Tragedia para todos… Para aquellas comunidades que pierden, día tras día y de manera definitiva, persona tras persona; y para aquellos territorios que todavía no han encontrado la fórmula de contribuir a configurar un contexto general en el que sea posible aproximar las orillas. Tragedia para todos, porque esta situación que no cambia y se repite aquí, allí o más allá, supone un fracaso colectivo, del que sólo podremos salir con la voluntad de ser más solidarios en todos los planos de nuestra vida. Y tal vez esa característica, ese valor universal, sólo se pueda afianzar mediante la conformación de sociedades multiculturales, en las que se enfrente de otra manera la percepción y la gestión del tránsito entre orillas; la convivencia en la diversidad como marco de actuación para encontrar fórmulas que reduzcan y hasta supriman todo tipo de diferencias.
Esta es una de las reflexiones que deseamos compartir hoy con el Mundo desde Tenerife, en silencio pero también dialogando y trabajando para que, nuestra cada vez más valorada diversidad, nos permita contribuir, tanto desde el plano individual como desde la dimensión colectiva, desde la esfera privada y desde la vertiente pública y política, a modelar una realidad en la que vayan desapareciendo las orillas de forma progresiva. La memoria de las personas que estos días han perecido cruzando el Mediterráneo, y antes, el recuerdo de las que se quedaron para siempre en el brazo de océano que nos separa del continente, deben ser nuestro mayor estímulo para continuar avanzando hacia la conformación de una sociedad que siga adaptando su mirada y desarrollando su conciencia, para realmente llegar a influir en la reconfiguración de las orillas que aún no han logrado encontrarse en nuestro Planeta.
Nuestra isla guarda en su memoria la aventura reciente de muchas miles de personas que han intentado ganar esta orilla buscando nuevas oportunidades o huyendo de múltiples calamidades. Pobreza, conflictos, persecuciones… falta o escasez de medios básicos para la supervivencia y el desarrollo individual, familiar o comunitario en condiciones dignas, han impulsado, entre otros factores, las migraciones internacionales en esta parte del Planeta. Migraciones que nos han permitido, asimismo, ahondar en el conocimiento del interior de nuestro continente, estrechando los vínculos con pueblos y culturas que hasta hace poco tiempo eran escasamente visibles a nuestra curiosa mirada insular. De esa relación ha surgido, sin duda, una mayor comprensión y conciencia de la tragedia que supone la pérdida de personas que nunca llegarán a cualquier orilla.
Isla de Tenerife, 22 de abril de 2015.
(Vicente Zapata)
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