Sociedad civil             

 

Sociedad civil:
Benjamín Constant:
Contrario a las teorías que admiraban las antiguas sociedades libres como las de la Grecia Antigua. Su teoría de la libertad se basaba en la posesión y disfrute de los derechos civiles, del imperio de la ley y de la libertad en un sentido amplio, confrontada en este sentido a la actividad del Estado. Además, propuso la aplicación de un sistema de descentralización administrativa desde el estado a las entidades locales para aproximar la gestión a los ciudadanos beneficiarios y descargar la burocracia del modelo centralista. Constant pronunció en París una conferencia que llegó a ser el manifiesto fundacional del liberalismo decimonónico. Se titulaba De la libertad de los antiguos comparada con la de los modernos. Para los antiguos, la libertad consistía en la participación directa en los asuntos de la república y en torno a ella se definía el (exclusivo) derecho a ser considerado ciudadano. Aquella libertad tenía como contrapunto la sumisión del individuo a la autoridad de la comunidad y la aceptación de la intromisión de ésta en sus actividades privadas. La libertad de los modernos, por el contrario, consistía, en la independencia individual, garantizada por leyes que amparasen el desenvolvimiento autónomo de un ámbito privado construido en torno a derechos individuales, básicos e innegociables. Era el derecho de todos los individuos a su propia seguridad e intimidad; a no estar sometidos más que a las leyes; a poder ir y venir, opinar y reunirse sin pedir permiso; a elegir un oficio, ejercerlo y disfrutar de sus réditos; a observar el culto que cada uno prefiriese. El derecho, en suma, a “no tener que rendir cuentas a nadie de sus motivos y objetivos, a llenar sus días y sus horas de la manera más acorde con sus inclinaciones y fantasías”.

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Buena parte de la historia contemporánea se entiende por la pugna entre esas dos concepciones de la libertad. La positiva, entendida como participación activa en la cosa pública, y la negativa, empeñada en definir un espacio de independencia individual ante la comunidad o incluso ante el Gobierno legítimo. Desde esta última, la participación en los negocios públicos, así como la libertad de expresión o la propiedad, sólo pueden desarrollarse y florecer ancladas en la construcción (legal) de un espacio privado, inviolable por definición, frente a “la voluntad arbitraria de uno o de varios individuos”. El elitismo del liberalismo decimonónico reconoce a los hombres la plenitud de los derechos civiles mientras reserva sólo a unos pocos los derechos políticos; el peligro de nuestras democracias es que el repliegue hacia lo privado se haga a costa de una letal falta de atención, vigilante y activa, hacia los asuntos colectivos, que la ciudadanía olvide que para conseguir la independencia individual es necesaria una actividad constante y vigilante en el ámbito público. La libertad de los modernos se construyó sobre una idea de privacidad que no siempre había estado ahí, que no procedía del orden natural de las cosas (aunque así fuese presentada), sino de un largo proceso que requirió altas dosis de actividad política y la elaboración de un entramado legal capaz de crear ese espacio privado que hoy nos es tan caro y nos parece tan natural.

Alexis de Toqueville:
La primera parte de la obra describe las instituciones políticas fundamentales de la democracia estadounidense y el funcionamiento constitucional de dicho Estado. La segunda es un análisis del modo en que la democracia influye sobre las costumbres e instituciones de un país. La democracia es el sistema de gobierno más acorde con la naturaleza humana, ya que supone el triunfo de la libertad. Estados Unidos representaba el ejemplo más claro de democracia y de cultura igualitaria. La desigualdad reinante en el viejo continente hacía a los europeos más proclives a sufrir revoluciones políticas. El igualitarismo propio de la vida estadounidense se convertía en un factor positivo para la instauración y la defensa de la democracia como régimen político. No obstante el gobierno de la mayoría puede degenerar en regímenes despóticos.

La democracia en América y libertad de la persona:
Es necesario un pueblo educado y responsable, capaz de superar los riesgos del régimen democrático a través de seis condiciones necesarias. 1- No hay democracia sin libertad. La tesis central es: todo lo que empuja al hombre en la sociedad moderna a romper sus vínculos sociales y comunitarios, encerrándolo en el ámbito de lo privado, lo arrima cada vez con más fuerza a la sombra del poder. Es el poder de la democracia moderna, con sus raíces en la opinión pública, igualitario y mayoritario. A Tocqueville le interesaba más bien comprender las circunstancias en las que la libertad podía preservarse dentro de los tiempos y espacios democráticos, haciéndolos inmunes a las derivas despóticas que se habían manifestado especialmente en la Francia revolucionaria. Para ello, identificó una serie de condiciones que consideraba necesarias para la defensa de la libertad en las sociedades democráticas. 2- Para mantener la libertad. « La principal causa del mantenimiento de la libertad en la democracia americana es el principio de la división de la autoridad en la sociedad.» Los derechos individuales se habían alcanzado en América gracias a la diversificación de la autoridad en instituciones fundamentales de la vida americana como la religión, la economía y el gobierno político mismo. Una segunda fuente de libertad en Estados Unidos era la presencia y la importancia de las instituciones locales, auténticas escuelas de ciudadanía y de libertad. Íntimamente relacionada, se encuentra la tercera causa de la libertad americana: el sistema federal, que separa las ramas ejecutiva, judicial y legislativa en el gobierno nacional y separa también los poderes del gobierno nacional de los poderes estatales y locales. La cuarta de las condiciones necesarias es la libertad de prensa, que considera decisiva no tanto porque ofrezca la posibilidad abstracta de un juicio individual sobre los asuntos públicos sino porque una prensa libre es esencial para impulsar a las personas a formar asociaciones con grandeza. 3- La crítica al “despotismo democrático”. Tocqueville no fue en absoluto un admirador acrítico de la sociedad americana. En efecto, la sociedad democrática es una sociedad individualista en la que cada uno, con su familia, tiende a aislarse del resto. El individuo ascético weberiano desaparece, en su lugar emerge un homo democraticus hedonista, al quien la igualdad de las condiciones sociales le empuja a tener una pasión irrefrenable por la riqueza y el bienestar. «La misma igualdad que permite a cualquier ciudadano albergar grandes esperanzas, hace a todos los ciudadanos individualmente débiles. Permite que se dilaten sus deseos, pero al mismo tiempo limita por todos lados la fuerza de los mismos». 4-Sobre las sociedades despóticas. Esta sociedad individualista presenta algunas características comunes con el aislamiento propio de las sociedades despóticas, pues el despotismo tiende a aislar a los individuos entre sí. Así resulta”: que la masa de individuos separados y distantes «tiende a dejar el campo completamente libre a los efectos perversos que generan las buenas intenciones del Estado». Ese Estado es no solo empresario, educador y asistente social, sino que también establece las ideas y los valores que sirven de fundamento para esas actividades. De este modo, la democracia tiende hacia una forma de “despotismo” bastante distinta de las antiguas formas de tiranía: «El soberano extiende su brazo sobre la sociedad entera; cubre toda su superficie con una red de pequeñas reglas complicadas, minuciosas y uniformes; no suprime las voluntades, pero las debilita, las inclina y las dirige; casi nunca obliga a actuar, pero continuamente se esfuerza por impedir que se actúe; no destruye, pero impide que se cree; no tiraniza directamente, pero obstaculiza, reprime, desmoraliza y anula». 5-Comunidad y religión: Educación para la libertad. El problema que plantea La democracia en América, entonces, centra así la atención en un modelo de libertad que un conjunto abstracto de reglas y procedimientos no puede garantizar, sino solamente la presencia de un pueblo educado y responsable. Es decir, personas capaces de superar los riesgos del individualismo democrático, poniendo en práctica la participación asociativa. El escritor francés quedó impresionado tanto por el número de asociaciones civiles y políticas como por su enorme vitalidad. Estas asociaciones eran esenciales para superar la división innata de los individuos en el seno de la democracia, y para defenderlos contra la centralización del poder. En resumen, las asociaciones voluntarias combatían simultáneamente los dos males el individualismo y del despotismo democrático. 6-Espíritu religioso y libertad. Pero no basta la vitalidad asociativa para explicar la excepción americana. La sociedad americana es la que ha sabido unir de un modo perfecto el espíritu religioso y el liberal. Todo lo contrario de la Francia que describe El antiguo régimen y la revolución, donde a un fortísimo centralismo político asociado a una desmovilización de la sociedad civil se unió un extendido sentimiento antirreligioso. Para Tocqueville la religión no podía ni debía ser simplemente un asunto privado, sino, «un hecho público, una “institución política”», aunque siempre manteniendo una rigurosa separación respecto del Estado. Solamente la religión puede formar a hombres moralmente libres, capaces de enfrentarse y vencer los males que derivan del igualitarismo democrático y de la reducción materialista de la vida a búsqueda del bienestar. Así pues, la religión no es sólo un elemento connatural a la naturaleza humana, sino una necesidad civil y social para la salvaguardia de la libertad.

LIBRO I:
Segunda Parte. Capítulo 1 “Cómo se puede decir que en los Estados Unidos es el pueblo el que gobierna. El pueblo nombra directamente a sus representantes, a quien hace la ley y a quien la ejecuta. Es pues, el pueblo quien dirige aunque la forma de gobierno sea representativa” Capítulo 3 “La libertad de prensa en los Estados Unidos” La soberanía del pueblo y la libertad de prensa son dos cosas totalmente correlativas. La libertad de prensa influye poderosamente en la opinión política y en general sobre todas las opiniones de los hombres. Modifica las leyes y las costumbres. En tal libertad los hombres se apegan a sus opiniones, ya sea por orgullo o por convicción. Capítulo 6“Cuáles son las ventajas reales que la sociedad norteamericana obtiene del gobierno de la democracia” Las leyes de la democracia tienden, en general, al bien del mayor número, puesto que emanan de la mayoría de los ciudadanos, la cual puede engañarse, pero no puede tener un interés contrario a ella misma. Sin embargo, la aristocracia es más hábil en el arte de legislar: sus leyes convergen hacia un mismo punto; en el caso de la democracia, ésta tiene leyes defectuosas. En Estados Unidos, los hombres han comprendido la influencia que ejerce la prosperidad general sobre su dicha y se ha acostumbrado a mirar la fortuna pública como la suya propia. El norteamericano toma parte en todo lo que hace su país y cree en defender todo lo que se critica de su patria porque entonces lo están atacando a él mismo. La idea de los derechos es la idea de la virtud introducida en el mundo político. El gobierno de la democracia hace llegar la idea de los derechos políticos hasta al menor de los ciudadanos. El hombre del pueblo ha concebido una alta idea de los derechos políticos, y por lo tanto no ataca los de los demás, para que se violen los suyos. En un país libre todo es actividad y movimiento, se trata de mejoramiento y progreso. El pueblo entero se encarga de este cuidado: no se trata solamente de proveer a las necesidades y comodidades de una clase, sino a las de todas las clases al mismo tiempo. “En el momento en que el norteamericano estuviese reducido a no ocuparse sino de sus propios asuntos, la mitad de su existencia le sería arrebatada; sentiría como un vacío inmenso en sus días, y llegaría a ser increíblemente desdichado.” Capítulo 7“La omnipotencia de la mayoría en los Estados Unidos y su efecto” Varias circunstancias particulares tienden a hacer en Norteamérica el poder de la mayoría no solamente predominante, sino insuperable. El imperio moral de la mayoría se funda en parte en la idea que hay más cordura en muchos hombres reunidos que en uno solo. También se funda en el principio de que los intereses del mayor número deben ser preferidos a los del menor. Los partidos políticos reconocen los derechos de la mayoría pues esperan algún día poder ejercerlos en su provecho. La omnipotencia de la mayoría aumenta en Norteamérica la inestabilidad legislativa y administrativa que es natural a las democracias La inestabilidad legislativa es un mal inherente al gobierno democrático, porque es natural en las democracias llevar hombres nuevos al poder. Efectos de la omnipotencia de la mayoría sobre el arbitrio de los funcionarios públicos norteamericanos En los Estados unidos, la omnipotencia de la mayoría, al mismo tiempo que favorece el despotismo legal del legislador, favorece también lo arbitrario del magistrado. El poder que ejerce la mayoría en Norteamérica sobre el pensamiento En EE.UU., cuando la mayoría ha fijado su criterio irremisiblemente sobre una cuestión, no cabe discusión alguna. LIBRO II. Primera Parte “Influencia de la democracia en el movimiento intelectual en los EE.UU.” Capítulo 1 “Método filosófico de los norteamericanos” Las revoluciones conmueven las antiguas creencias, debilitan las autoridades y oscurecen las ideas comunes. Los norteamericanos tienen un estado social y una constitución democrática, pero no han tenido una revolución democrática, sino que han llegado casi como hoy se hallan en el suelo que ocupan. Capítulo 5 “Cómo sabe servirse la religión en los Estados Unidos de los sentimientos democráticos” Cuando no existe ninguna autoridad política ni religiosa, los hombres se asustan ante el aspecto de independencia sin límites. La religión, respetando todos los instintos democráticos que no le son contrarios e incluso auxiliada de muchos de ellos, viene a luchar con ventaja contra el espíritu de independencia individual. Capítulo 8 “Cómo la igualdad sugiere a los norteamericanos la idea de la perfectibilidad indefinida del hombre” Las naciones aristocráticas están naturalmente inclinadas a estrechar demasiado los límites de la perfectibilidad humana y las democráticas los extienden, algunas veces sin medida.

Segunda Parte “Influencia de la democracia en los sentimientos de los norteamericanos”:
Capítulo 1 “Por qué razón los pueblos democráticos muestran un amor más vehemente y más durable hacia la igualdad, que en favor de la libertad” Si todos los hombres fueran iguales nadie podría ejercer un poder tiránico; todos los hombres serían perfectamente libres, porque serían del todo iguales, y perfectamente iguales porque serían del todo libres: este es el objeto ideal que persiguen todos los pueblos democráticos. Los pueblos democráticos tienen un gusto natural por la libertad, pero tienen por la igualdad una pasión ardiente: quieren la igualdad en la libertad. Capítulo 2 “El individualismo en los países democráticos” El individualismo es un sentimiento pacífico y reflexivo que predispone a cada ciudadano a separarse de la masa de sus semejantes, a retirarse en un paraje aislado, con su familia y sus amigos. No es egoísmo, se da en la democracia y amenaza desarrollarse a medida que las condiciones se igualan. Capítulo 4 “De qué manera combaten los norteamericanos el individualismo con instituciones libres” Las instituciones libres y los derechos políticos que poseen los habitantes de Estados Unidos dirigen su espíritu hacia la idea de que el deber y el interés de los hombres es ser útiles a sus semejantes. Se ocupan del interés general por necesidad y a fuerza de trabajar por el bien de sus conciudadanos, adquieren al fin el gusto y el hábito de servirlos. Capítulo 8 “De qué manera los norteamericanos combaten el individualismo con la doctrina del interés bien entendido” La doctrina del interés bien entendido no es nueva pero en los norteamericanos ha sido universalmente admitida y se ha hecho popular. No niegan a cada uno el derecho de seguir su interés, pero se esfuerzan en probar que éste consiste en ser honrados. Capítulo 9“De qué manera aplican los norteamericanos la doctrina del interés bien entendido en materia de religión” La doctrina del interés bien entendido no podría ser una verdad suficiente sin mirar más allá de este mundo. En el caso del cristianismo, este dice que es necesario amar al prójimo como a uno mismo para ganar el Cielo, pero también nos enseña que se debe hacer el bien a nuestros semejantes por amor a Dios. De igual manera, las demás religiones se sirven de este medio para conducir a los hombres: la doctrina del interés bien entendido acerca a los hombres a las creencias religiosas. Tercera Parte “Influencia de la democracia en las costumbres propiamente dichas” Capítulo 11 “De qué manera la igualdad de condiciones contribuye a mantener las buenas costumbres en Norteamérica” La igualdad de condiciones no produce por sí sola la regularidad de las costumbres; pero no se puede durar que la facilita y la aumenta. Por otra parte, Tocqueville comenta “todos los hombres que viven en los tiempos democráticos, contraen los hábitos intelectuales de las clases industriales y comerciantes, su espíritu toma un giro serio, especulador y positivo, que se desvía voluntariamente de lo ideal, para dirigirse hacia algún fin visible y próximo, que se presenta como el objeto natural y necesario de sus deseos. La igualdad no destruye la imaginación pero sí la limita”. (estudiantesdefsoc.com.ar)


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