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Literatura Universal: Obras Clásicas:
● Incluimos en la «protohistoria» los restos de las tradiciones orales que sobrevivieron gracias a alguna recopilación escrita posterior, como La Ilíada o Antiguo Testamento. [...] Los celtas, Buda, Jesús y filósofos como Sócrates se negaron a escribir [...] La historia comienza cada vez que alguien en diferentes partes del mundo inventa, o adopta, alguna forma de escritura y se dedica a recopilar por escrito antiguas leyendas y registrar lo que dicha persona considera más importante de su propia sociedad u otras. Poco a poco, sin embargo, aquellas primeras tradiciones escritas se fueron transformando, adulterando, perdiendo, y/o destruyendo. Hoy solo conocemos una mínima parte, aunque es la parte con la que están fabricados todos los cuentos, poemas, novelas, obras de teatro y películas que conocemos. Como en una intrincada arboleda, cada nueva hoja ha brotado de un tallo ya existente en un remoto pasado. No en vano, el principio de muchos cuentos sigue siendo… «Erase una vez, hace mucho, mucho tiempo» (F. Garcés Blázquez)

Ilíada - Homero (700 a.C.):
Unos pocos días antes del último de los diez años que duró el asedio de los aqueos a la ciudad de Troya, proporcionan el marco cronológico a los acontecimientos narrados en la Ilíada, el poema más antiguo de la literatura occidental. Producto de una larga tradición oral, la epopeya, como advierte su autor en el primer verso, relata la historia de las consecuencias de una pasión humana. Aquiles, encolerizado por el ultraje de Agamenón, que como caudillo de la expedición griega le ha arrebatado a Briseida, su parte del botín, decide retirarse del combate. Pero no tardará mucho en volver a él, con furia renovada, a raíz de la muerte de su compañero Patroclo a manos de los troyanos. Alrededor de estos hechos, la Ilíada nos presenta un mundo de ideales heroicos y hazañas guerreras, en el que los dioses poseen un protagonismo y una presencia permanentes.

Odisea - Homero (700 a.C.):
Poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Se cree que fue escrito en el siglo VIII a. C., en los asentamientos que Grecia tenía en la costa oeste del Asia Menor (actual Turquía asiática). Según otros autores, La Odisea se completa en el siglo VII a. C. a partir de poemas que sólo describían partes de la obra actual. Fue originalmente escrita en lo que se ha llamado dialecto homérico. Narra la vuelta a casa del héroe griego Odiseo (Ulises en latín) tras la Guerra de Troya. Odiseo tarda veinte años en regresar a la isla de Ítaca, donde poseía el título de rey, período durante el cual su hijo Telémaco y su esposa Penélope han de tolerar en su palacio a los pretendientes que buscan desposarla (pues ya creían muerto a Odiseo), al mismo tiempo que consumen los bienes de la familia. La mejor arma de Odiseo es su metis o astucia. Gracias a su inteligencia —además de la ayuda provista por Palas Atenea, hija de Zeus Cronida— es capaz de escapar de los continuos problemas a los que ha de enfrentarse por designio de los dioses. Para esto, planea diversas artimañas, bien sean físicas —como pueden serlo disfraces— o con audaces y engañosos discursos de los que se vale para conseguir sus objetivos. El poema es, junto a La Ilíada, uno de los primeros textos de la épica grecolatina y por tanto de la literatura occidental. Se cree que el poema original fue transmitido por vía oral durante siglos por aedos que recitaban el poema de memoria, alterándolo consciente o inconscientemente. Era transmitida en dialectos de la Antigua Grecia. Ya en el siglo IX a. C., con la reciente aparición del alfabeto, tanto La Odisea como La Ilíada pudieron ser las primeras obras en ser transcritas, aunque la mayoría de la crítica se inclina por datarlas en el siglo VIII a. C. El texto homérico más antiguo que conocemos es la versión de Aristarco de Samotracia (siglo II a. C.). El poema está escrito usando una métrica llamada hexámetro dactílico. Cada línea de La Odisea original estaba formada por seis unidades o pies, siendo cada pie dáctilo o espondeo. Los primeros cinco pies eran dáctilos y el último podía ser un espondeo o bien un troqueo. Los distintos pies van separados por cesuras o pausas.

Divina Comedia - Dante Alighieri (1321):
Un poema donde se mezcla la vida real con la sobrenatural, muestra la lucha entre la nada y la inmortalidad, una lucha donde se superponen tres reinos, tres mundos, logrando una suma de múltiples visuales que nunca se contradicen o se anulan. Los tres mundos infierno, purgatorio y paraíso reflejan tres modos de ser de la humanidad, en ellos se reflejan el vicio, el pasaje del vicio a la virtud y la condición de los hombres perfectos. Es entonces a través de los viciosos, penitentes y buenos que se revela la vida en todas sus formas, sus miserias y hazañas, pero también se muestra la vida que no es, la muerte, que tiene su propia vida, todo como una mezcla agraciada planteada por Dante, que se vuelve arquitecto de lo universal y de lo sublime. Dante Alighieri (1265-1321), padre de la lengua italiana, invirtió doce años de su vida en escribir la Divina Comedia. Dos hechos biográficos —la muerte de su amada Beatriz y el exilio de su ciudad, Florencia— le sumieron en un estado de incertidumbre y desilusión que sólo logró superar a través de una poesía universalizante que dejó a las generaciones venideras una obra plena de belleza e inmortalidad, base de la literatura alegórica medieval. En la Divina Comedia Dante pretende decir «lo que nunca ha sido dicho de mujer alguna»: la exaltación del triunfo celestial de la amada, la expresión de un amor que transciende las dimensiones físicas de este mundo y se convierte en pura espiritualidad. El resultado final es un fantástico viaje hacia la redención que abarca todo el argumento existencial, desde la creación del hombre hasta su destino final, la divinidad. El lector común debe llevarse por una guía de lectura que ayude a la adaptación de nuestra sensibilidad moderna a la ideología y la estética medievales. No es fácil alcanzar una completa comprensión de los personajes, acontecimientos, instituciones, fuentes literarias y el complejo teológico y filosófico de Dante.

Decamerón - Giovanni Boccaccio (1351):
[Decamerone] Escrita entre 1349 y 1351, es una colección de cien cuentos de variada procedencia donde el autor muestra su inigualable destreza de narrador, perspicacia psicológica, certera pincelada satírica y magnífica descripción de las costumbres de aquel tiempo. Los cuentos son relatados por un grupo de diez jóvenes que se retiran a las afueras de Florencia para protegerse del contagio de la peste que asolaba la ciudad; allí, durante diez días, cada uno de ellos tiene que gestionar una jornada y todas sus actividades; entre éstas destacan especialmente las reuniones donde, para pasar el tiempo, los presentes tienen que contar un cuento. Los temas son muy variados, abundan los licenciosos, pero también se narran historias sentimentales, trágicas y moralizantes.

Balada del viejo marinero - Samuel Taylor Coleridge (1793):
[The Rime of the Ancient Mariner] Samuel Taylor Coleridge (1772-1834) representa la voz más intensa y también una de las más breves del primer romanticismo inglés. Dotado de una musicalidad singular dentro de toda la poesía inglesa, sus poemas reflejan las tensiones filosóficas y morales de los últimos años del siglo XVIII, época en que compuso sus versos más esenciales. Para su total apreciación y entendimiento conviene la lectura de todas las demás poesías de Coleridge consideradas como básicas. Doré ilustró la obra con unos sobrecogedores grabados. Los espacios que hacen de fondo mezclan lo sobrenatural con zonas remotas desconocidas.

Los Lusiadas - Luís de Camões (1572):
[Os Lusíadas] es una epopeya en verso escrita por Luís de Camões. Es una obra maestra de la literatura en portugués. Se publicó en 1572, tres años después del regreso del autor de Oriente. Se compone de diez cantos de tamaño variable dividido en octavas reales. Contiene numerosas referencias a relatos del mundo clásico y comparaciones con esforzados aventureros portugueses. Se la considera una de las mejores epopeyas de épica culta del Renacimiento.

Cuentos de Canterbury - Geoffrey Chaucer (finales s.XIV):
Se conservan bastantes manuscritos de los cuentos aunque ninguno de ellos es anterior a 1400. Tras la primera edición de Caxton (1478), la obra tuvo una enorme difusión por toda Europa. Curiosamente la primera traducción española conocida data de 1920. La colección de cuentos se vertebra alrededor de una peregrinación a Canterbury. Mediante este artificio el autor nos presenta una variedad de temas, tanto sociales como literarios, que configuran todo un equipaje renacentista que sale del medievo. Comienza con un prólogo que es el punto de partida del camino, donde se congregan los peregrinos que encarnan las diferentes clases sociales del momento. Es aquí, en la Posada del Tabardo, antesala del viaje, donde quedan retratados con gran maestría los que irán al santo lugar. De todos ellos sólo veinticuatro llegarán a contar un cuento bajo el arbitraje, unánimemente aceptado, del Posadero. La estructura de la obra es lineal, un cuento detrás de otro, pero no es recta como no lo es el camino que se hace al cabalgar desde Londres a Canterbury. Se divide en diez tramos que incluyen diferentes relatos, la mayoría de los cuales van precedidos de un prólogo y algunos seguidos de un epílogo. Las peripecias del viaje, como cañamazo para unir los cuentos, afloran cada vez que los peregrinos interrumpen sus historias y dialogan para ayudar a recordar al lector que hay un hilo conductor y una meta a la que llegar. Hasta que interviene el Párroco, desfilan por las páginas de los Cuentos la nobleza, el amor cortés, la religión, las ciencias, el matrimonio, la riqueza y otros aspectos de la vida humana que componen el panorama temático, aderezados de erotismo y humor unas veces, de moralismo otras, y siempre del talento de un creador que supo asimilar la influencia europea de la época —francesa e italiana fundamentalmente— con tal originalidad e ingenio que produce una fascinación de la que el lector moderno no puede sustraer.

Orlando furioso - Ludovico Ariosto (1516):
Constituye una continuación del poema épico inacabado Orlando enamorado, del poeta italiano Matteo Maria Boiardo. Trata, en su parte más famosa, del amor del paladín Orlando por Angélica en el marco de las leyendas de Carlomagno y de la guerra de los caballeros cristianos contra los sarracenos. Se estructura en 46 cantos compuestos en ágiles octavas, y en él Ariosto hace gala de profundo lirismo, de extraordinaria imaginación y habilidad narrativas y de un finísimo sentido del humor. A pesar de la compleja estructura de la narración, humanísticamente medida y armoniosa, la obra se suele dividir en tres argumentos o episodios fundamentales: el primero situado en la guerra entre Carlomagno y los sarracenos, el segundo dedicado a las aventuras amorosas de Rugiero y Bradamante y el tercero destinado al amor y la locura de Orlando por Angélica, sin duda el más intensamente lírico. Pero bajo esta trama épica, fabulosa y legendaria, la obra ofrece una consciente y aguda descripción de la civilización del renacimiento italiano, y todos los motivos poéticos, las aspiraciones literarias, los ideales humanos y las situaciones históricas de esa época se sintetizan en ella. Maquiavelo calificó al poema de «hermoso en todo y en muchos lugares admirable». El poema consiguió otorgarle a un género originariamente pobre y popular la medida y la calidad lírica de las obras clásicas. Considerado por muchos críticos como uno de los mejores poemas de todos los tiempos por su vigor y dominio técnico del estilo Toda la obra pretende rendir tributo a la familia de Este, protectora de Ariosto. La familia está presente a través de su ilustre fundador Rugiero, cuya vida aparece transmutada y enaltecida en la figura del héroe Orlando. Alcanzó muy pronto la popularidad en toda Europa e influyó decisivamente en los poetas renacentistas.

Cultivando un género considerado divertimento del vulgo, gran número de obras de Shakespeare acabaron siendo incluidas entre los clásicos de la Literatura Universal.


¿Por qué leer los clásicos?:
I. Los clásicos son esos libros de los cuales se suele oír decir: «Estoy releyendo...» y nunca «Estoy leyendo ...». II. Se llama clásicos a los libros que constituyen una riqueza para quien los ha leído y amado, pero que constituyen una riqueza no menor para quien se reserva la suerte de leerlos por primera vez en las mejores condiciones para saborearlos. III. Los clásicos son libros que ejercen una influencia particular ya sea cuando se imponen por inolvidables, ya sea cuando se esconden en los pliegues de la memoria mimetizándose con el inconsciente colectivo o individual. IV. Toda relectura de un clásico es una lectura de descubrimiento como la primera. V. Toda lectura de un clásico es en realidad una relectura.La definición 4 puede considerarse corolario de ésta: VI. Un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir.Mientras, que la definición 5 remite a una formulación más explicativa, como: VII. Los clásicos son esos libros que nos llegan trayendo impresa la huella de las lecturas que han precedido a la nuestra, y tras de sí la huella que han dejado en la cultura o en las culturas que han atravesado (o más sencillamente, en el lenguaje o en las costumbres). VIII. Un clásico es una obra que suscita un incesante polvillo de discursos críticos, pero que la obra se sacude continuamente de encima. IX. Los clásicos son libros que cuanto más cree uno conocerlos de oídas, tanto más nuevos, inesperados, inéditos resultan al leerlos de verdad. X. Llámase clásico a un libro que se configura como equivalente del universo, a semejanza de los antiguos talismanes.Con esta definición nos acercamos a la idea del libro total, como lo soñaba Mallarmé. XI. Tu clásico es aquel que no puede serte indiferente y que te sirve para definirte a ti mismo en relación y quizás en contraste con él. XII. Un clásico es un libro que está antes que otros clásicos; pero quien haya leído primero los otros y después lee aquél, reconoce en seguida su lugar en la genealogía. XIII. Es clásico lo que tiende a relegar la actualidad a categoría de ruido de fondo, pero al mismo tiempo no puede prescindir de ese ruido de fondo. XIV. Es clásico lo que persiste como ruido de fondo incluso allí donde la actualidad más incompatible se impone. (¿Por que leer los clásicos?, Italo Calvino)


Clásicos griegos:
Lo «clásico» es en sí mismo una idea. En el siglo XXI, es un calificativo que sugiere excelencia y gusto: música clásica; rock clásico; esta o esa lista de «los clásicos» de determinada casa editorial, los libros de todos los tiempos con los que deberíamos estar familiarizados; incluso automóviles «clásicos», una categoría ya establecida en las subastas de coches. Cuando describimos algo como «un clásico» estamos afirmando que es lo mejor en su tipo, que es lo suficientemente bueno como para perdurar en el futuro como modelo. Sin embargo, cuando hablamos de la Grecia clásica, nos referimos a Grecia, en general, y a Atenas, en particular, en el siglo V a. C., a los nombres y las ideas que hemos reseñado en este capítulo. Ideas y prácticas que fueron en su momento completamente novedosas, pero que resistieron el paso del tiempo, como insiste Allan Bloom. [...] Fue la reverencia de los romanos hacia el estilo de vida de los griegos lo que dio origen a la noción de los «clásicos», la idea de que vale la pena preservar y aprovechar lo mejor que ha sido pensado, escrito, esculpido y pintado en el pasado. Tenemos mucho que agradecer a los romanos, pero acaso su devoción por los griegos sea la mejor respuesta que podamos ofrecer a quienes atacan a Allan Bloom y a los que como él defienden los logros de unos «machos europeos blancos muertos» que vivieron en una pequeña ciudad-estado hace dos mil quinientos años. He aquí unas palabra del historiador de la ciencia alemán Theodor Gomperz: «Prácticamente toda nuestra educación intelectual tiene su origen en los griegos. Un completo conocimiento de sus orígenes es un prerrequisito indispensable para liberarnos de su aplastante influencia». (Peter Watson)

 

 

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