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Breves sinopsis de algunas novelas de autores españoles (s.XX):
El conjunto de autores nacidos entre 1925 y 1931 recibió el nombre de generación del Medio siglo. El ambiente refleja las duras circunstancias y escasez de la posguerra. La sensación de falta de libertad que puede notarse llega a parecer opresiva a pesar del necesario empeño de esquivar la censura. Las novelas sociales de la preguerra quedan prohibidas. Los autores españoles prolongan especialmente el realismo social. En la década de 1960 comienza a notarse en los autores el impacto de la nueva novela hispanoamericana.

La familia de Pascual Duarte - Camilo José Cela (1942):
Marca un hito decisivo en la literatura española y es, después del Quijote, el libro español más traducido a otras lenguas. Pascual Duarte, campesino extremeño hijo de un alcohólico, nos cuenta su vida mientras espera su propia ejecución en la celda de los condenados a muerte. Víctima de una inexorable fatalidad, Pascual Duarte es un ser primitivo y elemental dominado por la violencia, única respuesta que conoce a la traición y al engaño. Pero esa siniestra apariencia no es más que la máscara que oculta su incapacidad para luchar contra la maldad de los demás y la desvalida impotencia que alberga en el fondo de su alma. La familia de Pascual Duarte ha ganado con los años fuerza y dramatismo y su protagonista, que no ha perdido el encanto primigenio, es ya un arquetipo de alcance universal.

Nada - Carmen Laforet (1944):
Andrea, recién terminada la Guerra Civil Española, se traslada a la ciudad de Barcelona para estudiar y empezar una nueva vida. Cuando Andrea llega a casa de su abuela, de donde sólo tiene recuerdos de su infancia, sus ilusiones se ven rotas. En este piso de la calle de Aribau, donde aparte de su abuela viven su tía Angustias, su tío Román, su tío Juan, la mujer de este último, Gloria, y la criada, la tensión se continúa en un ambiente caracterizado por el hambre, la suciedad, la violencia y el odio. Andrea, que vive oprimida por su tía Angustias, siente que su vida va a cambiar cuando su tía se marcha. La novela llega a crear una atmósfera tan asfixiante que consigue traspasar el papel y llegar al lector. Carmen Laforet se adelanta a su tiempo con una prosa intimista y fotográfica, en la que se describe perfectamente la Barcelona de la época. La autora utiliza para ello recursos propios del impresionismo. Como muestra de estos recursos impresionistas, en Nada predomina la descripción. La protagonista se fija en todo aquello que le rodea a su llegada a Barcelona; transmite una visión totalmente subjetiva, ya que no describe los objetos tal y como son, sino que lo hace como ella los percibe, aportándonos sus sensaciones y emociones.

    Reflejo amargo de la vida cotidiana:
    Su autora, una estudiante de veintitrés años, presentaba -sin el menor tremendismo- a una muchacha como ella que había ido a estudiar a Barcelona, donde vive con unos familiares en un ambiente sórdido de mezquindad, de histeria, de ilusiones fracasadas, de vacío... Era una parcela irrespirable de la realidad cotidiana del momento, recogida con un estilo desnudo y un tono desesperadamente triste. (F.Lázaro)

La sombra del ciprés es alargada - Miguel Delibes (1948):
Primera novela de Delibes, abundante en tristezas, frustraciones, religiosidad, miserias y angustias. Pedro, un niño de diez años, huérfano, criado por su tío, es encargado a don Mateo Lesmes para que lo eduque hasta que termine su bachillerato. Todo en este ambiente, el lugar y la casa, es monótono, triste y frío. Don Mateo, pesimista, influye sobre Pedro y sobre Alfredo, otro estudiante con quien Pedro trata de cultivar una amistad íntima. En el momento en que los dos han conseguido tal amistad, muere Alfredo. Su muerte tanto como la filosofía negativa del maestro, tendrán una influencia enorme en la vida de Pedro y, por consiguiente, cambiarán su manera de ser. Este cambio dura hasta que, años después, llega a conocer y luego a casarse con Jane, muchacha norteamericana. El ciclo se cierra cuando la esposa, inesperadamente, muere. Para crear un ambiente apropiado, Miguel Delibes sitúa la acción de esta novela en la antigua ciudad española de Ávila. Ávila es una ciudad medieval. Es, también, una ciudad famosa por sus murallas, concepto que tendrá muchos efectos en la vida de nuestro protagonista, Pedro. La arquitectura de este período se manifiesta en castillos y muros. Esta idea de aislamiento tendrá un efecto profundo en la vida de Pedro.

Historia de una escalera - Antonio Buero Vallejo (1949):
Historia de una escalera es la primera obra [teatro] de Buero Vallejo, estrenada en 1949 en plena dictadura franquista. La obra inaugura en la escena española una tendencia de teatro realista y social que se mantuvo durante varias décadas de la segunda mitad del siglo XX. Los textos dramáticos desarrollan una historia, en este caso, el fracaso de las ilusiones juveniles y la frustración amorosa, esta trama se representa en un escenario por unos personajes, Fernando y Carmina, que contemplan, desde el pasado, el presente y el futuro de sus hijos, que también se llaman Fernando y Carmina, un futuro que se adivina muy parecido a la vida que han tenido ellos. Toda la obra tiene lugar en un único escenario: una escalera de un edificio de pisos de clase media-baja. El tiempo es un elemento fundamental en la obra.

La colmena - Camilo José Cela (1951):
Considerada una de las mejores novelas españolas del siglo XX, La colmena se publicó inicialmente en Argentina por problemas con la censura franquista en España. Se trata de una obra coral ambientada en el Madrid de posguerra, durante unos pocos días de 1943. Con ella el autor quiso mostrar la realidad social de esos difíciles años de la historia de España. Los protagonistas pertenecen a la clase media y llevan una vida que parece estar paralizada, sin un futuro real y esperanzador, por la situación del país. Las pequeñas escenas narradas ocurren simultáneamente. Las vidas de los personajes se entrecruzan formando un mosaico que, a modo de red, parece construir las celdas de una colmena. Los problemas con la censura obligaron a que fuese publicada en Buenos Aires.

Los cipreses creen en Dios - José María Gironella (1953):
Es una crónica de la Segunda República. Cuenta la vida de una familia de clase media, los Alvear, y a partir de aquí va profundizando en todos los aspectos de la vida ciudadana y de las diversas capas sociales. El lector asiste a lo largo de la obra al proceso en virtud del cual España fue dividiéndose en dos bandos irreconciliables hasta desembocar en la guerra civil. Inicia una tetralogía de la Guerra Civil, compuesta por Un millón de muertos (1961), Ha estallado la paz (1966) y Los hombres lloran solos (1985).

El Jarama - Rafael Sánchez Ferlosio (1955):
El Jarama inaugura una nueva época de la narrativa española incorporando a una historia de apariencia realista una técnica absolutamente realista. Once amigos madrileños deciden pasar un caluroso domingo de agosto a orillas del Jarama. A partir de ahí la acción se desarrolla simultáneamente en la taberna de Mauricio —donde los habituales parroquianos beben, discuten y juegan a las cartas— y en una arboleda a orillas del río en la que se instalan los excursionistas. Durante dieciséis horas se suceden los baños, los escozores provocados por el sol, las paellas, los primeros escarceos eróticos y el resquemor ante el tiempo que huye haciendo inminente la amenaza del lunes. Al acabar el día, un acontecimiento inesperado colma la jornada de honda poesía y dota a la novela de una extraña grandeza. En esta obra el autor revela un profundo y minucioso conocimiento tanto de la realidad física en donde se desarrolla la acción como del espíritu de cuantos personajes aparecen en ella. A estas cualidades une un diálogo que tal vez sea el más eficaz y directo que ha producido la novela española desde hace muchos años. A la meticulosa observación de los hechos y personajes se une un gran encanto poético. Como reconocimiento de todos estos méritos excepcionales, se le otorgó el Premio de la Crítica 1957.

Tiempo de silencio - Luis Martín-Santos (1962):
El protagonista Pedro es un joven médico investigador en Madrid a finales de la década de los 40. La paupérrima situación económica y social impiden el avance de las investigaciones sobre el cáncer que realiza en una cepa de ratones. Estos ratones habían sido traídos desde Estados Unidos y no se había podido mantener un ritmo de reproducción superior al de su muerte. Su ayudante en el laboratorio, Amador, había regalado meses antes algunos ejemplares a un pariente suyo, el Muecas. Éste ha logrado criar estos ratones en su chabola con ayuda de sus hijas. Pedro y Amador acuden a esa chabola para recomprar algunos de esos ratones y poder continuar con las investigaciones. Tras esa visita Pedro entra en contacto con los bajos fondos de Madrid y el Muecas acude a él en su condición de médico cuando su hija mayor, Florita, se desangra debido a un aborto que le ha practicado en casa su padre. La chica muere cuando Pedro, que no ejerce la medicina, intenta salvarla. El protagonista se encuentra entonces perseguido por la policía, que acaba por detenerle y sólo le libera cuando la esposa del Muecas explica lo ocurrido. Lo interesante de Tiempo de silencio no es su trama, que entronca con otras novelas de corte realista —especialmente con Baroja y su trilogía La lucha por la vida—, sino la forma de narrar. Martín-Santos se alejó de un estilo propio de la época, sencillo y árido, para armar un libro de resonancias clásicas, con un lenguaje cultivado y complejo, de prolijas descripciones, excursos culteranistas y diálogos empapados de clasicismo. Aunque es una novela difícil en cuanto al lenguaje, la historia que se cuenta es tan sencilla (en su desarrollo narrativo, no en otros planos) como directa.

 

 

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