tiendaOrange

móvil Orange

 

 

     
 

Logo Orange Hommer LOS GODOS :
(200 d.c 714 d.c) El pueblo godo tiene su origen histórico en las tierras del Sur de lo que hoy es Suecia. Los godos eran un pueblo indoeuropeo, de tronco nórdico. Su lengua, hasta donde se sabe de ella, entronca con el germano antiguo y posiblemente tuviera la misma raíz. No se sabe con certeza en qué época los godos se diferenciaron de otros pueblos nórdicos vecinos de ellos, tales como gépidos, jutos, etc. Por ello no es posible trazar con total exactitud las raíces de los godos hasta su primer origen. Lo que sí es cierto es que los godos entran en la historia cuando autores romanos los mencionan como habitantes de las costas bálticas de los que hoy es Alemania y Polonia ya en el siglo I d.c. Su migración desde Escandinavia no puede ser datada con precisión aunque se suele aceptar la primera mitad de ese siglo como fecha aproximada. A lo largo de casi dos siglos los godos van emigrando hacia el Sureste hasta establecerse, en la primera mitad del siglo III d.C., en las orillas del Mar Negro, al Este del río Dniester, en lo que hoy son Moldavia y Ucrania. Ese rincón de Europa debió ser entonces muy concurrido, pues allí se encuentran Sármatas, vándalos, Álanos, restos de los Escitas, y presionando desde el Este, comienzan a hacer su aparición los hunos. Esta amalgama de pueblos, escasamente civilizados, a menudo en guerra los unos contra los otros, que habitaban el territorio de la actual Ucrania, sobrevivía a base de hacer incursiones dentro de la Dacia que ya no era una provincia romana sino un territorio fronterizo abierto a cualquier pillaje. Hasta el momento de asentarse en las costas del Mar Negro los godos tenían una estructura social muy similar a la de otros pueblos seminómadas. Todos los hombres adultos eran por definición hombres libres y guerreros. Se agrupaban según estructuras clánicas (esto es, se agrupaban familias con otras con las que compartieran vínculos de consanguinidad), en las que un grupo reducido de caciques eran los jefes del clan a efectos de impartir justicia y repartir las tareas. Sin embargo estos jefes no tenían poder ejecutivo, que quedaba reservado a la asamblea de hombres libres del pueblo godo, que en ocasiones de especial peligro o guerra nombraba a un líder que los condujera, líderes que los Romanos llamaron “reyes” en sus crónicas. El godo normal vivía de la tierra, cultivándola junto con su familia más cercana. Sólo en tiempos de guerra tomaba las armas, lo que era derecho y deber de todo godo adulto. En consecuencia todos los hombres eran campesinos-soldados y hombres libres orgullosos de serlo. Esta cualidad de nación en armas o de pueblo guerrero sería precisamente la cualidad que les haría valiosos a los ojos del Imperio según el Imperio iba siendo progresivamente incapaz de mantener la seguridad y el orden en sus fronteras. Lo malo es que con ello el Imperio se acostumbraría (como veremos) a que los bárbaros fueran la solución militar para todos sus problemas. Los causantes de la ruina de roma, de la destrucción de la civilización, de pillajes y caos sin medida. así se nos han presentado durante siglos y siglos a los pueblos que destruyeron el imperio romano de occidente, ya que el de oriente continuó su existencia hasta el año 1,453. ¿quiénes eran estos bárbaros? la palabra "bárbaro" significa "extranjero" en latín, pero tal debió ser el poso que quedó en los habitantes del imperio que a su primitivo significado se le añadió otro mucho más terrorífico. La primera referencia que tenemos de la organización de los ejércitos germánicos nos la da, cómo no, Julio César en sus Comentarios de la Guerra de las Galias. En el comienzo del Libro IV, César narra: "La nación de los suevos es la más numerosa y guerrera de toda la Germania. Se dice que tienen cien circunscripciones, cada una de las cuales contribuye anualmente con mil soldados para la guerra. Los demás se quedan en casa trabajando para sí y para los ausentes. Al año siguiente alternan; van éstos a la guerra, quedándose los otros en casa. De esta manera no se interrumpe el trabajo y queda cubierto el ejército." Cayo Julio César. Comentarios de la Guerra de las Galias. Libro IV. Es preciso decir que este texto se refiere a los suevos, la tribu más importante de Germania, también la más belicosa (el mismo Ariovisto era suevo). Por ello César la toma como ejemplo de la organización militar germana, lo que nos indica que los germanos tenían un sistema militar perfectamente organizado, con un ejército permanente de carácter rotatorio anualmente. Creo muy importante destacar que César comenta que cada podes, que yo he traducido como "circunscripción" tenía que colaborar al esfuerzo conjunto con mil hombres. ¿A qué se refería César cuando habla de los podes?, probablemente a clanes o asociaciones de familias unidas por algún vínculo común. Y ahora, el amable lector me preguntará: ¿y qué tienen que ver los godos del siglo IV d.c con los germanos del siglo I a.c? Pues mucho, en verdad. Como ya nos ha explicado Eborense, los godos provienen de Escandinavia y se asientan en la Germania septentrional a orillas del Báltico. En la Antigüedad, muchos pueblo estuvieron en contacto con los germanos y casi todos ellos llegaron a integrar sus costumbres, e incluso sus lenguas con el paso del tiempo. Ya lo vimos en el caso de la migración de los cimbrios y teutones y volvemos a verlo con los godos, un pueblo que prácticamente a todos los efectos puede considerarse "germano", no por origen, sino por asimilación cultural. Por ello, evidentemente, lo primero que los godos copiaron de los germanos fue su sistema militar, un sistema cuyos lejanos ecos perdurarán en España hasta la invasión musulmana del año 711 de nuestra Era. César describe el modo de combatir de los germanos en formación de "falange", es decir, en línea de combate contínua. Lo que es propio de pueblos formados por tribus coaligadas, que marchaban a la guerra formando un frente común. La formación en línea no dejaba dudas sobre quién ocupaba mejor o peor sitio, es decir, evitaba rencillas. Además, los germanos conocían un buen número de artes tácticas como demostraron en sus contínuas guerras contra Roma, por lo que podían en determinados casos formar unidades menores con objeto de conseguir maniobras de flanqueo, por ejemplo. Lo que sabemos es que no solían guardar reservas tácticas, y su propia definición de pueblos prácticamente nómadas obligaba a que fuera todo el pueblo el que marchara a la batalla, mujeres, niños y ancianos incluidos, que se quedaban en el campamento, formado dentro de un círculo de carretas tiradas por bueyes, el medio en el que se desplazaban estos pueblos. Sobre las unidades tácticas, es previsible que combatían agrupados por tribus y clanes, sin que haya una cifra exacta (la que da César es aproximativa) de cuántos efectivos componían las unidades, si es que realmente éstas existían, cosa que tampoco está clara. Si leemos atentamente los Comentarios de la Guerra de las Galias nos daremos cuenta de la similitud que existe entre el modo general de hacer la guerra de los galos y el de los germanos, que tiempo tuvieron para ser influenciados, y muy negativamente, por cierto. Así pues, lo mejor es pensar en unidades más pequeñas formadas en cada una de las grandes unidades tribales, posiblemente por el agrupamiento de los efectivos de los distintos clanes u aldeas. Era una estructura complicada que sin embargo, dejó su impronta en los ejércitos medievales y que continuaría hasta que, paulatinamente, los ejércitos fueron desfeudalizándose y profesionalizándose a la par. ARMAMENTO El armamento de los pueblos germánicos era muy simple pero efectivo: lanza de acometida de unos dos metros de longitud con punta y contera de hierro, espada larga tipo celta de hierro, escudo plano con forma ovalada o rectangular de madera y como protección, yelmo y cota de malla de hierro. Como todos los pueblos germánicos y similares, los godos no eran demasiado partidarios de la protección personal, también influía en que una cota de malla era muy costosa, y de hecho pocas unidades romanas la seguían utilizando. Como particularidad, los godos, al igual que otros pueblos germánicos, utilizaban un hacha arrojadiza, la famosa "francisca". Gracias a la batalla de Adrianópolis, la caballería pareció vencer a la infantería, lo cual es un mito, y esas grandes frases que se refieren a la superioridad de la caballería goda sobre el ejército romano no se mantienen con un análisis histórico serio y riguroso, como demostraremos en el capítulo sobre la batalla que sigue a continuación. Esas imágenes de miles de jinetes paseándose por Europa están muy bien para las películas, pero para nada más. La caballería goda era, como en todos los ejércitos germanos, un complemento táctico, que en Adrianópolis fue de gran importancia, pero a los romanos los derrotaron los infantes godos, no sus jinetes que, de hecho, acabaron combatiendo desmontados. Cosa típicamente germana, como no podía ser menos. El principal peligro del imperio romano venía de su largísima frontera septentrional, formada por los cursos de los ríos Rin y Danubio, ya que en el sur, en África y en el este, el peligro no fue realmente grave comparado con el que se gestaba más allá de las fronteras fortificadas bañadas por estos dos caudalosos ríos centroeuropeos. los "bárbaros" más conocidos son los germanos, que habitaban lo que hoy es Alemania, Austria, parte de suiza y se extendían hacia el este. en realidad, salvo los hunos y pocos más, los romanos consideraron a todos los "enemigos europeos" como germanos, ya que, o bien lo eran realmente, o bien, como en el caso de los godos, habían pasado tanto tiempo entre ellos que se habían germanizado. los germanos eran una raza formada por multitud de tribus que, o bien se dedicaban a matarse entre sí o bien a crearle problemas a roma. tras aquellas fronteras fortificadas los germanos sabían que existía un paraíso de orden y cultura, de enorme riqueza y extensión, mientras ellos vivían en sus selvas boscosas o sus macizos montañosos. y evidentemente, a los germanos les gustaba la idea de entrar en el imperio, idea que a los romanos no les hacía la menor gracia, ya que aquella entrada sólo sería el vehículo de su destrucción, y por eso roma había fortificado las fronteras y colocado allí a sus legiones, para impedir la invasión que los germanos intentaban una y otra vez, incansablemente. sin embargo, a lo que temían realmente los romanos no era a una razzia o expedición de saqueo que podía cruzar las fronteras, saquear un par de aldeas y volverse con el botín a su selva. lo que verdaderamente temían los romanos era una invasión masiva, una migración de naciones enteras que desbordara las fronteras. la primera gran migración conocida por roma fue la de los cimbrios, teutones y otros más que reunió a más de 800,000 personas que desde el quersoneso címbrico (la actual península de Dinamarca) habían llegado a las puertas de Italia arrasando todo a su paso. aquella aventura costó a roma las espantosas derrotas de Noreia (113 a.c) y Arausio (105 a.c) que causaron casi 100,000 muertos entre legionarios romanos y aliados italianos. sólo el genio militar de cayo Mario consiguió frenar a los invasores en las brillantes batallas de aquae sextiae (102 a.c) y vercellae (101 a.c) exterminando a los invasores y consiguiendo salvar a roma y a la civilización del desastre. el sobrino de cayo Mario, un procónsul llamado cayo julio césar, llegó a la provincia que el senado le había asignado para gobernar, la Galia cisalpina, justo cuando 368,000 helvecios, habitantes de la actual suiza y alrededores se preparaban para lanzarse a depredar las Galias. tras vencerlos (58 a.c) y enviar a los supervivientes de regreso a su hogar, césar supo que las galias estaban siendo utilizadas como cabeza de puente de una invasión germana que ya tenía a 150,000 germanos allí. y allí fue césar y allí se quedaron la inmensa mayoría de esos germanos que sirvieron de abono para la próxima cosecha. aquella campaña impresionó tanto a césar que decidió que si los galos no eran capaces de defender su tierra de los germanos tendría que hacerlo roma por ellos, y césar conquistó las galias y llevó las fronteras de roma hasta el Rin. el asesinato de césar impidió a roma conquistar germanía y establecer un colchón de seguridad más amplio, y así se quedó la frontera. a pesar de los esfuerzos de druso que llegó en una soberbia campaña ¡hasta el Ebla!, la derrota del inútil de varo en teutoburgo sirvió de excusa a augusto para retirarse de Germania. mala estrategia aquella que dejó hipotecado el futuro del imperio durante siglos y que al final causaría su ruina, ya que poco después, por el siglo i d.c, los habitantes de la zona sur de la actual suecia, lo que llamaban götaland, cruzaron el báltico y se establecieron en el norte de la actual Polonia. Eran los godos. y entonces ellos no lo sabían, pero la estrategia pasiva de augusto, continuada después por los sucesivos emperadores romanos con respecto a Germania serviría para que ellos pudieran asentarse tranquilamente allí, hasta que a principios del siglo III se instalaron a orillas del mar negro, en la zona de Crimea, de donde fueron expulsados por los temibles hunos. para entonces los godos se habían desgajado en dos naciones: los visigodos y los ostrogodos. cuando le pidieron permiso al emperador Valente, un auténtico inútil, para cruzar la frontera del imperio romano el inútil se lo dio, y la cosa acabó en el año 378 con el ejército romano de occidente exterminado en adrianópolis, el inútil de Valente muerto y los godos campando a sus anchas por el imperio. cuando el rey ostrogodo odoacro se proclamó rey de Italia deponiendo al último emperador romano, Rómulo augústulo, enviándole a una lujosa villa con una pensión y devolviendo las enseñas imperiales a Bizancio, capital del imperio romano de oriente, en el año 476, los visigodos ya se habían asentado en españa y formado un reino que habría de existir hasta que en 711 la invasión musulmana lo destruyó. mapa fue el primer reino genuinamente español, germen de lo que sería la nación española. en ese nuevo reino convivieron los hispano-romanos y los visigodos aunque nunca llegaron a fusionarse. el reino visigodo de españa se hundió en 711 por problemas internos y traiciones, un ejército musulmán invadió españa justo cuando los visigodos acababan de salir de una nueva guerra civil. para plantar cara a los musulmanes el rey vencedor, don Rodrigo, tuvo que contar con los vencidos pero en plena batalla de guadalete éstos se pasaron a las filas del invasor. el ejército de don Rodrigo fue vencido por los musulmanes y toda la península, a excepción de Asturias, quedó bajo dominio mahometano. la población hispano-romana ni supo ni pudo reaccionar mientras destacados elementos de la sociedad como algunos clérigos de importancia y buena parte de la comunidad judía se ponían de parte del invasor. pero no todo se vino abajo tan fácilmente como la mayoría de los historiadores creen. ni mucho menos. varios nobles visigodos escaparon a Asturias, la única zona libre y uno de ellos, un oficial de don Rodrigo llamado Pelayo, consiguió derrotar el 22 de julio de 722 a una expedición de conquista musulmana en la épica batalla-trampa de Covadonga, salvando a Asturias del dominio musulmán. don Pelayo fue elegido rey y así se conseguirá la creación de un pequeño pero férreo núcleo de resistencia al invasor mahometano que tras ¡ochocientos años! de durísima lucha consiguió, en 1.492, expulsar de españa a los últimos invasores musulmanes. ¡casi nada!, aunque para entonces "visigodos" ya no quedaban, puesto que la conquista musulmana impulsó la necesidad de un cambio rápido en absolutamente todo el pensamiento tanto militar como social, económico y político y las estructuras visigodas fueron sustituidas por otras más adecuadas a la nueva realidad. pero fueron visigodos los que allí resistieron, conscientes de que su mundo había muerto y creando uno nuevo a la vez que luchando por su existencia. gracias a ello, gracias a esa conjunción de mantener lo mejor (el carácter guerrero) y desechar lo peor (todo lo demás), la población española no se rindió a la invasión musulmana, permaneció mayoritariamente fiel a su religión cristiana a pesar de las persecuciones a que fue sometida y permaneció fiel a su ideal de nación libre e independiente, nuestra bandera desde los tiempos de los iberos. y por ello hoy españa es una nación libre, democrática e integrada en el mundo occidental, el mundo libre y no la finca de un sultán. los visigodos fueron los responsables de la pérdida de españa, primero por no comprender el gravísimo peligro que amenazaba desde el sur, segundo porque ni supieron ni quisieron fundirse con la población hispano-romana y tercero porque con sus luchas internas comprometieron la seguridad de la nación. pero al menos lo mejor de ellos, aún perdiendo toda su identidad como pueblo, consiguió salvar la parte fundamental de la cultura española y dejar el terreno preparado para que españa consiguiera al fin su libertad e independencia. por ello creo que merecen este pequeño homenaje. el presente trabajo es obra de mi buen amigo José Manuel Rodríguez Gómez-escobar, más conocido como eborense, habitual participante de nuestro foro de debate y autor de las páginas Web la batalla de Talavera y voluntarios de Madrid, además de varios artículos especializados en temas navales que puedes leer en mi página acero y vapor. sinceramente creo que es un magnífico trabajo que enlaza perfectamente con el propósito de esta página Web, espero que lo disfrutéis, que de eso se trata Constantinopla, bizantinos, Los ostrogodos se libraron del dominio huno y, a finales del siglo V, siguieron a sus congéneres, los visigodos, hasta Italia. El emperador de oriente, que quería deponer al virrey bárbaro reinante, los animó a llevar a cabo la invasión. Los godos entraron en Italia en el 448 bajo las órdenes de Teodorico, que ya era rey de los actuales territorios de Suiza y los Balcanes, completando su conquista en el 493. El reinado de Teodorico duró poco tras su muerte en el 526. Diez años más tarde, los bizantinos enviaron un ejército a Italia al mando del gran general Belisario, con la excusa de poner paz en la lucha por la sucesión al trono. Los pretendían recuperar Italia y restaurar el antiguo Imperio Romano de Occidente. La guerra se alargó, devastando el campo conjuntamente con las plagas y el hambre. En el 552, los ostrogodos fueron finalmente vencidos en Italia. Dejaron de existir como grupo concreto a finales del siglo VI, cuando una nueva tribu de bárbaros, los lombardos, invadieron el norte de Italia. El reinado de los visigodos fue más duradero. A finales del siglo V Clodoveo, rey de los francos, expulsó a los visigodos de Francia haciéndoles cruzar los Pirineos. El reino se fragmentó tras su muerte, y los visigodos quedaron en paz durante algún tiempo. Pero en el 711, una nueva amenaza avanzaba desde el sur: los ejércitos islámicos cruzaron el mar desde el norte de África y, en un periodo de cuatro años, destruyeron el último reino godo. Hoy se recuerda a los godos por haber sido los primeros en saquear Roma, y, en consecuencia, por haber dado comienzo a la caída definitiva del antiguo orden mundial europeo. Sin embargo, la admiración que sentían por la cultura romana y sus intentos por preservarla, permitieron que gran parte de ésta se conservara. Así por ejemplo, las actuales lenguas de Italia, Francia, España, Portugal y Rumania proceden del latín, aunque con influencias de otras lenguas posteriores. No son variaciones del alemán, como es el caso del inglés. Los pueblos de origen Germano, bajo el mando de su caudillo Alarico, destruyeron Roma el 24 de Agosto del 410. Tras un saqueo que duró tres días, cargados de botín y esclavas, se retiraron a la Italia meridional. Poco después muere Alarico y le sucede Ataulfo que también había participado en el asedio de Roma. Ataulfo acarició la idea de fundar un imperio sobre las cenizas del romano, pero pensando que su pueblo no estaba preparado para asumir las instituciones romanas, creyó más conveniente colaborar en el resurgir del Imperio Romano. Honorio pese al odio que sentía por los visigodos no tuvo más remedio que aceptar la ayuda que se le ofrecía. Ataulfo consiguió restablecer la autoridad de Honorio en las Galias y se casó, en Narbona, con Gala Placidia, hija del emperador Teodosio y hermana de Honorio, que había sido tomada como prisionera durante el saqueo de Roma. El hecho de que un godo se desposara con una dama de semejante alcurnia, sin consentimiento del emperador, tuvo una gran influencia sobre el destino del imperio y sería una de las causas de la invasión visigoda de España. Constancio, consejero y ministro de Honorio, que también deseaba a Gala Placidia y envidiaba el poder que iba alcanzando Ataulfo, pidió a Honorio que exigiera la devolución de Gala Placidia. Así lo hizo éste, pero Ataulfo se negó. Constancio aprovechó la situación para, tras aliarse con las tribus bárbaras del Rin, acosar a Ataulfo que, presionado por fuerzas mayores, incendió Burdeos, cruzó los Pirineos y conquistó Barcelona (año 414). Allí nació su hijo que recibió el nombre de su abuelo, el emperador Teodosio, y bajo cuyo mando hubieran podido unirse romanos y visigodos en un nuevo imperio, pero Teodosio murió pocos meses más tarde. Su cuerpo recibió sepultura en un sarcófago de plata en la catedral de Barcelona. La intención de Ataulfo fue la de arrojar a los bárbaros y construir un reino gótico en España, pero no tuvo tiempo, pues fue asesinado por Dubio (año 415), alentado por Sigerico, miembro de su séquito, que deseaba reemplazarle en el mando e iniciar una guerra más agresiva contra los romanos. Sigerico fue proclamado rey y ordenó matar a los seis hijos del primer matrimonio de Ataulfo. Gala Placidia fue tratada con crueldad y obligada a caminar veinticuatro kilómetros, junto a otras esclavas, delante del caballo que montaba Sigerico. Sigerico fue asesinado meses después por instigación de Walia, hermano de Atulfo, que le sucedió en el trono. Walia pactó con Constancio la paz y obtuvo un soberbio rescate por Gala Placidia. Y mientras los romanos se encargaban de avituallar al pueblo visigodo, estos se encargaron luchar contra suevos, vándalos y alanos. El emperador Honorio continuó haciéndose la ilusión de que la sometida Hispania seguía perteneciéndole y recompensó a Walia con la Aquitania, desde el Loira hasta Burdeos, con lo que se dio nacimiento al reino visigodo de la Galia. Walia y sus sucesores fueron, desde entonces, los reyes de un pueblo y de un reino. Texto: José I. Lago y otros

 

 

[ Inicio | Circunnavegación de Africa | Cutty Sark | Blas de Lezo | Julio Verne | Suevos | Roma2 | Celtas ]