Carta marítima de estilo catalán (1465):
La carta marítima o portulano de estilo catalán era mucho más decorativa que su homóloga italiana y guardaba una cierta semejanza con los mappaemundi del norte de Europa. Aunque las cartas catalanas, al igual que las italianas, subrayan los litorales y los nombres de los puertos, representaban también las ciudades interiores, ríos, cordilleras, escudos de los soberanos y potentados no europeos. A diferencia de las cartas italianas, las catalanas mostraban el Báltico, aunque había estado durante mucho tiempo cerrado a los marinos mediterráneos y a todos los no germanos por la poderosa Liga Hanseática de los comerciantes alemanes. Por el contrario, en el siglo XV no reflejaban la penetración portuguesa (desde 1415) por la costa africana más allá del cabo Bojador, mientras que los cartógrafos italianos, que contaban con la información de los navegantes que habían estado empleados en barcos portugueses, lo hacían con frecuencia. A partir de mediados del siglo XIV, los ricos comerciantes italianos y españoles obsequiaban a los reyes de Inglaterra y Francia con atlas y mapas del mundo estilo catalán, con la esperanza de recibir a cambio favores comerciales.

Estos mapas combinaban perfiles costeros realistas de Europa, Africa y Asia occidental con representaciones influidas por los mappaemundi clásicos y los relatos de Marco Polo y otros viajeros a Asia central, meridional y oriental. Se elaboraban en los talleres de Barcelona y Palma de Mallorca: los mapas eran levantados por un cartógrafo (habitualmente judío), mientras que la decoración era obra de un artista profesional. El único ejemplar de esos mapas del mundo se conserva es el magnífico Atlas catalán, hacia 1375, que está ahora en la Biblioteca Nacional de Francia. Roselli, probablemente judío de nacimiento, pertenecía a esta tradición y fue aprendiz de un destacado cartógrafo anterior, Battista Beccari, cuya familia había estado asociada a la familia Cresques, probable creadora del Atlas catalán. Junto con ésta, bastante dañada, se conservan otras diez cartas elaboradas por Roselli entre 1447 y 1469. Europa está poblada de montañas, ríos y ciudades amuralladas, mientras que Africa está dominada por las montañas de Atlas, ciudades, extraños elefantes y camellos, y sultanes locales sentados bajo espléndidas tiendas. El mar Rojo está pintado de rojo, con una franja blanca que representa el paso de los israelitas, y hay cierto énfasis en los lugares religiosos de Tierra Santa. El patrón cuadriculado superpuesto a las líneas de rumbo puede ser una cortés pero falsa concesión a la cartografía matemática, popularizada a raíz de la traducción al latín de la Geographia de Tolomeo en 1407.

Planisferio de Nuño García de Torreno (1525):
Esta carta náutica de tres hojas contiene la información geográfica mejor y más completa de su época. La nave Victoria aparece dos veces -en el Atlántico y de nuevo en el Indico- adornada con las armas del emperador Carlos V y una leyenda latina que proclama que es el único barco que ha circunnavegado el mundo. La red de líneas de rumbo está organizada mediante dos círculos de rosas de los vientos centrados en dos puntos situados sobre el ecuador: en el Pacífico (con una gran rosa de los vientos) y en el Africa ecuatorial. La línea del ecuador presenta una escala de longitud con señales cada 5 grados. También aparecen los trópicos. La línea de demarcación que divide el mundo extraeuropeo, establecida por el papa en el Tratado de Tordesillas en la década de 1490, contiene una inscripción vertical que dice: línea de repartimiento entre Castilla y Portugal. Aparece dos veces: una en el Atlántico y otra en el Pacífico.

Este mapa del mundo fue un regalo de Carlos V al cardenal Giovanni Salviati, el nuncio papal en España de 1525 a 1530. Posiblemente estuviera destinado a explicar al Papa las reivindicaciones territoriales españolas frente a Portugal, y a apoyar la posición española en las conferencias hispano-portuguesas sobre la soberanía de las importantísimas islas de las Especias o Molucas (Malucos, ahora parte de Indonesia), en Elvas y Badajoz. Para estos objetivos, las tierras descubiertas por Fernando de Magallanes durante su circunnavegación del globo (1519-1521) están situadas estratégicamente al oeste de la línea de Tordesillas para mostrar que eran propiedad de España. La suntuosa decoración de este mapa se refleja especialmente en la belleza de las rosas de los vientos y en la combinación de colores. Es muy similar al único mapa firmado por Nuño García de Torreno, con Diego Ribeiro, encargado de la composición de las cartas de navegación en la organización responsable del imperio de España en ultramar, la Casa de la Contratación de Sevilla. En 1519, hizo las cartas para Magallanes. Por estas razones podemos atribuirle con seguridad este mapa, y datarlo hacia 1525.

Beato de Liébana (776):
Revela el mundo habitado al final de los tiempos. Ilustra un capítulo de un comentario del Apocalipsis compilado a partir de fuentes clásicas tardías por un monje de Liébana, en el año 776. Fue copiado en estilo mozárabe, mezclando elementos árabes y cristianos, en Santo Domingo de Silos. El comentario fue recogido en un momento en que los árabes habían empujado a los gobernantes cristianos casi hasta los Pirineos. Trata principalmente de lo que se esperaba que sucediera al final de los tiempos, que el Beato esperaba para el año 800, cuando descendería la venganza sobre los musulmanes, pecadores y otros enemigos de Cristo. El mapa pretendía mostrar el campo de trigo del mundo habitado, o ekumene, que había sido convertido al cristianismo por los apóstoles. Prólogo esencial era la expulsión del Edén. Por eso Adán y Eva están en la parte alta (este) del mapa. El Mediterráneo, en medio del mapa, se reduce a una delgada tira azul oscuro, indistinguible de los ríos Nilo, a la derecha, y Don y Danubio, formando un triángulo, a la izquierda.

Las montañas y cordilleras parecen piñas rojas o azules. Jerusalén aparece como un santuario estilizado, con tres torres puntiagudas, encima del Mediterráneo. Se menciona Rávena, capital occidental del Imperio bizantino antes de que se perdiera en el año 752. Este mapa da un espacio importante a la Península Ibérica, nombrando la provincia natal del Beato, Galicia, y Tarragona, que cayó en poder de los árabes en 711. De acuerdo con la sabiduría clásica sobre los límites de la tierra, una inscripción menciona los monstruos que se encuentran en Etiopía, y se ilustra la montaña de oro. La tira roja del mar con peces en el lejano sur (a la derecha) del mapa quería probablemente significar un mar interior que, como el mar Rojo, podía ser cruzado por los seres humanos. La inscripción afirma que la tierra que está más allá era desconocida debido al gran ardor del sol. Los quince mapas del Beato que se conservan fueron realizados en España y en el sur de Francia desde el año 944 hasta bien entrado el siglo XIII. A pesar de sus raíces comunes en la literatura clásica, se elaboraron de forma completamente independiente de los mapas del mundo que se estaban realizando en Inglaterra y en el norte de Francia. (Fuente: Peter Barber)

 

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