Refugiados             

 

Refugiados:
Personas que han huido o han sido expulsadas de su patria a causa de una catástrofe natural, guerra u ocupación militar, o como consecuencia de una persecución religiosa, racial o política. Según la Convención de Ginebra de 1951, un refugiado es una persona que 'debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de su país; o que careciendo de nacionalidad y hallándose, a consecuencia de tales acontecimientos fuera del país donde antes tuviera su residencia habitual, no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera regresar a él'. Una persona es un refugiado, ya se haya reconocido o no su estatuto, a través de un procedimiento legal definido por cada gobierno, que determina la situación legal de esa persona y sus derechos y beneficios. Los refugiados tienen derecho de asilo en condiciones de seguridad y deberían recibir al menos la ayuda básica y los mismos derechos que cualquier otro extranjero que sea residente legal. Así, tienen derechos civiles básicos, incluyendo la libertad de pensamiento, de movimiento, y el derecho al respeto como persona. De igual forma, los derechos económicos y sociales se aplican a los refugiados al igual que a otros individuos: derecho a asistencia médica, derecho a trabajar para los adultos y derecho a la escolarización para los niños.

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Historia:
A lo largo de los tiempos, la opresión y las catástrofes han sido las causas que han obligado a las personas a huir de su país. Ya la Biblia menciona la huida de Egipto de los israelitas que estaban sojuzgados por los distintos faraones. En el siglo XVII los puritanos (véase Puritanismo) ingleses que buscaban la libertad religiosa se establecieron en el Nuevo Mundo. En el siglo XVIII la nobleza huyó de Francia durante la Revolución Francesa y a mediados del siglo XIX fueron numerosos los exiliados políticos que abandonaron Europa central y meridional. En España, por motivos religiosos o políticos se produjeron numerosas expulsiones de grupos sociales que tuvieron que refugiarse en otros países. Existen dos momentos relevantes, las expulsiones de judíos y moriscos, por razones religiosas durante los siglos XV a XVII, y los de liberales o absolutistas (véase Absolutismo) durante el siglo XIX por motivos políticos. Los refugiados políticos del siglo XIX encontraron lugar de acomodo en Francia y en Inglaterra, países donde con frecuencia se sucedían los refugiados de una y otra tendencia. Después de la I Guerra Mundial, grandes masas huyeron de Asia Menor, del Imperio Ruso y de los Balcanes. En la década de 1930 muchas personas huyeron de China a causa de la invasión japonesa y de España a raíz de la victoria franquista en la Guerra Civil (1936-1939). Los exiliados republicanos españoles tuvieron que refugiarse en África del Norte y en Francia, país donde se improvisaron numerosos campos de concentración de refugiados, que llegaron a albergar a medio millón de personas. En México y otros países de América Latina se refugiaron también los más de 20.000 españoles llegados como consecuencia de la emigración republicana. Durante la II Guerra Mundial, la amenaza de los nazis provocó la huida de 7 millones de judíos y de numerosas personas contrarias a su política. Al finalizar la II Guerra Mundial, y hasta la década de 1970, un gran número de países occidentales, con el fin de ayudar a millones de personas desplazadas, aprobaron programas para admitir refugiados de Europa oriental y otras zonas geográficas. En este mismo periodo fueron también numerosas las situaciones que provocaron un aumento de la población de desplazados: la independencia de Indonesia, la invasión china del Tíbet, la ocupación de territorios palestinos en Israel o el triunfo de la Revolución Cubana.

Los refugiados a finales del siglo XX:
En 1975, cuando finalizó la guerra de Vietnam con la toma de Saigón, cientos de miles de vietnamitas huyeron en barco, sufriendo a menudo hambre y piratería antes de poder ser rescatados o admitidos en un país vecino. Muchos de estos refugiados se establecieron en Estados Unidos, Francia, Australia y Canadá. En Asia, la revolución y la guerra han obligado a huir de su país a kurdos, chiitas o iraníes. Durante la ocupación soviética de Afganistán (1979-1989), más de 5 millones de afganos abandonaron su patria, estableciéndose la mayoría en Pakistán e Irán. En 1991, los afganos eran el grupo de refugiados más numeroso del mundo, con más de 6 millones de personas. A partir de 1992 empezaron a retornar a su país, y cuatro años después habían descendido a 2,7 millones de personas. En las décadas de 1970 y 1980, exiliados soviéticos, alemanes orientales, turcos y paquistaníes se establecieron en Alemania occidental. Gran Bretaña aceptó, entre otros, a asiáticos expulsados de Uganda y a chipriotas y libaneses. Aproximadamente un tercio del limitado número de judíos que pudieron abandonar la URSS huyeron a Israel, y el resto a Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. En América Latina los refugiados que tuvieron que huir de Chile, Argentina y Nicaragua en las décadas de 1970 y 1980 se establecieron en los países vecinos o en Europa: España fue centro de reunión de numerosos exiliados políticos que huían de las dictaduras de Argentina, Chile o Uruguay. Cuba, que había recibido refugiados de Chile y Uruguay entre otros, permitió a sus súbditos abandonar el país a principios de la década de 1980. En el verano de 1994 se produjo otro éxodo masivo de cubanos hacia Estados Unidos, de los cuales más de 10.000 tuvieron que refugiarse en Panamá. En este mismo periodo, la guerra civil en El Salvador y la pésima situación en países como Guatemala produjeron una huida masiva de refugiados. Hay que destacar la posición de México entre los países receptores de refugiados, ya que, obedeciendo a una larga tradición, siempre ha mantenido abiertas sus fronteras a los refugiados procedentes de América Latina, pero también de otros países. La caída del comunismo (1989-1991) en Europa del Este y en la URSS trajo consigo una liberalización de las restricciones de salida, dando lugar a una mayor migración de judíos hacia Israel. En la antigua Yugoslavia, se estima que desde 1991 hasta 1994 unos 4 millones de personas huyeron de sus hogares como consecuencia de la guerra. Ese mismo año, la guerra civil de Ruanda obligó a millones de personas a huir de su país y a refugiarse cruzando la frontera. En África (configurada por más de 40 países y 600 etnias) se encuentran aproximadamente un tercio de los refugiados del mundo (más de 8 millones), azotados por el hambre o por las luchas de liberación, que huyen de la opresión racial y étnica, y de las dificultades económicas. Atrapados en el torbellino que caracteriza a los países en vías de desarrollo del siglo XX, algunos países sufren de forma simultánea la inmigración y la emigración de refugiados, además de la frecuente repatriación de sus exiliados.

Ayuda internacional:
Hasta principios del siglo XX, los refugiados, cuya supervivencia dependía de la ayuda de organizaciones privadas, carecían de derechos legales y de protección oficial alguna. A partir de la I Guerra Mundial se crearon diversas organizaciones internacionales para ofrecerles protección y asistencia. La mayoría fueron creadas para ayudar a un grupo específico en una determinada zona geográfica y en un momento dado. Actualmente, la protección legal y la asistencia material a los refugiados están dirigidas por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). El ACNUR, creado en 1951 para acomodar a los refugiados que quedaban en los campamentos después de la II Guerra Mundial, continuó la labor de la Organización Internacional para los Refugiados. Esta organización había sustituido, a su vez, al Alto Comisionado de la Sociedad de Naciones para los Refugiados, primera asociación internacional de este tipo (creada en 1921). Ese mismo año se celebró la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, génesis de su protección internacional. La Convención define quién es un refugiado y establece una serie de derechos para ellos, además de las obligaciones de los estados. El Protocolo de 1967 eliminó las restricciones geográficas y temporales de la Convención. En 1951 se fundó el Comité Intergubernamental de Migración, formado por 33 países. Su principal función era organizar el traslado de los refugiados a los países de asilo. Otro de sus objetivos era impulsar el desarrollo económico y social de los países de nueva creación. La Agencia de Naciones Unidas para la Ayuda a los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA) se ocupa de los refugiados de Palestina que huyeron de Israel después de la primera Guerra Árabe-israelí (1948) y que no fueron admitidos por los estados árabes vecinos. Hoy las asociaciones gubernamentales de refugiados colaboran con organizaciones no gubernamentales (ONGs). Entre estas últimas se encuentran el Comité Internacional de Rescate, el Comité Internacional de la Cruz Roja y el Consejo Internacional de Asociaciones de Voluntariado. La situación legal de los refugiados se recoge en dos documentos de la Organización de las Naciones Unidas: la Convención de Ginebra de 1951 y el Protocolo de 1967. Estos documentos especifican derechos y deberes de los refugiados, como el derecho al trabajo, a asistencia pública, a educación elemental, a la defensa en los tribunales y a la seguridad social.

Situación actual:
A principios de 2003, el número de personas bajo el amparo del ACNUR era de 20,6 millones (esto es, aproximadamente una de cada 300 personas en el mundo). Destacan dos tendencias: el gran incremento en el número de civiles desplazados que regresaron a sus hogares, principalmente en el caso de Afganistán, y el descenso igualmente importante del número de nuevos refugiados. Aproximadamente 3,6 millones de refugiados y otros grupos asistidos por la agencia regresaron a sus casas, entre ellos cerca de dos millones de refugiados afganos procedentes de los vecinos Pakistán e Irán, así como 750.000 civiles desplazados dentro del propio Afganistán, los denominados desplazados internos. Hubo otros retornos significativos en Angola, Sierra Leona, Burundi, Bosnia-Herzegovina, Sri Lanka y Rusia. Los mayores flujos se dan en el cinturón de países africanos que se extiende desde Liberia y Costa de Marfil, en el oeste, hasta Somalia, en el extremo oriental. Los estados de África occidental, junto con Colombia y Afganistán, también han registrado un incremento de sus poblaciones de desplazados internos.

Perspectivas:
Dado que en algunos países siguen existiendo causas de agitación política y económica (privación de derechos humanos, guerras civiles, carencia de alimentos y otros recursos), se estima que el movimiento a gran escala de refugiados se va a mantener, e incluso a intensificar, a medida que la población mundial siga en aumento, en especial en los países más pobres. A pesar de que se producen menos conflictos entre países, son las guerras civiles (se estima que hay unas 35 en el mundo) y los conflictos entre diferentes etnias los que provocan la expulsión de cada vez más personas de sus hogares. Desde 1990, alrededor de 10 millones de refugiados han retornado a sus países de origen; sin embargo, el número de desplazados internos continúa aumentando y nuevos grupos se han visto obligados a huir. (Encarta)


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