Instalaciones portuarias:
La organización de las tierras interiores y de las fachadas portuarias que se observa en la actualidad es, en lo fundamental, reciente; tuvo su origen en la revolución industrial y de los transportes, creadora de cuencas mineras, de regiones manufactureras y urbanas. En este sentido, la utilización portuaria de las costas ha experimentado cambios importantes. Los primeros puertos resultaban frecuentemente incompletos; a pesar de los sucesivos perfeccionamientos (dársenas, diques, desagües, esclusas) hasta la Revolución Industrial dominan ciertas condiciones de lugar y situación. En lo que se refiere al lugar se buscaban facilidades de construcción y seguridad en la oferta: forma y orientación de las radas, islotes o rocas que permitieran la colocación de diques o aportaran protección, importancia y frecuencia de las tempestades. Los puesrtos se situaban generalmente en un paseo marítimo, durante la Edad Antigua en radas y durante la Edad Media buscando más bien el abrigo de los estuarios (encrucijadas más cómodas con los caminos continentales, solidaridad con la región y abrigos más seguros). Las condiciones modernas han introducido nuevos elementos: exigencia de aguas profundas, de rapidez, de especialización portuaria. Así ha sido necesario modificar las instalaciones o completarlas, añadir a las facilidades naturales obras artificiales: cada vez es más el barco el que condiciona al puerto. Al mismo tiempo se ha llevado a cabo una selección del emplazamiento.