Piratería y corso catalanes:
Roger de Lauria (1245-1305):
Miembro de origen normando del clan siciliano instalado en la corte barcelonesa, protegido de la reina Constanza, la esposa vikinga del rey Pedro III el Grande de Aragón. Nombrado almirante en 1283, defendió Sicilia y los derechos de los reyes de la Corona de Aragón contra los angevinos tras las Vísperas sicilianas, derrotando a una flota francesa al mando de Carlos de Anjou en las inmediaciones de Malta. En 1284 derrotó al príncipe de Tarento (heredero del trono napolitano) en la bahía de Nápoles y realizó una espectacular campaña en Calabria. En 1285 la victoria contra la flota de los Anjou (Felipe III) en Formigues y cabo de Roses puso freno a las incursiones piráticas francesas al sur del Pirineo. Tomó parte en la batalla del collado de las Panizas (Coll de Panissars) (1285). Totalmente derrotadas, las tropas francesas abandonaron ese año Cataluña. Ese año Sicilia pasó a estar bajo la tutela de la Corona de Aragón.

El cronista Bernat Desclot recogió una frase suya dirigida al conde de Foix: Señor, no sólo no pienso que galera u otro bajel intente navegar por el mar sin salvoconducto del rey de Aragón, ni tampoco galera o leño, sino que no creo que pez alguno intente alzarse sobre el mar si no lleva un escudo con la enseña del rey de Aragón en la cola para mostrar el salvoconducto del rey aragonés. Tomó Menorca y se dedicó con regularidad al saqueo y la piratería instigado por sus hombres, de mayoría balear. Se dedicó a asaltar barcos de Constantinopla y al saqueo en las costas de Libia y Egipto. Tomando calas estratégicas se hizo con el control de Túnez y desde allí asaltaba la ruta norteafricana. Participó en una cruzada y llegó a tomar Malta. Al acceder Jaime II al trono de Aragón, tendría que haber cedido el trono siciliano a los angevinos con los que había firmado la paz. Sin embargo, su hermano menor Federico aceptó la corona que le habían ofrecido los sicilianos y luchó por la corona contra los angevinos y su hermano. Roger se pasó al bando de Jaime II. Confiscados sus territorios sicilianos y tildado de traidor, venció al infante Federico en cabo Orlando y Ponza. Firmada la Paz de Caltabellota (1302) se retiró a su condado alicantino de Cocentaina, localidad que Jaime I tomó en 1245.

Barcelona:
El asalto pirático a naves con productos de oriente resultaba altamente lucrativo. En 1439 se plantea la necesidad de construir un puerto artificial en Barcelona. Su política marítima agresiva fomentó la actividad comercial de los puertos bajo control catalán. La ciudad se une a Nápoles, Génova y Marsella en el grupo de los puertos mediterráneos más importantes. Las condiciones, nivel de vida y abastecimiento de las localidades costeras son muy superiores a las de tierra adentro.

Alfonso el Magnánimo:
Fomentó el ataque a cualquier barco con pabellón genovés, marsellés o pisano. Su liberalidad con los asaltos piráticos atrajo a marinos castellanos a ejercer el corso en el mar Balear y el Tirreno. Estaba obsesionado con hundir el comercio de sus enemigos del norte. Su flota particular organizaba periódicamente ataques a ciudades de su propio reino cuando necesitaba dinero. La animosidad que despertó entre sus rivales mediterráneos y africanos ocasionó una dura respuesta contra barcos catalanes. Pero sus barcos iban por delante en agresividad. En 1418 fue el primer marino en armar sus barcos con bombardas.

Bernat Cabrera organiza la conquista de Cerdeña (1340) con fondos que provenían del lucrativo negocio de la venta de esclavos con sede en Barcelona. Pedro el Cruel de Castilla intentó en varias ocasiones apoderarse de los esclavos retenidos para su comercio en Barcelona. La mercancía humana provenía de las habituales correrías por la costa africana. Los asaltos piráticos catalanes, mallorquines y valencianos continúan con regularidad y osadía creciente. El hijo de quien fuera gran almirante del rey de Aragón, Roger de Llúria establece una base pirata permanente en la isla de Djerba para interceptar la ruta frente a la costa de Túnez. Entre 1310 y 1313 Ramón Muntaner es comisionado para expulsarlos sin llegar a conseguirlo. Los señores de Túnez, Marruecos y Granada, volcados en atender intereses particulares, no unen esfuerzos en un frente común contra el avance cristiano.

Castilla se convirtió en el principal enemigo de la piratería desde el siglo XVI al XVIII. Las costas de la Corona de Aragón sufrieron ataques de la piratería berberisca desde el siglo XVI hasta bien entrado el XIX. Su presencia se inicia cuando Fernando el Católico desmantela la práctica del corso entre sus súbditos y adjudica las labores de defensa a una armada real centralizada. Los experimentados marinos a los que recurrió para formarla fueron precisamente los antiguos corsarios de profesión.