Islas Salvajes:
A 30 grados del Ecuador y a 165 kilómetros de la civilización se esconden tres islas y una docena de islotes. Resisten en mitad del océano Atlántico como el litigio más largo de la historia. Las Islas Salvajes mantienen a España y Portugal durante los últimos 5 siglos en disputa por su soberanía. Allí no hay teléfonos, el agua es la que dejan las lluvias, la electricidad viene del sol y solamente existen dos casas. Una pertenece al Gobierno, la otra a una pareja de ingleses. Las Islas Salvajes, según sostiene España, son "islotes incapaces de sostener una población y actividad económica", como dice el Ministerio de Asuntos Exteriores, la frontera debería situarse en la línea equidistante entre las Canarias y la portuguesa isla de Madeira, separadas por 240 millas. Portugal argumenta justo lo contrario. Dice que las islas siempre han estado sujetas a cierta explotación económica, que los guardas del parque son sus habitantes, y que si no hay más es porque las leyes de protección medioambientales lo impiden.

Filipinas, Borneo, Nueva Guinea y norte de Australia

El día que se decida poblarlas, añade, se podrá desarrollar una actividad económica basada en el turismo ecológico. Por si quedase alguna duda, han clavado un buzón en la isla mayor para dejar clara su soberanía. Lisboa pretende así que la frontera se trace entre las Salvajes y las Canarias, a 40 millas de cada archipiélago. Como curiosidad existe una vieja leyenda que cuenta la existencia de un tesoro oculto en las Islas Salvajes. En el siglo XVIII, unos piratas franceses saquearon tres naves que procedían de México cargadas de oro, joyas y otras riquezas. Los corsarios, sin embargo, no estaban de suerte, ya que su barco encalló poco después en uno de los muchos arrecifes que rodean las islas. Y no les quedó más remedio que esconder lo que pudieron rescatar del naufragio, con la intención de recuperarlo más adelante. Pero la mala fortuna les siguió acompañando porque, cuando se dirigían en lancha hacia Tenerife, el lugar habitado más cercano, fueron apresados por navíos de guerra españoles. Los piratas jamás confesaron dónde ocultaron el botín y fueron condenados a muerte, llevándose su secreto a la tumba. El fabuloso tesoro de las Salvajes nunca se ha encontrado, a pesar de que se han realizado varias expediciones para localizarlo. A mediados del siglo XIX, unos ingleses estuvieron explorando una de las islas, Salvaje Grande durante cuatro años, gastando una considerable suma de dinero. Recorrieron sistemáticamente toda la isla, excavaron la tierra, levantaron grandes rocas, exploraron las cuevas y buscaron en los rincones más recónditos, pero el misterioso tesoro no apareció.

La isla Meridiano:
Antes de la existencia del Meridiano de Greenwich, Ptolomeo ya fijo el primer meridiano en La Isla Meridiano (La isla de El Hierro), en las Canarias. Siempre existió la necesidad de situar en los mapas el meridiano origen para fijar la longitud de cualquier lugar. En el mapa de Hecateo el confín del mundo estaba en el Océano, más allá de las Columnas de Hercules (Estrecho de Gibraltar). Ptolomeo estableció que el primer meridiano pasaba al Occidente de las Macárôn Nesôi (Islas Afortunadas). Al repasar la cartografía medieval y estudiar los límites del Mundo se observa que la primera rosa de los vientos conocida está representada en el portulano de Cresques Abraham (1375), donde la línea Tramontana-Metzodi pasa por la Ynsula de lo Fero (Isla del Hierro) y define con seguridad el primer meridiano. Fue el cardenal Richelieu, quien en 1634 reunió en París a eminentes matemáticos y astrónomos europeos para establecer un primer meridiano que aceptasen todas las naciones. Se decidió respetar la tradición y elegir el antiguo meridiano de Ptolomeo, el de las "Islas Afortunadas". Esta elección, que establecía un fundamento geográfico para la cartografía de la poderosa Francia del XVII, también pretendía organizar la piratería; en el decreto de Luís XIII, que establecía el meridiano de El Hierro, "los barcos franceses no atacarán a los barcos españoles y portugueses en las aguas que estén al este del Primer Meridiano y al norte del Trópico de Cáncer", lo que implicaba la libre piratería de los corsarios franceses fuera de dicha zona. El decreto también incluía la prohibición de utilizar, en los mapas franceses, otro meridiano que no fuese "el antiguo que pasa al oeste de las Islas Canarias". Pero... ¿dónde estaba exactamente ese meridiano que pasaba por la parte más occidental de la isla del Hierro?, ¿a cuántos grados del Hierro se encontraba París?. Se pensaba que estaba a 20 grados al oeste del meridiano de París. Viejos mapas (fuera de Inglaterra y América) a menudo tienen una red común con el meridiano de París en la parte superior y El Hierro compensado por 20º en la parte inferior. Se estimó luego que la isla de El Hierro, esta 20 ° 23 '9 " oeste de París, pero el meridiano del Hierro seguía siendo definido como 20 grados al oeste de París. En el siglo XIX, cuando el Imperio Inglés logra el dominio en el mar, comenzó a producir las cartas usando su propia isla de longitud cero. En 1884 una conferencia celebrada en Washington (The International Meridian Conference), ratificó la colocación del primer meridiano en Greenwich en Inglaterra. Es curioso que solo unos pocos países , 25, decidieran en una votación, cosas que ahora vemos como normales. Así por ejemplo en esta Conferencia Internacional del Meridiano se decidió : "La opinión de este Congreso que es deseable adoptar un único meridiano principal o de todas las naciones, en lugar de la multiplicidad de meridianos iniciales que existen ahora" "Que a partir de este meridiano de longitud se contará en dos direcciones hasta 180 grados de longitud este y más siendo menos de longitud oeste. "La Conferencia propone la adopción de un día universal, para todos los fines para los que se puede encontrar conveniente y que no interferirá con el uso de los locales o de tiempo estándar, cuando se estime conveniente" "Que este día universal, va a ser un día solar. Comenzando por todo el mundo en el momento de la medianoche respecto del meridiano inicial, que coincide con el inicio de la administración día y la fecha de ese meridiano y es a partir de cero un máximo de veinte y cuatro horas " "La Conferencia expresa la esperanza de que pronto sea posible que los días astronómicos y náuticos se organizaron en todo el mundo comenzando a la medianoche" "La Conferencia expresa la esperanza de que los estudios técnicos destinados a regular y extender la aplicación del sistema decimal a la división del espacio angulares y de tiempo, se reanudará, a fin de permitir la prórroga de esta aplicación para todos los casos en que Presenta ventajas reales. " " La Conferencia propone a los Gobiernos aquí representados la adopción del meridiano que pasa por el centro del Observatorio de Greenwich como meridiano inicial de longitud."

Océano Pacífico. Coronelli

La isla de los Faisanes:
La Isla de los Faisanes no es más que un banco de arena en la desembocadura del río Bidasoa, que sirve de frontera entre España y Francia. Un pequeño islote cuya soberanía es compartida entre España y Francia durante seis meses al año cada uno, tiempo durante el cual cada país se encarga de su cuidado. De unos 2000 m², la mitad de un campo de fútbol, es el territorio en condominio más pequeño del mundo. Un lugar histórico donde se fijaron los limites fronterizos entre los dos países y se firmo la paz para poner fin a La Guerra de los Treinta Años, en el llamado Tratado de los Pirineos. Una isla peculiar, de nula importancia material entro con nombre propio en la Historia de España y en la Historia de Francia. Año 1659, las dos potencias mundiales llevan 25 años de guerra. Están exhaustos, ambos países necesitan la paz. Es entonces cuando este lugar adquiere protagonismo. La Isla de los Faisanes se convierte en el lugar ideal para un encuentro en absoluto pie de igualdad. A la casualidad geográfica se añade la obra del hombre. Se construyen puentes de barcas idénticos desde cada orilla, y se levanta “una barraca”, con dos partes exactamente iguales y una sala de conferencias que no es común, sino dividida por una frontera, la mitad española, la mitad francesa. Sentados en mesas exactamente iguales, mantendrán 24 sesiones de negociación los primeros ministros de Madrid y París, Don Luis de Haro y el Cardenal Mazarino, entre el 13 de agosto y el 7 de noviembre de 1659. Entre las personalidades de la reunión estaba Velázquez, que aparte de su profesión de pintor también era el encargado de la logística. Era el aposentador real, encargado de la preparación del encuentro. Tuvo que planificar la ruta a seguir por el rey desde Madrid hasta Fuenterrabía. Con un séquito formado por la totalidad de los altos dignatarios de la corte. Velázquez debió ocuparse de la planificación, organización y control de los aposentos reales en cada plaza del recorrido que hiciera la corte, la selección del personal que debía viajar, equipamiento, transporte de personas y materiales, acopio de enseres y mobiliario, muchos de éllos fabricados especialmente para esta ocasión, trazado de rutas de ida y retorno.

Elección de las localidades por las que debía pasar el monarca, en qué ciudades almorzaría y en cuáles pernoctaría, preparación de los agasajos protocolarios en cada una de ellas y la construcción y decoración de la parte española del edificio sede de la cumbre hispano francesa en la isla de Los Faisanes, levantada expresamente a tal efecto. Este cometido de Velázquez como aposentador resultó del agrado de Felipe IV, aunque la gran responsabilidad y esfuerzo que le exigió este importante acto, acabo por empeorar, aún más, su ya maltrecha salud. Afectado por la humedad y el cansancio, se siente enfermo. Hay una carta, poco conocida, a su amigo el pintor Diego Valentín Díaz, uno de los escasos documentos de su puño y letra que se conservan: “Querido señor, me alegraría que esta carta os hallara en buena salud, lo mismo que a doña María. Yo llegué aquí el sábado 26 de junio, al despuntar el día, agotado tras haber viajado toda la noche y trabajado durante el día, pero encontrándome bien. Y, a Dios gracias, hallé a todos con salud en mi casa. Dadme noticias acerca de vuestra salud y la de doña María. Pedidme lo que os guste, pues siempre seré vuestro devoto servidor. Saludad a vuestro amigo Tomás de Peña; he estado tan ocupado y con tanta prisa que no he podido ir a verle. No hay nada más que pueda contaros de aquí, excepto desear que Dios os guarde muchos años...”. Pocos días de su vuelta a Madrid, cayó enfermo y murió el 6 de agosto de 1660. Hacía mucho calor en Madrid. El sol se había vuelto loco. Por parte francesa, quien se ocupa de la organizacion es un tal capitán D’Artagnan, de los Mosqueteros del rey, a quien Alejandro Dumas convertirá en uno de los más famosos personajes literarios. El encuentro de ambos reyes fue una auténtica reunión familiar ya que era la primera vez que la reina madre Ana de Austria veía a su hermano Felipe IV desde 1615. El tapiz muestra el momento en que Luis XIV y Felipe IV se disponen a jurarse solemnemente la ejecución del Tratado y en el que la Infanta va a ser entregada a su esposo. La escena quedaría reflejada en una foto de familia, en este soberbio tapiz francés de Gobelinos. Pese al pacto de igualdad en los lujos, cada parte iba vestida a su estilo. El cronista Leonardo del Castillo dice: “Viéronse en los vestidos y joyas de los españoles, los de mejor gusto... la plata y el oro compitiendo lo hilado con lo macizo, y cuanta diferencia, hermosura y riqueza de finas piedras son objeto de deseo, cebo de la estimación y ansia de la codicia humana. Correspondieron con esplendor y gala los franceses a esta opulencia, vistiéndose a su usanza de cuantos ricos adornos cabían en el artificio”. El traje de Velázquez, por ejemplo, iba adornado de diamantes, piedras preciosas y puntas de plata, y llevaba un grueso collar de oro con la insignia esmaltada de Santiago guarnecida “de muchos diamantes”. Al terminar la reunion tras mirar detenidamente a Turenne, Felipe IV repitió varias veces: "este hombre me ha dado bastantes quebraderos de cabeza".

Isla de Salset. Enclave Británico en Bombay. Entre territorios Marhatta. Mapa de Rennell de la India peninsular entre los 19N y el cabo Comorin Bourbon (Reunión). Océano Indico. Isla colonizada por Francia La Española dividida Tahití. Enclave francés

Hashima (Japón):
También conocida como Gunkanjima (isla buque de guerra) se encuentra a 19 kilómetros al suroeste de la ciudad de Nagasaki. Albergó una mina de carbón entre 1887 y 1974. Es una de las 505 islas que quedan deshabitadas en la prefectura naval de Nagasaki. Fue comprada por la compañía Mitsubishi en 1890, interesada en la mina con la intención de probar la extracción de carbón bajo el nivel del mar. Mitsubishi fue construyendo allí un gran complejo industrial dotado también de viviendas para los trabajadores. Alrededor de toda la isla se construyó un gran muro de hormigón para protegerla de los tifones. Concentró una gran cantidad de personas es un espacio muy pequeño. El punto máximo se alcanzó en 1959, cuando la isla alcanzó una población de 5.259 personas, con una densidad de población de 83.500 personas/km² para el conjunto de la isla, y de 139,100 personas/km² en la zona residencial. En la isla no estaban permitidos los vehículos de motor. Estaba dotada de escuelas primaria y secundaria, gimnasio, recreativos, cine-teatro, bar, restaurantes, 25 tiendas, hospital, peluquería, templos e incluso casa de citas. Con el paso de los años la mina dejó de ser rentable y la compañía Mitsubishi anunció su cierre en 1974. A partir de entonces la isla quedó completamente abandonada. En ella quedaron los edificios deshabitados, que con el tiempo se han comenzado a convertir en ruinas. Desde la costa se puede observar la silueta de esta isla, su fantasmagórico “skyline”, que por su forma recuerda a la de un barco de guerra.

(Fuente: Meridianos)

 

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