Hambre             

 

Hambre:
El hambre en el planeta:
Nada menos que diez hambrunas se mencionan en la Biblia, lo que nos induce a creer que el hambre acompañó esporádicamente a diferentes partes de la humanidad durante toda su historia. Sin embargo, no es hasta el siglo XX cuando, de repente, suceden catástrofes alimentarias de una envergadura nunca conocida. Según la FAO, hoy en día 800 millones de personas padecen hambre. Algunas ONG alegan que con un 10 por ciento del stock mundial de cereales -que sería de 20 millones de toneladas- se erradicaría. Lo cierto es que los cereales (trigo, arroz, mijo, avena, cebada, etc) suministran prácticamente toda la energía (calorías) y hasta un 90 por ciento de todas las proteínas consumidas por la población mundial.

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¿Es invencible el hambre? Expertos, organismos internacionales y grupos humanitarios dicen que no y que el problema no es la escasez de comida sino las diferencias entre las naciones del mundo más desarrollado y los países con más pobreza (dos tercios de la población mundial). Por ejemplo, un agricultor norteamericano produce 80 veces más cereal que cualquier colega en Burkina Faso o Bangladesh. Ahora, también es cierto que más del 90% de los cereales producidos en el mundo es consumido en los países donde ha crecido. Desde las hambrunas de Biafra a finales de los años 60, han pasado un buen número de catástrofes alimentarias. desde Etiopía hasta Zaire, pasando por Níger, Sudán o Somalia. Africa no es el único objetivo del desastre: En Latinoamérica, sobre todo en Perú, Ecuador o Bolivia, se han registrado crisis de alimentos después de la época de bonanza cocalera. En Asia, países como Bangladesh o Pakistán siempre están en peligro de sufrir malnutrición infantil e incluso tuberculosis, como advierten algunas organizaciones gubernamentales. El hambre está en todas partes, pero solamente en Africa los expertos esperan un crecimiento de malnutrición en 110 millones de personas de aquí al año 2010. Desde ahora hasta ese año, la población mundial habrá aumentado por lo menos mil millones de personas. Los recursos técnicos para combatir las causas naturales del hambre, dicen los expertos, aumentarán (por ejempl, las investigaciones en biotecnología o ingeniería genética para inmunizar cultivos, crear tipos de arroz que apenas precisen agua para crecer...), pero ahí está al acecho Greenpeace y otros grupos ecologistas radicales que intentan impedir estos avances tecnológicos. Además, los nuevos recursos técnicos no necesariamente se repartirán de forma equitativa. Informes de organismos internacionales describen las ingentes cantidades de deinero que los países menos desarrollados dedican a la importación de alimentos, como el trigo, cuyas patentes están en manos de los laboratorios de los países más ricos. Algunos expertos opinan que la causa subyacente del hambre en el mundo es la persistente pobreza, porque en muchos lugares la posibilidad de obtener comida depende del poder adquisitivo de la gente y no del suministro de alimentos. A veces, las leyes de la demanda efectiva perjudican a los pobres de una manera inesperada cuando la agricultura tradicional en un país subdesarrollado es modernizado y llevado al mercado internacional. Cuando los agricultores de la India, por ejemplo, descubrieron que era más rentable producir cereales que antes de la Revolución Verde en los años 60, perdieron el interés por la tradicional producción de legumbres. Como consecuencia, la cantidad de legumbres en el mercado interior indio disminuyó drásticamente y, por lo tanto, el precio de los mismos subió. La malnutrición aumentó porque los más pobres ya no podían permitirse equilibrar su incompleta dieta de cereales con legumbres. (Stephan Doppler)

El cuerno de Africa:
Presenta gran inestabilidad política, económica y social, dadas las continuas guerras que proliferan en la región. La presencia de estos problemas crónicos la convierte en una de las regiones más pobres del mundo, especialmente la zona del sur de Etiopía. Amplias zonas cercanas a la costa son atravesadas con frecuencia por barcos petroleros y mercantes de todo el mundo. La seguridad de las aguas, comprometida por la presencia del la piratería, reviste especial interés para las potencias económicas, que tienen desplegado un dispositivo de seguridad para proteger el tránsito. En abril de 2011, según el WFP había 5,2 millones de hambrientos por los conflictos armados, la grave sequía de los años 2007-2009, y la subida de los precios de los alimentos y el combustible, agravada por la crisis global. Según la FAO en 2013, en Somalia tres millones 600 mil personas se encontraban en riesgo de morir de hambre. La falta de lluvia y los conflictos armados hacían que miles de somalíes emigraran diariamente hacia países como Kenia en busca de comida, agua y seguridad.

Según UNICEF (2013) en Etiopía más de la mitad de su población (80 millones de personas) son niños. La tasa de mortalidad en menores de un año, se acerca al 70%. Un 45% de los niños no podía ir a la escuela ni tenía acceso al agua potable y seis millones se encontraban en riesgo de exclusión. En el país hay 360.000 niños y jóvenes con alguna discapacidad y no todos pueden acudir a la escuela a diario. Deben soportar una gran insuficiencia de medios adecuados y hacer frente a numerosos obstáculos orográficos.

La masiva emigración del campo somalí hacia un Mogadiscio en ruinas generó un hacinamiento en condiciones deplorables. En un territorio asediado por las confiscaciones de las milicias, sin agua corriente ni sanidad estatal, la mejor opción parece la huída a campos de refugiados en Kenia y Etiopía. El campo de Dadaab (Kenia), el mayor del mundo, lleva 20 años en funcionamiento.

Brasil: Exito de programas:
Los programas brasileños que lograron una importante reducción en el número de personas desnutridas fueron Bolsa Familia, Luz para Todos y el Programa Nacional de Fortalecimiento de la Agricultura Familiar (Pronaf). Los resultados que perseguían estos programas eran retirar 20,4 millones de personas de la pobreza y reducir en un 62% la desnutrición infantil. En la Cumbre Mundial de Seguridad Alimentaria (Roma, 2013) Lula defendió una mayor responsabilidad de la comunidad internacional para combatir el hambre. Según el director internacional de Action Aid, Adriano Campolina, los esfuerzos de la administración de Lula lograron que 10 millones de personas salieran de la pobreza extrema en pocos años. Fue una reducción rápida y sostenible gracias a políticas coordinadas que dieron prioridad a la transferencia de renta, el apoyo a la agricultura familiar y a la producción sostenible.


Malnutrición:
Estado o condición dietética causado por una insuficiencia o exceso de uno o más nutrientes en la dieta. Una persona corre riesgo de malnutrición si la cantidad de energía y/o nutrientes de la dieta no satisface sus necesidades nutricionales. Si una dieta carece de energía, se utilizan primero las reservas de grasa del cuerpo y después la proteína de los músculos y órganos para proporcionar dicha energía. Por último el cuerpo se queda demasiado débil como para funcionar como es debido o combatir una infección. Los niños, en especial los menores de cinco años, sufren los efectos de la inanición mucho antes que los adultos. Desarrollan un estado que se denomina malnutrición proteico-energética. Las dos formas más comunes de este estado, marasmo y kwashiorkor, aparecen en algunos países en vías de desarrollo y representan una amenaza para la vida. El marasmo se da cuando a un niño se le deja de amamantar demasiado rápido y se le pasa a alimentos pobres en energía y nutrientes. El niño puede sufrir también repetidas infecciones (tales como gastroenteritis) debidas a la falta de higiene, y es posible que se le trate con fluidos no nutritivos como el agua o agua de arroz. Un niño con marasmo pesa muy poco, carece de grasa corporal y sus músculos están muy poco desarrollados. El kwashiorkor se da cuando a un niño se le deja de amamantar demasiado tarde y se le pasa a una dieta tradicional a base de féculas y baja en proteínas. A menudo se produce después una infección aguda. Con frecuencia una falta de peso corporal seria queda oculta por la retención de agua, que ensancha la cara e inflama el vientre. En los países desarrollados, las consecuencias de llevar una dieta muy baja en energía se da en personas que sufren de anorexia nerviosa, y a veces entre las personas mayores. En estos países, la forma más común de malnutrición energética es la sobrenutrición, como por ejemplo la obesidad, que aumenta el riesgo de enfermedades como la diabetes y las enfermedades del corazón. Si una dieta carece de nutrientes, quien la consume terminará por desarrollar síntomas de deficiencia nutritiva. En general, las enfermedades carenciales se asocian a la falta de vitaminas o minerales, y suelen ser poco frecuentes en los países desarrollados. (De hecho, es más común en estos países ver problemas de salud causados por el exceso de cantidad). Los efectos de los déficit de nutrientes pueden ser graves y tener gran efecto en los índices de morbilidad y mortalidad (referentes a la incidencia de enfermedad y muerte respectivamente) en los países en vías de desarrollo, donde son más frecuentes. La insuficiencia de vitaminas o minerales puede deberse a varias razones. Es evidente que una dieta de pocos alimentos puede carecer de ciertos nutrientes. Por ejemplo, en países donde el maíz es el alimento básico, las dietas suelen carecer de niacina, una vitamina del grupo B. El resultado es que a veces aparece la enfermedad causada por esta deficiencia, llamada pelagra. Para otros es difícil cubrir sus necesidades nutricionales; algunas mujeres, por ejemplo, tienen una demanda muy alta de hierro, lo que puede llevarles a padecer anemia si no satisfacen dichas demandas, o bien tienen una alteración genética causante de la insuficiencia. Puede haber también motivos geográficos, como en algunas zonas remotas donde el suelo (y por tanto los vegetales que crecen en él) contiene poco yodo. Debido a que cuentan con muy pocos alimentos que contengan cantidades importantes de yodo, las personas que viven en estas regiones pueden sufrir una deficiencia prolongada del mismo, lo que deriva en bocio y cretinismo. Los efectos de la insuficiencia de vitamina o minerales en el cuerpo dependen de la función del elemento concreto que falta. Por ejemplo, dado que la vitamina A es importante para tener una buena visión, una insuficiencia grave puede producir ceguera. Algunas vitaminas o minerales tienen muchas funciones, por lo que una insuficiencia larga tiene una amplia gama de efectos sobre la salud. (Encarta)

ONG Intermón Oxfam ONG Ayuda en Acción ONG Manos Unidas Ayuda alimentación infantil


Líneas nutricionales:
Indicaciones dietéticas elaboradas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) o por los organismos de salud pública de diferentes países. Estas guías o recomendaciones se basan en la información científica sobre requisitos nutricionales, es decir, la cantidad de distintos nutrientes que necesitan las personas. Las necesidades de nutrientes y energía varían de un individuo a otro, y también en función de la edad, el sexo, el nivel de actividad física de la persona y otros factores como su estado de salud y antecedentes genéticos. En los países desarrollados casi todas las personas tienen suficiente cantidad de nutrientes en su dieta y pocas sufren de insuficiencias como el escorbuto o el raquitismo. Sin embargo, muchas personas no tienen una dieta equilibrada, y esto puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiacas o sufrir ataques de apoplejía, obesidad, diabetes y algunos tipos de cáncer. Una dieta equilibrada es la que contiene la cantidad adecuada de energía (calorías), según las necesidades de cada persona y la proporción correcta de nutrientes que aportan energía. Estos últimos son las grasas, los hidratos de carbono y las proteínas. Las grasas proporciona la mayor parte de esta energía, más de dos veces que la que proporcionan las proteínas o los hidratos de carbono. En consecuencia, a las personas que tienen dificultades para mantener un peso adecuado se les aconseja limitar la cantidad de calorías y grasa. La mayoría de las personas debería obtener no más de un tercio de la energía a partir de las grasas, de las cuales, sólo un tercio tendrían que ser grasas saturadas. Una dieta rica en grasas, en especial grasas saturadas, incrementa el riesgo de infarto. Más o menos, la mitad de la energía dietética de una persona debería provenir de los hidratos de carbono, sobre todo de los complejos, procedentes de alimentos ricos en almidón como el pan, las patatas o papas y la pasta. Estos alimentos, y concretamente las variedades de grano entero, suelen ser también una buena fuente de fibra dietética. La fibra es importante para la función intestinal y puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y algunos tipos de cáncer. Aunque no es un nutriente, el alcohol también aporta energía. A las personas que beben alcohol se les recomienda consumir una cantidad moderada. El exceso de alcohol puede aumentar la hipertensión. La sal también puede afectar a la hipertensión, por lo que se aconseja reducir poco a poco su consumo. Muchos estudios han demostrado asimismo que las frutas y verduras tienen efectos beneficiosos en la salud. La OMS recomienda consumir unos 400 gramos (cinco o seis porciones) al día. Para ayudar a los consumidores a seguir las líneas nutricionales, algunos países han elaborado guías de selección de alimentos que muestran las proporciones que se deben ingerir. (Encarta)


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