Notas             

 

Notas:
Datación por Carbono 14:
La técnica del radiocarbono fue diseñada por Willard F. Libby en Nueva York, en 1949. Su enorme utilidad para la datación le reportó el Premio Nobel de Química en 1960. En 1960 se había llegado a la conclusión de que la recogida de maíz en México había comenzado sobre el año 5000 a.C. y existían indicios de domesticación muy anteriores a 3000 a.C. La agricultura avanzada, rasgo fundamental de civilización, fue uno de los importantes elementos desarrollasdos en Centroamérica de forma independiente de Euroasia, aislada a partir de la desunión de Bering, ocurrida entre el 12000 y el 13000 a.C. El descubrimiento restó algo de importancia al papel difusor de las civilizaciones madre de Sumer y Egipto. La técnica del Carbono 14 asignó a las construcciones megalíticas europeas, siempre asociadas a importantes extensiones agrícolas, una antigüedad mayor que la de la civilización micénica. Cuando las tribus se establecían adoptando las recién aparecidas técnicas de cultivo, no tardaban en surgir los clanes, los megalitos, la estratificación social rudimentaria y un comercio primitivo. La nueva asignación de antigüedades tuvo consecuencias fundamentales en la elaboración de las teorías de la difusión de las civilizaciones.

Cultivo de maíz Cosecha de maíz Cultivo de trigo Logo Sin gluten

Mesoamérica: Agricultura:
Alrededor del año 300 a.C. los valles secos y fríos y los bosques tropicales húmedos de la antigua Mesoamérica estaban moteados de granjas y pueblos. Los gobernantes habían presidido durante siglos los centros ceremoniales en las montañas y en los llanos. Desde la primera gran civilización de la zona, la olmeca (c. 1500-c. 600 a.C.) hasta sus civilizaciones sucesoras en las actuales repúblicas de México y Guatemala, la agricultura organizaba el trabajo social, determinaba la propiedad y generaba riqueza. El mundo mesoamericano era eminentemente agrícola. Su pueblo no sólo contaba con la agricultura para alimentarse, sino también dependía de los productos agrícolas para su comercio, relaciones e instituciones políticas. Los primeros gobernantes de Mesoamérica pretendían serlo por mandato divino, pero justificaban la existencia de sus gobiernos basándose en razones prácticas. Establecían redes comerciales e intercambios con iguales. Cuando la sequía o enfermedades de las plantas amenazaban con la escasez, el pueblo de Mesoamérica podría haber confiado en sus reyes para importar la comida que les permitiese sobrevivir. Y gestionaban la prosperidad agrícola enfocándola a programas públicos que creaban formas de producción mejores y más intensivas. El gobierno, con estas acciones, constituía una forma de reducir los riesgos inevitables que afrontaban los granjeros y sus cultivos.

Para entender el auténtico significado de las civilizaciones agrícolas que dominaron Mesoamérica, debemos entender primero qué tipo de campesinos las formaban, y cuáles eran sus cultivos principales. Pero ¿cómo podemos saber lo que cultivaban estos pueblos en épocas antiguas? Aunque las plantas han desaparecido hace mucho tiempo, los arqueólogos pueden detectar sus restos mediante varios métodos. Excavando zonas donde la gente vivía y cultivaba, los arqueólogos encuentran restos carbonizados de sus cosechas. Además, los análisis microscópicos de muestras de tierra tomadas de las excavaciones, pueden detectar el polen generado por especies concretas de plantas. En suma, algunas plantas producen minúsculos objetos minerales llamados fitolitos en el lugar donde crecieron. Estos minerales permanecen en la tierra donde pueden ser detectados más tarde. Con estos indicios, surge un 'menú' común de los principales alimentos de la región. Los mesoamericanos eran campesinos notables. Las plantas que cultivaban incluían no sólo las de uso corriente como el maíz, los frijoles, y la calabaza, sin también una amplia gama de otras verduras y frutas populares, como los tomates, los aguacates y la piña. Producían también una serie de plantas comestibles menos familiares, como el amaranto, una de las plantas favoritas de los aztecas y el mamey, un árbol frutal tropical. También cultivaban chiles, que es uno de los condimentos más ampliamente utilizado en todo el mundo hoy en día y una fuerte muy valiosa de vitaminas. Al igual que existía un menú común de comidas favoritas, también había un mercado común mesoamericano para los productos agrícolas comercializables. El algodón era un importante cultivo y se intercambiaba en toda la región en forma de ropa tejida y bordada. Semillas de cacao, utilizadas para hacer chocolate, eran domesticadas en los bosques de las tierras bajas y en las márgenes de los ríos en la península de Yucatán. El chocolate tenía tal demanda en todo el periodo, que la semilla del cacao constituía una moneda de cambio. Otros cultivos especializados, como el maguey, un cacto utilizado para hacer un tipo de cerveza, también eran objeto de comercio. En resumen, los mesoamericanos comercializaban los cultivos para intercambiar por productos no agrícolas tales como la obsidiana volcánico y las piedras preciosas verdes, utilizadas en decoración, joyería y como numerario.

La enorme variedad y valor de las plantas que los mesoamericanos domesticaron permitió la fundación durante 3.000 años de civilizaciones soberanas. Las plantas no solamente alimentaron a las crecientes poblaciones y aprovisionaron su economía, sino que influían en lo que pensaban los mesoamericanos respecto al poder político y al orden social de la civilización. Conocemos esto por la imaginería vegetal, los símbolos de la lluvia y otros temas relacionados con la agricultura abundan en el arte público encargado por los reyes y otras elites. Los artistas y artesanos olmecas y de las civilizaciones que les sucedieron desarrollaron una magnífica muestra de imágenes y símbolos que no sólo ilustraron creencias religiosas sino que reforzaban estas creencias emocional e intelectualmente en la población en general. Los olmecas y los pueblos mayas de las tierras altas esculpieron grandes esculturas y estelas (piedras erectas que retrataban a sus reyes, dioses y escenas mitológicas). En las tierras bajas mayas modelaban y pintaban imágenes de los dioses y reyes en estuco y sobre los laterales de las pirámides y los templos. En todas las zonas de Mesoamérica, los artistas esculpieron pequeñas imágenes en piedras preciosas verdes, conchas y otros materiales. En suma, los alfareros modelaban, labraban y pintaban imágenes sobre vasijas de cerámica. Para comprender lo que significan estas imágenes, los arqueólogos buscan indicios al tiempo que buscan indicios en el suelo para determinar lo que cultivaban los mesoamericanos. Desentrañar el significado de las imágenes y los símbolos requiere vincularlos a las ideas. A veces las imágenes son directamente representaciones de fenómenos naturales, como gotas de lluvia cayendo de las nubes o representaciones del maíz. Pero los arqueólogos a menudo deben trazar una imagen o símbolo de un tiempo lejano para un símbolo similar utilizado siglos más tarde y cuyo significado es conocido por las declaraciones escritas o por las explicaciones orales recopiladas por los españoles. El dibujo que emerge de estas imágenes es el de una sociedad rica y compleja, dominada por la agricultura. (D.Freidel)


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