Sufragismo en EE.UU.             

 

Sufragismo en EE.UU.:
El movimiento moderno a favor del sufragio de la mujer surgió en EE.UU. tras la guerra de la Independencia. Incluso antes de ésta, las mujeres de este país ya participaban en la vida pública con relativa mayor libertad que las europeas. En 1647 una rica hacendada de Maryland, llamada Margaret Brent, intentó con gran valentía pero sin éxito asegurarse “lugar y voto” en la legislatura de la colonia. En Massachusetts las mujeres que eran propietarias pudieron votar desde 1691 hasta 1780. El Congreso Continental debatió con intensidad la cuestión del sufragio femenino, y decidió al fin que deberían ser los distintos estados los que, con carácter autónomo, formularan sus propios reglamentos electorales. Muchos grupos, como fue el caso de los cuáqueros, así como numerosos particulares, entre los que se encontraba el patriota Thomas Paine, defendieron de forma constante el derecho al voto de las mujeres. Durante la primera mitad del siglo XIX las sufragistas de EE.UU. lucharon con insistencia organizadas en el seno del movimiento abolicionista y del movimiento de la templanza, pero los prejuicios antifeministas limitaron de forma considerable el papel de las mujeres dentro de estas organizaciones. Tras recibir numerosas negativas, las sufragistas estadounidenses decidieron crear un movimiento dedicado a salvaguardar los derechos de la mujer. En una primera época del movimiento y junto a Lucretia Coffin Mott y Elizabeth Cady Stanton, cabe mencionar a las feministas Susan B. Anthony, Lucy Stone, Abby Kelley Foster y Ernestine Rose. Entre aquellos ciudadanos que apoyaron de modo beligerante el sufragio femenino se encontraban los sacerdotes Henry Ward Beecher y Wendell Phillips, así como el ensayista y poeta Ralph Waldo Emerson.

En julio de 1848, bajo la iniciativa de Mott y Stanton, se celebró en la capilla wesleyana de Seneca Falls, Nueva York, la primera convención dedicada a los derechos de la mujer. Más de 100 personas asistieron a esta convención, incluidos muchos varones simpatizantes con la causa. Los delegados acordaron que el objetivo principal debería ser lograr el derecho al voto. A continuación, la convención adoptó una declaración de intenciones tomando como modelo la Declaración de Independencia. A pesar de las intimidaciones, el movimiento a favor del sufragio de la mujer y el movimiento abolicionista continuaron creciendo, uno al lado del otro, aún durante algunos años. Tras la Guerra Civil estadounidense se produjo un cisma entre ambos a raíz del profundo desacuerdo existente en lo relativo a la estrategia que debía utilizarse. La reivindación del sufragio alcanzó un punto decisivo cuando, en 1868, los abolicionistas exigieron una enmienda constitucional que reconociera el derecho al voto a todos los ciudadanos, sin distinción de raza, credo o color. A estos planteamientos las sufragistas respondieron alegando que la enmienda propuesta no hacía ninguna mención de las mujeres. Los abolicionistas replicaron que las sufragistas debían postergar sus reivindicaciones y no poner en peligro la aprobación de la medida. Para muchas sufragistas, en especial para Elizabeth Stanton y Anthony, cualquier retraso era inaceptable. En mayo de 1869 dos dirigentes feministas crearon la Asociación Nacional para el Sufragio de la Mujer, asociación independiente que tenía como objetivo asegurar la promulgación de una ley federal relativa al reconocimiento del derecho al voto de la mujer. Otra facción del movimiento, encabezada por Lucy Stone y Henry Ward Beecher, respondió a esta iniciativa fundando en noviembre de ese mismo año la Asociación para el Sufragio de la Mujer, que luchaba por la adopción gradual, de estado en estado, del voto femenino.

Aprobación gradual estado por estado:
El territorio de Wyoming concedió el voto a la mujer en 1869. En 1890 el grupo Stanton-Anthony se unió a la facción Stone-Beecher para formar la Asociación Nacional para el Sufragio de la Mujer. Dicha asociación luchó durante muchos años por mejorar los derechos de la mujer tanto en el ámbito estatal como en el federal. Entre las líderes y defensoras de la asociación se encontraban, además de Stone, Anthony y Stanton, las feministas Harriet Beecher Stowe, Julia Ward Howe, Clara Barton, Jane Addams, y Carrie Chapman Catt. Como resultado de las campañas realizadas por la asociación, se concedió el sufragio en los estados de Colorado (1893), Utah, Idaho (ambos en 1896) y Washington (1910). Además, en 1910 la asociación consiguió 500.000 firmas destinadas a presentar una demanda que exigía una legislación federal relativa al sufragio de la mujer. California concedió el voto a la mujer en 1911; Kansas, Oregón, y Arizona lo hicieron en 1912; Nevada y Montana en 1914; y en 1917 Nueva York. El movimiento sufragista alcanzó su victoria culminante poco después de la I Guerra Mundial, cuando, en 1919, el Congreso aprobó la 19ª Enmienda a la Constitución, que determinaba que “ni los Estados Unidos ni ningún otro Estado deberá negar o limitar el derecho de los ciudadanos a votar por motivo de sexo”. Ratificada el 18 de agosto de 1920, la 19 enmienda se convirtió en ley nacional.

Elizabeth Cady Stanton (1815-1902):
Nació en Johnstown (Nueva York) y estudió en el Seminario Femenino Troy. Se interesó muy pronto por los movimientos de abstinencia de bebidas alcohólicas y antiesclavistas, y gracias a estos últimos conoció a Henry Brewster Stanton, periodista y orador antiesclavista. Se casaron en 1840 y tuvieron siete hijos. En 1848 Stanton y Lucretia Coffin Mott, a quien había conocido en 1840, organizaron la primera asamblea en defensa de los derechos de la mujer en Seneca Falls (Nueva York). Para este congreso, Stanton redactó una Declaración de Sentimientos, en la que propuso una resolución que exigía el derecho al voto para la mujer. Fue en este congreso donde conoció a Susan B. Anthony. Desde 1868 hasta 1870, ambas publicaron el semanario Revolution, en Nueva York, y en 1869 fundaron la Asociación Nacional para el Sufragio Femenino (que a partir de 1890 se llamó Asociación Nacional para el Sufragio de las Mujeres Estadounidenses), de la cual Stanton fue presidenta hasta 1892. En 1888 colaboró en la fundación del Consejo Internacional de las Mujeres. Fue coautora, junto con Anthony y Matilda Joslyn Gage, de los tres primeros volúmenes de Historia del sufragio femenino, (6 volúmenes, 1881-1922). Murió el 26 de octubre de 1902 en Nueva York.

Harriet Beecher Stowe (1811-1896):
Escritora y abolicionista estadounidense, autora de La cabaña del tío Tom (1850-1852), una severa denuncia de la esclavitud y una de las mejores novelas de la literatura estadounidense en su género. Nació en Litchfield, Connecticut, hija del clérigo liberal Lyman Beecher. Se casó con el reverendo Calvin Ellis Stowe, un ferviente luchador contra la esclavitud. Su primer libro, El Mayflower o apuntes de escenas y personajes entre los descendientes de los peregrinos, apareció en 1843. Mientras vivía en Brunswick (Maine), escribió La cabaña del tío Tom. La novela se publicó por entregas en un periódico abolicionista, el National Era, y en 1852 se editó como libro. La historia por entregas no llamó especialmente la atención, pero el éxito del libro no tuvo precedentes. En sólo cinco años se vendieron 500.000 ejemplares en EE.UU. y la novela se tradujo a más de veinte idiomas. Este libro contribuyó a la cristalización de los sentimientos militantes contra la esclavitud en el Norte y aceleró así el desencadenamiento de la Guerra Civil. La cabaña del tío Tom, como la mayoría de las novelas de Stowe, posee una estructura irregular, pero está llena de sucesos dramáticos que atrapan poderosamente al lector. En 1853 publicó Claves a la cabaña del tío Tom, donde incluye una abrumadora cantidad de pruebas documentales para justificar su ataque contra la esclavitud. Stowe volvió a la carga con Dred: Relato del gran pantano sombrío (1856). El galanteo del ministro (1859) es la más conocida de sus novelas románticas. También escribió relatos y poesía religiosa. Su reputación quedó gravemente dañada en Gran Bretaña tras publicar un artículo titulado La auténtica historia de la vida de Lord Byron, donde afirma que el poeta mantuvo relaciones incestuosas con su hermana. (Fuente: Encarta)


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