Real de a Ocho, la moneda española que dominó el mundo :
El Real de a Ocho (Real de a 8) fue una moneda española acuñada por primera vez en 1497 durante el reinado de los Reyes Católicos con una gran importancia histórica. El valor de esta moneda de plata equivalía a ocho reales, y debido a su amplia difusión, siendo usada tanto en los territorios del Imperio español en Europa o América, como en Asia, es considerada la primera divisa mundial. Real de a Ocho - monedas de plataInstituida por la Corona de Castilla, el Real de a 8 es conocido también como peso de ocho, peso duro, o peso fuerte en América, y como dólar español (Spanish dollar) o simplemente "eight real coin" en los países de habla inglesa, fue la primera moneda de curso legal en Estados Unidos y se mantuvo en circulación en este país hasta 1857. En el siglo XIV se estableció como moneda de Castilla el Real español, una moneda de plata que se convertiría en la base del sistema monetario del Imperio español durante siglos. Tras la reforma monetaria llevada a cabo por los Reyes Católicos en 1497 (Pragmática de Medina del Campo), se estableció el nuevo valor, peso y cantidad de plata que debía tener el Real español, definiéndose también otras monedas de plata basadas en el real, y apareciendo el Real de Ocho. Para que el Real de a Ocho fuera de curso legal, la moneda debía ser acuñada en el Imperio español, inicialmente en la Ceca (casa de la moneda), y sus características eran un peso de 27,4 gramos, conteniendo 25,5 gramos de plata pura y un valor establecido de 34 maravedíes. La otra gran moneda del Imperio fue el escudo español, una moneda de oro acuñada por primera vez en 1535 para la que estableció un valor de 350 maravedíes, sin embargo, fue el Real de Ocho la moneda que acabó popularizándose por todo el mundo. Mapa del Imperio españolA medida que la corona española iba expandiendo sus posesiones en ultramar, y especialmente tras la conquista de Perú y México, los Reales de Ocho comenzaron a acuñarse en América, destacando la Casa de Moneda de México. Fundada en 1535, es la casa de moneda más antigua de América, y produjo una gran cantidad de piezas de Reales de a Ocho que posteriormente eran transportados hasta España. Gracias a la gran cantidad de plata extraída de los yacimientos en América, como el de Potosí en Bolivia, además de México, otros países del Imperio español como Perú o Bolivia también comenzaron a acuñar Reales de 8, produciéndose millones de monedas durante siglos. Los reales de ocho se comenzaron a difundir rápidamente por todo el mundo, extendiéndose su uso también al extremo oriente, y sirviendo para el comercio entre España y las Indias. La ruta del denominado "Galeón de Manila" o "Nao de China", era una ruta establecida entre Nueva España (territorio español en América) y Manila en Filipinas, en la que habitualmente se transportaban miles de estas monedas de plata, para intercambiarse por productos del continente asiáticos, principalmente de China. Clásico galeón españolEn aquella época, la plata era de las pocas mercancías extranjeras que China aceptaba como pago, y gracias a su gran pureza, el Real de a 8 español se acabó convirtiendo por ello en la primera divisa mundial, la moneda de referencia de la economía mundial que serviría además como referencia para las monedas de otros países. Debido a su alto valor, también se convirtió en una práctica habitual partir o fraccionar físicamente la moneda en varios trozos para poder hacer pagos más pequeños. En todo caso, estas rutas de comercio no estaban exentas de peligros, y los barcos y galeones españoles que zarpaban repletos de monedas de plata eran un constante objetivo de ataques por parte de corsarios y piratas, especialmente en las aguas del Caribe. Debido a esto, las "piezas de a ocho" se popularizarían en la literatura y años después en el cine, mencionadas constantemente en las clásicas películas de piratas como "Piratas del Caribe", y también en los videojuegos, apareciendo por ejemplo en "The Secret of Monkey Island", la conocida aventura gráfica de LucasArts. Debido al contrabando durante el siglo XVII, los reales de a ocho comenzaron a escapar del control de la Corona española, circulando por territorios ajenos al imperio. Las Colonias británicas en América del Norte (Las Trece Colonias), que acabarían declarando su independencia en 1776 y formando Estados Unidos, adoptaron también el Real de a 8 como su moneda de curso legal. Moneda Real de a 8 del siglo XVIIIDerivando su nombre del "Thaller" (tálero), una moneda de plata acuñada en Austria y Alemania muy conocida en la época pero de mucha menos popularidad que la moneda española, el Real de a Ocho fue conocido en Estados Unidos originalmente como "Spanish daller" y posteriormente Spanish Dollar (Dólar español). Estados Unidos creó su propia Casa de la Moneda en 1795, y se comenzaron a acuñar los primeros dólares estadounidenses en aquellos años, sin embargo, eran monedas más pesadas y no alcanzaban la pureza en plata del Real de a 8, que era del 93%, por lo que la moneda española siguió usándose en el país durante varias décadas. Con la caída del Imperio español también llegó el declive de su moneda. El Real de a Ocho y el Escudo de oro comenzaron a ser sustituidas en el siglo XIX por la peseta, una moneda que se convertiría en la moneda oficial de España en 1868. En Estados Unidos el valor del dólar español equivalía a un dólar estadounidense, y se mantuvo como moneda de curso legal hasta 1857, año en el que fue prohibido su uso. Durante más de tres siglos, el Real de a Ocho español fue la moneda de referencia en el comercio de todo el mundo, extendiéndose en su uso común incluso más allá del Imperio español, Su importancia histórica fue clave para entender el desarrollo posterior de muchas monedas que se usan actualmente, ya que no solo fue la base del actual dólar de Estados Unidos, también de otras monedas mundiales como el yuan de China, o el peso que se utiliza en varios países de América. (https://documentalium.blogspot.com/p/historia.html)


Los grandes tesoros perdidos en la historia
La acumulación de tesoros ha sido una práctica común en todas las civilizaciones y culturas de la historia. Si bien hoy en día podemos contemplar algunos de ellos realmente fabulosos que se exhiben en museos, exposiciones, palacios o castillos, existen también un buen número de tesoros ocultos y perdidos en diferentes momentos de la historia, ya sea por saqueos, ladrones, botín de guerra o naufragios, que aún no han podido ser hallados. Estos grandes tesoros perdidos en la historia suponen un gran reto para arqueólogos, investigadores, cazadores de tesoros o simplemente aficionados que buscan localizarlos. Mientras gran parte de ellos son tesoros conocidos y documentados que se han perdido, en algunos de estos tesoros "legendarios" se mezcla la historia con el mito y es difícil discernir si lo que se está buscando es un tesoro real perdido hace siglos o simplemente una leyenda. Los Huevos Imperiales de Fabergé perdidos Peter Carl Fabergé y su hermano Agathon eran unos joyeros rusos de San Petersburgo de ascendencia francesa que gracias a la extraordinaria calidad y belleza de su trabajo se hicieron muy famosos en la Rusia de la época zarista de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. En 1885 el zar Alejandro III (Dinastía Romanov) encargó a los joyeros un huevo de pascua para su esposa, la emperatriz María (la Zarina María Fiódorovna). Huevo Imperial de FabergéFabergé fabricó el que sería el primer "Huevo de Fabergé", un huevo de gallina completamente de oro que al abrirlo contenía una yema de oro con una gallina de oro y rubís. El regalo gustó tanto a la zarina que el Zar Alejandro III encargó a Fabergé que fabricara un nuevo huevo de pascua original cada año, que además debía contener una sorpresa en su interior. Un auténtico tesoro cada uno de ellos, considerados obras maestras del arte de la joyería. Entre 1885 y 1917 Fabergé fabricó cerca de 50 Huevos Imperiales para la familia real rusa y otros 15 para compradores privados. La Revolución Rusa de 1917 derrocó al zar Nicolás II (hijo de Alejandro III), que fue ejecutado junto con gran parte de la familia real en julio de 1918. Temiendo por su seguridad, Peter Carl Fabergé abandonó Rusia viajando primero a Letonia, luego Alemania y finalmente a Suiza, donde murió en Lausene en 1920. Huevo Imperial perdido de FabergéLos huevos de Fabergé al igual que muchos otros tesoros de la familia real rusa fueron confiscados y almacenados en la Armería del Kremlin. Si bien se conocen el paradero de la mayoría de los huevos de Fabergé que se encuentran actualmente en museos o colecciones privadas, siete de los huevos imperiales originales desaparecieron y su paradero sigue siendo un misterio. Los huevos de Fabergé que aún siguen perdidos: Huevo de gallina con colgante de zafiro, fue fabricado en 188 y no se han conservado fotografías ni ilustraciones por lo que no se conoce exactamente su diseño; Huevo con querubín y carruaje, fue fabricado en 1888 y se conserva una borrosa fotografía del huevo original; Huevo del neceser, fabricado en oro en 1889 con incrustaciones de esmeraldas, zafiros y diamantes, sigue perdido aunque se sabe que se vendió en Londres en 1952; Huevo malva, fabricado en 1898 y entregado por el Zar Nicolás II a su madre en 1899, la sorpresa de su interior se ha conservado; Huevo Imperial de nefrita, conocido como el medallón de Alejandro III, fue fabricado en 1902 en oro decorado con diamantes con un retrato del Zar en su interior; Huevo del jubileo danés, fabricado en 1903 es uno de los Huevos de Fabergé más grandes que se conocen; Huevo conmemorativo de Alejandro III, encargado en 1909 para conmemorar el 15º aniversario de la muerte del Zar Alejandro III de Rusia, la sorpresa en su interior era un busto en miniatura del zar. Huevos Imperiales perdidos de FabergéEs difícil calcular el valor actual de estas joyas reales, en 2007 se vendió un Huevo fabricado por Fabergé en 1902 para un particular por casi 9 millones dólares por lo que se estima que el valor total de los siete Huevos Imperiales perdidos de Fabergé puede estar entre los 90 y los 150 millones de dólares. La mayoría de los 50 huevos de pascua que Fabergé fabricó para la familia real rusa permanecen en la actualidad en Museos y colecciones privadas por todo el mundo. Una de las mayores es la del Museo Fabergé en San Petersburgo donde se guardan y se pueden ver nueve de los Huevos Imperiales. (Fabergé Museum) El Tesoro de Lima Desde que en el siglo XVI, España controlaba Lima tras derrotar a los Incas, la Iglesia Católica acabó acumulando un gran tesoro en la ciudad. Cuando empezaron a surgir problemas en las colonias en América del Sur que buscaban su independencia del Imperio Español, Lima no fue la excepción y en 1820, en la ciudad estaba cerca de producirse una revuelta ante la llegada del ejército de José de San Martín para liberar la ciudad. El Tesoro de LimaComo medida de prevención, José de la Serna (virrey de Lima) decidió transportar los tesoros y riquezas a México para que fueran custodiadas allí. En el tesoro se incluían piedras preciosas, joyas y dos estatuas sólidas de oro a tamaño natural de María con el niño Jesús. Según la leyenda, se confió su transporte al comerciante británico, capitán William Thompson. Éstos no pudieron resistir la tentación y en vez de esperar en el puerto como se les ordenó, mataron a los hombres del virrey y a los sacerdotes y pusieron rumbo a la Isla del Coco, en la actual Costa Rica, donde enterraron el tesoro. Poco tiempo después, fueron detenidos por un buque de guerra español, se les hizo un juicio rápido y toda la tripulación fue ahorcada por piratería. Solo se salvaron Thompson y el primer oficial, quienes para salvar sus vidas dijeron a los españoles que les mostrarían donde se encontraba el tesoro. Cuando llegaron a la Isla del Coco, Thompson y su compañero lograron escaparse y perderse en la jungla, nunca se les volvió a ver. Mapa Isla del Coco Desde entonces, cientos de intentos y expediciones han buscado el tesoro perdido de Lima en la Isla del Coco sin éxito. Probablemente la más destacable sea la del alemán August Gissler, quien vivió en la isla durante casi 20 años para buscar el tesoro y logró encontrar seis monedas de oro. Algunas teorías apuntan a que el tesoro de Lima no se enterró realmente en la Isla del Coco sino en alguna otra isla cercana. Sin embargo eso no parece desanimar a los cazadores de tesoros ya que se siguen organizando un buen número de expediciones para la búsqueda del tesoro cada año. El tesoro de Benito Otro supuesto tesoro que también se encontraría enterrado en la Isla del Coco es el tesoro del pirata Benito "Espada sangrienta" Bonito. Desde 1818, el pirata estuvo aterrorizando la costa oeste de las Américas saqueando y quemando galeones españoles y escondiendo su botín en la Isla del Coco. Cofre del TesoroBonito aprendió que el oro español era transportado por guardias uniformados desde la cordillera mexicana hasta Acapulco. Capturó a los guardias, sus hombres se pusieron sus uniformes y cargaron el oro en su propio barco, no le hizo falta disparar ni un solo tiro. Sin embargo según la leyenda, años después dos de sus hombres fueron arrestados por las autoridades británicas y a cambio de salvar su vida traicionaron a Benito y desvelaron a los británicos donde estaba su escondite en las Indias Occidentales. El pirata Benito Bonito fue capturado y decapitado, sin embargo su supuesto tesoro, estimado en 300 millones de dólares, nunca se encontró y sigue enterrado en la Isla del Coco. Una versión de esta auténtica leyenda pirata que es habitualmente confundida con la historia del Tesoro de Lima. Aunque la mayoría de cazadores de tesoros han realizado la búsqueda de este tesoro en la Isla del Coco, existen otras versiones distintas de la leyenda que sitúan el tesoro de Benito en Queenscliff, Victoria (Australia), donde también se han realizado excavaciones.

El tesoro perdido de Juan I de Inglaterra:
En 1216 el Rey Juan I de Inglaterra (Juan sin Tierra) decidió trasladarse a Bishops Lynn en el condado de Norfolk, donde llegó el 9 de octubre. Una zona conocida como The Wash, llena de pantanos y peligrosas marismas. Allí, el rey enfermó de disentería y decidió regresar al Castillo de Newark a través de Wisbech, la ruta más lenta pero la más segura rodeando The Wash. Perdida del tesoro de Juan I en the WashSin embargo sus soldados y los carros llenos de sus pertenencias personales entre las que se incluían las joyas de la corona tomaron la ruta más corta a través de los pantanos. Fueron atrapados por la marea y se ahogaron, no se sabe el lugar exacto, aunque se cree que ocurrió cerca de Sutton Bridge. Los carros con los tesoros nunca se recuperaron y la noticia afectó gravemente a la salud de Juan I de Inglaterra, muriendo poco después, el 18 de octubre de 1216. Juan I de Inglaterra era conocido por su gran afición a coleccionar joyas y oro por lo que el valor de este tesoro perdido se cree que puede ser bastante elevado. Además de las valiosísimas joyas de la corona, los carros transportaban copas de oro y plata y monedas de oro. Su valor actual se estima en más de 70 millones de dólares.

El tesoro del Flor de la Mar:
Flor do Mar (Flor de la Mar) era una carabela portuguesa de 400 toneladas que según todas las crónicas portuguesas participó a principios del siglo XVI durante 9 años en algunas de las decisivas batallas del Océano Índico como la Batalla de Diu o la captura de Malaca. Naufragio Flor de la MarA finales de 1511 y debido a su gran capacidad, el barco fue cargado con un gran tesoro procedente de la conquista de Malaca y de Siam. Según varios relatos históricos, se trataba del mayor tesoro de la historia de la marina portuguesa. Capitaneada por Alfonso de Albuquerque, el Flor de la Mar puso rumbo a Portugal junto con otros cuatro barcos para mostrar al Rey Manuel I los fabulosos tesoros. Cuando navegaba cerca de Sumatra, en el estrecho de Malaca, el Flor de la Mar se encontró con una violenta tormenta y acabó naufragando en los arrecifes de Sumatra el 20 de noviembre de 1511. Aunque el capitán sobrevivió, tanto el tesoro como casi toda la tripulación (muchos de ellos esclavos) se perdieron en el mar. Tesoro en el fondo del marEl valor del tesoro que permanece aún en el fondo del mar es casi incalculable. Se cree que el Flor de la Mar llevaba en sus bodegas más de 200 cofres de piedras preciosas, diamantes, lingotes de oro y copas de plata y oro. Algunos investigadores lo consideran el buque más rico que jamás se ha perdido en el mar. El cálculo estimado de su valor actual es de varios miles de millones de dólares. La localización exacta del pecio sigue siendo un misterio, en el año 2014 se anunció que se habían hallado unos restos en el Mar de Java que podrían ser del Flor de Mar. Sin embargo no se pudo confirmar el hallazgo y el fabuloso tesoro de este barco portugués sigue perdido en el fondo del mar. (https://documentalium.blogspot.com/p/historia.html)


La fiebre del oro de Alaska:
El descubrimiento de oro a finales del siglo XIX en el río Yukón y especialmente en uno de sus afluentes, el río Klondike, provocó la conocida como Fiebre del oro de Alaska o Fiebre del oro de Klondike (Klondike Gold Rush). Miles de aventureros se desplazaron hasta el lugar en busca de fortuna en una época de crisis financiera en la economía estadounidense, con una elevada tasa de desempleo. Esta fiebre del oro duró en realidad apenas tres años en los que la ciudad más cercana al lugar, Dawson City, vió como su población pasó de 500 habitantes a más de 30.000. La fiebre del oro de AlaskaLas tribus indígenas del norte de América ya conocían la existencia de oro en la región, cuando los primeros aventureros y buscadores de oro americanos llegaron a Alaska comenzaron a extenderse a lo largo de la ruta del río Yukón estableciendo acuerdos con las tribus nativas que se dedicaban principalmente a la caza y la pesca. En 1883 el conocido experto en prospecciones Ed Schieffelin encontró varios depósitos de oro en el río Yukón, poco después, en 1886, una expedición por el río Fortymile, otro afluente del Yukón, encontró un cantidad importante de oro en el lugar y fundó Fortymile City. Se extrajeron importantes cantidades de oro y la ciudad recién creada pasó a tener más de 1.200 habitantes con teatros, escuelas y salones, sin embargo su éxito duró poco, en ese mismo año se descubrieron pequeñas cantidades de oro cerca del lugar, en el río Klondike, lo que esta vez sí desató una auténtica fiebre del oro, convirtiendo la recien creada Fortymile City en una ciudad casi fantasma en muy poco tiempo. El 16 de agosto de 1896 el buscador de oro norteamericano George Carmack encontró pepitas de oro en un brazo del río Klondike conocido como Rabbit Creek, situado en territorio canadiense, en el límite de la frontera con Alaska y que pasó a denominarse Bonanza Creek. Rápidamente reclamó oficialmente varios tramos del río para poder extraer el oro, extendiéndose las noticias del hallazgo a otros campamentos mineros establecidos en el valle del río Yukón. Klondike Gold RushEn pocos días, todo el tramo de Bonanza Creek había sido ya reclamados por los buscadores de oro, algunos empezaron a buscar en otros tramos del río encontrándose nuevas fuentes de oro más ricas que las de Bonanza Creek (que ya se conocía en esos momentos como Eldorado Creek), otros mineros vendían sus derechos de explotación de algunos tramos a nuevos aventureros que iban llegando al lugar en busca de fortuna. Las noticias de los hallazgos sin embargo no habían llegado aún a otros lugares, cuando a principios de 1897 salieron los primeros barcos con parte del oro allí encontrado, la historia de los descubrimientos se extendió y se desató la llamada Fiebre del oro de Alaska. Entre julio de 1897 y el verano de 1898 se produjo una auténtica estampida en la que cerca de 100.000 personas intentaron llegar a a los yacimientos de oro de Klondike, lo consiguieron entre 30.000 y 40.000, entre los que se encontraban también escritores, fotógrafos y periodistas que denominaron a esta migración masiva como la Fiebre del oro de Klondike. La difícil situación económica de Estados Unidos en la época tuvo también una influencia decisiva en este éxodo masivo en busca de oro, además los periódicos promovían este espíritu de aventura con titulares y noticias que inspiraron a muchos buscadores de oro y aventureros. Periódicos Klondike Gold RushMuchos de los buscadores eran vendedores o empleados sin experiencia en la minería pero que no dudaron en dejar sus trabajos para unirse a la fiebre del oro, entre ellos destaca el caso de William D. Wood, alcalde de Seattle, que dimitió de su cargo para fundar una empresa de buscadores, o de gran parte de los conductores de tranvías también de la ciudad de Seattle que dejaron sus puestos para ir a Klondike. En los medios se empezó a usar el término "Klondicitis" debido a la cantidad de productos y marcas que surgieron en poco tiempo con el nombre de Klondike, también se publicaron numerosas guías sobre consejos, rutas y el equipo necesario para buscar oro en Alaska. Llegar hasta Klondike entrañaba no pocas dificultades, se trata de una región montañosa con ríos sinuosos y muchos tramos intransitables además de unas temperaturas en invierno (de octubre a junio) que podía alcanzar los -30 °. Cuando comenzó esta migración masiva, el gobierno canadiense estableció ciertas reglas para cualquier persona que entrara en el territorio del Yukón, entre ellas, debía llevar consigo provisiones para sobrevivir un año, lo que provocó que cada viajero tuviera que cargar con cerca de una tonelada entre alimentos y herramientas, disparándose el alquiler y venta de animales de carga y de tiro. Rutas fiebre del oro AlaskaSe establecieron varias rutas principales para llegar al lugar. Rutas por agua, partiendo desde Seattle o San Francisco viajaban por mar hasta los puertos de Alaska y desde ahí navegando el río Yukón hasta Klondike y Dawson City, era la ruta más larga con 7.600 kilómetros pero también la más cómoda para los viajeros, se la conoció como la ruta del hombre rico debido a los elevados precios de los pasajes. Las Rutas por tierra partían en su mayoría de Dyea y Skagwa, en el sur de Alaska, desde donde los viajeros tenían que recorrer cerca de 50 kilómetros por las cadenas montañosas del Yukón en Canadá para seguir posteriormente la red fluvial hasta Klondike. Eran rutas especialmente duras, con lagos helados, el constante peligro de avalanchas e inclinadas pendientes que tenían que sortear con el peso añadido de los suministros que llevaban. Cuando conseguían llegar al lago Bennett, la mayoría construyeron botes y balsas para recorrer río abajo los 800 kilómetros que les faltaba hasta Dawson City. Aunque no se conocen cifras exactas, se calcula que varios cientos de aventureros murieron en estas rutas terrestres. Existieron además otras rutas alternativas como la denominada ruta canadiense para los ciudadanos de Canadá que partieron desde diversos puntos del país hasta Klondike. Buscadores de oro a KlondikeDe entre las 30.000 y 40.000 personas que llegaron a Dawson City durante la fiebre del oro, se calcula que la mitad se convirtieron finalmente en buscadores de oro, de los cuales 4.000 acabaron encontrando oro y solo unos pocos cientos de ellos se hicieron ricos. La región contaba con numerosas vetas de oro, además de pepitas de oro en el río y el conocido como polvo de oro de los yacimientos, los buscadores encontraron también oro en diversos lugares haciendo excavaciones cada vez más alejadas del sitio original ya que en 1898 se habían registrado más de 10.000 reclamaciones de explotación. Las excavaciones tampoco eran sencillas, mientras que cualquiera podía reclamar su terreno y ponerse a excavar, una operación minera más elaborada requería de una fuerte inversión ya que se necesitaba una gran cantidad de madera para quemar y fundir el hielo además de otros elementos como construir zanjas, presas etc... En algunos casos el esfuerzo merecía la pena, los arroyos del Klondike eran extremadamente ricos y en algunos lugares como Eldorado Creek se extrajeron cerca de 18 millones de dólares (de la época) en oro en apenas dos años. Fiebre del oro de klondikeRegistrar una demanda de terreno para reclamar los derechos mineros costaba 15 dólares de la época (cerca de 400$ actuales) que daba derecho a explotar ese lugar durante un año, anualmente debían de pagar además una cuota de 100$ para mantener su derecho. Si el lugar de explotación era abandonado más de 3 días otra persona podía presentar una reclamación por el terreno. También se hizo negocio con la compra y venta de estos derechos, su valor variaba en función de si se podía demostrar que se había encontrado oro o no en ese lugar concreto. Eldorado Creek fue vendido por 350.000$ de la época, más de 280 millones de dólares actuales. Aunque numerosas personas hicieron fortuna y las noticias atrajeron a más gente, no todos los buscadores encontraron oro en Alaska y la mayoría de ellos acabaron casi en la indigencia, vendiendo su equipo y regresando al sur a sus lugares de origen o entrando a trabajar en las explotaciones de otros. Ciudad de Skagway en AlaskaEsta fiebre del oro de Alaska supuso un enorme crecimiento de las ciudades, asentamientos y puertos que se encontraban en las rutas a los yacimientos de oro, especialmente la ciudad de Dawson City, el centro neurálgico donde se establecieron la mayoría de buscadores. Los puertos de Dyea y Skagway se ampliaron construyéndose muelles, almacenes, salones y oficinas. Skagway pasó a tener en el verano de 1898 más de 20.000 habitantes convirtiéndose en la ciudad más grande de Alaska y también la más peligrosa ya que abundaba la bebida, las armas y la prostitución. Conocidos gangsters como Soapy Smithse se trasladaron a Skagway donde organizaron sus actividades mafiosas. Este "boom" afectó también a otras ciudades como Edmonton en Canadá que pasó de 1.200 habitantes a más de 4.000 en apenas un año o a ciudades más alejadas como San Francisco, Seattle, Portland o Vancouver. El mayor crecimiento sin duda lo experimentó Dawson City. La ciudad fue construida al principio de la fiebre del oro cuando dos hombres compraron 75 hectáreas de terreno en la confluencia de los ríos Yukón y Klondike para establecer allí una ciudad. En el invierno de 1896, poco meses después de encontrar por primera vez oro en el lugar la ciudad ya contaba con 500 habitantes. En la primavera de 1898 la población de Dawson City aumentó hasta más 30.000 personas mientras iban llegando más viajeros. Calle principal de Dawson City - Klondike gold rushDebido a lo rápido que se tuvo que construir la ciudad, no contaba con agua corriente ni alcantarillado y muchas de las calles estaban sin pavimentar. Además, la mayoría de las casas eran de madera calentándose con estufas y con una iluminación a base de velas y lámparas de aceite lo que provocó numerosos incendios que se propagaban en muy poco tiempo. Los precios de las parcelas para construirse una casa eran muy altos, incluso los alquileres de pequeñas cabañas podían rondar los 100$ al mes (2.700 dólares). Unos precios que en realidad estaban acordes con el alto coste de la vida en Dawson City, un lugar alejado y de difícil acceso donde hacer llegar los suministros era caro y lento. Esto hizo que el precio de casi cualquier cosa se disparara, especialmente de los alimentos frescos, pudiendo en algunos momentos llegar a pagar sus habitantes hasta 3$ (81$ actuales) por un huevo o un dólar (27$ actuales) por una manzana. Diversas enfermedades como el escorbuto, la disentería o el tifus encontraron su caldo de cultivo perfecto en estas condiciones y la ciudad sufrió varias epidemias. klondike gold rush dawson saloonA pesar de todo ello, Dawson City era una ciudad en auge y donde los buscadores que habían encontrado oro querían disfrutar de su fortuna, la mayoría de ellos hombres ya que solo el 12% de sus habitantes eran mujeres y apenas había niños por la peligrosidad del viaje. La ciudad contaba con salones que estaban abiertos las 24 horas donde se podía apostar, jugar, beber whisky o bailar, muchos de los pagos se realizaban en bolsitas de polvo de oro. A diferencia de las ciudades estadounidenses a las que afectó esta fiebre del oro, la ciudad canadiense de Dawson City apenas tuvo altercados importantes y los índices de delincuencia fueron relativamente bajos. Como la mayoría de las fiebres del oro en la historia, la migración se produjo de forma apresurada y masiva, durando la búsqueda de oro pocos años. Ya en el verano de 1898 muchos de los buscadores de Dawson City se vieron incapaces de ganarse la vida y se volvieron a sus casas, poco a poco la fiebre del oro de Klondike dejó de aparecer en los titulares y se fue apagando. La puntilla para la ciudad fue cuando se empezó a encontrar oro poco después en otros lugares de Alaska y Canadá. En la primera semana de agosto de 1899, más de 8.000 personas dejaron Dawson City para dirigirse a probar suerte en otra parte. La fiebre del oro de Klondike se había terminado y con ella también la de Alaska que duraría poco tiempo más. Comerciantes fiebre del oro AlaskaDe las decenas de miles de personas que fueron en busca de oro a Klondike solo unas pocas se hicieron ricos. Se estima que cada uno de ellos se gastó un promedio de 1.000$ para llegar a la región, una cantidad total que es superior al oro extraído entre 1897 y 1901. La mayoría de los que hicieron fortuna la perdieron a los pocos años, algunos de ellos intentando probar suerte en otros yacimientos de oro. Su descubridor, George Carmack, se separó de su esposa, se volvió a casar y vivió el resto de su vida de forma próspera gracias al oro extraído esos años. Otros de los grandes damnificados fueron los indios nativos, quienes prosperaron esos años gracias a su trabajo como guías o comerciantes pero que sufrieron el enorme impacto ambiental de la minería en los ríos y en los bosques. Su población se redujo drásticamente al terminar la fiebre del oro y fueron trasladados a una pequeña reserva. Klondike hoy y hace 100 añosDawson City fue declinando lentamente, sin embargo la extracción de oro se mantiene hasta hoy en día. La ciudad pasó de los más de 30.000 habitantes en pleno apogeo de la fiebre del oro a poco más de 2.000 en 1912, actualmente cuenta con algo más de 1.300 habitantes. En el año 2005 se anunció que se habían extraído hasta la fecha 570 toneladas de oro. El puerto de Skagway también se redujo notablemente y el puerto de Dyea quedó abandonado siendo actualmente una ciudad fantasma. Hoy en día, la fiebre del oro de Klondike forma parte fundamental de la historia y cultura de Alaska. Muchos de los lugares que fueron testigos de esta "estampida" son hoy conocidos lugares turísticos que en muchos casos han servido de inspiración para numerosas películas y novelas. A pesar de su impacto ecológico, la construcción de ferrocarriles, nuevas carreteras y ampliación de las ciudades contribuyeron notablemente al desarrollo económico de toda la región. (https://documentalium.blogspot.com/p/historia.html)

 

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