Desigualdad: G7             

 

Desigualdad: G7:
La brecha entre ricos y pobres no deja de aumentar en todos los países desarrollados. Los sacrificios generados por la crisis no se han repartido de una forma equilibrada. La brecha entre los más ricos y los más pobres se ha situado en el nivel más alto de los últimos treinta años. En 2006 25 gestores de fondos ganaban tres veces la suma de los sueldos de 80.000 maestros de escuela. Se hace difícil argumentar que el sistema reparte los beneficios de una forma útil a la sociedad.

The Macroeconomics of Income Inequality: A Global Perspective (abril 2014):
Seminario organizado por el FMI en abril de 2014, durante las reuniones del FMI y el Banco Mundial tras la constatación de que la desigualdad en ingresos ha aumentado en todo el mundo. Los participantes convinieron en que el crecimiento y la desigualdad son mutuamente incompatibles. Discreparon marcadamente con respecto a las prioridades para hacer frente al aumento de la desigualdad observado en las últimas décadas. Oxfam afirmó que las 85 personas más ricas del mundo poseen ahora más de la mitad de la riqueza mundial.

Guy Ryder, Director General de la OIT:
El creciente consenso con respecto a los efectos perjudiciales de la desigualdad crea una oportunidad sin precedentes para tomar medidas orientadas a reducirla. Antes, se consideraba que la desigualdad era el precio que había que pagar para que la economía mundial funcionara, pero ahora el FMI y otros organismos dicen que existe una convergencia entre un mejor funcionamiento de la economía mundial, la creación del empleo que necesitamos y la reducción de la desigualdad. Si es un problema, y si todos estamos de acuerdo en que es un problema, ¿qué vamos a hacer al respecto?

Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de Oxfam:
La desigualdad no solo es perjudicial para el crecimiento, y representa una amenaza para la democracia, sino que también es moralmente incorrecta. No podemos admitir que millones de personas vivan en la pobreza absoluta, mientras que otras —esas 85 personas de las que ya hemos hablado— aunque vivieran mil vidas, no llegarían a gastar toda la riqueza que poseen. Son muy perjudiciales la evasión fiscal y los flujos financieros ilícitos relacionados con algunas corporaciones. Este dinero podría gastarse en servicios públicos, que representan un ingreso real para los pobres.

Jeffrey Sachs, director del Instituto de la Tierra en la Universidad de Columbia:
Hay muchos tipos de desigualdad, entre ellos, la desigualdad en ingresos, de la riqueza, del poder y del bienestar. Es muy criticable el significativo aumento de la desigualdad en EE.UU. donde se ha permitido que los más ricos secuestren el proceso político en su propio beneficio. La desigualdad a menudo se transmite y se agrava de una generación a otra; que los ricos pueden "invertir más en capital humano", por ejemplo, en educación y salud, que los pobres. Exigir que los ricos paguen más impuestos para permitir que todos tengan una oportunidad es solo una pieza de este rompecabezas. No se trata de un conflicto entre equidad y crecimiento, sino de conectar las dos piezas.

Informes del FMI:
En el último año, el FMI ha publicado dos importantes estudios sobre la desigualdad: "Política fiscal y desigualdad", y "Desigualdad y Crecimiento"; en los que se explica sus efectos en el crecimiento, y cómo diseñar políticas de tributación y gasto para ayudar a lograr una redistribución con el menor costo posible en términos de eficiencia económica.

Tyler Cowen, profesor de la Universidad de George Mason:
Deben proponerse algunas medidas adicionales que podrían ayudar a reducir la desigualdad a nivel mundial, entre ellas, alentar la inmigración, proporcionar transferencias monetarias condicionadas e invertir en salud pública y agricultura. La desigualdad es un síntoma de un problema más profundo que es la falta de oportunidades. Estas propuestas crearían nuevas oportunidades para los pobres. Si nos preocupa la desigualdad debemos abordarla con una mentalidad dirigida a la resolución de problemas. En EE.UU. hay menos ingresos para las clases medias, más desigualdades entre los ciudadanos con acceso a una educación de calidad y trabajos bien remunerados y aquellos no educados y que se conforman con trabajos precarios, una economía que no crece lo suficiente para elevar el nivel de vida de la mayoría. En los últimos 15 años el nivel de vida medio de un hogar estadounidense típico ha caído entre el 5% y el 10%. Seguramente bajará otro 5% o 10% más en los próximos 10 o 15 años. En las ofertas de trabajo para titulados los salarios dejaron de crecer hacia 1999. Gastamos y nos endeudamos como si fuésemos a crecer un 3% y al final apenas crecimos. Las personas que están abajo no suben tan rápido, al contrario que en los años cincuenta o sesenta, cuando los niveles de vida se multiplicaban por dos cada 25 o 30 años. Esto ya no ocurre. Los principales problemas de las personas que no son ricas son el alquiler, la educación y la cobertura sanitaria. En todos estos sectores los precios han subido durante bastante tiempo. Ser pobre es caro en EE.UU.

Las clases medias confiaban en que si ejecutaban lo que se les había asignado les aguardaba un porvenir próspero y sus hijos vivirían mejor. Una vez pasada la crisis, los empleos de clase media desaparecidos no reaparecen. Se fue construyendo una clase peculiar formada por personas que pertenecen a las capas medias en cuanto a formación, mentalidad y atributos, pero que se encuentran con condiciones vitales propias de estratos sociales más bajos. Piketty señala el aumento de la desigualdad hasta unos niveles que se acercan a los del siglo XIX. La comparación con el siglo XIX no se sustenta sólo en la disparidad de ingresos —mientras los salarios reales de la clase trabajadora norteamericana apenas ha aumentado desde los años setenta, los salarios de 1% con más ingresos han subido un 165%, según datos citados por el Nobel Paul Krugman—, sino en la disparidad del patrimonio. Regresa el espectro de la sociedad de rentistas. “La desigualdad alcanzó su marea más baja en EE.UU. entre 1950 y 1980: el 10% superior en la jerarquía de ingresos se llevaban entre el 30% y el 35% de los ingresos nacionales de EE UU, aproximadamente el mismo nivel que Francia hoy”, escribe Piketty en su libro, Capital en el siglo XXI. “Desde 1980, sin embargo, la desigualdad de ingresos ha estallado en EE UU. La parte del 10% superior ha aumentado del 30%-35% de los ingresos nacionales en los años setenta al 45%-50% en la década del año 2000”. El incremento del 1% con más ingresos todavía es más acusado.

Impuestos:
En 2012, para ayudar a la salida de la crisis, Romney propone bajar los impuestos a los ricos. En casi todos los países desarrollados ha habido una competición a la baja en los impuestos de sociedades y en general en la fiscalidad que se aplica a la inversión, concentrándose la mayor carga fiscal sobre los asalariados.

La fortuna de las tres personas más ricas del mundo supera el PIB total de los 48 países más pobres. El 4% de la riqueza acumulada por las 225 mayores fortunas (que suman un total de 1.000 millardos de dólares) bastaría para asegurar el acceso a la educación, la alimentación y las atenciones básicas a toda la población del planeta.


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