Africa descolonizada: Sanidad 2             

 

Sistemas de asistencia sanitaria en el África descolonizada:
Biomedicina occidental:
La biomedicina occidental surgió de la tradición científica de aprender lo que estaba establecido en las grandes universidades islámicas y había sido desarrollado en Europa. En el siglo XVI, exploradores, comerciantes y misioneros llevaron la joven biomedicina occidental a África occidental. Actualmente esta tradición es única por su forma de asociarse con los gobiernos nacionales, las organizaciones gubernamentales internacionales y el capitalismo. Su principio básico es que son los fenómenos físicos, tales como bacterias, virus o genes enfermos o mutantes, la causa de la enfermedad. El diagnóstico y el tratamiento se centran en el paciente individual, separado de la familia o de su comunidad social, cultural y espiritual. Basado en las ciencias biológicas y fisiológicas, el enfoque biomédico corrige la disfunción corporal aplicando tratamientos químicos, mecánicos y electrónicos específicamente diseñados y dirigidos a tratar una causa ofensiva bien definida. El resultado de este enfoque ha sido el desarrollo de una serie de especialidades, cada una de ellas con su propio equipamiento. La biomedicina occidental formó parte importante del imperialismo europeo en África. Su primer objetivo (aunque financiado con los impuestos de los africanos) era prevenir y curar las enfermedades tropicales que afectaban a los misioneros, comerciantes y administradores coloniales europeos.

Africa Mercy Africa Mercy Africa Mercy Médicos sin Fronteras

Desarrollo de la infraestructura:
Aunque los africanos obtuvieron la independencia de los poderes coloniales europeos, allí permanecieron los principios políticos y el sistema de gobierno europeos. Así, la biomedicina occidental se convirtió en el sistema sanitario oficial de los nuevos gobiernos nacionales africanos. En África, al igual que en Europa y América, la biomedicina occidental requiere inversiones continuas y crecientes. Los gobiernos africanos invierten cantidades importantes de sus fondos nacionales para establecer y mantener hospitales y clínicas así como programas médicos, de enfermería, de enseñanza de salud pública y de investigación. Las organizaciones internacionales de préstamos de fondos también invierten fuertemente en equipos médicos, suministros, medicamentos y otros materiales relacionados con la salud. Además, a diferencia de otros sistemas africanos de sanidad, la biomedicina requiere una inversión continua en transportes, electricidad, agua y sistemas de alcantarillado. El desarrollo de la biomedicina occidental en los países africanos está soportado por una serie de organizaciones externas que ofrecen servicios sanitarios a los pueblos africanos como, por ejemplo, misioneros médicos, organizaciones gubernamentales internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o la Organización Mundial de la Salud (OMS), organizaciones de ayuda de gobiernos extranjeros, tales como las Fuerzas de la Paz, y, cada vez de mayor relevancia, organizaciones internacionales no gubernamentales (ONGs). En las últimas décadas todas estas organizaciones han aumentado sus esfuerzos para proporcionar servicios sanitarios y de bienestar social, especialmente a las regiones afectadas por la guerra o los desastres naturales.

congo-dfid-hunger-russell-watkins-attribution-share-alike ONG Greenpeace ONG WWF ONG Amnistía Internacional

Hacia la integración de los sistemas:
Los sistemas espirituales indígenas e islámicos se caracterizan por tener orígenes comunes en cuanto a mitos y prácticas de los primeros pobladores africanos y de otros pueblos antiguos. Con el paso del tiempo estas creencias y prácticas se dispersaron y arraigaron en otras partes del mundo. Posteriormente con sus elementos modificados volvieron a África, donde siguen evolucionando y cambiando. Salvo la biomedicina individualista, materialista, cara, seglar, burocrática y en último término extranjera, los sistemas sanitarios de África presentan un enfoque holístico que incluye el bienestar mental y físico, una raigambre espiritual y cultural, una preocupación por las consecuencias sociales y una utilización de los materiales locales, lo que permite a los pueblos africanos moverse con facilidad entre ellos. Actualmente y a pesar de los muchos logros conseguidos tras la independencia, África se enfrenta a numerosos problemas que afectan profundamente a la salud pública. Continúa la creación de países con gobiernos políticamente inestables y existen dictaduras militares cuya prioridad es la compra de armas, grandes poblaciones desplazadas por la guerra y el hambre, conflictos religiosos, una corrupción extendida, el tráfico de medicamentos caducados y peligrosos y suministros médicos defectuosos, así como organizaciones de ayuda internacional que no respetan a los gobiernos nacionales. El pueblo sufre de pobreza, SIDA, problemas ecológicos y una urbanización acelerada. Todos estos problemas dificultan el funcionamiento de los sistemas sanitarios y en especial el de los sistemas biomédicos occidentales que dependen de una infraestructura sofisticada y de costoso mantenimiento. Considerando todas estas circunstancias, las autoridades sanitarias piden con urgencia más cooperación y unidad entre los diferentes sistemas. La colaboración o la cooperación entre los diferentes sistemas se acelera a medida que los miembros de las familias sanadoras indígenas se hacen doctores, enfermeras, boticarios o expertos en salud pública, y después vuelven a sus familias con estos conocimientos. Una cooperación más formal tiene lugar cuando los gobiernos ofrecen programas de enseñanza basados en la biomedicina para sanadores y parteras indígenas con la esperanza de que estos actúen después como educadores sanitarios y expertos en salud pública en programas de prevención de enfermedades. Los gobiernos también fomentan el desarrollo de asociaciones de sanación tradicionales en el ámbito local y nacional orientadas hacia la autorregulación y la concesión de licencias, con la esperanza de utilizar estas asociaciones en programas de salud patrocinados por el gobierno. Parece que la gran inestabilidad de muchos países africanos jóvenes acelerará esta colaboración. Los sistemas sanitarios africanos existentes siguen su evolución. Al igual que en el pasado, los médicos de cada sistema seguirán buscando nuevas formas de coexistencia con los demás sin perder por ello su identidad. Sería un craso error proyectar el futuro de los sistemas sanitarios africanos a imagen y semejanza de los de los estados capitalistas avanzados, donde prima la biomedicina. Los estados postindustriales avanzados cada vez son menos capaces de controlar los costes sanitarios, distribuir los servicios de forma equitativa, integrar los numerosos sistemas sanitarios alternativos que compiten con el sistema oficial, o regular la turbulenta industria sanitaria biomédica internacional. Estos sistemas como tales no son dignos de imitación. En lugar de diseñar el futuro sistema sanitario africano como un sistema controlado por el gobierno y de tipo biomédico y capitalista, sería más adecuado imaginar un sistema con opciones abiertas. La medicina tradicional africana, la sanación espiritual y la medicina islámica son poderosos fenómenos locales e internacionales. Los africanos en África, Europa y América, incluidos los sanadores, comparten sus conocimientos en sus viajes. Dado que la tradición científica de la sanación islámica llegó a la biomedicina occidental, los biomédicos musulmanes de todo el mundo buscan ahora formas de armonizar la biomedicina occidental con las tradiciones islámicas. Tanto en África como en Sudamérica, el Caribe o Norteamérica, donde residen grandes poblaciones de africanos o musulmanes, todas estas prácticas florecen junto con la biomedicina occidental, que a su vez continúa su desarrollo como un esfuerzo capitalista influenciado en gran medida por los gobiernos aunque, sin embargo, proporciona la necesidad, el espacio y la oportunidad para que estos otros sistemas aumenten su eficacia y popularidad como sistemas sanitarios con un toque humano. La colaboración entre todos estos sistemas será el futuro de los sistemas sanitarios africanos, igual que lo fue en el pasado, aunque ahora con mayor eficacia y complejidad. Tal vez este modelo también sea el futuro de los sistemas sanitarios occidentales. Acerca del autor: Oliver Osborne es profesor emérito de la Universidad de Washington, en Seattle, donde imparte clases en la Escuela de Enfermería y en el Departamento de Antropología. Obtuvo su doctorado en antropología en 1968 trabajando con el pueblo yoruba de Nigeria, donde le ofrecieron una jefatura por sus servicios a la comunidad durante un periodo de guerras internas. Osborne fue el creador de la disciplina de Antropología Médica y ha realizado diferentes estudios y consultorías internacionales. (Oliver Osborne)


[ Inicio | Leche | Desempleo | Servicios Sociales | FAO | Notas | Caravana ]