Retractación de Galileo (1633):
"... teniendo ante mis ojos los Santísimos Evangelios y poniendo sobre ellos mi propia mano, juro que siempre he creído, creo ahora y que, con la ayuda de Dios, creeré en el futuro todo lo que la Santa Iglesia Católica mantiene, predica y enseña.
Pero como yo, tras haber sido amonestado por este Santo Oficio a abandonar completamente la falsa opinión de que el Sol es el centro inmóvil de universo, y que la Tierra no es el centro del universo y se mueve, y a no sostener, defender o enseñar de ninguna manera, ni oralmente ni por escrito, la mencionada falsa doctrina; y tras haberme sido notificado que dicha doctrina es contraria a las Santas Escrituras, escribí y di a la imprenta un libro en el que trato de dicha doctrina ya condenada, y presento argumentos de mucha eficacia en su favor, sin llegar a ninguna conclusión: he sido hallado vehementemente culpable de herejía, es decir, de haber mantenido y creído que el Sol es el centro inmóvil del universo, y que la Tierra no está en el centro del universo y se mueve.
Sin embargo, deseando eliminar de las mentes de vuestras Eminencias y de todos los fieles cristianos esta vehemente sospecha razonablemente concebida contra mí, abjuro con corazón sincero y piedad no fingida, condeno y detesto los dichos errores y herejías, y generalmente todos y cada uno de los errores y sectas contrarios a la Santa Iglesia Católica..." (Texto citado en A hombros de gigantes. Las grandes obras de la Física y la Astronomía. Ed. Crítica. Págs. 351-352)
Roberto Belarmino (1542-1621):
En 1616 se reunió con el cardenal Belarmino y ambos acordaron que mientras Galileo mantuviera el heliocentrismo como una hipótesis nada tendría que temer. En efecto, el edicto de 5 de marzo de 1616 por el que se condenaba el movimiento de la Tierra y la doctrina coperniciana no mencionaba a Galileo para nada. Durante 16 años, Galileo guardó silencio. En 1623 ocupó el solio pontificio el cardenal Barberini (Urbano VIII), antiguo alumno de Galilei, que le reiteró la libertad de la que gozaba para escribir lo que quisiera mientras quedara claro que el heliocentrismo era una hipótesis como ya había acordado con el cardenal Belarmino que había fallecido en 1621.
En 1632 Galilei publica sus "Diálogos sobre los dos grandes sistemas del mundo, el ptolemaico y el coperniciano." En ella, Galileo, por fin, se decide a reírse descaradamente del sistema geocéntrico y a apoyar el heliocentrismo. Tal vez fuera peor que el ridículo defensor del geocentrismo "recordara" al propio papa Urbano VIII. Se contituyó una comisión para juzgar la obra y Galileo se dedicó a darle largas al asunto pretextando estar enfermo. Así pasaron unos meses hasta que ya no le cupo otro remedio que acudir a Roma donde comenzó el juicio en febrero de 1633.
Ya en la segunda sesión, en abril de 1633, Galileo niega lo que había escrito atribuyéndolo a un error de su pluma porque él en modo alguno pensaba que el heliocentrismo fuera cierto. En mayo, ya estaba pidiendo clemencia ante sus errores. En junio escribió y firmó su retractación:
Toscano de Montepulciano sobrino del papa Marcelo II. Fue arzobispo, inquisidor y cardenal de la Compañía de Jesús. Defendió la fe y la doctrina católica durante y después de la Reforma Protestante, por lo que fue llamado el "martillo de los herejes".
Entró en 1560 en la Compañía de Jesús.
En 1598 se le encarga la dirección del proceso de la Inquisición contra Giordano Bruno (quien tras su negativa a retractarse de sus ideas sobre los múltiples sistemas solares y la infinitud del universo, pasaría ocho años en prisión y sería quemado vivo en la hoguera). En 1616 dirige también el primer proceso contra Galileo, donde se censura su teoría heliocéntrica y se le exige presentarla únicamente como hipótesis. Fue beatificado y canonizado por el papa Pío XI en 1930. Fue declarado doctor de la Iglesia en 1931.
Galileo
Galileo
Galileo
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