Economía social             

 

Economía social:
La economía social o economía social y solidaria es un sector de la economía que estaría a medio camino entre sector privado y negocios por un lado, y sector público y gobierno por otro lado. Incluye a cooperativas, empresas de trabajo asociado, organizaciones no lucrativas, y asociaciones caritativas.

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España:
La configuración actual de la Economía Social en España viene determinada por la la Ley 5/2011, de 29 de marzo, de Economía Social, título legal, sin precedentes en España, que supuso un punto de inflexión en el reconocimiento, visibilidad y desarrollo del Sector, tanto dentro del propio Estado como de la Unión Europea. Este sector está representado por la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES). En España el concepto de economía social es ampliamente reconocido en la actualidad. Sin embargo presenta diferencias de contenido según se expresen los especialistas del ámbito científico, los poderes públicos en sus políticas, normas y discursos, o los profesionales del sector, especialmente sus estructuras representativas. En el año 2011 se aprobó la Ley 5/2011, de 29 de marzo, de Economía Social (BOE del 30 de marzo), que se configura como un marco jurídico en el que se encuadran todas esas entidades, y que tiene como objeto configurar una serie de medidas de protección y promoción de aquellas, que la propia ley relaciona con la economía sostenible. Dicha Ley define la economía social como el "conjunto de las actividades económicas y empresariales, que en el ámbito privado llevan a cabo aquellas entidades que, de conformidad con los principios recogidos en el artículo 4, persiguen bien el interés colectivo de sus integrantes, bien el interés general económico o social, o ambos" (art. 2).

Países francófonos:
En estos países el concepto de economía social está bien reconocido, . Entre ellos cabe destacar: En Francia, país con gran tradición y arraigo de este concepto, la economía social integra a las mutualidades, las cooperativas, las asociaciones y a las fundaciones. En Bélgica, el Consejo Valón de la Economía Social (CWES), citado más arriba, propuso una de las definiciones más antiguas y reconocidas de este concepto. En Canadá, especialmente en la provincia de Québec, la Definición del Observatoire en économie sociale de l'Outaouais, Lévesque Benoît, Mendell Marguerite, L'économie sociale au Québec: éléments théoriques et empiriques pour le débat et la recherche. Países anglosajones El concepto está siendo aceptado, , aunque tienen más tradición científica los conceptos de sector no lucrativo y de sector voluntario, lo que abarca otras actividades aparte de las económicas.

Unión Europea:
El Comité Económico y Social Europeo promueve desde hace más de treinta años la concepción de economía social dominante en Europa. Ha publicado recientemente un estudio sobre La economía social en la Unión Europea.

Realidades sociales afines a la economía social:
Esta parte de la realidad social "situada entre la economía pública y la economía capitalista" y con potencial de ser una alternativa a estas, que se denomina economía social, ha dado luz a otras voces como tercer sector, tercer sector solidario, sector voluntario, sector no lucrativo, sector solidario, economía solidaria, iniciativa social y otras locuciones, que designan realidades muy próximas. Aun considerando la existencia de una auténtica inflación de vocablos en este campo, en la actualidad es posible afirmar que las concepciones principales de esta realidad social que pugnan por economía plural, actuando tanto en el ámbito del mercado como en el no mercado en pro de un desarrollo social y económico colectivo no excluyente.

Microcréditos y economía social:
Muhammad Yunus, banquero y economista de Bangladés, es el desarrollador del concepto de microcrédito. Los microcréditos son pequeños préstamos concedidos a personas humildes que no califican para un préstamo bancario tradicional. Fundador del Banco Grameen, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz. En 1974 propuso una forma de organización social para aldeas rurales denominada Gram Sarker (gobierno rural). La propuesta demostró ser practicable y útil, por lo que en 1980 fue adoptada oficialmente por el gobierno de Bangladesh. Desde esa época, debido a la hambruna que asolaba a este país (uno de los países más pobres y poblados del mundo), tomó conciencia de que sólo se puede salir de la pobreza superando las leyes del mercado, proporcionando microcréditos: créditos solidarios sin garantía a los más necesitados para que puedan realizar una actividad independiente y creativa. La locución Economía Social no siempre ha tenido como contenido conceptual a aquella realidad social y económica 'situada entre la economía pública y la economía privada capitalista'. A principios del siglo XIX, autores como Léon Walras, Ramón de la Sagra, Friedrich von Wieser y Gunnar Myrdal, dieron otras concepciones a esta locución. Más recientemente, el sistema económico alemán de la postguerra se autocalificó de 'economía social de mercado', con un significado muy alejado a la definición más aceptada de economía social. (TFODE)

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Microcréditos:
Un microcrédito es un crédito muy pequeño, destinado, originariamente, a personas empobrecidas de países subdesarrollados o en vías de desarrollo. Para estas personas, la falta de avalistas, de empleo demostrable y la ausencia de un historial bancario les hace imposible el acceso a un crédito que permita mejorar sus condiciones de vida. Un microcrédito no se destina únicamente a apoyar el espíritu emprendedor (o la necesidad de emprender como única salida) o a aliviar la pobreza, sino también en muchos casos a fortalecer a la mujer, mejorando así, por extensión, a comunidades enteras. La falta de empleo estable y demostrable de las mujeres les dificulta el cumplir con las condiciones que los prestamistas tradicionales exigen a la hora de conceder créditos, ya que gran parte de estas poblaciones son analfabetas, por tanto incapaces de cumplir con los trámites burocráticos asociados a estas gestiones. En el año 2009 se estima que aproximadamente unos 74 millones de personas (hombres y mujeres) fueron beneficiarios de microcréditos, lo cual se traduce en un total de unos 38 billones de dólares. El Graameen Bank (creador de la iniciativa) informa que las tasas de éxito en la devolución de los microcréditos se sitúan entre el 95% y el 98%. Los microcréditos forman parte de las microfinanzas, que proveen entre sus soluciones una amplia gama de servicios financieros, especialmente cuentas de ahorro, destinadas a las poblaciones pobres. Se considera que el concepto de microcrédito moderno fue creado por el Graameen Bank, fundado en Bangladesh en 1983. Tras él, muchos otros bancos tradicionales incorporaron el mismo servicio, a pesar de los recelos que este tipo de financiación despierta en la banca tradicional. Las Naciones Unidas declararon el año 2005 como el Año Internacional del Microcrédito. El microcrédito es a día de hoy muy utilizado para el desarrollo de países pobres y es considerado como "una herramienta de enorme potencial en la ayuda para la erradicación de la pobreza" Voces críticas alegan, sin embargo, que los microcréditos no tienen un impacto positivo en las relaciones de género y que no alivian la pobreza, ya que conducen a muchos prestatarios a una "deuda trampa" y constituyen una "privatización del bienestar". La primera estadística de evaluación del microcrédito, llevada a cabo por Esther Duflo y otros, muestra resultados contradictorios: no tiene efecto alguno en los gastos de la unidad familiar, en igualdad, ni en ítems como educación o salud, pero sin embargo el número de negocios aumenta en 1/3 en comparación al grupo de control. El Profesor Dean Karlan de la Universidad de Yale dice que pese a que el microcrédito genera beneficios, no es la panacea que estaba destinado a ser. Propone facilitar también a las poblaciones empobrecidas un acceso fácil a cuentas de ahorro.

Desarrollo del microcrédito moderno:
Quien comenzó su lucha contra la pobreza en 1974 durante la hambruna que padeció la población de su tierra natal, Bangladés, uno de los países más pobres del planeta fue Muhammad Yunus, que descubrió que cada pequeño préstamo podía producir un cambio sustancial en la posibilidades de alguien sin otros recursos para sobrevivir. El primer préstamo que dio fueron 27 dólares de su propio bolsillo para sacar de una situación desesperante a un grupo de 42 aldeanos que eran víctimas de la explotación por parte de usureros. El primer caso que impulsó a Yunus a prestar dinero a los pobres fue el de una mujer que hacía muebles de bambú,que por no disponer de un dólar y medio para comprar el bambú era víctima de los explotadores. A través de esta actividad, la mujer podía sustentarse a sí misma y a su familia. Sin embargo, los bancos tradicionales no estaban interesados en hacer este tipo de préstamos, porque consideraban que había un alto riesgo de no conseguir la devolución del dinero prestado. En 1976, Yunus fundó el Banco Grameen para hacer préstamos a los más necesitados en Bangladés. Desde entonces, el Banco Grameen ha distribuido más de tres mil millones de dólares en préstamos a 2,4 millones de prestatarios. Para asegurarse la devolución de los préstamos, el banco usa un sistema de "grupos de solidaridad"; pequeños grupos informales que solicitan préstamos en conjunto y cuyos miembros actúan para garantizar la devolución del préstamo y se apoyan los unos a los otros en el esfuerzo de mejorar económicamente. Según el proyecto ha ido creciendo, el Banco Grameen ha desarrollado otros sistemas alternativos de crédito para servir a los necesitados. Además de los microcréditos, ofrece préstamos para la vivienda, así como financiación para proyectos de riego, textiles, pesca y otras actividades. A mediados de los 70s, los primeros organismos que comenzaron a dar o a organizar microcréditos fueron ONG. A principio de los 80s estos organismos comenzaron a ver frutos de este proceso, muchos de ellos comenzaron a darse cuenta de que este esfuerzo podría ser sostenible porque la recuperación de cartera (deudas) era casi perfecta. A partir de que estas organizaciones encuentran el punto de equilibrio (suficientes microcréditos para pagar los costos fijos) el crecimiento de estos programas explota. En los 70s el modelo era sostenido a través de donaciones de filántropos alrededor del mundo y la coordinación era a través de ONGs. En los 80s el modelo cambió un poco; las ONG crearon alianzas estratégicas con bancos locales para que estos proporcionasen el financiamiento mientras que ellos proporcionarían las garantías y la coordinación de los recursos. A partir de los 90s este último modelo también evolucionó. Los bancos involucrados en el proceso se dieron cuenta que era un negocio rentable y comenzaron a desarrollar mecanismos para servir este mercado.

Situación actual:
El éxito del modelo Grameen ha inspirado esfuerzos similares en otros países en vías de desarrollo e incluso en países industrializados como los Estados Unidos de América. Muchos, aunque no todos los proyectos de microcréditos, emulan el énfasis de Dr. Muhammad Yunus en que las prestatarias sean mujeres. Casi el 95 por ciento de los préstamos del Banco Grameen se han otorgado a mujeres, que sufren de forma más pronunciada la pobreza y que, en buena medida, es más probable que reviertan sus ganancias para servir las necesidades de toda la familia. El Banco Mundial estima que existen unas 7.000 instituciones microfinancieras, sirviendo a unos 16 millones de pobres en países en desarrollo. En noviembre de 2002, más de 2000 delegados de 100 países se congregaron en la Cumbre del Microcrédito en Nueva York, donde se marcaron el objetivo de llegar en el 2005 a 100 millones de prestatarios de las familias más pobres del mundo, con créditos para el autoempleo y otros servicios financieros y de negocios. Este objetivo ha obtenido el apoyo de instituciones financieras de gran envergadura y de importantes líderes internacionales. El Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas proclamó el 2005 como el Año Internacional del Microcrédito. En el año 2006 se le concedió el premio nobel de la Paz a Muhammad Yunus por la creación de estos microcréditos . No obstante, el movimiento del microcrédito ha recibido ciertas críticas de quienes piensan que algunos programas de préstamo solicitan intereses demasiado elevados. Además, existe la preocupación de que los fondos que se usen para microcréditos se deriven de otros fondos necesarios como la sanidad, programas de abastecimiento de agua, o educativos. Los créditos pueden permitir a pobres mejorar su situación, pero estos préstamos no eliminan otras necesidades básicas sociales en infraestructuras y servicios. Otros inconvenientes que se han criticado a los microcréditos son la incapacidad de ayudar a los más pobres de entre los pobres o la dependencia que se genera hacia los microcréditos. Los pasos para el otorgamiento son los siguientes, primero el llenado de una solicitud con datos generales, datos del negocio, ubicación del domicilio y negocio con llenado del croquis del domicilio y del negocio después la visita al negocio , el análisis de liquides (ingresos y egresos y llenado de buro de crédito además de la firma del contrato especificando garantía monto avales, fechas de pago inicio de crédito y finalización y todo en original y copia.

Latinoamérica:
En Latinoamérica existe un sin número de entidades dedicadas al microcrédito. En Colombia existen varias organizaciones involucradas en este tema (Cooperativa Emprender, Finamérica, Fundación Santo Domingo, etc). No existen mecanismos para promocionarlos. Estas son organizaciones que dan préstamos a individuos de bajos recursos económicos o por debajo de la línea de pobreza. La razón por la que este tipo de organizaciones han florecido en Latinoamérica es por sus altos niveles de rentabilidad que hacen que sea una operación sostenible. No solamente ONG están involucradas en esto sino también bancos convencionales. En países como Bolivia (BancoSol, Banco Fortaleza, PRODEM, Banco FIE, Banco Los Andes, ECOFUTURO, Fassil FFP entre otros), Ecuador y Perú, bancos convencionales (Banco Solidario y Mibanco) han logrado expandirse en el país a través de un modelo de negocio que presta servicios a la población de bajos recursos.

Críticas:
A pesar de los éxitos del sistema de microcréditos, se han realizado algunas críticas al mismo, que se resumen en las siguientes: Sus principales beneficiarios no son los más pobres, vulnerables y excluidos en los países en desarrollo. La idea matriz sobre la que se cimientan los microcréditos –los pobres pueden gastar indefinidamente más de lo que tienen- genera una falsa comprensión de las verdaderas causas de los desequilibrios sociales y económicos en el mundo y la manera de abordarlos, pero también de la arquitectura institucional global instaurada para entender y afrontar estos problemas humanos. El discurso emergente de los microcréditos se basa en la idea de que es el mercado bancario el que se tiene que encargar de la pobreza. Sería una manera de privatizar la pobreza. Encubran las verdaderas causas de la pobreza y el subdesarrollo y convierten a los pobres en responsables últimos y directos de sus situación. Son un arma eficaz para desmantelar el compromiso político y ético que tenemos. Sirven para desactivar las políticas de cooperación internacional transformándolas en políticas de bancarización y convirtiendo la pobreza en deuda eterna. La transformación de pobreza en deuda, defendida por los partidarios de los microcréditos, se apoya en un darwinismo social según el cual aquellos que estén en situación más precaria y vulnerable lo están porque no han querido o podido endeudarse. El endeudamiento hace mucho más vulnerables a quienes menos tienen. Dicen que los microcréditos son tan buenos que su morosidad es bajísima, lo que demuestra que los pobres siempre pagan. Con esta tesis se les exigen unos valores morales muy superiores a los del resto de la población mientras que a los no pobres se les permite no ser tan buenos pagadores. Además, el propio Grameen Bank, que declara una tasa de devolución del 98% en sus informes, cuenta con otros informes que la morosidad es del 25%… hasta el punto de imponer seguros sobre los familiares de los endeudados para que, en caso de fallecimiento, sean los dolientes quienes asuman el pago de los créditos contraídos. El argumento de que los microcréditos convierten a los pobres en responsables de su propio desarrollos los convierte a su vez en culpables de su supervivencia, anulando el papel de los Estados, gobiernos y comunidad internacional. América del Sur es un referente mundial de las microfinanzas, en especial los países de Bolivia y Perú, quienes son los destacados en este sector, presentando niveles de rentabilidad, eficiencia, solvencia, etc. Las principales instituciones de promoción del microcrédito esta a cargo ONG como Acción Internacional, Fundación Magdala y Planet Finance, las cuales se caracterizan por la acumulación de experiencias de expertos de todo el mundo.

Crítica desde los medios de comunicación:
El documental Microcréditos (una producción danesa), del programa televisivo Documentos TV, sostenía en julio de 2011 que en realidad las prácticas de los microcréditos no habían ayudado jamás a ninguna comunidad, debido al incremento constante de la usura que los prestamistas tendían a generar al apreciar que obtenían beneficios de una manera sencilla. El documental que NO tuvo relación alguna con el alejamiento del premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus, de la institución que inventó el sistema, dejó expuesto su sesgo a medida que se fue demostrando la falsedad de la información que pretendía difundir. El propio Tom Heinemann, director del documental, ha escrito un artículo para un periódico de Bangladés (bdnews24.com) donde por un lado reconoce que se ha malinterpretado su documental y que nunca ha dicho ni querido decir que Yunus se beneficiase por este caso, ni que sea un corrupto, ni que haya habido un mal uso de la donación, ni que el Grameen Bank rompiese ninguna ley. y por otro lado, que se reafirma en que la transferencia de fondos violó el acuerdo inicial entre Noruega y Bangladés; que el informe oficial presentado por Noruega todavía no aclara qué sucedió con una parte de la donación al Grameen Bank; y que la transferencia tuvo lugar por motivos fiscales, como se desprende de las propias palabras escritas por Yunus en los documentos publicados. También, se ha demostrado qué partes del documental son falsas. Lo cual ha quedado reflejado en varios vídeos publicados en Youtube, que pueden encontrarse en el canal microfinanceresponse. Entre ellos se encuentra uno en el que se demuestra que la primera mujer a la que Yunus dio un microcrédito sigue viva y está muy orgullosa de haber sido la primera; y no muerta, habiendo sido abandonada a su suerte, como dice la falsa hija que entrevista Tom Heinemann. Por último y a raíz sí, de las acusaciones que se realizaban en el documental en cuanto a que el Grameen Bank cobra tipos de interés entre el 30% y el 200%, la propia institución invitó a la organización Microfinance Transparency (institución que goza de reconocimiento de todo el sector como el Banco Mundial) para que analizase sus tipos de interés, concluyendo en su informe que el tipo más alto ofrecido por la institución es del 22,84%. (TFODE)


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