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Víctor Hugo:
Hernani (1830):
«Soy una fuerza que impulsan, soy el agente ciego y sordo de los misterios fúnebres, soy el alma de la desgracia impregnada de tinieblas. ¿Dónde voy? No lo sé. Sólo sé que me impulsa con soplo impetuoso un destino insensato». España, 1519. La bella doña Sol de Silva es amada apasionadamente por el desterrado Hernani, quien al no poder vivir sin ella rompe todo vínculo social y se reúne en el monte de los Bandidos. La intensidad de esta pasión desgarra el corazón del héroe, quien además deberá luchar con el pérfido Don Carlos. Con sus elementos góticos, su carácter excesivo y sus muchas intrigas, Hernani, estrenado en el Théâtre Français de París el 25 de febrero de 1830, es el nacimiento mismo del drama romántico.

Nuestra señora de París (1831):
En el París del siglo xv, con sus sombrías callejuelas pobladas por desheredados de la fortuna y espíritus atormentados, la gitana esmeralda, que predice el porvenir y atrae fatalmente a los hombres, es acusada injustamente de la muerte de su amado y condenada al patíbulo. Agradecido por el apoyo que en otro tiempo recibió de ella, quasimodo, campanero de nuestra señora, de fuerza hercúlea y cuya horrible fealdad esconde un corazón sensible, la salva y le da asilo en la catedral. Nuestra señora de París ha dado lugar a numerosos libretos de ópera y a varias versiones cinematográficas.

El rey se divierte (1832):
Triboulet es todo lo contrario a un héroe común: un bufón de la corte, deforme y cruel, que anima a Francisco I a los peores excesos. Es un ser doble, a la vez monstruo y hombre de sentimientos admirables. De hecho, la puesta en escena, notablemente inquietante, revela su desesperación y rabia: quiere vengar a su hija, demostrando amor paternal. Victor Hugo, con El rey se divierte, cuyo argumento servirá de base para Rigoletto (1851) de Giuseppe Verdi, crea un héroe trágico, que combina en una sola persona los dos aspectos del drama romántico: lo grotesco y lo sublime.

Claude Gueux (1834):
Dramática historia de un obrero pobre (gueux significa indigente) que un día robó para comer y fue condenado a cinco años de cárcel. La mayoría de los motivos fundamentales del arte de Victor Hugo, según habrán de manifestarse posteriormente en Los miserables, por ejemplo, están ya delineados en esta breve aunque densa obra.

Los miserables (1862):
Jean Valjean ha cumplido una condena de casi veinte años por robar comida para su familia. Fuera de la cárcel, marginado por la sociedad, no le queda más remedio que seguir robando. Un inesperado encuentro con el obispo Myriel le hará cambiar de actitud y redimirse. Tras adoptar una nueva identidad, logra hacerse con una posición acomodada que le permite ayudar a los vecinos de Montreuil y a Cosette, la hija de Fantine, una mujer obligada a prostituirse para subsistir. Pero la justicia le sigue los pasos por haber reincidido tras salir de la cárcel. La implacable persecución del policía Javert, un hombre de estricta moral, le obliga a emprender una huida permanente que le llevará a esconderse en conventos y cloacas, y a pasar por los campos de batalla de Waterloo y por las barricadas del París revolucionario de 1832. Siempre buscando para sí y para los demás una justicia que le es negada. Los miserables es una de las obras clásicas de la literatura universal. Fue escrita en cinco volúmenes, en 1862, por Victor Hugo, uno de los autores más importantes de la historia de la literatura francesa. Es una obra fundamental, no sólo por sus valores literarios, sino también por su denuncia de la miseria, la pobreza y la explotación; su reflexión sobre el bien y el mal; y su defensa de la justicia, la ética y la solidaridad humana en momentos adversos. Ha sido llevada al cine en numerosas ocasiones y es la base del mundialmente conocido musical homónimo.

 

 

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