A unos 10 km de Nuadibú (Mauritania) se ha ido formando uno de los mayores cementerios marinos del mundo. Se dejan varados en la costa arenosa barcos que han llegado al fin de su vida. Es un lugar de gran pobreza y punto de partida de cayucos con destino a Canarias. Algunas estructuras varadas son utilizadas como vivienda por mauritanos. La UE tiene en marcha un proyecto de retirada de barcos por el peligro que entraña al tráfico marítimo y por el riesgo para el medioambiente.


El cementerio marino de Chittagong (Bangladesh) acoge hasta el momento de su desguace barcos cuya vida útil ha terminado. Las operaciones de despiece se hacen al mínimo costo en infraestructuras para acceso y seguridad. Sopletes de acetileno cortan y despiezan grandes estructuras de acero. Algunas de las tareas de transporte realizadas a mano son muy penosas. Estas duras tareas son retratadas en un capítulo del excelente documental Manufacturing Landscapes.

Mercante varado en Mauritania


Los arrecifes artificiales se emplean en muchos lugares para regenerar la vida marina. El método empleado con más frecuencia consiste en hundir un gran barco en una zona de profundidad adecuada. El mayor arrecife artificial está formado por el portaaviones Oriskany, hundido en 2006 en la playa de Pensacola (Golfo de México). Los submarinistas que los visitan dicen que están repletos de vida.

Portaaviones Oriskany hundido en la playa de Pensacola. Golfo de México.


En New Jersey el departamento de Medio Ambiente lleva arrojando vagones de metro al mar desde los años 90. En el año 2003 la ciudad recibió 250 vagones procedentes del metro de Nueva York y los fue repartiendo por la costa en grupos de cincuenta. También hay vagones retirados del metro de Nueva York en aguas de Cleveland. Forman una docena de arrecifes artificiales. Los escombros de hormigón del Cleveland Stadium fueron colocados por el estado de Ohio en lugares dispersos del lago Eire. También se están hundiendo para este fin grandes aviones comerciales y plataformas de extracción de petróleo.

Proa del American Star


Entre las naves de la URSS que acabaron en el fondo marino están seis submarinos nucleares y diez reactores nucleares. El mar de Kara, en la costa de Siberia, fue utilizado como cementerio nuclear para decenas de contenedores de deshechos radioactivos y navíos con combustible nuclear. Una evaluación del Organismo Internacional de Energía Atómica mostró que las emisiones son bajas y localizadas. Las conclusiones del estudio internacional del submarino K-27, hundido por accidente en, 1981 alertan del peligro de fuga radiactiva a pesar del sellado al que fue sometido.

Amoco Cadiz Carissa


El colapso económico de la URSS obligó a un precipitado abandono de submarinos sin seguir las operaciones de desmantelamiento que solían llevarse a cabo. Desde Google Earth puede verse un cementerio de submarinos cerca de la base naval de Olenya Bay, al oeste de Murmansk. Algunos submarinos retirados no empleados en prácticas de tiro fueron remolcados hasta la cala de Nezametnaya.