Egipto (s.XIX):
Napoleón quería hacer de Egipto y Siria una plaza de armas para concentrar las tropas y el material que, en su deseo, debían alcanzar la India por Persia o por el mar Rojo. Se sorprendería a los ingleses haciendo que la expedición partiese en el momento en que el monzón soplara del Este barriendo la ruta del Cabo. La idea de una ocupación de Egipto había madurado durante mucho tiempo en los ministerios de Asuntos Exteriores y Relaciones Exteriores. Se habían enviado misiones de reconocimiento a explorar las costas y el interior, especialmente en Siria. La Sublime Puerta había cesado de dominar el Mediterráneo. Ocupar Egipto suponía darle un punto de apoyo contra Rusia, impaciente por franquear el Bósforo. En los días de la Revolución la embajada de la República en Constantinopla seguía su actividad preparatoria, propició una misión naval y militar y mantenía una recalada de fragatas en el Bósforo. La flota partió de Tolón el 19 de mayo de 1798. Estaba formada por 338 velas, 13 navíos de línea, 6 fragatas, 18 barcos ligeros y 40.000 hombres. Una gran cantidad de inscripciones y papiros fueron llevados a Europa.

Mapa delta del Nilo 1850. Charles Dyonnet

Enfrentamientos armados con los británicos:
El desastre de Abukir supuso un gran golpe para la empresa. El noble marqués de Menou fondeó la flota desde el principio en la rada abierta, fiándose de un reconocimiento ya antiguo. Por falta de sondeos, la flota había dejado un canal naegable entre la tierra y su línea de fondeadero. En él situó Nelson la mitad de su escuadra, cogiendo a los navíos franceses entre dos fuegos. No se estorbó el desembarco de las tropas británicas, llegadas desde Bombay y El Cabo. Se reunieron sin molestias en Jidda (puerto cercano a La Meca) y desembarcaron en Coseír. La diplomacia británica obtuvo un tratamiento ventajoso por parte de los turcos. El célebre lord Elgin desempeñaba ejemplarmente el cargo de embajador en Constantinopla.

A finales del s.XVIII, periodo abundante en conflictos bélicos, numerosos avances técnicos aumentan la seguridad de los viajes. Continúan las mejoras en construcción naval, cartografía, higiene y alimentación (escorbuto). La literatura de viajes experimenta un importante auge, se hacen más numerosas las traducciones y se renuevan las ideas sobre las regiones alejadas. La expedición napoleónica a Egipto demostró la solidez de las instituciones científicas de la República: Instituto, Oficina de las Longitudes, Comisión del Metro, Escuela Politécnica, Escuela Normal, Escuela de Caminos, Canales y Puertos, Conservatorio de las Artes y Oficios. (Fuente: P.J.Charliat)

 

 

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