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Escritoras españolas:
Santa Teresa de Jesús (1515-1582):
Religiosa, Doctora de la Iglesia, mística y escritora española, fundadora de las carmelitas descalzas, rama de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (o carmelitas). También es conocida por el nombre de santa Teresa de Ávila. Teresa de Cepeda y Ahumada, su verdadero nombre, nació el 28 de marzo de 1515 en Ávila. Estudió en el convento de las agustinas y en 1535 ingresó en el convento carmelita de la Encarnación. En 1555, después de muchos años de sufrir grave enfermedad y someterse a ejercicios religiosos cada vez más rigurosos, experimentó un profundo despertar en el que vio a Jesús, el infierno, los ángeles y los demonios. En ocasiones sintió agudos dolores que, según sus palabras, estaban provocados por la punta de la lanza que un ángel le clavaba en el corazón. Disgustada a causa de la indisciplina de las carmelitas, decidió emprender la reforma de la orden y se convirtió, con el apoyo del Papa, en una dura oponente para sus inmediatos superiores religiosos. En 1562 consiguió fundar en Ávila el convento de San José, la primera comunidad de monjas carmelitas descalzas, en el que reforzó el cumplimiento estricto de las primitivas y severas reglas de la orden. Sus reformas fueron aprobadas por el director de la orden y en 1567 se le permitió fundar otros conventos similares para religiosos. Con la ayuda de san Juan de la Cruz, santa Teresa organizó una nueva rama del Carmelo. Contó también con el apoyo del padre Antonio de Heredia. Aunque siempre acosada por poderosos y hostiles funcionarios eclesiásticos, logró fundar 16 casas religiosas para mujeres y 14 para hombres. Dos años antes de morir, las carmelitas descalzas recibieron el reconocimiento del Papa como orden monástica independiente. Murió el 4 de octubre de 1582 en Alba de Tormes y fue enterrada en el convento de la Anunciación de este municipio salmantino. Además de una mística de extraordinaria profundidad espiritual, santa Teresa fue una organizadora muy capaz, dotada de sentido común, tacto, inteligencia, coraje y humor. Purificó la vida religiosa española de principios del siglo XVI y contribuyó a fortalecer las reformas de la Iglesia católica desde dentro, en un periodo en que el protestantismo se extendía por toda Europa. Sus escritos, publicados después de su muerte, están considerados como una contribución única a la literatura mística y devocional y constituyen una obra maestra de la prosa española. Destacan: su autobiografía espiritual, Camino de perfección (1583), libro de consejos para las monjas de su orden; Castillo interior (1577), volumen más conocido por el título Las Moradas, que contiene una descripción elocuente de su vida contemplativa, y El libro de las fundaciones (1573-1582), un documento sobre los orígenes de las carmelitas descalzas. Canonizada en 1622, en 1970 se convirtió (junto con santa Catalina de Siena) en la primera mujer elevada por la Iglesia católica a la condición de Doctora de la Iglesia. Su festividad se celebra el 15 de octubre.

Emilia Pardo Bazán (1852-1921):
Además de novelas escribió poemas y crítica, introductora del naturalismo en España. Nació en La Coruña. Era hija de los condes de Pardo Bazán, título que heredaría en 1890. Recibió los estudios elementales propios de una mujer de su condición social, pero su avidez por saber y una autodisciplina autodidacta y sistemática hicieron que se convirtiera en una mujer culta y experta en diferentes disciplinas humanistas. En 1868 se casó con José Quiroga y el matrimonio se trasladó a vivir a Madrid desde donde hacían frecuentes viajes a Francia, Italia, Suiza, Austria e Inglaterra; sus impresiones las dejó reflejadas en libros como Al pie de la torre Eiffel (1889), Por Francia y por Alemania (1889) o Por la Europa católica (1905). En 1876 doña Emilia publicó su primer libro, Estudio crítico de Feijoo, y una colección de poemas, Jaime, con motivo del nacimiento de su primer hijo. Su primera novela, Pascual López. Autobiografía de un estudiante de medicina, la publica el año del nacimiento de su hija Blanca, en 1879. La publicación de la novela Viaje de novios (1881), según la crítica, la primera novela naturalista española —aunque la autora lo negara— fue el año en que nació su tercera y última hija, Carmen. Una hepatitis la lleva al balneario de Vichy, en 1880, donde coincide con el escritor francés Victor Hugo y mantienen largas conversaciones sobre literatura que le hicieron variar el rumbo de su escritura. Era una mujer muy culta y de vigoroso talento y de 1831 a 1893 publicó la revista Nuevo Teatro Crítico, redactada por ella en su totalidad. En 1896 viaja a París y allí conoce a Émile Zola, Alphonse Daudet y los hermanos Goncourt; fue también por esa época cuando leyó a los novelistas rusos que tanto influirían en su obra. Pero, además de escritora también tuvo una actividad social y política importante pues fue consejera de Instrucción Pública y activista feminista, actitud que en la actualidad se está revalorizando. Desde 1916 hasta su muerte fue profesora de Literaturas románicas en la Universidad de Madrid, cátedra que se creó para ella.

Obras:
Después de La tribuna (1883), novela proletaria que tiene como protagonista a una obrera de la Fábrica de Tabacos de La Coruña, encontró el medio más apropiado para su naturalismo en el campo gallego, donde sitúa la acción de su obra más típica y estimada, Los pazos de Ulloa (1886). Historia y naturaleza, religiosidad medieval y paganismo, violencia y sensualidad, feudalismo y barbarie, ciudad y campo son los elementos temáticos que la novelista combina en un panorama muy bien trabado de la vida rural gallega, en la que intervienen también factores económicos, políticos y eclesiásticos. La madre naturaleza (1887) es el relato de una atracción incestuosa y prolonga algunos de los personajes de su novela anterior. Insolación y Morriña, ambas de 1899, suponen el final de su periodo naturalista. La influencia de la novelística rusa, planteada teóricamente en su ensayo La revolución y la novela en Rusia (1887), queda patente en sus novelas La quimera (1905) y La sirena negra (1908). Su labor como crítica también fue importante. La cuestión palpitante (1882-1883) es una colección de artículos —algunos de los cuales ya había publicado en revistas— en los que trata de explicar su posición ante el naturalismo y provocó un gran escándalo. Era una mujer noble, católica y casada, y la sociedad puritana de la época no entendía ni aprobaba que defendiera los planteamientos de Zola pues aunque criticara las cuestiones antirreligiosas de este movimiento, sí admitía las bases ideológicas del determinismo social y darwinista. También fue autora de unos quinientos relatos breves.

Los pazos de Ulloa (1886):
Una culminación de su peculiar concepción del naturalismo. Un gran fresco rural donde recrea a su gusto el campo gallego, violento, sensual, lleno de contrastes sociales y culturales. Novela de aprendizaje, plasma a la perfección el tránsito de la inocencia a la desencantada madurez. Según una cita de la novela la aldea, cuando se cría uno en ella y no sale de allí jamás, envilece, empobrece y embrutece. Novela intensa, amena, concebida con dominio de los efectos y escrita con estilo sencillo, es la mejor y más representativa de Emilia Pardo Bazán.

Sinopsis:
La acción está ambientada en Ulloa, agreste región de Galicia, alrededor de 1866. El joven y recién ordenado sacerdote Julián Álvarez llega como capellán al poblado de Los Pazos, donde se levanta el castillo perteneciente a don Pedro Moscoso, de 30 años de edad, hombre licencioso, frívolo y desaprensivo, que ilegítimamente ostenta el título de marqués de Ulloa. En Los Pazos reina el más completo desorden y abandono. Los aldeanos roban impunemente al marquesado todo cuanto pueden. Quien verdaderamente manda y administra el solar es Primitivo, astuto labriego a las órdenes de don Pedro, que no ve con buenos ojos la llegada de Julián. La hermosa Isabel, hija de Primitivo, es la amante de don Pedro (y de cualquier campesino de los alrededores que la solicite), relación propiciada por su propio padre para tener así mayor dominio sobre el amo. De estos amores ilícitos ha nacido un niño, Perucho, de quien nadie se ocupa y por ello crece salvaje, sucio y solo. El sacerdote desaprueba tanto saqueo y libertinaje. Con no poco esfuerzo, convence a don Pedro de que abandone su vida viciosa, elija una mujer digna y la haga su esposa. La elección recae en Marcelina, llamada cariñosamente Nucha, virtuosa joven citadina y además prima del marqués. El matrimonio parece aquietar al principio el desenfreno de don Pedro, pero cuando a costa de su salud Nucha da a luz una niña y no un heredero varón, Moscoso, frustrado, vuelve junto a Isabel y al escándalo de sus antiguas costumbres. Esta conducta del marido atormenta y consume el ánimo de Nucha, quien finalmente muere de angustia y aflicción. Los Pazos de Ulloa, describe con realismo y fidelidad el ambiente y los caracteres, tanto el de los protagonistas como el de los personajes secundarios, el abad de Ulloa, el doctor Juncal —ejemplo de médico de aldea—, Perucho y los caciques que participan en la lucha electoral, entre otros. La sensibilidad de la autora ha captado el clima social de atraso, corrupción y pasiones primitivas que se vive en ese apartado rincón de Galicia, símbolo de la provincia española a fines del siglo XIX, pero sobre todo ha puesto énfasis en el elemento humano, la víctima de su instinto, del dolor o el desengaño.

 

 

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