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Thomas Pynchon (1937- ):
Novelista estadounidense, famoso por sus técnicas narrativas experimentales desarrolladas a partir de argumentos y temas extremadamente complejos. Su novela más famosa, Arcoiris de gravedad (1973), ganó el National Book Award (Premio Nacional del Libro). Pynchon nació en Long Island (Nueva York), y estudió ingeniería en la Universidad de Cornell, que abandonó para hacer el servicio militar en la Marina estadounidense. A su vuelta se licenció en Lengua Inglesa en 1958. Trabajó en la compañía Boeing Aircraft durante dos años antes de publicar su primera novela, V., en 1963. Sus otras novelas son La subasta del lote 49 (1966), Vineland (1990) y Mason y Dixon (1997). Un lento aprendizaje (1984) es una recopilación de sus relatos cortos. Los libros de Pynchon retratan la inmensa red social formada por los sistemas industriales, militares, de comunicación de masas y de ocio que se desarrollaron durante la II Guerra Mundial (1939-1945) y trazan el desarrollo de esta red desde sus orígenes europeos hasta la época actual, pasando por el nacimiento de Estados Unidos. Son novelas muy abiertas en las que se multiplican las referencias tanto eruditas como triviales (teorías científicas, acontecimientos históricos y detalles de la cultura popular), así como los recursos literarios y lingüísticos para crear una escritura que progresa según el principio de la digresión. El autor introduce un amplio abanico de personajes en argumentos que se entrecruzan y que muchas veces quedan incompletos, con técnicas narrativas diversas entre las que se incluyen la sátira, el humor, la intriga y el suspense, para dibujar una imagen oscura, aunque no sin esperanza, de la alienación humana en el caos de la sociedad moderna. Aparte de unos pocos datos biográficos, la vida personal de Pynchon sigue siendo un misterio cuidadosamente alimentado. Desde hace muchos años ha vivido recluido y sus expedientes académicos y militares se han perdido. (Encarta)


V (1963):
Son tres los protagonistas de esta extraña y fantástica aventura literaria del siglo XX: dos hombres —Herbert Stencil, que busca algo que cree haber perdido, y Benny Profane, quien, como nunca tuvo nada que perder, nunca ha buscado nada— y V., una enigmática mujer que tan pronto puede ser una joven desflorada en el Cairo, como la hembra de una rata de alcantarilla en Nueva York, una bailarina alemana en el suroeste africano, un misterioso país o una lesbiana de París. Pero ¿por qué Stencil se empeña en investigar la verdadera identidad de V. ? La respuesta tal vez resida tanto en la pertinaz idea que tiene Stencil de que «detrás de V., y en V., hay mucho más que todo lo que jamás hayamos soñado» como en esa reflexión del propio Pynchon: «Lo que son para el libertino unos muslos abiertos, lo que es el vuelo de los pájaros migratorios para el ornitólogo, lo que es una tenaza para el ajustador, esto es para el joven Stencil la letra V». Todo parece verosímil en esta extraordinaria novela, todo un clásico de la literatura contemporánea.

La subasta del lote 49 (1966):
Un buen día, la señora Edipa Maas se entera de que ha sido nombrada albacea de una inmensa fortuna por su ex amante Pierce, un millonario californiano. Una serie de sorprendentes coincidencias la pondrán sobre la pista de un delirante misterio en el que se cruzan personajes tan estrafalarios como su marido, Mucho Maas -aficionado al grupo británico Dick el Sucio y los Volkswagen, pero en cuyo éxito no cree-, el doctor Hilarius -un obseso freudiano salido del campo de concentración de Buchenwald-, Gengis Cohen -un eminente filatélico de Los Angeles-, o los abogados Warpe, Wistfull, Kubitschek y McMingus, y el entrañable Randolph Driblette… También deberá enfrentarse con las más estrambóticas organizaciones, como la R.E.S.T.O.S. - una extraña red postal de proscritos-, o la no menos enloquecida Yoyodyne S.A., hasta caer en la cuenta de que la revelación final radica precisamente en la subasta del lote 49.

El arco iris de gravedad (1973):
Esta obra la que confirmó la reputación de Pynchon como uno de los grandes escritores contemporáneos de la literatura universal. Tusquets Editores recupera ahora esta novela monumental, enteramente revisada, que se hallaba desde hace años fuera de circulación. Rechazada por su obscenidad por el jurado del Pulitzer, El arco iris de gravedad fue sin embargo galardonada con el William Dean Howell’s Award, y el National Book Award en 1974, y se ha convertido en referencia obligada para nuevas generaciones de escritores. Como ocurre con cualquier obra de Pynchon, resulta casi imposible reducir a un simple resumen El arco iris de gravedad, novela llena de historias y personajes que giran en torno al núcleo como los satélites y asteroides en torno a un planeta. Tyrone Slothrop, un militar norteamericano que trabaja para la inteligencia aliada en Londres, en 1944, padece un grave problema: siempre que cae una de las bombas autopropulsadas alemanas V-2, él tiene una erección. De niño, Slothrop fue sometido a experimentos pavlovianos por el profesor de Harvard Laszlo Jamf, un loco científico alemán que ahora trabaja para los nazis.Laszlo inventó el Imipolex G, un nuevo plástico útil en el aislamiento de los cohetes, y condicionó las partes pudendas de Tyrone para que respondieran a la presencia de ese nuevo plástico. Ahora, ya adulto, nuestro protagonista no puede evitar sentir la presencia del Imipolex en las bombas, y sus superiores militares están investigándolo. En una Alemania devastada por la guerra, Tyrone se enfrenta a legiones de extraños enemigos, de los que tendrá que huir haciendo cabriolas.

Un lento aprendizaje (1984):
«Si no recuerdo mal», confiesa Pynchon en la Introducción, «escribí estos relatos entre 1958 y 1964, cuatro de ellos cuando estudiaba en la universidad. (…) Tal vez el lector ya sepa hasta qué punto leer cualquier cosa escrita hace veinte años, incluso cheques cancelados, puede suponer un golpe para el ego de uno. Mi reacción al leer estos relatos fue exclamar: "¿Dios mío!", al tiempo que experimentaba unos síntomas físicos en los que prefiero no insistir. Mi segundo pensamiento fue el de volver a escribirlos de cabo a rabo. Ambos impulsos cedieron a uno de esos estados de serenidad propios de la mediana edad, y ahora creo que he llegado a ver con claridad cómo era el joven escritor de entonces y a entenderme con él». Y añade, ya al final: «Tal vez este ocasional apego a mi pasado sólo sea otro ejemplo de lo que Frank Zappa llama una pandilla de viejos amigos reunidos para tocar rock'n'roll. Pero, como todos sabemos, el rock'n'roll nunca morirá, y también el aprendizaje, como dice siempre Henry Adams, es un continuo avanzar». Esta Introducción es tan suculenta como los propios cuentos que presenta, en los que nosotros sí reconocemos ya al gran creador de V. ; sentimos claramente ese «flujo del alma» juvenil —al que él mismo alude— de un escritor, cuya imaginación, inteligencia, sentido del humor y conocimiento de la técnica narrativa quedan aquí ya sobradamente afirmados.

Mason y Dixon (1997):
Esto es verdad, esto es Historia: Charles Mason (1728-1786) y Jeremiah Dixon (1733-1799) fueron un melancólico astrónomo y un exultante topógrafo británicos, a sueldo de la Royal Society, responsables del trazado de la línea que separaba los estados (entonces colonias) de Pennsylvania y Maryland, conocida aún hoy como la Línea Mason-Dixon, que —involuntariamente— acabó demarcando el límite infame entre feudos esclavistas y territorios libres de Estados Unidos de América. En la novela de Thomas Pynchon, esto es otra historia: indios feroces y rudos colonos; batallas navales y exploraciones terrestres, conjuras jesuíticas y erotismo desenfrenado, maquinaciones políticas y adictos a la cafeína, hilarantes apariciones de George Washington (fumando marihuana), Benjamin Franklin y Samuel Johnson; un chino maestro del feng shui y el origen del ketchup; en suma, el más irracional, épico y paródico retrato de los albores de la Edad Contemporánea. Todo esto y mucho más, protagonizado por una pareja de héroes destinada a ser tan célebre como las formadas por Don Quijote y Sancho, Sherlock Holmes y Watson, o Laurel y Hardy. Pasen, pues, y lean la ópera magna que Thomas Pynchon estuvo escribiendo, dicen, a lo largo de más de veinte años y cuya publicación se considera el acontecimiento literario de este fin de siglo. Publicada en Estados Unidos 1997, aparece ahora en una traducción magistral de Jordi Fibla, quien invirtió cerca de dos años en esta ardua tarea.

 

 

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