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Ray Bradbury (1920-):
Nació en Waukegan (Illinois), el 22 de agosto de 1920; fue un niño extraordinariamente imaginativo y proclive a sufrir pesadillas y fantasías aterrorizadoras, que después desarrolló en sus escritos. A los doce años empezó a escribir 4 horas diarias. Vendió su primer relato en 1941 y en 1943 se dedicó plenamente a la literatura.

Crónicas Marcianas (1950):
La famosa colección de relatos Crónicas Marcianas fue su primera novela (1950). En su poética fantástica describe ciudades abandonadas hace miles de años, mares secos y melancólicos y grandes extensiones de tierra roja. Los veleros de tecnología marciana usados cotidianamente por los nuevos colonizadores evocan a la vez tecnología avanzada y medios humanos tradicionales. Su fascinación por el planeta vecino se inició con sus lecturas infantiles de las aventuras de John Carter, Señor de la Guerra de Marte, escritas por Edgar Rice Burroughs. Refleja muchos de los temores presentes en la sociedad estadounidense de la década de 1950, principalmente el miedo a una guerra nuclear, el deseo de llevar una vida sencilla y la reacción contra el racismo y la censura. Esta colección de relatos recoge la crónica de la colonización de Marte por parte de una humanidad que huye de un mundo al borde de la destrucción. Los colonos llevan consigo sus deseos más íntimos y el sueño de reproducir en el Planeta Rojo una civilización de perritos calientes, cómodos sofás y limonada en el porche al atardecer. Pero su equipaje incluye también los miedos ancestrales, que se traducen en odio a lo diferente, y las enfermedades que diezmarán a los marcianos. Conforme a su concepción de lo que debe ser la ciencia ficción, Bradbury se traslada al futuro para iluminar el presente y explorar la naturaleza humana. Escritas en la década de los cuarenta, estas deslumbrantes e intensas historias constituyen un canto contra el racismo, la guerra y la censura, destilando nostalgia e idealismo. Ray Bradbury se consolidó como escritor con esta obra, ahora un clásico de las letras norteamericanas, con su estilo rico, inmediato y conmovedor, que le ha valido el apelativo de poeta de la ciencia ficción.

Mientras que Asimov y Clarke mantuvieron un seguimiento cercano a la ciencia, Bradbury se despreocupó de la rigurosidad científica para centrarse en los problemas éticos del avance tecnológico. Durante sus estudios de astronomía encontró una barrera en el álgebra y la aritmética y decidió dedicarse a escribir sobre los problemas morales de la ciencia. Marte como escenario sigue estando presente en otros cuentos posteriores. Entre el resto de su obra destaca El hombre ilustrado (1951), Fahrenheit 451 (1953), ambientada en una sociedad futura donde la palabra escrita está prohibida, y El vino del estío (1957). Escribió también poesía, obras de teatro y guiones cinematográficos.

El hombre ilustrado (1951):
En esta colección de historias entrelazadas, el narrador anónimo conoce a El Hombre Ilustrado, un curioso personaje con el cuerpo completamente cubierto de tatuajes. Sin embargo, lo más remarcable e inquietante es que las ilustraciones están mágicamente vivas y cada una de ellas empieza a desarrollar su propia historia, como en La pradera, donde unos niños llegan un juego de realidad virtual más allá de sus límites. O en Calidoscopio, el sobrecogedor relato de un astronauta que se dispone a reentrar en la atmósfera terrestre sin la protección de una nave espacial. O en La hora cero, en el que los invasores extraterrestres han encontrado unos aliados lógicos y sorprendentes: los niños humanos. Cada uno de los dieciocho relatos que componen esta colección es una muestra de la maestría narrativa de Bradbury y no han perdido ni su vigor ni su actualidad desde que fueron publicados por primera vez en 1951.

Fahrenheit 451 (1953):
La temperatura a la que el papel se enciende y arde. Presenta una sociedad del futuro dominada por los medios, el conformismo y los tranquilizantes. Guy Montag el bombero conoce a Clarisse, una chica que le genera dudas sobre su felicidad, y el amor por su esposa. Experimenta un proceso de desmarcarse del resto de individuos que conforman la sociedad nos hace reflexionar sobre la marcha del mundo. Los medios lo dominan todo y lo que más importa es que la gente sea feliz y no piense. La gente denuncia voluntariamente a los vecinos que poseen libros para que estos sean quemados inmediatamente. Montag entra en contacto con Faber, catedrático de literatura expulsado de su trabajo cuando las humanidades dejaron de ser útiles para la sociedad Prepara un plan para despertar la conciencia de la sociedad. La novela menciona una larga lista de grandes obras literarias. Entre los autores citados repetidamente están Balzac, Dickens y Orwell. Menciona también libros controvertidos como Mi lucha (Hitler), Justine (Sade) y Lolita (Nabokov).

    La película de Truffaut (1966):
    Protagonizada por Oskar Werner, Julie Christie, y Cyril Cusack. Con música de Bernard Hermann y fotografía de Nicolas Roeg. Truffaut contó que los abogados hollywoodenses de la Universal (productora de la cinta) no querían que se quemaran los libros de Faulkner, Sartre, Proust, Genet, Salinger, Audiberti...: "Limítese a los libros que pertenezcan al dominio público", dicen por temor a eventuales procesos. El director hizo caso omiso de las advertencias.

El vino del estío (1957):
[Dandelion Wine] En tres prodigiosos meses de 1928, Douglas Spaulding, un niño de doce años, observa, escucha y saborea las sorpresas rituales de un verano especial: el descubrimiento de la vida y la muerte, el último tranvía, la limpieza de las alfombras, la aparición de las hamacas en los porches, la cosecha del vino del estío… pero también máquinas extraordinarias y mágicos misterios: la Máquina de la Felicidad, que casi destruye la felicidad de su inventor: la Máquina Verde, que pasea a dos viejas señoras por las calles del pueblo; la Máquina del Tiempo en el cuerpo de un viejo coronel; la terrible y fabulosa Madame Tarot. Transcurre en la ciudad ficticia de Green Town (Illinois). Douglas lo observa todo con mucha precisión. El verano le otorga la posibilidad de vivir lo cotidiano como si se tratara de lo fantástico, mezclando realidad con ciencia ficción, en una especie de autobiografía surrealista del autor. En el año 2006 Bradbury publicó una continuación, titulada El verano de la despedida (Farewell summer). En 1971 los astronautas de la misión Apolo 15 nombraron un cráter de la luna «Cráter Diente de León (Dandelion)» en honor a esta novela.

De la ceniza volverás (2001):
[From the Dust, Returned] Una tardía recuperación fruto de la atormentada imaginación de su infancia. Resultado de añadidos y correcciones trabajadas a lo largo de más de cincuenta años, a partir de sus primeros cuentos sobre la familia Elliot. La familia ha vivido durante siglos en una casa de leyenda y misterio y, como Gran Abuela, sus integrantes perduran desde la época de la Esfinge. Sólo Timothy el niño expósito que los fantasmas han adoptado, registra los prodigiosos acontecimientos. Ahora todos vendrán de visita para Halloween, la Noche de Brujas. A la ansiosa anticipación de la fiesta, le sigue un sentimiento de fatalidad. El mundo no cree más en los fantasmas y la Casa se transforma en un refugio para muchos de ellos. No para Timothy, el único que deberá envejecer y morir. Por momentos lírica, punzante y estremecedora. Un libro de fantasía deslumbrante y lleno de humor que figurará entre sus obras maestras.

 

 

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