Magreb: Geografía física             

 

Magreb: Geografía física:
[en árabe, al-Yazirat al-Maghrib, ‘la tierra de ocaso del Sol’, ‘la tierra del Oeste’, ‘la tierra de Poniente’]. Amplia región geográfica del norte de África que se corresponde con la parte más occidental del mundo árabe-musulmán, por oposición a la parte oriental, conocida en árabe como al-Masrek (‘el Oriente’). Habitualmente ha sido definida como la región del norte y noroeste de África localizada entre el océano Atlántico al oeste y Egipto al este, y limitada al norte por el mar Mediterráneo y al sur por el desierto del Sahara. La extensión del área cubierta por la región varía: algunas teorías limitan el Magreb al territorio formado por Marruecos, Argelia y Túnez; otras también incluyen a Libia y Mauritania; en tanto que teorías de menor aceptación incluyen partes del norte de Chad y Malí. La principal organización regional es la Unión del Magreb Árabe (UMA), fundada en 1989 e integrada, de este a oeste, por Libia, Túnez, Argelia, Marruecos y Mauritania. En este artículo el Magreb está considerado como la región formada por estos cinco estados más el disputado territorio del Sahara Occidental, localizado entre Mauritania y Marruecos y ocupado desde 1979 por este último.

Aunque integrado en el mundo islámico desde hace más de 1.000 años, el Magreb ha sabido mantener una identidad diferenciada, debido, en gran medida, a su posición geográfica en la encrucijada entre Europa, África y el Oriente Próximo, así como a las variadas influencias recibidas tras miles de años de contacto con culturas procedentes de las tres regiones. Estas influencias pueden sentirse todavía entre los habitantes del Magreb. Mientras países como Marruecos y Túnez miran al norte, con el fin de incrementar los vínculos económicos con Europa occidental, la sociedad y la actividad política en la región se están viendo afectadas por la influencia de algunas teorías procedentes del Este, a través del aumento de movimientos que llaman a un retorno a los valores del islam en su versión más estricta.

Geografía física:
El Magreb ocupa una superficie ligeramente superior a los seis millones de km2 y está dominado, fisiográficamente hablando, por la cordillera del Atlas, que se extiende de forma más o menos paralela hasta la costa por el noroeste y el norte, y por el desierto del Sahara, que ocupa casi el 80% del área de la región. Existe, además, una zona de transición entre las montañas y el desierto, y una fértil franja costera entre las montañas y el mar. Esta última y, en menor medida, el área montañosa, albergan la mayor parte de las tierras de cultivo, la población y la actividad económica de la región.

La cordillera del Atlas:
El inmenso sistema montañoso del Atlas se extiende a lo largo de 2.000 km desde el suroeste de Marruecos hasta el noreste de Túnez. En Marruecos se divide en varias zonas: el Rif, el Anti-Atlas, el Alto Atlas y el Atlas Medio. El Alto Atlas (también llamado Gran Atlas), en el centro-sur de Marruecos, es la parte más elevada del sistema montañoso: el monte Toubkal, con 4.165 m de altitud, es el punto máximo de la cordillera en esta zona. En Argelia, el Atlas sahariano se extiende al sur, mientras que el Atlas marítimo o telliano lo hace por el norte. Este último se prolonga por Túnez bifurcado en la cordillera Dorsal y en el Tell septentrional (también conocido como macizo Aurès). Constituida por numerosos oueds o ueds (valles fluviales secos de escasa vegetación que descienden de las montañas), las numerosas divisorias de aguas existentes provocan que los distintos ramales del Atlas se dividan entre la vertiente mediterránea y la saharaui, a menudo separadas por elevadas mesetas entremedias. La vertiente costera del Atlas está formada por una serie de llanuras costeras. La vertiente desértica incluye una zona semiárida intermedia, que constituye el dominio de la altiplanicie, una región de tierras altas y llanas que se extiende por el este de Marruecos, el oeste de Argelia —en este último país entre el Atlas telliano y el Atlas sahariano— y el suroeste de Túnez. En Libia la zona mediterránea es muy reducida, incluyendo tan sólo en el noroeste (la antigua región de Tripolitania) una estrecha franja costera bordeada por las colinas de Jabal Nafusah, y en el noreste (la antigua región de Cirenaica) una zona de llanuras y de colinas profundamente diseccionadas, como las de Jabal al-Ajdar. Estas regiones están separadas por el golfo de Sirte, que corta al sur la región del Sahara. Ni Sahara Occidental ni Mauritania tienen zona litoral propiamente dicha; en ambos, el desierto llega hasta la costa. Mauritania, no obstante, posee una fértil región que se extiende a lo largo del valle del río Senegal, en la frontera meridional.

La región del Sahara:
El Sahara es la zona desértica más grande y más árida del mundo. Su relieve, predominantemente llano, está salpicado por ocasionales altiplanicies y por un reducido número de aislados sistemas montañosos, entre los que destacan los picos volcánicos de Ahaggar (o Hoggar), en el sur de Argelia, y el macizo Tibesti, en la frontera de Libia con Chad. El Sahara cubre la totalidad del territorio del Sahara Occidental, la mayor parte de Mauritania, Argelia y Libia, e importantes regiones de Marruecos y Túnez. Fuera del Magreb, el desierto se extiende por el este hasta Egipto y Sudán, y por el sur hasta fundirse con el Sahel, la región semiárida interior de África occidental. Sus extensos mares de arena y las llanuras de rocas fragmentadas y esparcidas actúan como una formidable barrera de contacto entre África septentrional y África subsahariana. No obstante, se trata de una barrera que ha sido atravesada durante más de 2.500 años por caravanas dedicadas al comercio que utilizaban las rutas que unían los oasis del desierto. También durante miles de años el Sahara fue explotado por sus ricos yacimientos de sal, que se convirtió en un artículo comercial básico para las caravanas que se desplazaban por el sur hacia el África occidental. En la actualidad, sus riquezas minerales, entre las que destacan el petróleo y el gas natural, son incluso más importantes para las economías de los países que integran el Magreb.

Recursos hídricos:
El Magreb en su conjunto es una región con escasez de recursos hídricos. La agricultura intensiva y la sedentarización están restringidas a las áreas, relativamente bien drenadas, próximas a las costas atlánticas y mediterráneas. La mayor parte de los ríos y arroyos de la región son intermitentes, presentándose durante la mayor parte del año en forma de canales secos o wadis (también denominados uadis); en el interior árido, los asentamientos humanos y la actividad económica han dependido de los oasis, alimentados por las reservas de agua subterráneas o artesianas. Libia y el Sahara Occidental carecen de ríos permanentes. Desde la década de 1970, no obstante, Libia ha comenzado a explotar, e incluso pueden estar en peligro de sobreexplotación, sus reservas acuíferas subterráneas, principalmente a través del Proyecto Gran Río Artificial, comenzado a mediados de la década de 1980. Los demás países cuentan con un número reducido de ríos. Todos, excepto el Senegal —el único río permanente de Mauritania—, son cortos, fluyen a lo largo de la llanura costera y son alimentados por cabeceras localizadas en la cordillera del Atlas. El tunecino río Majardah (o Mejerda) y sus tributarios del norte son los únicos ríos permanentes. Entre los escasos ríos argelinos de longitud considerable cabe mencionar al Chelif, el más extenso del país. Marruecos es el país con mayor número de ríos permanentes, incluido el Muluya, que desemboca en el Mediterráneo, y el Um er Rbia, el Sebu y el Sus, que desaguan en el Atlántico.

Clima y vegetación:
Las condiciones climáticas mediterráneas dominan las regiones costeras de Marruecos (tan sólo el litoral septentrional), Argelia, Túnez y la mayor parte de Libia. De septiembre a mayo el tiempo es tormentoso y las precipitaciones en algunos lugares son lo suficientemente abundantes como para permitir el desarrollo de una agricultura sin necesidad de regadío. El resto del año es cálido y seco, dominado por sistemas climáticos saharianos que generan vientos cálidos y secos conocidos indistintamente como siroco, cheheli o chergui. En las zonas desérticas y semidesérticas (estepa) se suceden escasas precipitaciones a lo largo del año. En los meses de verano las temperaturas son muy elevadas, mientras que las noches de invierno pueden llegar a ser extremadamente frías. El Sahara tiene una vegetación escasa, dominada por herbazales resistentes a la sequía y por arbustos tales como la acacia. Los oasis y unos pocos uadis permiten la existencia de cultivos y palmeras, así como de herbazales. En las regiones semidesérticas del Magreb las precipitaciones, ligeramente superiores, permiten el crecimiento de herbazales, como el esparto, y de espino, así como de algunos cultivos a lo largo de los cursos fluviales. Una variedad de ámbitos mediterráneos dominan las montañas y el cinturón costero. La mayor parte de los bosques originarios han sido talados, si bien siguen albergando un gran número de hierbas y arbustos, además de algunas plantas herbáceas. En esta región se practica tanto la agricultura de regadío como la que utiliza el agua de lluvia para sostener la producción cultivada; también se ha desarrollado una actividad forestal de carácter comercial. (Encarta)


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