Exodo rural             

 

Exodo rural:
Emigración, generalmente de gente joven (adolescentes y adultos jóvenes) del campo a la ciudad. Este proceso es muy antiguo y se aceleró con la Revolución Industrial y, sobre todo, a partir de la segunda mitad del siglo XX. Se suele considerar como un tipo especial de migración porque en ella, no sólo se cambia de lugar de residencia, sino también de profesión, por motivos más que evidentes, dadas las diferencias geográficas tan grandes que existen entre las oportunidades, número y características de los diferentes tipos de empleo que existen en el campo, con relación a la ciudad.

Los seres humanos, lo mismo que sucede con la mayoría de las especies animales, se desplazan en la superficie terrestre, en unos movimientos (individuales o colectivos) que se denominan migraciones. La principal diferencia entre los seres humanos y las especies animales es que, en este caso, los motivos de las migraciones son instintivos (el instinto de conservación o supervivencia de la especie, el instinto de reproducción, la adaptación al medio, etc.) mientras que las migraciones en los seres humanos obedecen a una decisión razonada más o menos libre (o más o menos forzada), en la que el instinto, aunque también tiene su importancia, ocupa un lugar muy secundario. Esta idea puede dar pie a una subdivisión de las migraciones en dos tipos: espontáneas y forzadas. Lo que sucede es que no hay, por lo general, una clara delimitación entre ambas . Pero en el caso del éxodo rural es bastante sencillo de analizar. La bibliografía anglosajona de las ciencias sociales ha acuñado un término: The push-pull theory o Teoría de la atracción - repulsión que sirve para explicar, al menos de una manera sencilla, la génesis del éxodo campesino hacia los centros urbanos, como desplazamientos motivados por factores de rechazo en el medio rural y, como contrapartida, de atracción en el urbano. En los países subdesarrollados existe una amplia documentación en torno al tema del éxodo rural y del proceso creciente de crecimiento de las mayores ciudades. Puede citarse como ejemplo, la obra de Breese1 que, aunque hace referencia a una época ya pasada, puede dar una sencilla idea de todos los mecanismos que generan dicho proceso.

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Factores de rechazo en el medio rural:
La carencia o escasez de fuentes de empleo: Este factor afecta en mayor grado a la población femenina, por lo que las mujeres tienden a predominar en el éxodo rural. La escasez de instituciones de enseñanza: Además, hay que sumar las largas distancias que hay que cubrir para llegar a una escuela o colegio. Las dificultades en el transporte escolar son mucho más graves en el medio rural y, sobre todo, en los países subdesarrollados. Entre todas las instituciones educativas, son las de enseñanza secundaria y, desde luego, de la superior, las que resultan más escasas en el medio rural. La escasez de servicios: Entre ellos hay que destacar a los servicios asistenciales, de comercio, de formación y asesoría técnica y muchos otros. El desarrollo técnico de la agricultura: Este desarrollo técnico tiende a disminuir las necesidades del trabajo asalariado y como consecuencia de eso, da origen a un motivo adicional para emigrar. Las ciudades ejercen un atractivo muy poderoso sobre la población rural. Muy a menudo, los campesinos de todo el mundo, quedan "deslumbrados" por la vida urbana, la cual se manifiesta en la oferta de todos aquellos elementos que suelen ser más difíciles de lograr en el campo. En las ciudades existe una mayor diversidad de empleo, especialmente para el sexo femenino. En cambio, en el medio rural, casi no existen empleos fuera de las actividades relacionadas con las labores agropecuarias. Existe también una mayor diversidad y disponibilidad de servicios. Los centros urbanos, sobre todo los más grandes, tienen un nivel superior al del medio rural en lo que a oferta de servicios se refiere (servicios asistenciales, educativos y culturales, transporte y comunicaciones, servicios informativos, recreacionales, etc). Empleo poco cualificado. Muy a menudo, las ciudades necesitan mano de obra para aquellos empleos de escasas exigencias y de menor remuneración y estos empleos tienden a ser cubiertos por los inmigrantes del medio rural. Como señalaba Clyde V. Kiser2 en 1967 al referirse a la inmigración en la América Latina: En realidad, cuando los latinoamericanos piensan en la inmigración, no están pensando en obreros industriales. Piensan en trabajadores del campo y agricultores, porque estos son los que ellos desean. Como la gente de cualquier otra parte, desean que otros hagan lo que ellos mismos están poco dispuestos a hacer, en este caso, el trabajo duro de las grandes propiedades y el cultivo del campo en el interior del país. Y esta idea se extiende, aún hoy, a situaciones similares en todo el mundo. Sólo que con la mayor facilidad de los medios de transporte y la disminución de la población rural a unos niveles muy exiguos, los puestos de trabajo de menores exigencias tienden a ser ocupados por inmigrantes, a veces ilegales y procedentes de países cada vez más alejados. Las "leyes" de las migraciones Fue E. G. Ravenstein el que primero habló de las "leyes" de las migraciones al analizar desde el punto de vista estadístico, los lugares de residencia de la población inglesa de dos censos consecutivos, a finales del siglo XIX. Desde luego, hablar de leyes en un análisis demográfico parece ser algo demasiado tajante, y por eso se indica entrecomillado el término. Esas leyes serían pues, una especie de estructuras o patrones, es decir, rasgos o características que pueden observarse mediante la comparación de los datos demográficos en los que se reflejan los cambios espaciales de la población. Sus conclusiones, que se aplican en su mayor parte al éxodo rural, fueron, en aquella ocasión, las siguientes: La mayoría de los migrantes procede de una corta distancia. Las mujeres emigran en mayor número que los hombres. Cuando la distancia es muy grande, predomina el sexo masculino. Los emigrantes del medio rural se dirigen, cuando realizan largos desplazamientos, únicamente a las ciudades más grandes. Si la distancia es bastante grande, tiene lugar una especie de migración por etapas. En esta migración por etapas, los lugares dejados vacantes al emigrar, pueden ser ocupados por migrantes de áreas más alejadas. La migración por etapas suele dirigirse a centros poblados progresivamente mayores. Las corrientes migratorias principales generan unas corrientes secundarias que suelen ser compensatorias, de menores proporciones y en sentido inverso. En el éxodo rural predomina la población joven (adolescentes y adultos jóvenes). Los nacidos en las ciudades son menos migrantes que los nacidos en el medio rural.

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Consecuencias:
En el campo Positivas: disminuye la presión de la población sobre los recursos (que después aumenta exponencialmente por parte de las ciudades), disminuye el desempleo y la miseria (precisamente las ideas desarrollistas están en la actualidad en declive, estudios recientes demuestran que el empobrecimiento y la miseria en la población es más acentuadas en las grandes ciudades que en los pueblos, tenemos que tomar el ecosistema rural como un medio de subsistencia, entonces es cuando sin las presiones del material capital se puede desarrollar una sociedad justa y equitativa). Se reciben las remesas de dinero enviadas por los emigrantes a sus familias. Mejoran las técnicas empleadas en las actividades agropecuarias, como una manera de contrarrestar los efectos de la emigración (la llamada revolución verde, maquinaria como tractores, utilización de pesticidas, plaguicidas e infinidad de productos que no solo tienen un alto coste medioambiental, sino también económico, además de utilizar para su funcionamiento o creación recursos no renovables como el petróleo). Negativas: disminuye la vitalidad de la población (empobrecimiento demográfico, envejecimiento), desequilibrios en la composición de la población por edad y sexo, etc. En el éxodo rural emigran, precisamente, las personas con mayor afán de superación, cuya labor en el campo podría ser más positiva que la de los que permanecen en él. Se encarecen los costes de los servicios al disminuir el número de personas que reciben esos servicios. Al quedar la población de mayor edad, esta se va volviendo más reacia al cambio y no mira con buenos ojos las adaptaciones que tiene que hacer para acostumbrarse a una vida cotidiana cada vez más compleja. Tradicionalmente ha existido un intento por evitar o limitar el éxodo rural, tanto por parte de la población rural que desea retener los posibles emigrantes, especialmente del sexo femenino, como puede verse en el folclore de algunos países, como de la población urbana, que mira con recelo la especie de invasión de forasteros procedentes del campo.

En la ciudad:
Positivas: aumenta la tasa de vitalidad de la población, ya que en el éxodo rural predominan los jóvenes. Aportes de capital, ya que muchos campesinos venden sus propiedades para crear sus propias empresas industriales, artesanales o comerciales de pequeña escala en las ciudades. Negativas: competencia con la población urbana en el mercado de trabajo. Competencia en los servicios que reciben los habitantes de las ciudades. Disminuye, al menos en un primer momento, el nivel de vida de la población urbana en su totalidad, ya que abarata los costes en el mercado laboral, debido a que los campesinos suelen recibir menores salarios que los nacidos en las ciudades. Aumenta la marginalidad de parte de la población, con todas las implicaciones que ello acarrea. Suelen aumentar los precios, no sólo por el mayor consumo, sino porque las remesas de los inmigrantes a sus lugares de origen generan una cierta inflación disfrazada. La oposición ciudad - campo Las diferencias entre el medio rural y el urbano en una fecha relativamente reciente, no eran tan grandes como ahora. Ha sido el extraordinario desarrollo tecnológico y económico del último medio siglo (aproximadamente, a partir de la Segunda Guerra Mundial) el que ha creado una diferenciación creciente entre el campo y la ciudad. La situación actual es relativamente sencilla: en los países desarrollados, la antigua inmigración procedente del campo ha venido siendo sustituida por inmigrantes (muchas veces ilegales) procedentes de países subdesarrollados, teniendo en cuenta que el término subdesarrollo suele ser un concepto relativo, que surge de la percepción del nivel de vida que tiene el que va a emigrar y de las mejoras que podría llegar a tener al llegar a la ciudad. La gran mayoría de los habitantes de las ciudades subestiman y hasta menosprecian a los campesinos y estos, por su parte, no se adaptan a la vida urbana: cuando llegan a una ciudad grande (probablemente invitados por algún hijo u otro familiar) no suelen permanecer mucho tiempo y al final prefieren irse a su aldea y vivir solos a tener que lidiar con un mundo tan distinto al que ellos conocieron hace muchos años. La solución al problema, desde luego, sería la de mejorar la calidad de vida de las pequeñas poblaciones empleando para ello, precisamente, ese desarrollo tecnológico que muchos de los habitantes del medio rural no suelen e incluso no quieren entender. En muchos países desarrollados, se ha querido lograr un sistema de vida que toma lo mejor de los dos mundos, el rural y el urbano. En Inglaterra, por ejemplo, muchas personas que trabajan en las grandes ciudades viven en el campo y viajan diariamente para poder tener las ventajas de los dos entornos. En los Estados Unidos, el commuting, es decir, el traslado diario entre alguna urbanización o población en el medio rural (y suburbano, con mayor frecuencia) y las grandes ciudades viene a ser algo habitual e involucra a una cantidad creciente de personas. (TFODE)

Barrios marginales:
La llegada masiva de nuevos habitantes crea en el entorno de algunas ciudades una urbanización improvisada sin infraestructuras adecuadas. Los barrios marginales son atendidos por los servicios municipales de una forma sensiblemente precaria. El deterioro puede afectar al centro de ciudades por la ausencia de mantenimiento o renovación de infraestructuras y la existencia de determinadas funciones marginales (prostitución o distintas formas de delincuencia) y de población ligada a ello (lumpen, inmigración, minorías étnicas), el descenso de los precios de los inmuebles y las rentas y otras formas de degradación que los convierten en verdaderos ghetos. El aumento de la inseguridad condujo a que en algunas ciudades norteamericanas se llegaron a organizar grupos de ciudadanos para patrullar zonas conflictivas.


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