra eduardiana rural, tradicional y aristocrática, inocente y optimista.

El código de los Wooster - P.G.Wodehouse (1938):
[The code of the Woosters] Bertie se recupera de una agitada despedida de soltero que la noche anterior tuvo como protagonista a su amigo Gussie Fink-Nottle. Aún convaleciente, recibe la llamada de su amada tía Dalia que le ordena ir a una tienda de antigüedades para «burlarse de una lechera de plata con forma de vaca». El insólito pedido tiene por objeto minar la confianza del propietario de la tienda y por lo tanto reducir el precio de la pieza antes de que sea adquirida por el marido de tía Dalia, un coleccionista llamado Tom Travers, para quien la posesión de este objeto es de vital importancia. En la tienda, Bertie tiene su primer encuentro con Sir Watkyn, otro coleccionista de monedas de plata, y Spode, con cuya tía Sir Watkyn está planeando casarse. Más tarde se entera de que, gracias a solapadas artimañas, Sir Watkyn ha obtenido la posesión de la lechera por delante del tío Tom y a partir de allí se dispara el «código de honor de los Wooster», que obliga a Bertie a robar la lechera, con la desgracia de que él no es el único interesado en el objeto. Surgen toda clase de complicaciones y enredos disparatados, donde no faltarán tías, amenazas de compromisos de boda, el robo del casco de un policía, mucho brandy… Y, como siempre, será Jeeves quien acabe componiendo las cosas.

Llamen a Jeeves - P.G.Wodehouse (1953):
La única historia de Jeeves en la que Bertie Wooster no hace ninguna aparición, implica a Jeeves en una comisión de servicios de mayordomo y factótum general para William Egerton Bamfylde Ossingham Belfry, noveno conde de Rowcester. A pesar de su impresionante título, Bill Belfry está arruinado, lo que podría explicar por qué él y Jeeves han estado trabajando como corredores de apuestas, disfrazados con bigotes falsos y trajes de cheque. En España se editó en 1960 Obras de P. G. Wodehouse, que recopila 6 libros de la saga, 1923-1938 (¡Muy bien, Jeeves! - ¡Adelante, Jeeves! - ¡Gracias, Jeeves! - El código de los Wooster - De acuerdo, Jeeves - El inimitable Jeeves).

¡Noticia bomba! - Evelyn Waugh (1938):
A primera vista Boot está muy lejos de ser un audaz reportero, pero una confusión en los apellidos le empuja como corresponsal a la primera línea de la guerra civil de una república africana. Cruel sátira del mundo del periodismo, mantiene su actualidad y su radical influencia dentro y fuera de la literatura británica.

Guía del autoestopista galáctico - Douglas Adams (1979):
Un jueves a la hora de comer, la Tierra es demolida. Una flota de naves alienígenas que aparece en la atmósfera unos minutos más tarde avisando de que la Tierra va a ser demolida para construir una ruta de circunvalación espacial. Como única explicación aportan la de que los planos del proyecto llevan cincuenta años expuestos en el departamento de planificación local, en el sistema Alfa Centauro. Arthur Dent, un tipo que esa misma mañana ha visto cómo echaban abajo su propia casa, considera que eso supera lo que una persona puede soportar. Huirá de la Tierra junto a un amigo suyo, Ford Prefect, que resultará ser un extraterrestre emparentado con Zaphod Beeblebrox, un pirata esquizoide de dos cabezas, en cuya nave conocerá al resto de personajes que lo acompañarán: un androide paranoide y una terrícola que, como él, ha logrado escapar. Douglas Adams fue el creador de toda una serie de manifestaciones de la Guía del autoestopista galáctico: primero fue novela radiofónica, luego se convirtió en libro, series televisivas y teatrales, un juego de ordenador, cómics y toallas de baño. El artículo de Rubén Díaz para Jot Down titulado Así mató Hollywood al autoestopista galáctico (2014) ejemplifica cómo el cine sin el necesario talento no consigue estar a la altura de novelas que desbordan imaginación. Entre los mejores 50 libros de ciencia ficción según a leer que el Autoestopista figura en cuarto lugar. [+]

El libro de Rachel - Martin Amis (1973):
Inteligente, frívolo, descarado, narcisista incluso cuando le sale un grano en la nariz, Charles Highway, el narrador y protagonista de esta excelente y divertidísima novela, es un joven que, a falta de ritos de paso institucionalizados, se inventa uno por cuenta propia. Cuando le falta poco para cumplir los veinte años se da cuenta de que todavía no se ha acostado con ninguna mujer, aunque lo haya hecho con montones de chicas de su edad, y decide que su obligación ineludible es tener esa experiencia a modo de despedida de la inmadurez. Charles Highway, niño prodigio y neurótico precoz, es un joven con altas aspiraciones literarias, y lo que pudo haber sido un ligue más se le convierte en una complicadísima operación autobiográfica y autoanalítica que da, como resultado final, este Libro de Rachel. Un libro en el que tienen cabida desde la revolución sexual, los años setenta y el rock hasta el conflicto de generaciones y el propio mito de la juventud, todo ello observado desde un punto de vista satírico y escéptico. A esta actitud rabiosamente moderna se unen una prodigiosa naturalidad y un gran talento literario, que convirtieron la publicación inglesa de esta obra en un auténtico acontecimiento.

Solar - Ian McEwan (2011):
Michael Beard es un físico que recibió hace años el Premio Nobel y desde entonces vive apoltronado en sus laureles. Tiene ahora cincuenta y pocos años y su quinto matrimonio está tocando a su fin porque Patrice, la quinta esposa, diecinueve años menor que él, descubrió su aventura con una matemática y reaccionó con una euforia inesperada. Se mudó a otra habitación y comenzó una relación con Rodney Tarpin, el constructor que les rehabilitaba la casa, veinte años menor que Beard, quien ahora sufre por la bella Patrice. Aunque quizá su dolor se deba a que desde hace años es sólo un burócrata, el director de un instituto para la investigación de las energías renovables que es poco más que un artilugio político. Entre los becarios del instituto se encuentra Tom Aldous, que tiene proyectos más ambiciosos. Y cuando una noche Tom conoce a Patrice, la combinación de adulterio en las clases ilustradas y esperpento científico deviene una comedia (la novela obtuvo el Premio Wodehouse) de enredos, negra en el más puro estilo Hitchcock, con cadáver incluido.

 

 

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