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Historia de la novela en la literatura española. Por Ana María Navalón:
La novela, al igual que cualquier otro género literario, no surgió de la nada sin más. Hasta llegar a nuestros días, la novela ha tenido que seguir un largo recorrido desde unos orígenes que distan mucho de lo que hoy entendemos por novela. Para empezar el término novela significa “nuevo”, al igual que en el resto de idiomas. Por ejemplo, en francés existe el término nouvelle y en italiano se dice novelle. Esta terminología no es fortuita, sino que se utilizó para denominar un nuevo género que empezó a surgir en la Edad Media y que tuvo su máximo apogeo desde finales del Barroco y durante el Realismo y el Naturalismo. Veamos cómo lugar la evolución de este nuevo género.

Historia de la literatura antes del surgimiento de la novela:
La literatura durante la Edad Media se entendía en verso y la ficción no era uno de los ingredientes de la fórmula mágica de la literariedad, ese elemento indispensable que convierte un texto en literatura. Por tanto, durante este periodo, la literatura es un texto, oral o escrito, en verso que narra hechos reales. En este contexto se entienden los romances o los poemas épicos: formas de comunicarse con la gente y de transmitir noticias de una a otra ciudad. Este tipo de composiciones eran géneros cerrados que poca o ninguna utilidad encontraban en narrar hechos ficticios, pues su finalidad era propagandística e informativa. Así, por ejemplo, el Poema de Mio Cid era una propaganda e información sobre la victoria de los cristianos frente a los árabes.

Primeros pasos hacia la novela: los primeros hechos ficticios:
Fueron aquellos escritores más atrevidos los que los que decidieron incluir hechos ficticios, otorgándole a la literatura una nueva función que se han conservado hasta nuestros días: el entretenimiento. Los géneros literarios medievales, al ser cerrados como ya hemos dicho, no dejaban espacio a la invención y ensayo de nuevos modelos. Por ello, se tuvo que crear un nuevo género: la novela, así como un día, muchos años después, Unamuno inventó la nivola. Sin embargo, parece difícil establecer el origen de la novela en una obra o tendencia determinada. Los libros de caballerías del siglo XIV parecen una buena opción, pues surgieron con afán de aventuras que movían a las gentes del siglo XIV y como alternativa fantasiosa para aquellos que no podían recorrer la geografía descubriendo aventuras. No obstante, los libros de caballerías compiten por este privilegio junto al Libro de Buen Amor, La Celestina o El conde de Lucanor.

Las primeras novelas: el Libro de Buen Amor, La Celestina y El conde de Lucanor:
Muchos estudiosos señalan estas tres obras como las primeras novelas, aunque existen unos cuantos inconvenientes que a otros muchos entendidos impiden denominar novelas a estas tres obras. Por ejemplo, El Libro de Buen Amor no se considera novela por estar escrito en verso y por ser una recopilación de varias fuentes. En cuanto a la Celestina, la polémica está servida, pues existen dos bandos que discuten su pertenencia a un género. Están los que la consideran “teatro para leer” y los que la catalogan de “novela dialogada”. Lo que sí está claro, es que la Celestina inauguró una temática y un estilo que, dos siglos después, se sucedieron en la creación de la novela cortesana, primer género que se considera de creación española. Por su parte, El conde de Lucanor recopila cuentos populares sencillos y con una moraleja enmarcados por una historia secundario, siguiendo la tradición oriental de las Mil y una noches, por ejemplo. Volvemos pues, a los libros de caballerías como primeras obras puramente novelescas, escritas en prosa y ficcionales.

De las novelas de caballerías a las novelas cortesanas:
Como hemos indicado más arriba, la movida social de los siglos XV y XVI dio lugar a la consolidación de las novelas de caballerías. Más tarde, cuando ese marco dinámico se ve remplazado por un momento de reposo y tranquilidad, surgen las novelas pastoriles, un remanso de quietud y petrarquismos renacentistas. El Renacimiento traerá consigo también la desorientación del género y el estímulo de modas literarias recuperadas, de modo que aparecen modelos alternativos como la novela morisca o la novela bizantina y otras fórmulas variables como la novela sentimental y amorosa. Hasta aquí no hablamos de creación novelística española porque, hasta la aparición de El lazarillo de Tormes que inauguró la picaresca, ninguno de los géneros tratados era de invención española. Tras la aparición de la picaresca, el siguiente género que se considera de creación española es la novela cortesana. Este género, es una actualización de todos estos géneros y se centra en la descripción de la corte (entendida como ciudad o medio urbano en general), sus costumbres, sus ritos y sus modas culturales. Sin embargo, aún no hay ninguna novela tal y como la entendemos en la actualidad. Hasta este momento, las novelas son relatos cortos que se insertan en un marco que justifica que todas esas historias aparezcan juntas, igual que sucedía en El Conde de Lucanor. Las novelas son cuentos estilísticamente cuidados y complejos; en palabras de Lope de Vega: “en tiempos menos cultos que los de ahora llaman a las novelas cuentos”.

Cervantes, primer novelista español:
Fue Miguel de Cervantes y Saavedra quien primero rompió con ese marco que servía de nexo a las historias. Primero escribió las archiconocidas aventuras de Don Quijote de la Mancha, una composición de novelas cortas dentro de un marco. En cambio, este marco no es secundario, como ocurría normalmente, sino que era la historia principal y dejó tan de lado las historias insertadas que las consideramos parte de toda una historia global. Más tarde, Cervantes sorprendía con sus Novelas ejemplares, rompiendo de nuevo las tendencias de la época. Era costumbre insertar las novelas cortas en un marco, como en la tradición medieval y como hicieron sus coetáneos, por ejemplo, María de Zayas. Sin embargo, Cervantes prescindió de ese marco, revolucionando completamente el mundo literario. Quizás sin quererlo, cambió los esquemas de la novela tal y como se conocían hasta entonces, convirtiéndose de este modo, para muchos, en el primer novelista español. Él mismo se asigno ese título, declarando en el la introducción de sus Novelas ejemplares: “Yo soy el primero que he novelado en lengua castellana, que las muchas novelas que en ella andan impresas, todas son traducidas de lenguas extranjeras, y éstas son mías propias, no imitadas ni hurtadas; mi ingenio las engendró y las parió mi pluma, y van creciendo en los brazos de la estampa.” No obstante, a pesar de las declaraciones de Cervantes, no olvidemos, que antes que él, aunque se considera muy importante, otros escribieron novelas.

Del Quijote al realismo y del realismo al best-seller:
A pesar del éxito de Cervantes, los escritores del Siglo de Oro siguieron escribiendo novelas cortas enmarcadas y no fue hasta el Realismo cuando la novela se vio convertida en un relato extenso de decenas de páginas de un libro impreso. ¿Por qué en el realismo? Porque durante el neoclasicismo se volvieron a cultivar el teatro clásico y la poesía, porque durante el romanticismo los escritores se centraron en la estética de la poesía, en los artículos y, muy casualmente en las leyendas y los relatos cortos. De modo que la novela no fue rescatada hasta que los autores quisieron expresar detalladamente el mundo y la novela era el único género lo suficientemente extenso para expresar todo eso. A partir del realismo, la novela volvió a tener un cierto prestigio y se convirtió en un modo preferente de entretenimiento. Por eso, las novelas actuales, las que llamamos best-seller, se centran principalmente en el entretenimiento del público, dejando de un lado la estética. (Ana María Navalón Valera)

 

 

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