Pobreza             

 

Pobreza:
Circunstancia económica en la que una persona carece de los ingresos suficientes para acceder a los niveles mínimos de atención médica, alimento, vivienda, vestido y educación. La pobreza relativa es la experimentada por personas cuyos ingresos se encuentran muy por debajo de la media o promedio en una sociedad determinada. La pobreza absoluta es la experimentada por aquellos que no disponen de los alimentos necesarios para mantenerse sanos. Sin embargo, en el cálculo de la pobreza según los ingresos, hay que tener en cuenta otros elementos esenciales que contribuyen a una vida sana. Así, por ejemplo, los individuos que no pueden acceder a la educación o a los servicios médicos deben ser considerados en situación de pobreza.

Pobreza Pobreza Pobreza Pobreza

Las personas que, por cualquier razón, tienen una capacidad muy por debajo de la media para ganar un salario, es probable que se encuentren en situación de pobreza. Históricamente, este grupo viene formado por personas mayores, discapacitados, madres solteras y miembros de algunas minorías. En los países occidentales, un sector considerable de población en situación de pobreza (el 30%) está constituido por madres solteras con hijos. Esto no se debe únicamente a que las mujeres que trabajan fuera de casa suelen ganar menos que los hombres, sino fundamentalmente a que una madre soltera tiene dificultades para poder cuidar a sus hijos, ocuparse de su vivienda y obtener unos ingresos adecuados al mismo tiempo. Otros grupos son los discapacitados con personas a su cargo, familias numerosas y otras en las que el cabeza de familia está en situación de desempleo o tiene un salario mínimo. La falta de oportunidades educativas es otra fuente de pobreza, ya que una formación insuficiente conlleva menos oportunidades de empleo. Gran parte de la pobreza en el mundo se debe a un bajo nivel de desarrollo económico. China e India son ejemplos de países superpoblados en vías de desarrollo en donde, a pesar de la creciente industrialización, la pobreza es notoria. El desempleo generalizado puede crear pobreza incluso en los países más desarrollados. La crisis de 1929 empobreció a millones de estadounidenses y europeos durante la década de 1930. Lógicamente las fluctuaciones económicas menos graves, denominadas recesiones, causan un aumento menor del índice de pobreza.

Pobreza Pobreza india-child-poverty-joshua-doubek-attribution-share-alike india-child-poverty-steve-evans-attribution

Efectos:
Decenas de miles de personas en situación de pobreza fallecen cada año a causa del hambre y la malnutrición en todo el mundo. Además, el índice de mortalidad infantil es superior a la media y la esperanza de vida inferior. Parece inevitable que la pobreza esté, según los criminólogos, vinculada al delito, aun cuando la mayor parte de las personas con muy bajos ingresos no sean delincuentes y estos últimos no suelan sufrir graves carencias. Otros problemas sociales, como las enfermedades mentales y el alcoholismo, son más habituales, debido a que son causas y efectos de la escasez de recursos económicos y de una atención médica inadecuada.

Distribución:
La pobreza ha sido considerada como indicador de desigualdad de clase social y sexo en las sociedades industriales, en donde las mujeres que viven solas y las familias de clase baja presentan el nivel más bajo de pobreza. Asimismo, ha sido considerada como un indicador de trato económico desigual entre los países desarrollados y en vías de desarrollo, estando la riqueza acumulada en los primeros y la pobreza en los segundos, lo que forma la denominada línea Norte-Sur. Las zonas más pobres del mundo son el sur de Asia (Bangladesh, India y Pakistán), los países subsaharianos, norte de África, Oriente Próximo, Latinoamérica y este de Asia.


Teoría de la dependencia:
Subordinación económica y tecnológica que sufren los países subdesarrollados respecto de los industrializados. A finales de la década de 1950, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) realizó diversas investigaciones para explicar el subdesarrollo económico y social que experimentaban numerosos países. De allí surgió la teoría de la dependencia, subordinación de los países ‘periféricos’ (naciones históricamente explotadas desde que constituían las colonias de las grandes metrópolis) a los países ‘centrales’ (los más industrializados). Se afirmaba que la actividad exportadora de materias primas baratas era correspondida con una actividad importadora de bienes manufacturados caros. La necesidad de importar tecnología para producir localmente los bienes indispensables para satisfacer a los mercados emergentes, y llegar así a un sistema de autogestión, se tradujo en la adquisición de una enorme deuda pública surgida de los préstamos a los que se vieron forzados a acudir los países subdesarrollados para comprar los productos más indispensables. En todo este proceso intervienen además los intereses de las grandes empresas multinacionales que dominan el comercio internacional mediante el control de los precios de las materias primas básicas y la gestión de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

bangladesh-dhaka-shanty-SuSanA-Secretariat-attribution south-africa-kayamandi-public-domain soweto-shanty-medpro-attribution soweto-shanty-town-matt80-attribution


Nivel de vida:
En economía, estimación de la cantidad de riqueza y de la prosperidad de la población de un país. Por lo general se estima el nivel de vida en función de bienes materiales, de los ingresos obtenidos y los bienes de consumo que se pueden adquirir con aquéllos, pero no se tiene en cuenta, por ejemplo, la contaminación atmosférica, que sí se estima al analizar la 'calidad de vida'. Existen numerosos métodos para estimar y comparar el nivel de vida de un país con el de otro, pero ninguno de estos métodos tiene en cuenta conceptos como 'felicidad personal'. La renta nacional per cápita es una de las formas más comunes de calcular el nivel de vida de un país y consiste en dividir el producto interior bruto (PIB) por la población, estableciendo así el PIB per cápita. Si la población crece a una tasa menor que la del PIB, el nivel de vida está aumentando. Si la población crece más deprisa que el PIB el nivel de vida disminuye. Pero el PIB per cápita, al ser una media aritmética, no permite ver la distribución de la renta entre la población. Por ejemplo, en algunos países latinoamericanos y asiáticos la riqueza está concentrada en manos de una pequeña minoría; la amplia mayoría de la población no tiene ingresos y sobrevive con una agricultura de subsistencia. Para comparar el PIB per cápita entre países es necesario dar estas cifras en una única unidad monetaria (por ejemplo, el dólar estadounidense), lo que permite hacerse una idea aproximada de las diferencias en el nivel de vida entre países. Una de las desventajas de utilizar este método para comparaciones internacionales es que no tiene en cuenta el coste de la vida de cada país. Por ello, muchos analistas prefieren comparar el nivel de vida entre países utilizando la Paridad del Poder Adquisitivo (PPA), que tiene en cuenta la cantidad de bienes y servicios que se pueden adquirir en un país con el PIB per cápita dado en moneda nacional. Las estimaciones de la PPA suelen mostrarse según una escala que va de cero a cien, siendo cien la PPA existente en Estados Unidos. Las diferencias entre países que se obtienen utilizando uno u otro método (el PIB per cápita o la PPA) varían mucho dependiendo de qué países se estén comparando. Por ejemplo, al margen del indicador que se aplique, los niveles de vida de Australia y del Reino Unido representan las tres cuartas partes del nivel de vida de Estados Unidos. Sin embargo, el PIB per cápita japonés es un 20% superior al estadounidense, mientras que la PPA en Estados Unidos es un 18% superior a la de Japón. Otro indicador del nivel de vida es el Índice de Desarrollo Humano (IDH). Creado por el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) en 1990, determina el nivel de vida teniendo en cuenta, además del PIB per cápita, el grado de alfabetización de la población adulta y la esperanza de vida, por lo que refleja, hasta cierto punto, la calidad de vida de la población en estudio. Al igual que la PPA, el IDH utiliza una escala que va de cero a cien. Según este indicador, los niveles de vida de Australia, Reino Unido, Japón y Estados Unidos son muy similares y están entre los diez más altos del mundo. Existen muchos otros indicadores del nivel de vida, como la tasa de mortalidad infantil o el número de coches por persona. (Encarta)


Beneficios económicos de destinar recursos a la infancia:
La razón principal es que permiten capitalizar el talento natural de niños pobres, que de otra manera se hubiera echado a perder. Gracias a estas “inversiones sociales”, niños que de otra manera no hubieran podido desarrollar todo su potencial terminan convirtiéndose en adultos productivos que realizan contribuciones a su sociedad y ahorran gasto público en políticas de bienestar correctivas o paliativas. De estos niños que han visto mejoradas sus condiciones de partida cabe esperar mayores aportaciones fiscales, mayores competencias en el desempeño de sus empleos, mayor potencial para innovar y aportar creatividad en la economía del conocimiento. En definitiva, mayor productividad y capacidad para contribuir a la sostenibilidad de nuestro Estado de bienestar. Por otra parte, prevenir situaciones de vulnerabilidad económica en la infancia ahorra costes. Los efectos corrosivos de la pobreza sobre las personas a lo largo de la vida son de sobra conocidos. La pobreza afecta al bienestar inmediato de la infancia, pero también deja cicatrices sobre su salud, que redundan en costes sanitarios. Estos efectos se pueden prevenir en buena medida. También se pueden prevenir costes relacionados con situaciones de desintegración, marginación y fractura social provocadas por la pobreza y la desigualdad. El enquistamiento de situaciones de pobreza genera desafección, que deriva muchas veces en tensiones sociales, socavando las bases de confianza y convivencia en que se fundamentan nuestros sistemas sociales y políticos. Son costes difíciles de calibrar, porque afectan a algo tan difícilmente aprehensible como la cohesión social. Pero se materializan en gasto público, volcado en servicios sociales, o incluso en la industria de la seguridad ciudadana. Como recuerdan los investigadores Richard Wilkinson y Kate Pickett, las sociedades más desiguales gastan más recursos para protegerse frente a amenazas reales e imaginadas provocadas por la pobreza: policías, seguridad privada o instituciones penitenciarias. Se han puesto cifras a los costes totales de la pobreza infantil. Lo han hecho distintas investigaciones en EE.UU. Marc R. Rank, en un estudio reseñado recientemente en The New York Times, los estimaba en el 5,4% del PIB. Es probable que en España el impacto sea menor. Pero imagínense las posibilidades económicas que abriría reducir un coste como este a una cuarta parte, o a la mitad. (Pau Marí-Klose, 2018)


(*):Según Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Oxfam Internacional, la encuesta de Oxfam de 2014 evidencia de forma clara que, en todo el mundo, la gente exige cada vez más intensamente que se combata la desigualdad y la pobreza.
(*): Relacionados con la pobreza y presentes en su entorno pueden identificarse para su estudio otros indicadores como el empoderamiento (actuar bajo presión u obligación); la seguridad física (ser víctima de robo o violencia física); la capacidad de desarrollarse sin sentir vergüenza (estigmatización social de la pobreza, discriminación, humillación o discriminación); la calidad del empleo; la falta de redes de protección social o soledad; y el bienestar psicológico, es decir, la baja autoestima.

● Erradicar la pobreza no es un acto de caridad, es un acto de justicia. (Nelson Mandela, 1918-2013)


[ Inicio | Aldeas infantiles | Hambre | Hambre 2 | FAO | Desempleo | Tercera edad | Africa | Notas ]