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Ecosistemas canarios:
El Archipiélago Canario se encuentra situado frente a la costa noroccidental de África, en la zona templada del hemisferio norte, sobre el Trópico de Cáncer. Está extendido de este a oeste y comprende siete grandes islas (Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife, La Gomera, La Palma y El Hierro) y seis islotes (La Graciosa, Alegranza, Montaña Clara, Roque del Este, Roque del Oeste y Lobos). Las islas emergen del océano atlántico como edificios volcánicos independientes, en la zona comprendida entre la plataforma y la llanura abisal africana. Las Islas no presentan la misma edad, dado que su formación no fue simultánea, edades de entre 20 y 10 millones de años para las islas más antiguas (Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria y La Gomera) y entre 10 y 0,5 millones de años para las más jóvenes (Tenerife, La Palma y El Hierro). De igual modo, hay que señalar, que cada isla es el resultado no de un único episodio eruptivo, sino que se ha formado por etapas o ciclos eruptivos relativamente cortos, separados por largos períodos de inactividad volcánica en los que actuó la erosión. La escasa altura de las montañas de Lanzarote y Fuerteventura es el principal factor que determina su aridez.

Según el relieve, la altura y la vertiente de que se trate, podremos encontrarnos contornos naturales que pueden abarcar espacios de cumbre, medianías o de costa, e incluso áreas continuas que incluyen varios de estos espacios o zonas. En cuanto a la morfología de sus costas, la acción marina ha determinado su conformación, en general escarpadas a barlovento, y con llanos costeros y playas a sotavento. Los acantilados y calas en las desembocaduras de barrancos y valles de la zona norte y en las islas jóvenes contrastan con los llanos costeros, playas, jables y campos de dunas costeras formadas por materiales de origen orgánico marino.

La variación de temperatura según la altura de las Islas, unido a la influencia de los vientos alisios y la proximidad al continente Africano, junto a la orografía insular, determina una abundante variedad microclimática y los tipos de suelo de origen volcánico, han dado lugar a una gran diversidad de ecosistemas, con singulares comunidades animales y vegetales, que incluyen importantes endemismos. Los vientos alisios fluyen hacia las Islas de forma estable en verano, mientras que en invierno se alternan con entradas de aire polar. Junto a ello, se hace sentir la influencia del continente africano con periodos de masas de aire caliente sahariano. Se da el nombre de mar de nubes a una acumulación horizontal de estratocúmulos a baja altura (aproximadamente entre los 500 y los 1.500 m), causada por vientos marítimos cargados de humedad en su sector inferior. Ello explica el fenómeno de la inversión térmica, merced al cual se registran temperaturas más altas por encima de la cota de los 1.500 m que en el tramo inferior cubierto por el mar de nubes.

El archipiélago canario reúne una extraordinaria diversidad ecológica que, a simple vista, se aprecia en el extraordinario contraste de paisajes naturales que alberga, donde frondosos bosques de laurisilva comparten protagonismo con extensas zonas de lavas. Los ecosistemas terrestres de Canarias se encuentran agrupados en comunidades, que se distribuyen en diferentes pisos o franjas en función de los factores climáticos y la altitud. En canarias encontramos los siguientes ecosistemas: las costas y el cardonal – tabaibal en el piso basal; el bosque termófilo, la laurisilva formando el monte verde canario; el pinar y la alta montaña. En zonas bajas, después de que mermase considerablemente el pastoreo y la siembra de cereales, las tabaibas han recuperado mucho terreno. En las tierras basálticas de la Reserva Natural Especial del Malpaís de Güímar abundan grandes ejemplares de cardones, tabaibas, romeros marinos, verodes y cardoncillos.

A algunas especies, generalmente endémicas, del género Echium reciben en las islas el nombre de Tajinaste, palabra que proviene del del idioma guanche. Entre la gran variedad de especies el más conocido es el tajinaste rojo, presente en Tenerife y La Palma. El tajinaste blanco [Echium decaisnei] es endémico de Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura. El Tajinaste azul de cumbre [Echium gentianoides] de La Palma, crece entre los 1.800 y 2.400 metros de altura. Tajinaste azul de Jandía [Echium handiense] crece en el sur de Fuerteventura. Tajinaste azul de La Gomera [Echium acanthocarpum] crece en La Gomera entre las zonas del monteverde y del fayal-brezal. La Palma destaca en variedad de especies y El Hierro también posee sus propios endemismos. En los Jameos del Agua vive una especie de cangrejo única y endémica [Munidopsis polymorpha]. Tiene un centímetro de longitud, es albino, ciego y muy sensible a los mínimos cambios en el ambiente. La palabra jameo es de origen aborigen y se refiere a un agujero que se produce como consecuencia del hundimiento del techo de un tubo volcánico.

 

 

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