Al oeste del Barranco de Santos: 
 

La expansión de los límites de la ciudad, obstaculizada por el barranco de Santos, se superó durante la época del general Serrador al frente del Mando Económico. La finalización de las obras del puente Serrador marca el comienzo de la nueva etapa expansiva. La Fuente de Morales (1837) es obra de Lorenzo Pastor de Castro, profesor del Consulado del Mar y luego de la Academia de Bellas Artes. El nombre que se le puso perpetúa la memoria del General D. Francisco Tomás Morales por sus esfuerzos para traer las aguas del manantial de Aguirre. Es de gran sobriedad, destacando el carácter utilitario sobre el estético.

Casa de la pólvora:
Se construyó (1756-1758) en el antiguo camino de la Regla o del Calvario. La proyectó el ingeniero militar Francisco La Pierre y llevó a cabo las obras el coronel de ingenieros Francisco Gozar. La planta está cubierta con bóveda de medio cañón. Era capitán general Juan de Urbina, el impulsor de la construcción del puente Zurita (1754). Unos treinta años más tarde se decidió añadirle una nueva protección para resguardar el polvorín de los disparos que pudieran hacerse desde barcos asaltantes. Debido al inconveniente de la humedad en la pólvora no se construían polvorines tan cerca del mar. En esta edificación de piedra basáltica no consta que se diera el problema.

Puente de El Cabo:
Era de madera en el siglo XVIII. Tuvo que ser reemplazado en varias ocasiones debido a los aluviones que producían las lluvias persistentes. En 1892 el arquitecto Pintor Ocete encargó uno de hierro a una fundición barcelonesa para sustituir al de madera proyectado por Manuel de Cámara. Fue montado bajo la supervisión del ingeniero Ramón Pelayo. El refuerzo en resistencia que aportaba el nuevo material debió de enfrentarse a duros sucesos meteorológicos posteriores. Como parte de los trabajos de recanalización del tramo final del barranco, fue cortado en piezas y sustituido por otro de hormigón. El popular barrio de pescadores de El Cabo fue demolido para dar paso a la ampliación de la ciudad. En la dársena de Cabo Llanos se construyó una de las terminales de contenedores del puerto.

El Mando Económico:
Fue un organismo excepcional creado para la administración de Canarias ante un eventual aislamiento del Archipiélago a causa de la II Guerra Mundial. Su disolución fue decretada por el régimen de Franco en 1946. El general García-Escámez sustituyó al general Serrador en 1943 al frente del Mando Económico. Murió en 1951 y fue enterrado en la iglesia parroquial de San Fernando en Somosierra. Vivió muy austeramente y la Comandancia de Obras de Canarias corrió con los gastos del sepelio. Una de sus atribuciones principales fue la de promover importantes obras civiles de interés general.

Cementerio de San Rafael y San Roque (1811):
La Ermita de Nuestra Señora de la Regla fue utilizada repetidamente para enterramientos masivos en época de epidemias. El lugar habitual de enterramiento eran las iglesias, especialmente la iglesia matriz de La Concepción. El cementerio de San Rafael y San Roque fue inaugurado en 1811 y tuvo que ampliarse en 2.000 metros cuadrados a finales del siglo XIX. Todas las previsiones de espacio adecuadas para la población prevista de la ciudad quedaban por debajo de la realidad. El cementerio de Santa Lastenia fue inaugurado en 1926 aunque se siguieron añadiendo enterramientos en el viejo cementerio hasta mediados del siglo XX. Fue el destino de las personas más significadas de Santa Cruz durante más de un siglo. En 1986 se iniciaron los trámites para declararlo Monumento Histórico-Artístico-Arqueológico.