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Compromiso político:
Bertrand Russell defendió largo tiempo las políticas de la URSS. Creía que el mundo no necesitaba religión sino conocimiento, amabilidad y coraje. Los escritos de Hemingway surgidos de vivir en pleno centro de la acción durante la Guerra Civil española y la Revolución cubana dejan ver una apuesta por la acción y la resistencia. Fue experimentando una transformación gradual que le hizo tomar partido al lado de la República. Según la imagen que pudo formarse directamente, veía con espanto los efectos del fascismo sobre las sociedades.

Malraux:
Hombre de acción en lugares apartados como el lejano oriente, empezó a ser conocido al criticar la política colonial francesa. Declaró su simpatía por la revolución china. Marchó a España durante la Guerra Civil en defensa de la República incorporado a las Brigadas Internacionales. Abandonó el Partido Comunista en 1939 tras la noticia del pacto entre Hitler y Stalin. Su postura en política sería descrita y desarrollada en notables ensayos. Durante la II Guerra Mundial fue hecho prisionero pero logró huir para unirse a la Resistencia. En 1933 recibió el premio Goncourt por La condición humana. Pese a que compartiera muchas de las ideas de los artífices de la revista Les Temps modernes, André Malraux no pertenecía realmente a este círculo intelectual. Se incorporó como ministro al gobierno de De Gaulle, conocido por poseer algunas actitudes marcadamente conservadoras.

Otros franceses:
Bernanos perseguía la justicia social esquivando ser clasificado dentro de cualquier doctrina política. Los existencialistas Camus y Sartre apoyaron activamente las reivindicaciones de la clase trabajadora. Camus abogó por la acción en beneficio de los demás: Si pensamos que el optimismo es estúpido, sabemos también que una actitud pesimista respecto de la acción del hombre entre sus semejantes es cobardía. Durante un tiempo había abrazado los ideales del comunismo y el anarquismo, y trabajó para el periódico de la Resistencia Combat a lo largo de la segunda guerra mundial. Coincidiendo con los proto-existencialistas, Sartre señaló a la concepción de una naturaleza humana fija como una importante causa que dio lugar al surgimiento del fascismo. Saint-Exupery, en búsqueda continua de sentido a través de la acción, expresó un claro rechazo a De Gaulle.

    “Lo que piensan sobre la ciudad (léase, civilización) necesita la soledad del desierto, es allí donde encuentra el verbo vivo” decía el aventurero, el solitario T.E. Lawrence. O Malraux, otro aventurero de la política nos dice: “No quiero a los pobres pero lucho por ellos porque son los vencidos”. Un salvador. El surrealista Breton, un no militante pero lo respeta, declara: “Estoy del lado de los trabajadores no por un sentimiento de piedad por sus sufrimientos e injusticias sino porque veo en ellos la fuerza para acabar con sus males”. Sartre definirá una interesante distinción entre el militante (elige el comunista) y el aventurero como hombre de acción. El primero lucha por objetivos colectivos que implican la acción. El aventurero busca una causa para justificar su acción individual para “realizarse”. (Jordi Borja)

La Guerra Civil española:
Malraux escribió su novela La esperanza (1937) sobre la Guerra Civil, llamando a la defensa de la solidaridad, la libertad y la dignidad. Durante el Congreso de Escritores de Madrid (1937) en apoyo de la República, André Gide, que acababa de publicar un libro en que criticaba a Rusia, Retour de l’URSS, fue públicamente criticado por los escritores de izquierdas y tildado de fascista. A Dos Passos y a Orwell, al inicio de la guerra se les puede considerar simpatizantes del PC pero no mucho más.

Los recuerdos de la Gran Guerra hicieron que el estallido de la Segunda Guerra Mundial no estuviese acompañado de manifestaciones patrióticas de intelectuales o chauvinistas defensas de la Kultur. En 1942 se publica la obra del científico social sueco Gunnar Myrdal analizando las principales desigualdades dentro de la sociedad norteamericana. Auguraba rápidos cambios en el trato a los afroamericanos que se jugaban la vida en el frente en plano de igualdad con los blancos.

Dos Passos:
Según Orson Welles, en los años treinta, toda la cultura norteamericana era de izquierdas. En escritos de sus años de universidad, Dos Passos ya da muestras de su compromiso social. Fue detenido durante una manifestación de protesta contra el ajusticiamiento de Sacco y Vanzetti. En 1926 se incorporó a la redacción de la revista comunista New Masses. Firmó manifiestos comunistas, aunque sin llegar a ser miembro del partido. Acogió con inquietud los intentos del PC USA de hegemonizar las protestas por Sacco y Vanzetti. Volvió de su viaje a la URSS sin ninguna muestra ni de entusiasmo ni de disidencia. Entre sus amistades había personas claramente críticas con el partido oficial. Tras su desengaño con el estalinismo cambia diametralmente de bando político. Pasa a defender el sistema que hacía posible los grandes negocios norteamericanos y no abandonará su nueva postura conservadora ni siquiera ante los desastres de la guerra de Vietnam.

George Orwell
Reconoció el plagio intencionado de muchas partes del libro Nosotros de Evgeni Zamiatin incorporados a Rebelión en la granja [Animal Farm]. Se trata de una crítica del sistema soviético dirigido por Stalin. El escritor ruso, desilusionado del socialismo después del fracaso de la revolución de 1905, se dedicó a criticar al partido socialdemócrata obrero fundado por Plejanov. Cuando sobrevino la revolución de Octubre (1917) se exilió en París, donde escribió su obra anticomunista. Orwell dedicó un tiempo a vivir como vagabundo en un barrio popular londinense para tener un contacto directo con los estratos más desarraigados. Se incorporó a las Brigadas Internacionales y fue destinado al frente de Huesca.

Neruda compuso una oda en honor de Stalin. Durante los años de la guerra fría las novelas de contenido político escritas por autores del siglo XX en raras ocasiones se llevaban al cine. Ese tipo de películas no era exhibido en las pantallas de la España de Franco. En EE.UU. se desata la caza de brujas, persecución de intelectuales con ideas de izquierda. Las comparecencias inquisitoriales de Joseph McCarthy inquirían insistentemente sobre la asociación o pertenencia al Partido Comunista. En 1956, Ylya Ehrenbourg escribe El deshielo, obra que dará título a la época kruscheviana. En 1968, tras la ocupación de Checoslovaquia, la protesta de los intelectuales occidentales progresistas se generaliza y afecta a los partidos comunistas europeos.

Posguerra española:
Parte al exilio lo más destacado de los intelectuales españoles. El régimen depura el sistema educativo y controla casi todos los aspectos de la vida cultural. Hay que imponer, en suma, al orden de la cultura, las ideas esenciales que han inspirado nuestro Glorioso Movimiento, en la que se conjugan las lecciones más puras de la tradición universal y católica con las exigencias de modernidad (Ley para la fundación del CSIC, 1939). La imagen ha sido moneda corriente desde poco después de la guerra civil. Primero circuló fuera de España; se suponía que en ella no quedaban más que “curas y militares”, y ni rastro de vida intelectual, refugiada en la emigración. La propaganda oficial, mientras tanto, afirmaba que se había eliminado —hacia el cementerio, la emigración, la prisión o el silencio— la escoria “demoliberal”, y se había restablecido el esplendor “imperial” de España, ejemplificado en nombres de los que hace mucho tiempo nadie se acuerda, y que no es piadoso recordar. (Julián Marías, La vegetación del páramo)

Durante el conflicto de Vietnam Ramón J. Sender (1901-1982) se pronunció en la línea del gobierno norteamericano, aunque no por eso dejó de ser el autor de Crónica del alba (1942) o de Réquiem por un campesino español (1953). En nuestros días Mario Vargas Llosa es repetidamente citado como intelectual que adopta activamente posturas conservadoras y defiende una versión liberal del capitalismo.

Tiempos actuales:
● Los intelectuales son escritores, profesores y artistas que quieren hacerse oír fuera de sus áreas de trabajo sobre cuestiones políticas y sociales. Deberían aportar al debate público argumentos o propuestas que trascendiesen las cautelas del pragmatismo político habitual, para así enriquecer la comprensión y no la confusión o la simplificación de esos temas. Los valores se fraguan en situaciones críticas, en la pugna entre lo que es y lo que creemos que debería ser. Se definen y redefinen permanentemente de acuerdo con el decurso histórico y el pensamiento crítico. (Fernando Savater) ● El papel actual de los intelectuales debería ser contribuir al debate público con opiniones informadas sobre asuntos de interés general, pero sin asumir ya el papel de vanguardia de la sociedad. (Jorge Volpi)

Aceptación de premios:
Los escritores cargan con las responsabilidades derivadas de sus obras, que pueden ser una carga tan pesada como su arrogancia; sin embargo, en la medida en que aceptamos los premios, también aceptamos su argumento, su carga ideológica. La institución otorga un reconocimiento a la figura premiada y, a su vez, la figura premiada reconoce y otorga credibilidad a la institución. Es por ello que hay quienes rechazan un premio u otro por venir de un Estado o una institución que repudian o no reconocen. Es parte de las muchas relaciones entre literatura y poder y entre escritores y política y, aunque queramos, no podemos escapar completamente a asumirlas. (Suso de Toro, 2016)

Savater:
Toda su vida ha seguido colocando la mano al otro lado de los barrotes. Ya no porque esas otras fieras estuvieran dormidas (sino porque sabía, precisamente, que estaban más que despiertas), y desde luego ya no para acariciarlas (sino para plantarles cara con decidida convicción). Nunca ha abandonado ese arrojo. Y de ahí que se buscase complicaciones en la dictadura franquista (y eso le llevó a la cárcel, y eso supuso que le apartaran de la Universidad); y de ahí que estuviera en el punto de mira de los asesinos etarras durante años y años; y de ahí que los nacionalistas de todo signo le consideren un indeseable; etcétera. Son múltiples los charcos y jardines en los que Savater ha entrado. No entra de forma caprichosa. Entra con la veracidad de los hechos y el argumento racional. Entra para defender derechos y libertades individuales; para denunciar atropellos contra las instituciones democráticas; para salvaguardar el concepto de ciudadanía; o para combatir zafias simplezas, populistas monsergas, manipuladores engaños y fanáticas enajenaciones. (Oscar Sánchez, 2018)

● Agustín Gómez Arcos. Escritor siempre en los márgenes. Incómodo. "Lo abandoné", dijo, "el día en que me di cuenta de que había dejado de ser un arte de la palabra viva, un arte combativo, conflictivo, para convertirse en una estética. La estética me horroriza; es el grado cero del arte". (Sánchez Dragó, 2018)

 

 

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