Trabajar: Citas:
La recompensa del trabajo bien hecho es la oportunidad de hacer más trabajo bien hecho.
El pan más sabroso y la comodidad más agradable son los que se ganan con el propio sudor.
Cuando el trabajo es un placer la vida es bella. Pero cuando nos es impuesto la vida es una esclavitud.
Soy gran creyente en la suerte, y he descubierto que mientras más duro trabajo, más suerte tengo.
La oxidación por falta de uso gasta mucho más las herramientas que el propio trabajo.
Nadie puede llegar a la cima armado sólo de talento. Dios da el talento; el trabajo transforma el talento en genio.
Trabaja en impedir delitos para no necesitar castigos.
El trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento.
El trabajo consiste en lo que un organismo está obligado a hacer; el juego consiste en lo que un organismo no está obligado a hacer.
El trabajo ayuda siempre, puesto que trabajar no es realizar lo que uno imaginaba, sino descubrir lo que uno tiene dentro.
Algo malo debe tener el trabajo, o los ricos ya lo habrían acaparado.
El trabajo y la lucha llaman siempre a los mejores.
El genio comienza las grandes obras, pero sólo el trabajo las acaba.
Nadie que esté entusiasmado con su trabajo puede temer nada de la vida.
Algunos dicen que el trabajo duro no ha matado a nadie, pero yo me digo ¿Por qué arriesgarse?
No me gusta el trabajo, a nadie le gusta; pero me gusta que, en el trabajo, tenga la ocasión de descubrirme a mí mismo.
Cuando he estado trabajando todo el día, un buen atardecer me sale al encuentro.
Me gusta y me fascina el trabajo. Podría estar sentado horas y horas mirando a otros cómo trabajan.
El trabajo que nunca se empieza es el que tarda más en finalizarse.
Lo más triste es que la única cosa que se puede hacer durante ocho horas al día es trabajar.
Para trabajar basta estar convencido de una cosa: que trabajar es menos aburrido que divertirse.
Nunca la persona llega a tal grado de perfección como cuando llena un impreso de solicitud de trabajo.
Trabajar con amor es construir una casa con cariño, como si vuestro ser amado fuera a habitar en esa casa.
Amar a la vida a través del trabajo, es intimar con el más recóndito secreto de la vida.
Más confío en el trabajo que en la suerte.
El trabajo endulza siempre la vida, pero los dulces no le gustan a todo el mundo.
El trabajo es lo más divertido, podríamos pasarnos horas observándolo.
Sólo los necios se encuentran satisfechos y confiados con la calidad de su trabajo.
Trabajo deprisa para vivir despacio.
El trabajo sin prisa es el mayor descanso para el organismo.
Si no queréis trabajar, necesitáis trabajar para ganar suficiente dinero para no trabajar más.
Encuentra la felicidad en el trabajo o no serás feliz.
Cuando el hombre ya no encuentra placer en su trabajo y trabaja sólo por alcanzar sus placeres lo antes posible, entonces sólo será casualidad que no se convierta en delincuente.
El trabajo hecho con gusto y con amor, siempre es una creación original y única.
Puede considerarse bienaventurado y no pedir mayor felicidad el hombre que ha encontrado su trabajo.
No es el trabajo lo que envilece, sino la ociocidad.
El placer que acompaña al trabajo pone en olvido a la fatiga.
El trabajo es vida.
A dos hombres venero yo en este mundo: al labrador sufrido de mano callosa y nervuda, en la que permanecerá para siempre una real e indeleble majestad, puesto que en ella está el cetro de este mundo. Y a aquel que trabaja por las imprescindibles necesidades del espíritu; no por el pan cotidiano, sino por el pan de la verdadera vida.
Mediante el trabajo ha sido como la mujer ha podido franquear la distancia que la separa del hombre. El trabajo es lo único que puede garantizarle una libertad completa.
El trabajo es una invasión de nuestra privacidad.
Para los que no tenemos religión, nuestro Dios es el trabajo.
Días de trabajo, únicos días en los que he vivido.
El trabajo es el único capital no sujeto a quiebras.
Cuando el trabajo no constituye una diversión, hay que trabajar lo indecible para divertirse.
Obró mucho el que nada dejó para mañana.
No aprovechan los trabajos si no han de enseñarnos algo.
No basta trabajar, es preciso agotarse todos los días en el trabajo.
Estamos rodeados de artilugios destinados a ahorrar trabajo y, sin embargo, disponemos de muy escaso ocio auténtico.
El trabajo es un título natural para la propiedad del fruto del mismo, y la legislación que no respete ese principio es intrínsecamente injusta.
Únicamente el trabajo con fe cumplido es eterno como el Constructor del universo.
Educación | Estudio:
Infancia:
Tiempo:
Lo que con mucho trabajo se adquiere, más se ama.
Lo que importa es cuanto amor ponemos en el trabajo que realizamos.
Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida.
Dichoso es aquel que mantiene una profesión que coincide con su afición.
Mi padre siempre me decía: encuentra un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar un solo día de tu vida.
Una máquina puede hacer el trabajo de 50 hombres corrientes. Pero no existe ninguna máquina que pueda hacer el trabajo de un hombre extraordinario.
Siempre que te pregunten si puedes hacer un trabajo, contesta que sí y ponte enseguida a aprender como se hace.
No puedo parar de trabajar. Tendré toda la eternidad para descansar.
Mira si será malo el trabajo, que deben pagarte para que lo hagas.
Un síntoma de que te acercas a una crisis nerviosa es creer que tu trabajo es tremendamente importante.
El trabajo es el refugio de los que no tienen nada que hacer.
Trabaja en algo, para que el diablo te encuentre siempre ocupado.
Dichoso el que gusta las dulzuras del trabajo sin ser su esclavo.
La educación es el desarrollo en el hombre de toda la perfección de que su naturaleza es capaz.
La educación ayuda a la persona a aprender a ser lo que es capaz de ser.
El maestro que intenta enseñar sin inspirar en el alumno el deseo de aprender está tratando de forjar un hierro frío.
Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida.
La primera tarea de la educación es agitar la vida, pero dejarla libre para que se desarrolle.
Por la ignorancia se desciende a la servidumbre, por la educación se asciende a la libertad.
Donde hay educación no hay distinción de clases.
La verdadera educación consiste en obtener lo mejor de uno mismo. ¿Qué otro libro se puede estudiar mejor que el de la Humanidad?
Dos excesos deben evitarse en la educacion de la juventud; demasida severidad, y demasiada dulzura.
Todos los educadores son absolutamente dogmáticos y autoritarios. No puede existir la educación libre, porque si dejáis a un niño libre no le educaréis.
Podrían engendrarse hijos educados si lo estuvieran los padres.
Realmente, sólo los padres dominan el arte de educar mal a los hijos.
Acusar a los demás de los infortunios propios es un signo de falta de educación. Acusarse a uno mismo, demuestra que la educación ha comenzado.
Antes de casarme tenía seis teorías sobre el modo de educar a los niños. Ahora tengo seis hijos y ningún teoría.
El hombre comienza en realidad a ser viejo cuando cesa de ser educable.
Formarse no es nada fácil, pero reformarse lo es menos aún.
Es un gran error suponer, que el imperio que se establece sobre los hombres por la fuerza, sea más agradable y permanente, que el que se funda sobre el amor.
O se aprende educación en la propia casa o el mundo la enseña con el látigo, y nos podemos hacer daño.
Es más acertado contener a los niños por honor y ternura, que por el temor y el castigo.
La educación es algo admirable, sin embargo, es bueno recordar, que nada que valga la pena se puede enseñar.
Educación es lo que queda después de olvidar lo que se ha aprendido en la escuela.
El más importante y principal negocio público es la buena educacion de la juventud.
Educar a un niño no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía.
La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón.
La naturaleza hace que los hombres nos parezcamos unos a otros y nos juntemos; la educación hace que seamos diferentes y que nos alejemos.
Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres.
El objeto de la educación es formar seres aptos para gobernarse a sí mismos, y no para se gobernados por los demás.
La letra con sangre entra.
Educación es lo que la mayoría recibe, muchos transmiten y pocos tienen.
La educación es, tal vez, la forma más alta de buscar a Dios.
El objetivo de la educación es la virtud y el deseo de convertirse en un buen ciudadano.
No hay educación si no hay verdad que transmitir, si todo es más o menos verdad, si cada cual tiene su verdad igualmente respetable
y no se puede decidir racionalmente entre tanta diversidad.
Uno de los principales objetivos de la educación debe ser ampliar las ventanas por las cuales vemos al mundo.
Abrid escuelas y se cerrarán cárceles.
La parte más importante de la educación del hombre es aquella que él mismo se da.
Tan solo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él.
El secreto de la educación es enseñar a la gente de tal manera que no se den cuenta de que están aprendiendo hasta que es demasiado tarde.
La educación, más que cualquier otro recurso de origen humano, es el gran igualador de las condiciones del hombre, el volante de la maquinaria social.
La tarea del educador moderno no es podar las selvas, sino regar los desiertos.
Un ser no está completo hasta que no se educa.
Mediocre alumno el que no sobrepase a su maestro.
La educación es la trasmisión de la civilización.
La educación de la mujer no puede llamarse tal educación, sino doma, pues se propone por fin la obediencia, la pasividad y la sumisión.
La educación ha logrado que las personas aprendan a leer, pero es incapaz de señalar lo que vale la pena leer.
El principio de la educación es predicar con el ejemplo.
No hay malas hierbas ni hombres malos; sólo hay malos cultivadores.
Quizá la obra educativa que más urge en el mundo sea la de convencer a los pueblos de que su mayores enemigos son los hombres que les prometen imposibles.
Un hombre educado es el que tiene los amores y los odios juntos.
No hay gente ineducada. Todo el mundo lo está; sólo que mucha gente está mal educada.
Fórmate tú en vez de esperar a que te formen y modelen.
El miedo es mal maestro para dar lecciones de virtud.
No seréis nunca frailes si primero no sois monaguillos.
La educación es por lo menos una forma de culto de la voluntad, no de cobarde culto del hecho.
No podemos modelar a nuestros hijos según nuestros deseos, debemos estar con ellos y amarlos como Dios nos los ha entregado.
Ordinariamente, aquéllos que educan a los niños y no les perdonan nada se perdonan todo a sí mismos.
¿Cómo es que, siendo tan inteligentes los niños, son tan estúpidos la mayor parte de los hombres? Debe ser fruto de la educación.
Es imposible educar niños al por mayor; la escuela no puede ser el sustitutivo de la educación individual.
La única educación eterna es esta: estar lo bastante seguro de una cosa para decírsela a un niño.
Suspendí mi educación cuando tuve que ir al colegio.
Nunca he permitido que la escuela entorpeciese mi educación.
Los niños necesitan más de modelos que de críticos.
La instrucción primaria obligatoria es el derecho del niño.
Mi cerebro entra en un comportamiento paranoico si no recibe un bombardeo de proposiciones sobre temas de interés.
Los avances tecnológicos pueden liberar tiempo de trabajo. Ilustración: Re-evolution. Fonytas / Wikimedia Commons
Hay segundos más determinantes que décadas, años que pasan volando y momentos que se hacen eternos. El tiempo puede ser medido y percibido de distintas formas. Los griegos lo comprendían desde tres conceptos: Aión (duración de la vida), Crono (duración del tiempo o infinito) y Kairós (presente, decisivo). Mientras Crono es cuantitativo y terrenal, Kairós es cualitativo y tiempo de dioses.
Kairós representa un tiempo difícil de medir o comparar, relevante, determinante, adecuado, oportuno, en el que sucede lo especial, “el instante fugaz en el que aparece, metafóricamente hablando, una abertura que hay que atravesar necesariamente para alcanzar o conseguir el objetivo propuesto” 1 . Según Eurípedes “el mejor guía de cualquier actividad humana” 2. Sin embargo, Crono, un dios mucho más reconocido, es lineal y medible. Con Crono, los diferentes tiempos y momentos se comparan con una misma unidad de medida.
San Agustín, Kant, Husserl, Bergson y Heidegger analizaron la parte subjetiva del tiempo. Platón distinguía entre mundo inteligible y mundo sensible y Xavier Zubiri distingue entre tiempo mental y físico. Y más allá de la filosofía, Einstein demostró que a velocidades cercanas a la de la luz, el tiempo pasa más despacio. Desde la economía, Marx y autores más recientes como Diego Levis o Álvaro Briales distinguen y caracterizan al tiempo capitalista.
En el tiempo capitalista, el tiempo de trabajo subordina al resto de tiempos cualitativos a través del dinero como unidad temporal de medida. El tiempo de trabajo es desde donde –y en torno al cual– articulamos el resto de tiempos. Claro ejemplo de ello son las vacaciones pagadas. Así, el reloj y el dinero determinan nuestra forma de valorar el tiempo abstracto, perdiéndolo, invirtiéndolo o haciéndolo productivo. Comenzamos a utilizar el dinero como unidad de medida para otros tiempos y vamos mercantilizando no sólo el trabajo –convertido en trabajo asalariado o empleo–, sino otros aspectos de la vida, el tiempo que dedicamos a otras actividades. Eso es mercantilizar, convertir en transable, hacer que su valor de cambio prevalezca sobre su valor de uso y posibilitar que alguien pueda enriquecerse con ello.
Así, al igual que muchos espacios, muchos tiempos son mercantilizados. El tiempo de ocio no-lucrativo es colonizado por la enorme industria del entretenimiento; en el mercado laboral, la demanda de trabajo por parte del capital prima sobre las propias necesidades sociales; el tiempo dedicado a la educación es valorado –y el sistema educativo configurado– según su capacidad para satisfacer la demanda de trabajadores cualificados. Convertimos la educación en formación de capital humano y sacrificamos la filosofía, la música o el dibujo al dios Crono . Medimos cualquier actividad con la vara de la productividad y subestimamos toda actividad que no nos dé garantía de un alto valor transable.
Para más inri, la multiplicación de las fuerzas del capital –ésas que aumentan la división internacional de trabajo sólo porque ya lo han hecho previamente– hace que el trabajo haya transcendido su función como actividad creadora de riqueza material y busque la propia reproducción del trabajo. En este sentido, Álvaro Briales 3 argumenta que el tiempo en el que no estamos en un trabajo asalariado ni consumiendo es básicamente consumido por el “mantenimiento de la inmensa infraestructura social que pivota en torno al trabajar por trabajar”. Un trabajo ideado para auto-reproducirse.
Además, la mercantilización del tiempo determina la jerarquización social, ya que según el precio que el tiempo en concreto adquiera en el mercado, las personas portadoras de ese tiempo tendrán unas u otras condiciones socio-económicas y el poder dependerá de la capacidad de disponer del tiempo de otras personas. Por ello, para Briales “la mercantilización del tiempo es un eje fundamental en el surgimiento y desarrollo de las relaciones sociales capitalistas, y por tanto, una clave central para pensar críticamente su superación”. 4
Si los avances tecnológicos pueden liberar tiempo de trabajo; si aquellos países con más robots tienen, precisamente, estructuras productivas más sólidas y diversificadas y menos paro; si la irreversibilidad del cambio climático clama a gritos salidas que no pasen por más producción y consumo; si las altísimas tasas de paro conviven con infinidad de necesidades sin cubrir; ¿Por qué ese miedo a que los robots, cuales inmigrantes, nos quiten el empleo? ¿El empleo se crea, se transforma, se destruye, se roba y se pierde? ¿Como los mecheros? Al respecto, alguna brillante mente tuiteó algo como: “A ver cuando llega el robot que me va a quitar el trabajo, que tengo mucha colada por hacer”.
En la mercantilización de todo –de la vida– articulada a través de la mercantilización del trabajo, se reduce el tiempo realmente libre, tiempo en que quepa pensar y reflexionar sin tutorías de ningún tipo, en el que no haya que pagar para sentirse plena ni para jugar, en el que haya lugar para lo lúdico, en el que sea posible elegir no hacer nada. Según Diego Levis 5, un tiempo “utilizable en un ocio creativo no condicionado por la lógica mercantil (…) no utilizado en cumplir obligaciones productivas y en satisfacer necesidades vitales como el sueño y la alimentación”.
Se le atribuye a Oscar Wilde la frase “lo malo del socialismo es que te quita muchas tardes libres”. Habría que preguntarle a las trabajadoras de la hostelería cuantas tardes libres les deja el capitalismo. No es casualidad que a pesar de los inmensos saltos industriales, el tiempo verdaderamente libre sea tan escaso. En este sentido los filósofos Fernández Liria y Alegre Zahonero afirman 6 que “nunca como hoy la humanidad se había aburrido tan poco. Entre la producción y el consumo, la televisión ha ocupado ya hasta los últimos poros del tiempo social”.
Puestas a ignorar la correlación de fuerzas existente podría proponerse, en los debates sobre renta básica y trabajo garantizado, una disminución de la jornada laboral. ¿Es posible, en tiempos difíciles para la hegemonía económica occidental, reducir el tiempo de trabajo sin cambiar la propiedad de los medios de producción? Difícilmente podrá hacerse, en el mismo momento, para amplios sectores de la población, pero las contrataciones públicas pueden ser un buen punto de partida. Y si algún día se quiere, realmente, conquistar el cielo por asalto, volver la mirada al ne travaille jamais de esa pared parisina de mayo o al abajo el trabajo del anarquismo; entonces, habrá que pensar en nuevas formas de trabajo que se alejen del trabajo asalariado.
[1] White, Eric Charles (1987). Kaironomia: On the Will to Invent. Nueva York: Ithaca, p. 13.
[2] Apolinar Salinova, Pablo (2016). Aquí el espacio nace del tiempo, p. 31.
[3] Álvaro Briales (2016). “Trabajar por trabajar: la mercantilización del tiempo como eje central de la teoría crítica el capitalismo” en Oxímora Revista Internacional de Ética y Política nº9, p. 34.
[4] Ídem, p. 25.
[5] Diego Levis (2005). El tiempo atrapado: hacia la mercantilización del tiempo libre, p.11.
[6] Fernández Liria, Carlos y Alegre Zahonero, Luis (2012). ” Marx y Polanyi. La posibilidad de un diálogo” en AREAS. Revista Internacional de Ciencias Sociales nº31 , p: 61.
Economistas sin Fronteras no se identifica necesariamente con la opinión de la autora.
(Coral Martínez Erades, 09/09/2017)
