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Reyes de Aragón y Principado de Cataluña:
Reyes de Aragón y Navarra, Dinastía Navarro-Castellana, del 1035 al 1137 Ramiro I, Rey de Aragón de 1035 a 1063 - Toma de los condados de Ribagorza y Sobrarbe al reino de Pamplona, en el 1037 - Sitio de Tafalla, en el 1043 - Toma de de varias poblaciones a la Taifa de Zaragoza, hacia el 1050 - Toma de Falces y Benabarre al reino de Pamplona, en el 1062 - Incursión aragonesa contra Graus, muerte del rey, en el 1063 - La Catedral de Jaca, primera de Arte Románico español, se construye en 1063 Sancho I Ramírez, Rey de Aragón de 1063 a 1094, Rey de Navarra desde el 1076 como "Sancho V" - Sitio de Barbastro, por Navarros, Castellanos y Aragoneses, en el 1064 Guerra de los Tres Sanchos, entre Castilla, Pamplona y Aragón, del 1065 al 1067 - Incursión aragonesa a Tudela, fracasada, en el 1087 - Sitio de Huesca, muerte del rey de Aragón, en el 1094 Pedro I "el de Huesca", Rey de Aragón y de Navarra de 1094 a 1104 - Batalla de Cuarte, victoria del Cid con apoyo de Aragoneses, en el 1094 - Batalla de Alcoraz, en el 1096 Reconquista de Huesca por los Aragoneses y Castellanos, en el 1096 - Batalla de Bairén, última victoria del Cid, con participación de Aragoneses, en el 1097 - Incursión del Cid a Murviedro, con participación de Aragoneses, en el 1098 Campañas aragonesas entorno a Zaragoza, del 1099 al 1103 - I Batalla de Bolea, en el 1099 Reconquista de Barbastro por los Aragoneses, en el 1100 - II Batalla de Bolea, en el 1101 Alfonso I "el Batallador", Rey de Aragón y de Navarra de 1104 a 1134 I Campaña de Alfonso I de Aragón contra Zaragoza, en 1105 Reconquista de Balaguer por los Catalanes, en el 1105 II Campaña de Alfonso I contra Zaragoza, en 1107 - Batalla de Valtierra, en el 1110 - Alfonso I ocupa y repuebla varias ciudades de Castilla, del 1111 al 1115 III Campaña de Alfonso I contra Zaragoza, con apoyo de los Francos, de 1117 a 1118 Reconquista de Morella y Belchite por los Aragoneses, en el 1117 Reconquista de Zaragoza por los Aragoneses, en el 1118 Campañas de Alfonso I contra los Almorávides del sur de Zaragoza, del 1119 a 1120 Reconquista de Tudela y Tarazona por los Aragoneses, en el 1119 - Batalla de Cutanda, en el 1120 Reconquista de Calatayud y Daroca por los Aragoneses, en el 1120 Reconquista de Alcañiz y Borja por los Aragoneses, en el 1124 - Los Mozárabes de Granada piden a Alfonso I ayuda contra los Almorávides, en el 1125 Campañas de Alfonso I en el Emirato Almorávide, de 1125 a 1126 - Incursión aragonesa a Murcia, en el 1125 - Incursión aragonesa a Córdoba, en el 1126 - Refugiados Mozárabes granadinos son escoltados hasta Aragón, en el 1126 Reconquista de Cella por los Aragoneses, en el 1128 - Tarragona es repoblada por Catalanes, desde el 1129 Reconquista de Horta de San Juan por los Aragoneses, en el 1132 Reconquista de Mequinenza por los Aragoneses, en el 1133 - Sitio de Tortosa, por los Aragoneses, en el 1133 - Batalla de Fraga, en el 1134 - El rey de Castilla y León reclama tierras y poblaciones al reino de Aragón, en el 1134 - Sitio de Vitoria por los Castellanos, en el 1134 - Ocupación de Zaragoza y Nájera por los Castellanos, en el 1134 - Se ignora el testamento de Alfonso I, donando Aragón a las Órdenes Militares, dictado en 1134. Ramiro II "el Monje", Rey de Aragón de 1134 a 1137 (rey nominal de 1137 a 1147) - Acuerdo de Alagón; lo que queda de la Taifa de Zaragoza rinde vasallaje a Aragón, desde 1136 Petronila I, Reina de Aragón de 1137 a 1162, Condesa de Barcelona en 1137. - Matrimonio de Petronila con el Conde de Barcelona, nombrado Príncipe de Aragón, en 1137 Guerra de Navarra contra Castilla y Aragón, del 1140 al 1145 - Batalla de Ejea, en el 1140 - Tratado de Gormaz entre Castilla, Aragón y Navarra, en 1145 Reconquista de Ronda por los Aragoneses, en el 1146 - El reino de Aragón y la dinastía de la Casa de Barcelona, desde 1147.

En el siglo XII Ramón Berenguer IV se casó con la hija de Ramiro II de Aragón, Petronila. No aparece jamás como conde de Cataluña ni como príncipe de Cataluña ni cosa parecida" sino "como conde de Barcelona". Hasta finales del XII el término Cataluña no aparece. En unas donaciones que realiza Alfonso II a su esposa y en una expresión 'In Catalonia "en latín.


Aragón a su Alfonso II:
Alfonso II de Aragón apodado el Casto (Huesca, 1-25 de marzo de 1157 – Perpiñán, 25 de abril de 1196). Rey de Aragón y conde de Barcelona (como Alfonso I) entre el 18 de julio de 1164 y el 25 de abril de 1196; y desde 1166 marqués de Provenza. Tras el fallecimiento de su padre Ramón Berenguer IV a comienzos de agosto de 1162, Alfonso II recibió la potestad regia, pero no fue hasta 1164 cuando su madre la reina Petronila hizo la donación del reino en su favor. Hijo primogénito de Ramón Berenguer IV el Santo, conde de Barcelona desde 1131, y desde 1137 también príncipe consorte de Aragón; y de Petronila, reina titular de Aragón, reinó con el nombre de Alfonso en honor a Alfonso I el Batallador hermano de su abuelo. La documentación de la época confirma que desde su nacimiento fue designado por los nombres de Alfonso y Ramón indistintamente. Tanto en el pacto de Haxama (1158) como en su testamento sacramental (1162), el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV llamaba Ramón a su primogénito. A su vez, en el testamento de la reina Petronila I de Aragón, su madre llama a su heredero Alfonso y señala que su marido lo llamaba Ramón. En los dos diplomas que se conocen firmados personalmente por el futuro Alfonso II en vida de su padre Ramón Berenguer IV, usó «Alfonso» como su nombre; una vez que fue rey, todos los documentos los firmó con el nombre de Alfonso y no se documenta ningún caso en que firmara como Ramón. Petronila, «aragonensis regina et barchinonensis comitissa» (reina de Aragón y condesa de Barcelona) abdica en 1164 en su hijo Alfonso el reino íntegro. Los nombres de los hijos del matrimonio eran ya los que utilizaría el linaje de la Casa de Aragón: Alfonsos y Pedros. En agosto de 1162 falleció Ramón Berenguer IV, y en su testamento confirió a su hijo primogénito la potestad regia, eso es, la capacidad de reinar y ejercer el mando en Aragón y Barcelona. De modo que el poder de gobernar le provino a Alfonso de su padre, que a su vez lo había recibido de Ramiro II. Tras la muerte de su padre, el primer acto que llevó a cabo Alfonso fue dar su confirmación a los fueros de Zaragoza. ante notables aragoneses y barceloneses. A continuación, al igual que hicieran su abuelo Ramiro II y su padre Ramón Berenguer, comenzó a viajar por el reino de Aragón para recibir el homenaje de fidelidad de los vasallos de dicho reino. En Calatayud se data su presencia el 1 de septiembre de 1162, junto con el arzobispo de Tarragona, obispo de Barcelona, de Zaragoza y de Tarazona, además del conde de Pallars y otros magnates, como Guillermo Ramón de Moncada (senescal), Blasco Romeo (mayordomo), Guillermo de Cervera, Ponce de Mataplana y Guillermo de Castelvell, seguramente quienes iban a constituir el consejo de regencia que gobernaría durante su minoría de edad. En ese final de año también es reconocido en Tarazona, Alcañiz, Huesca y Jaca. El 27 de septiembre el rey Fernando II de León fue aceptado como tutor de Alfonso y de su reino por notables aragoneses y barceloneses, y a su vez el rey leonés reconoció al Alfonso como rey de Aragón y conde de Barcelona. Pero en octubre, Petronila como reina propietaria convocó una Curia en Huesca donde se hicieron públicas las últimas voluntades de Ramón Berenguer. En ellas se puso de manifiesto que el rey Enrique II de Inglaterra había sido designado como tutor, lo que permitió una libertad de acción a los magnates para establecer una regencia. En enero de 1163 se le denomina rey de Aragón, marqués de Lérida y de Tortosa, pese a que el juramento de los tortosinos no se realizaría hasta finales de abril. Después obtuvo el juramento de los habitantes de Barcelona como sus súbditos el 24 de febrero. El 25 de abril de ese año son los habitantes de Tortosa quienes le juran homenaje vasallático. No obstante, Petronila seguía siendo la reina, y Alfonso II no podía tener el dominio jurídico pleno del reino de su madre, hasta que el 18 de junio de 1164 la reina hizo la renuncia de la corona en su hijo. En dicho documento Petronila, que aparece como reina de Aragón y condesa de Barcelona, le hizo donación a su hijo, al que menciona como rey de Aragón y conde de Barcelona, de todo el reino de Aragón, íntegramente tal y como lo poseyó Ramiro II. Tras la renuncia de Petronila, Alfonso II juró como rey de Aragón en Zaragoza el 1 de noviembre de ese mismo año. Esto supuso la solución jurídica al problema sucesorio, y desde entonces Alfonso fue rey de pleno derecho y como tal fue reconocido por el papa. Sus dominios, tras la incorporación posterior del Reino de Valencia, y desde la última década del siglo XIII, comenzarán a recibir la denominación de Corona de Aragón, si bien entre el siglo XII y el XIV la expresión más extendida para referirse a las tierras y pueblos del rey de Aragón fue la de «Casal d’Aragó». Alfonso II gobernó como rey de Aragón, conde de Barcelona y marqués de Provenza; Iglesias Costa señala que ya se omitía el título correspondiente a Sobrarbe y Ribagorza. Estos eran antiguos condados unidos al Reino de Aragón en tiempos de Ramiro I. También se omitían ya los condados que llevaban varias generaciones unidos al condado de Barcelona, como los de Gerona, Osona y Besalú. Se casó en Zaragoza con Sancha de Castilla (tía de Alfonso VIII de Castilla) el 18 de enero de 1174, a la edad de 16 años, a la que, según el Derecho Canónico, un hombre casado alcanzaba la mayoría de edad. Además, con ello fue armado caballero y pudo actuar al frente de su reino sin la tutoría de los magnates que la habían ejercido desde 1162. Incorporó a su reino las tierras occitanas de Provenza, el Rosellón y el Pallars Jussà. Firmó con su cuñado, el rey castellano Alfonso VIII, el tratado de Cazola en 1179, pero años más tarde y mediante el tratado de Huesca (1191), se alió con los monarcas de León, Portugal y Navarra contra la hegemonía castellana. Su hijo Pedro II le sucede en las posesiones peninsulares. Amparó las artes y las normas del amor cortés y él mismo se ejercitó en la poesía, intercambiando escritos con importantes trovadores de la época, como Giraut de Bornelh. En 1166, Ramón Berenguer III de Provenza murió durante el sitio de la ciudad rebelde de Niza, dejando sólo una hija, Dulce. La regencia aragonesa, alegando la falta de descendencia masculina, consiguió que el condado de Provenza fuera a parar a manos de Alfonso el Casto, primo hermano de Ramón Berenguer III. Para conservar Provenza se hizo necesario combatir los levantamientos en la zona de la Camarga por los partidarios de Ramón IV de Tolosa. En 1167, contando con el apoyo de los vizcondes de Montpellier, del episcopado provenzal y de la Casa de Baux, los regentes lograron afianzar su dominio sobre la Provenza. A pesar de eso, la casa de Tolosa siguió actuando en la zona, hasta que en 1176 Alfonso el Casto concertó la Paz de Tarascón con Ramón V. En este tratado se estableció que, a cambio del pago de treinta mil marcos de plata, el conde de Tolosa renunciaba a sus pretensiones sobre Provenza, así como de las regiones de Gavaldá y Carladés. Esta paz supuso el fortalecimiento en Occitania de la posición de Alfonso. Entre 1168 y 1173, Alfonso aprovechó el conflicto entre Ramón y Enrique II de Inglaterra para conseguir el vasallaje de numerosos señores occitanos, gracias a su condición de aliado de Enrique II. Firmada la paz de Tarascón, Alfonso II se pudo dedicar a sofocar una nueva revuelta en Niza y a imponerse en la zona oriental de Provenza. Además, al darse cuenta de que el condado era una región alejada de Aragón y Barcelona, y rodeada de posesiones del conde de Tolosa, Alfonso II encargó el gobierno de Provenza a su hermano Pedro, en adelante Ramón Berenguer IV de Provenza, concediéndole el título de conde. Alfonso no renunció a sus derechos, ya que Ramón Berenguer IV de Provenza regía el condado únicamente como delegado de su hermano. Una vez aseguradas sus posiciones en Occitania, Alfonso II tomó la decisión de anular el vasallaje de Provenza hacia el emperador Federico Barbarroja, admitido en 1162 por Ramón Berenguer III en la asamblea imperial de Turín. Así, en 1178, al acto de coronación de Federico como rey de Borgoña asistió Ramón V de Tolosa pero no Alfonso ni su hermano Ramón Berenguer IV de Provenza. Por otro lado, durante la crisis de la Santa Sede, el rey Alfonso apoyó de forma inequívoca al Papa Alejandro III en contra de los antipapas promovidos por la facción imperial. En 1181 la posición de la Casa de Aragón en Occitania entró en crisis: el conde de Tolosa invadió las tierras del vizconde de Narbona y Ramón Berenguer IV de Provenza fue asesinado cerca de Montpellier. Alfonso II nombró nuevo conde de Provenza a su hermano Sancho, pero tuvo que destituirlo en 1185 por haber realizado tratos ilegales con Tolosa y Génova. Sin embargo, la situación dio un giro favorable a los intereses de Alfonso. Por un lado, en 1189, el rey Ricardo Corazón de León, hijo y sucesor de Enrique II de Inglaterra, se había aliado con el conde de Tolosa; por otro, Ramón V no pudo vencer la revuelta comunal de Tolosa, que se convirtió en una república municipal gobernada por cónsules. En esta coyuntura, Alfonso II de Aragón logró concertar con Ramón V de Tolosa una paz en los mismos términos que la de 1176 y consolidar su dominio desde Niza hasta el Atlántico con posesiones propias (Provenza, Milhau, Gavaldá y Roerga), vasallajes sobre los marqueses de Busca en el Piamonte y los vizcondes de Montpellier, así como el reconocimiento por parte de los condes de Rasés, Carlat, Foix, Bigorra y los vizcondes de Nimes, Bezièrs, Carcasona y Bearne de tener sus dominios en feudo del rey de Aragón. En 1192, tras volver de la cruzada, Ricardo Corazón de León se alió con Ramón V de Tolosa contra Alfonso II. El rey Alfonso consiguió fortalecer sus posiciones en Languedoc, al concertar el matrimonio de su hijo Alfonso con Gersenda de Sabrán, hija de Guillermo VI de Forcalquier, antiguo aliado de Ramón V de Tolosa. La paz de 1195, firmada entre Alfonso y Ramón VI de Tolosa, hijo y sucesor de Ramón V, puso fin a este conflicto sin alterar la correlación de fuerzas entre los poderes constituidos en Occitania. La Península Ibérica ocupó una posición política secundaria frente a Occitania durante el reinado de Alfonso II. El rey de Aragón se implicó en el juego político de los reinos cristianos con el fin de conseguir la reanexión de Navarra, separada de Aragón desde la muerte de Alfonso I de Aragón en 1134. Por otra parte, Alfonso II también dirigió ataques contra el Al-Ándalus, ya fuera para obtener tributos o ganancias territoriales. En 1162 la regencia aragonesa concertó una alianza entre Alfonso II y Fernando II de León para repartirse Navarra. Sin embargo, en 1168, se estableció una tregua con Sancho VI de Navarra. Quedando entonces libre el frente navarro, se inició un ataque contra Castilla. El ataque fracasó y condujo a la Paz Perpetua de Sahagún en 1170, firmada por Alfonso VIII de Castilla y Alfonso el Casto. Además, poniendo en práctica un acuerdo estipulado por el Tratado de Lérida de 1157, el rey de Aragón tuvo que contraer matrimonio con Sancha, tía de Alfonso VIII. El rey Ibn Mardanis de Murcia, que dominaba todo Xarq al-Ándalus o zona oriental de al-Andalus, asediado por los cristianos y por los Almohades, se había convertido en tributario de Aragón. A pesar de eso, en 1169 la regencia comenzó la conquista de la Matarraña seguida de la ocupación de los territorios al sur de Aragón en 1171. Se fundó Teruel, base para posibles ataques contra Valencia. En Barcelona, entre 1169 y 1170 se tuvo que reprimir seriamente una revuelta sarracena en la sierra de Prades. En 1172, muerto ya Ibn Mardanis, Alfonso II asedió Valencia, donde concertó una alianza con el nuevo rey sarraceno a cambio de duplicar el tributo a pagar; así, el rey de Aragón, de acuerdo con el emir de Valencia, atacó Játiva y Murcia, de donde se tuvo que retirar a raíz de una incursión de Navarra en las fronteras de Aragón. La paz de Sahagún de 1170, así como el mayor poder territorial de Castilla, supeditó la actuación peninsular de Alfonso II a los designios de Alfonso VIII; de esta forma, a cambio de haber colaborado en la conquista de Cuenca (1177), anexionada a Castilla, lo que bloqueaba las posibilidades expansivas de Aragón, Alfonso II sólo obtuvo del rey de Castilla la renuncia del vasallaje aragonés para Zaragoza, impuesto por Alfonso VII de Castilla a Ramón Berenguer IV. Por otra parte, en la negociación de la futura expansión por el al-Ándalus al Tratado de Cazola (1179), Alfonso II cedió la conquista de Murcia a Castilla, a cambio de que Alfonso VIII suprimiera el vasallaje de los reyes de Aragón por Valencia, una vez la conquistaran. En 1175, el valle de Arán pasa a formar parte de la Corona de Aragón, mediante el Tratado de Amparanza , firmado por el rey Alfonso II con los habitantes del valle, que se separaban del condado de Cominges. En 1177 participó probablemente en el asedio de Cuenca, dirigiéndose posteriormente hacia Murcia con el fin de obligar a su rey taifa a que le pagase los tributos que le debía como vasallo. Entre 1181 y 1186, Alfonso II concentró todos sus esfuerzos en la Provenza y en el Mediterráneo donde, además de negociar sin éxito con el rey de Sicilia la organización de una expedición contra Mallorca, ayudó a la Casa de Baus a adquirir en Cerdeña el dominio del juzgado de Arborea. Cuando reanudó su participación en asuntos peninsulares, Alfonso II se distanció de Alfonso VIII; el rey de Castilla había abandonado una alianza pactada con el rey de Aragón de repartirse Navarra, una vez anexionada La Rioja. Además, mantenía pretensiones territoriales en las fronteras aragonesas y, finalmente, había realizado tratos con Federico Barbarroja. Por eso, en 1190, Alfonso II llegó a un entendimiento con Navarra, León y Portugal, enemistados con Castilla. Tras la derrota de Alfonso VIII en la Batalla de Alarcos (1195), la consistencia del avance almohade como peligro común en todos los reinos cristianos peninsulares, así como las indicaciones del Papa Celestino II, empujaron a Alfonso II a negociar una operación conjunta con Alfonso VIII de Castilla contra los musulmanes, operación que, sin embargo, nunca llegó a realizarse. Dentro de la Corona de Aragón, durante el reinado de Alfonso II se consolidó la estructura jurídica y territorial de lo que sería el condado de Barcelona: se establecieron las veguerías como división comarcal, se definieron los límites del territorio en la asamblea de Paz y Tregua de 1173 como “de Salses a Tortosa y Lérida” (a Salsis usque ad Dertusam et Ilerda), y promovió la elaboración de los inventarios de los derechos condales (Liber Feudorum Maior, hacia 1194) Teniendo que escoger ser enterrado en el mausoleo paterno en el Monasterio de Ripoll, o ser enterrado en el mausoleo conyugal del Monasterio de Sigena, escogió el Monasterio de Poblet para no levantar suspicacias. Su testamento especifica que, en caso de haber conquistado Valencia en vida, debía ser enterrado en El Puig (Valencia), lugar que ya había donado al monasterio de Poblet en febrero de 1176, deseo expresado también por su hijo Pedro II de Aragón y muerto también sin cumplirlo. Varios de los condes de Barcelona desde Wifredo el Velloso habían sido enterrados en Ripoll, mientras que otros lo fueron en otros lugares, entre ellos el monasterio de San Pablo del Campo y las catedrales de Barcelona y Gerona. El rey Alfonso II fue enterrado en la pared del presbiterio, en una caja. Tras la reforma de las sepulturas reales impulsada por Pedro el Ceremonioso, el sepulcro quedó instalado en el primer arco del conjunto escultórico. El 18 de enero de 1174 se casó en la Catedral del Salvador de Zaragoza con Sancha de Castilla. De este matrimonio nacieron: * Pedro II de Aragón, el Católico (1178 – 1213), rey de Aragón, con el nombre de Pedro II y conde de Barcelona, con el nombre de Pedro I * Constanza (1179 – 1222), casada en 1198 con Emerico I de Hungría y en 1210 con Federico II Hohenstaufen, Sacro Emperador Romano Germánico, Rey de Sicilia y Rey de Jerusalén * Alfonso (1180 – 1209), conde de Provenza, con el nombre de Alfonso II; * Leonor (1182 – 1226), casada en 1202 con Ramón VI de Tolosa: * Sancha (1186 – 1241), casada en 1211 con Ramón VII de Tolosa; * Sancho, muerto joven. * Ramón Berenguer, muerto joven. * Fernando (1190 – 1249), entró como monje cistercense en el Monasterio de Poblet y en 1205 fue sacado de Poblet para convertirse en abad de Montearagón. * Dulce (1192 – ¿?), entró como monja en el Monasterio de Sijena, llegando a ser comendadora de la Orden de San Juan En su testamento, Alfonso II dispuso que, a su muerte, ocurrida en abril de 1196, sus territorios se repartieran entre sus dos hijos: Pedro, rey de Aragón y conde de Barcelona (1196-1213), y Alfonso, conde de Provenza, Milhau y Gavaldá (1196-1209). Con esta disposición testamentaria, además de dotar de un dominio a su hijo menor, el rey sancionó la necesidad de Provenza de disponer de un gobernador propio. En 1185, Alfonso II había nombrado conde de Provenza a su hijo Alfonso, menor de edad; por eso, el rey encargó el gobierno provenzal a procuradores, como Roger Bernat de Foix (1185-1188), Barral de Marsella (1188-1192) y Lope Jiménez.


MANIPULACIÓN DE LA HISTORIA DE ESPAÑA:
¿Cuántas veces será necesario repetir lo obvio? Desde el punto de vista de la técnica constitucional, la Corona de Aragón fue una “unión real”, y, por tanto, no llegó nunca a ser ni una “confederación”, ni menos aún una “federación”. Y, por supuesto, jamás fue una “confederación catalano-aragonesa”. La Corona de Aragón no puede ser calificada como confederación catalano-aragonesa porque, en primer lugar, fue el Condado de Barcelona -y no reino, ni principado- el que se integró en el Reino de Aragón a través del matrimonio de Ramón Berenguer IV con Petronila, hija de Ramiro II el Monje. Ramiro II cedió a Ramón Berenguer el reino, o sea, la función real y el gobierno pero no el título, ya que Ramiro no abdicó. Conservó el título de rey que, a su muerte (1154), heredó su hija Petronila. En aquellos años, las mujeres tenían vedada la función real pero no así la transmisión del título real y, por ello, haciendo uso de tal derecho, Petronila cedió en vida (1164) el título de rey a su hijo Alfonso II (1157-1196), dos años después de la muerte de su esposo. Los herederos de Ramón Belenguer IV adoptaron los títulos de rey de Aragón y conde de Barcelona, con lo cual el último título queda en segundo plano y prácticamente postergado. En el reino de Alfonso II el título del condado de Barcelona (no ya el de Cataluña, que no significa nada entre los títulos de los reyes) pasa a segundo lugar, y en los reinados sucesivos cada nuevo reino que se añade a la Corona le hace retroceder un puesto más. Así, Jaime I lo ostentará como cuarto título, ya que era rey de Aragón, de Mallorca y de Valencia y conde de Barcelona. En segundo lugar, porque hasta Jaime I no se puede hablar de Cataluña. Para empezar, recordemos que «en el año 987 de nuestra era, Catalunya no existía. No tenía ese nombre, no había aparecido aún la lengua catalana, y tan sólo había perdidos al nordeste de la península ibérica, una serie de pequeños condados: Ausona, Gerona, Besalú, Barcelona, que dependían, sin unidad jurídica ni histórica entre sí, del rey de Francia unos, y del conde de Tolosa otros: Urgell, Ribagorza, Pallars… Todos ellos eran producto de las conquistas de los francos a los moros, siendo en principio bien constitutivos de la ‘marca gotia’ y después de la ‘marca hispánica’. Nunca se les denominó ‘marca catalana’ y hasta 1258, fecha del Tratado de Corbell entre Luis de Francia y Jaime de Aragón, subsistió un vasallaje, al menos nominal, entre ellos y Francia» (Conferencia pronunciada por el catedrático de Metafísica de la Universidad de Barcelona, D. Francisco Canals Vidal en el Club Siglo XXI; Madrid, 1988). Sólo con Jaime I (1208-1276) los tres condados de la antigua Marca Hispánica que aún permanecían separados del condado de Barcelona, el de Ampurias, el de Urgel y el de Pallars Subirá, salen fuera de la órbita francesa (En 988, el condado de Barcelona con Borrell II se había desvinculado de la Corona francesa al no acudir el rey francés Hugo Capeto en su ayuda frente a los sarracenos). Jaime I firmó en 1258 con el rey de Francia Luis IX el Tratado de Corbeil, por el que el rey francés renunciaba a sus pretensiones feudales, mientras que Jaime I renunciaba al sur de Francia, salvo a su Señorío de Montpellier. Por tanto, es con Jaime I cuando se puede hablar de Cataluña y no desde Wifredo el Velloso. ¿Cómo se puede hablar, por tanto, de una confederación catalano-aragonesa, si Cataluña era un feudo francés, precisamente en la época de mayor auge de la Corona de Aragón? El vínculo entre los diversos reinos, condados y señoríos era la Corona –“unión real” (y no una confederación catalano-argonesa)– y buena prueba de ello es la fórmula que Jaime I, tras su entrada triunfal en Valencia el 28 de septiembre de 1238, emplearía en sus decretos: «Nos Jaime, por la gracia de Dios, rey de Aragón, de Valencia, de Mallorca, conde de Barcelona y señor de Montpellier…» ¿Alguien puede explicar dónde esta la susodicha confederación cuando el condado de Barcelona aparece en penúltimo lugar? Pese a quien le pese, el vínculo que unía a los diversos reinos, condados y señoríos era la Corona, es decir, la “unión real” y no una confederación catalano-aragonesa. ¿Cuántas veces habrá que repetirlo? ¿Hasta cuándo vamos a tolerar la manipulación de la Historia?


Westfalia:
Westfalia es una región histórica de Alemania situada en el antiguo reino Sajón de Westfalia (Westfalen) y que actualmente forma parte del estado alemán (Länder) de Renania del Norte-Westfalia (además de una pequeña parte de la Baja Sajonia), al noroeste de Alemania. Historia de Westfalia - Mapa del año 1000El primer registro que se tiene de Westfalia en la historia, es en la compilación "Annales regni Francorum" (Reichsannalen), unos textos históricos que documentan la historia de Alemania entre los años 741 y 829, durante la época de la dinastía carolingia. En este libro se menciona Westfalai, como una tribu sajona que habitaban al oeste del río Weser. El nombre de "Westfalen" habría derivado del término original de "Westfalai", formado por "West" (oeste) y "Fahala", nombre que se conocía la tribu de la zona (la antigua palabra nórdica "fal ah" significa campo o tierra baja y plana). Posteriormente existe un documento del año 955 por el que se concede al Conde de Lerigau el título de Conde de Westfalia (Graf von Westfalen), convirtiéndose la comarca en un condado. No sería hasta el año 1076 que Westfalia comenzaría a tener su primera relevancia política e histórica, cuando los sajones de Westfalia participaron en una rebelión contra el rey Enrique IV (emperador del Sacro Imperio Romano Germánico desde 1084, hasta su abdicación en el año 1105). Tras la revuelta del duque Enrique el León contra los reyes Hohenstaufen y su derrota en 1180, el ducado de Sajonia fue dividido en tres partes, pasando Westfalia a formar parte del arzobispado de Colonia. Desde entonces, los arzobispos de Colonia también llevan el título de "Duque de Westfalia". Escudo de WestfaliaUna expresión del pasado común se puede ver en los emblemas y escudos de armas (Sachsenross) de Westfalia y la Baja Sajonia, con un caballo blanco al frente y un fondo rojo. También se puede ver en toda la región en las tradicionales casas rurales o "Westfalenhaus". Casas bajas con una sala central, una gran puerta a la derecha y los establos a la izquierda agrupados. Muchas de estas casas antiguas tradicionales, reconvertidas actualmente en restaurantes, bares, tiendas o negocios. Las fronteras de Westfalia han ido cambiando durante siglos, llegando también a ser un reino entre 1807 y 1813, cuando Napoleón decretó crear el Reino de Westfalia (Königreich Westphalen) con los territorios cedidos de Prusia a Francia. Después de la derrota francesa en la batalla de Leipzig en 1813, el reino fue oficialmente disuelto. Tras la Segunda Guerra Mundial, la provincia de Westfalia se convirtió en parte de la zona de ocupación británica. El gobierno militar británico anunció el 23 de agosto de 1946 que el Estado de Prusia quedaba oficialmente disuelto y la creación del nuevo estado de Renania del Norte-Westfalia (Nordrhein-Westfalen). La histórica región de Westfalia quedaba integrada en este nuevo Länder, tomando su forma actual en 1947, cuando se incorporó la región del Lippe. (https://documentalium.blogspot.com/p/historia.html)


El mapa de Piri Reis:
Lleva envuelto en polémica desde su descubrimiento en 1929 en el Palacio de Topkapi, en Estambul, Turquía, en una inspección que se estaba haciendo en el Palacio antes de convertirlo en un museo . A día de hoy los historiadores siguen sin ponerse de acuerdo sobre este misterioso mapa por un motivo fundamental, no parece encajar con lo que hasta ahora han reflejado los libros de historia sobre los navegantes antiguos y las tierras desconocidas. Está pintado sobre un trozo de piel de gacela y su autor fue Piri Reis, un almirante y cartógrafo otomano . Una inscripción en el mapa , nos da la fecha exacta: "en el Sagrado Mes de Muharram del año 919", en nuestro calendario , el año 1513. La historia generalmente aceptada y que ha transcendido hasta nuestros días, nos cuenta que en 1501 (9 años después del descubrimiento de América ), Kemal Reis, corsario turco y posteriormente capitan de la flota otomana , capturó varias naves cerca de las costas de España. Tras interrogar a sus tripulantes , uno de ellos confesó que había viajado con Colón en 1492 hacia el Nuevo Mundo y que poseía un mapa dibujado por el propio Colón sobre esta travesía. Kemal envió a este marino a su sobrino Piri (Piri Reis), el cual era también capitán naval además de cartógrafo. Piri Reis comenzó a diseñar el nuevo mapa en 1511 usando las fuentes cartográficas conocidas hasta el momento con el fin de diseñar un mapa lo más completo y detallado que fuera posible, lo terminó en 1513 y se cree que el mapa que ha llegado hasta nuestros días, es sólo una parte de un gran mapa mucho más grande que englogaba todo el mundo conocido. Aquí surge el primer misterio del mapa, entre las fuentes conocidas que usó Piri Reis algunas son claras como las cartas portuguesas o el mapa de Colón, sin embargo Piri Reis también cita entre sus fuentes a "los antiguos reyes del mar", lo que parece adaptarse a la teoría de que usó mapas mucho más antiguos obtenidos de la Biblioteca de Alejandría e incluso que se basó en mapas confeccionados en la época de Alejandro Magno (356 a.C - 323 a.C), lo que hace al mapa más misterioso. Esto nos daría una versión distinta de la historia, ya que estas tierras se supone que eran desconocidas para los antiguos navegantes hasta el descubrimiento de América por parte de Colón. Para intentar encontrar una explicación a lo que nos muestra el mapa y que se ajuste a los datos que conocemos, algunos historiadores con mayor o menor acierto , nos ofrecen diferentes teorías independientes o al margen de la comúnmente aceptada. En la parte inferior del mapa , podemos observar una extensión de tierra que se alarga de forma exagerada aunque permanece unida a la costa Americana . Una de las teorías sugiere que esta extensión de tierra sería la Antartida, cartografiada además sin la caracteristica capa de hielo con la que la conocemos actualmente, lo que nos daría a entender que este territorio se conocía hace ya varios siglos y respaldaría la idea de que el Mapa fue copiado en parte de mapas antiguos de la Biblioteca de Alejandría. En todo caso, no se trataría de algo "nuevo". Ya se conocían mapas anteriores al descubrimiento de la Antártida, donde aparecían grandes masas de tierra en la parte meridional de los mapas. Esta idea , proviene de la Grecia clásica, principalmente de autores como Aristóteles y Eratóstenes, quienes presumían que la Tierra requería cierta simetría , por lo que al haber tal masa de tierra conocida en el hemisferio norte , debía haber una cantidad similar en el hemisferio sur). Se creía además que la parte sur del Globo habría llegado a estar unida en una sola masa gigantesca, formando un gran Continente (Sur de América, la Antártida y Oceanía, otra posibilidad uniría África con Oceanía ). Esto se conoció como la búsqueda de Terra Australis Incognita, duró varios siglos y llevó finalmente al descubrimiento de este nuevo continente. La Antártida por su parte , fue hallada posteriormente , aunque hay indicios de que hubo avistamientos de este continente siglos antes de ser ofialmente descubierto en 1820 . La mayoría de historiadores sin embargo, descartan esta teoría y consideran que la tierra que se aprecia en la parte meridional del mapa es la costa patagónica y que la explicación de su deformidad en el mapa es tan sencilla como la falta de espacio en la piel de gacela , lo que llevó al autor a alargarlo y deformar esta parte del sur de América para poder incluirla en el mapa. Relacionada con esta teoría, está la Hipótesis 1421. Un ex capitán de las Fuerzas navales británicas, y experto cartógrafo Gavin Menzies en su libro 1421: The Year China Discovered The World. Presenta la teoría de que la masa terrestre meridional del mapa de Reis es realmente la Antártida y que está basada en cartas chinas anteriores. El almirante Hong Bao habría cartografiado esta costa a las órdenes del legendario almirante Zheng He unos setenta años antes de que Colón descubriera América. La expedición habría tenido como objetivo colocar a todo el planeta bajo el control tributario del emperador chino. La teoría de Menzies ha sido desacreditada por la historiografía científica. (Los viajes de Zheng He los tratamos en un artículo anterior sobre las expediciones Chinas a América anteriores a Colón La teoría más extrema , sugiere que la increíble precisión y detalle del mapa , los accidentes geográficos como islas o montañas son imposibles de cartografiar sin la ayuda de un aeroplano, además , longitud y latitud de Sudamérica y África son exactas o lo que es lo mismo , que fueron cartografiados desde el aire hace varios siglos. Esta teoría sostiene además , que el trozo de Antártida que aparece cartografiado, lo fue con el continente libre de hielos , algo que no sucedía desde hace más de 6.000 años. La gran cultura egipcia no se desarrolló hasta siglos después de este hecho , por lo que destrozaría la cronología de la historia que conocemos. Es un teoría apasionante y que abre un gran número de posibilidades, aunque, a falta de pruebas concluyentes, muy pocos investigadores o expertos la respaldan . Lo cierto es que desde su descubrimiento, el mapa de Piri Reis ha estado envuelto en polémica . Aceptar como cierta alguna de estas teorías supone cuestionar la versión "oficial" de la historia que conocemos. Nos daría a entender por ejemplo que Colón ya conocía estos mapas antes de su viaje y que por tanto no arriesgó ni descubrió un nuevo Continente , sino que se embarcó a una tierra ya cartografiada y que sabía que podía encontrar. En el fondo de estas teorías subyace en realidad la idea de que las antiguas civilizaciones tenían conocimientos mucho más avanzados de lo que creíamos y que parte de ese conocimiento se ha perdido con el tiempo. Incluso se atisba la idea y se abre la posibilidad a culturas o civilizaciones antiguas muy avanzadas que desconocemos y que podrían haber existido. Sea como fuere , y aunque las posibilidades son realmente interesantes tanto para historiadores como científicos , ninguna de estas teorías se ha podido demostrar. A día de hoy no existen evidencias históricas que sustenten que la carta de Reis procede de "antiguas civilizaciones" o de culturas desconocidas y debemos considerar el mapa de Piri Reis como lo que sabemos y conocemos actualmente , una extraordinaria y bella compilación de todo el conocimiento geográfico de la Europa medieval tardía. (https://documentalium.blogspot.com/p/historia.html)




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