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Vicente Huidobro:
Canto VI:
Alhaja apoteosis y molusco Anudado Noche Nudo El corazón Esa entonces dirección Nudo temblando Flexible corazón la apoteosis Un dos tres Cuatro Lágrima Mi lámpara Y molusco El pecho al melodioso Anudado la joya Conque temblando angustia Normal tedio Sería pasión Muerte el violonchelo Una bujía el ojo Otro otra Cristal si cristal era Cristaleza Magnetismo Sabéis la seda Viento flor Lento nube lento Seda cristal lento seda El magnetismo Seda aliento cristal seda Así viajando en postura de ondulación Cristal nube Molusco sí por violonchelo y joya Muerte de joya y violonchelo Así sed por hambre o hambre y sed Y nube y joya Lento Nube Ala ola ole ala Aladino El ladino Aladino Ah ladino dino la Cristal nube Adónde en dónde Lento lenta ala ola Ola ola el ladino si ladino Pide ojos tengo nácar En la seda cristal nube Cristal ojos y perfumes Bella tienda Cristal nube Muerte joya o en ceniza Porque eterno porque eterna lento lenta Al azar del cristal ojos Gracia tanta y entre mares Miramares Nombres daba por los ojos hojas mago Alto alto Y el darín de la Babel Pida nácar tenga muerte Una dos y cuatro muerte Para el ojo y entre mares Para el barco en los perfumes Por la joya al infinito Vestir cielo sin desmayo Se deshoja tan prodigio El cristal ojo Y la visita Flor y rama Al gloria trino Apoteosis Va viajando Nudo Noche Me daría cristaleras tanto azar y noche y noche Que tenía la borrasca Noche y noche Apoteosis Que tenía cristal ojo cristal seda cristal nube La escultura seda o noche Lluvia Lana flor por ojo Flor por nube Flor por noche Señor horizonte viene viene Puerta Iluminando negro Puerta hacia idas estatuarias Estatuas de aquella ternura A dónde va De dónde viene el paisaje viento seda El paisaje señor verde Quién diría Que se iba Quién diría cristal noche Tanta tarde Tanto cielo que levanta Señor cielo cristal cielo Y las llamas y en mi reino Ancla noche apoteosis Anudado la tormenta Ancla cielo sus raíces El destino tanto azar Se desliza deslizaba Apagándose pradera Por quien sueña Lunancero cristal luna En que sueña En que reino de sus hierros Ancla mía golondrina Sus resortes en el mar Ángel mío tan obscuro tan color Tan estatua y tan aliento Tierra y mano La marina tan armada Armaduras los cabellos Ojos templo y el mendigo Estallado corazón Montanario Campañoso Suenan perlas Llaman perlas El honor de los adioses Cristal nube El rumor y la lazada Nadadora Cristal noche La medusa irreparable Dirá espectro Cristal seda Olvidando la serpiente Olvidando sus dos piernas Sus dos ojos Sus dos manos Sus orejas Aeronauta en mi terror Viento aparte Mandodrina y golonlina Mandolera y ventolina Enterradas Las campanas Enterrados los olvidos En su oreja viento norte Cristal mío Baño eterno el nudo noche El gloria trino sin desmayo Al tan prodigio Con su estatua Noche y rama Cristal sueño Cristal viaje Flor y noche Con su estatua Cristal muerte * * * * *

Canto VII:
Ai aia aia ia ia ia aia ui Tralalí Lali lali Aruaru urulario Rimbibolam lam lam Uiaya zollonario lalilá Monlutrella monluztrella lalolú Montresol y mandotrina Ai ai Montesur en lasurido Montesol Lusponsedo solinario Aururaro ulisamento lalilá Ylarca murllonía Hormajauma marijauda Mitradente Mitrapausa Mitralonga Matrisola matriola Olamina olasica lalilá Isonauta Olandera uruaro Ia ia campanuso compasedo Tralalá Ai ai mareciente y eternauta Redontella tallerendo lucenario Ia ia Laribamba Larimbambamplanerella Laribambamositerella Leiramombaririlanla lirilam Ai i a Temporía Ai ai aia Ululayu lulayu layu yu Ululayu ulayu layu yu Lunatando Sensorida e infimento Ululayo ululamento Plegasuena Cantasorio ululaciente Oraneva yu yu yo Tempovío Infilero e infinauta zurrosía Jaurinario ururayú Montañendo oraranía Arorasía ululacente Semperiva ivarisa tarirá Campanudio lalalí Auriciento auronida Lalalí lo ia i i i o Ai a a i ai a i i i io ia

Aquí estamos Nada está sujeto a los ojos para siempre Nada tiene lazos de leyenda a través del murmullo Sólo tu sombra da el destino y despierta la caverna Tu lumbre que suspira a modo de subir Entregándose entera en su esperanza Como chispa confiada y como signo de su hondura Volvamos al principio sin conclusión alguna En virginal salida de la piel vidente Sin suceso del día ni del año sino largo memorial De la raíz a la más alta punta Con los dedos crecidos por el viento Y el terror de los anuncios obscuros regalados Humildemente regalados como semillas a la madre Así el barco buscado por sus aguas Ha de reconocer los fluidos de su acento Y será reconocido por las puertas hermanas La idea es nacimiento y sepulcro de grandes alas Es vuelo general es huñida de células y huesos En árbol repentino sin recuerdo aparente Es un río asomado a su balcón En el ir y venir de rincones incógnitos Entre cabezas y corazones asustados por su modo de ser Infinito alarido por el tiempo enseñado Con tanta muerte adentro que es cúspide de vida Interminable océano sacrificado a la noche Y noche sacrificada al sol que no la espera

Arte poética Que el verso sea como una llave Que abra mil puertas. Una hoja cae; algo pasa volando; Cuanto miren los ojos, creado sea, Y el alma del oyente quede temblando. Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra; El adjetivo, cuando no da vida, mata. Estamos en el cielo de los versos. El músculo cuelga, como recuerdo, en los museos; mas no por eso tenemos menos fuerza; el vigor verdadero reside en la cabeza. Por qué cantáis la rosa, ¡oh poetas! ¡Hacedla florecer en el poema! Sólo para vosotros Viven todas las cosas bajo el sol. El poeta es un pequeño Dios.

Astro El libro Y la puerta Que el viento cierra Mi cabeza inclinada sobre la sombra del humo Y esta página blanca que se aleja. Escucha el ruido de las tardes vivas Reloj del horizonte. Bajo la niebla envejecida Se diría un astro de resorte. Mi alcoba tiembla como un barco. Pero eres tú Tú sola El astro de mi plafón. Yo miro tu recuerdo náufrago. Y aquel pájaro ingenuo Bebiendo el agua del espejo.

Balada de lo que no vuelve:
Venía hacia mí por la sonrisa Por el camino de su gracia Y cambiaba las horas del día El cielo de la noche se convertía en el cielo del amanecer El mar era un árbol frondoso lleno de pájaros Las flores daban campanadas de alegría Y mi corazón se ponía a perfumar enloquecido Van andando los días a lo largo del año ¿En dónde estás? Me crece la mirada Se me alargan las manos En vano la soledad abre sus puertas Y el silencio se llena de tus pasos de antaño Me crece el corazón Se me alargan los ojos Y quisiera pedir otros ojos Para ponerlos allí donde terminan los míos ¿En dónde estás ahora? ¿Qué sitio del mundo se está haciendo tibio con tu presencia? Me crece el corazón como una esponja O como esos corales que van a formar islas Es inútil mirar los astros O interrogar las piedras encanecidas Es inútil mirar ese árbol que te dijo adiós el último Y te saludará el primero a tu regreso Eres sustancia de lejanía Y no hay remedio Andan los días en tu busca A qué seguir por todas partes la huella de sus pasos El tiempo canta dulcemente Y si mis ojos os dicen Cuánta vida he vivido y cuánta muerte he muerto Ellos podrían también deciros Cuánta vida he muerto y cuánta muerte he vivido ¡Oh mis fantasmas! ¡Oh mis queridos espectros! La noche ha dejado noche en mis cabellos ¿En dónde estuve? ¿Por dónde he andado? ¿Pero era ausencia aquélla o era mayor presencia? Cuando las piedras oyen mi paso Sienten una ternura que les ensancha el alma Se hacen señas furtivas y hablan bajo: Allí se acerca el buen amigo El hombre de las distancias Que viene fatigado de tanta muerte al hombro De tanta vida en el pecho Y busca donde pasar la noche Heme aquí ante vuestros limpios ojos Heme aquí vestido de lejanías Atrás quedaron los negros nubarrones Los años de tinieblas en el antro olvidado Traigo un alma lavada por el fuego Vosotros me llamáis sin saber a quién llamáis Traigo un cristal sin sombra un corazón que no decae La imagen de la nada y un rostro que sonríe Traigo un amor muy parecido al universo La Poesía me despejó el camino Ya no hay banalidades en mi vida ¿Quién guió mis pasos de modo tan certero? Mis ojos dicen a aquellos que cayeron Disparad contra mí vuestros dardos Vengad en mí vuestras angustias Vengad en mí vuestros fracasos Yo soy invulnerable He tomado mi sitio en el cielo como el silencio Los siglos de la tierra me caen en los brazos Yo soy amigos el viajero sin fin Las alas de la enorme aventura Batían entre inviernos y veranos Mirad cómo suben estrellas en mi alma Desde que he expulsado las serpientes del tiempo oscurecido ¿Cómo podremos entendernos? Heme aquí de regreso de donde no se vuelve Compasión de las olas y piedad de los astros ¡Cuánto tiempo perdido! Este es el hombre de las lejanías El que daba vuelta las páginas de los muertos Sin tiempo sin espacio sin corazón sin sangre El que andaba de un lado para otro Desesperado y solo en las tinieblas Solo en el vacío Como un perro que ladra hacia el fondo de un abismo ¡Oh vosotros! ¡Oh mis buenos amigos! Los que habéis tocado mis manos ¿Qué habéis tocado? Y vosotros que habéis escuchado mi voz ¿Qué habéis escuchado? Y los que habéis contemplado mis ojos ¿Qué habéis contemplado? Lo he perdido todo y todo lo he ganado Y ni siquiera pido La parte de la vida que me corresponde Ni montañas de fuego ni mares cultivados Es tanto más lo que he ganado que lo que he perdido Así es el viaje al fin del mundo Y ésta es la corona de sangre de la gran experiencia La corona regalo de mi estrella ¿En dónde estuve en dónde estoy? Los árboles lloran un pájaro canta inconsolable Decid ¿quién es el muerto? El viento me solloza ¡Qué inquietudes me has dado! Algunas flores exclaman ¿Estás vivo aún? ¿Quién es el muerto entonces? Las aguas gimen tristemente ¿Quién ha muerto en estas tierras? Ahora sé lo que soy y lo que era Conozco la distancia que va del hombre a la verdad Conozco la palabra que aman los muertos Este es el que ha llorado el mundo el que ha llorado resplandores Las lágrimas se hinchan se dilatan Y empiezan a girar sobre su eje Heme aquí ante vosotros Cómo podremos entendernos Cómo saber lo que decimos Hay tantos muertos que me llaman Allí donde la tierra pierde su ruido Allí donde me esperan mis queridos fantasmas Mis queridos espectros Mirad me os amo tanto pero soy extranjero ¿Quién salió de su tierra Sin saber el hondor de su aventura? Al desplegar las alas El mismo no sabía qué vuelo era su vuelo Vuestro tiempo y vuestro espacio No son mi espacio ni mi tiempo ¿Quién es el extranjero? ¿Reconocéis su andar? Es el que vuelve con un sabor de eternidad en la garganta Con un olor de olvido en los cabellos Con un sonar de venas misteriosas Es este que está llorando el universo Que sobrepasó la muerte y el rumor de la selva secreta Soy impalpable ahora como ciertas semillas Que el viento mismo que las lleva no las siente Oh Poesía nuestro reino empieza Este es aquel que durmió muchas veces Allí donde hay que estar alerta Donde las rocas prohíben la palabra Allí donde se confunde la muerte con el canto del mar Ahora vengo a saber que fui a buscar las llaves He aquí las llaves ¿Quién las había perdido? ¿Cuánto tiempo ha que se perdieron? Nadie encontró las llaves perdidas en el tiempo y en las brumas ¡Cuántos siglos perdidas! Al fondo de las tumbas Al fondo de los mares Al fondo del murmullo de los vientos Al fondo del silencio He aquí los signos ¡Cuánto tiempo olvidados! Pero entonces amigo ¿qué vas a decirnos? ¿Quién ha de comprenderte? ¿De dónde vienes? ¿En dónde estabas? ¿En qué alturas en qué profundidades? Andaba por la Historia del brazo con la muerte Oh hermano nada voy a decirte Cuando hayas tocado lo que nadie puede tocar Más que el árbol te gustará callar

Balandro:
Los recuerdos se han fatigado de seguirme LA SENDA ERA TAN LARGA Este viento venía de unas alas Y los días pasan aullando al horizonte Como un balandro joven Crucé muchas tormentas Entre canciones marineras Todas las gaviotas dejaron plumas en mis manos Tras la última montaña los meses descendían Un póstumo cantar nos cerró la salida

Bay Rum:
En tus cabellos se ha dormido Aquella alondra que voló cantando CUÁL ERA MI CAMINO Nunca podré encontrarlo La cascadas Pequeñas cabelleras en la orilla Sus estrellas resbalan y no brillan En el cielo despoblado Tan sólo tu cabellera sideral Suelta sobre la tarde Aquellas llamas que arden Oración o cantar Dame tu mano Vamos Vamos Hay un poco de música en el musgo Huir hacia el último bosque Y en la noche Vaciar tu cabellera sobre el mundo

Campanario A cada son de la campana un pájaro volaba Pájaros de ala inversa que mueren entre las tejas Donde ha caído la primera canción. Al fondo de la tarde las llamas vegetales En cada hoja tiembla el corazón Y una estrella se enciende a cada paso. Los ojos guardan algo Que palpita en la voz. Sobre la lejanía un reloj se vacía. Camino Un cigarro vacío A lo largo del camino He deshojado mis dedos Y jamás mirar atrás Mi cabellera Y el humo de esta pipa Aquella luz me conducía Todos los pájaros sin alas En mis hombros cantaron Pero mi corazón fatigado Murió en el último nido Llueve sobre el camino Y voy buscando el sitio donde mis lágrimas han caído

Cantar de los cantares Cantar Todos los días Cantar Ella vendrá tan rápida Que su sombra se quedará olvidada Sin poderla encontrar En el camino La nubes hidrófilas Se rasgan en las cimas de las hojas La lluvia Detrás del agua El sol Al final de una canción Alguien doblará los años Y caerá en mis brazos

Casa Sobre la mesa el abanico tierno Un pájaro muerto en pleno vuelo La casa de enfrente blanca de yeso y de nieve En el jardín ignorado alguien pasea Y un ángel equivocado Se ha dormido sobre el humo de la chimenea Para seguir el camino Hay que recomenzar QUIÉN ESCONDIÓ LAS LLAVES Había tantas cosas que no pude encontrar

Cruz Algo se ha quedado Sobre las más tibias lejanías En todas las rutas había sangre de mis plumas Al querer recogerlas he visto que eran muchas No es el Cristo que ha pasado Lento como las horas del Oriente Mi cruz no cargó mis espaldas Ni vuela sobre los techos EN LA CAMPIÑA HABÍA PUNTOS ROJOS Mi cruz sin alas iba en mi pecho Y no ha querido nunca cerrar los ojos Un pájaro se quema en el ocaso Cuántas cosas hemos olvidado Mirando hacia la vida He visto mi cigarro Que humea en las más tibias lejanías

Depart La barca se alejaba Sobre las olas cóncavas De qué garganta sin plumas brotaban las canciones Una nube de humo y un pañuelo Se batían al viento Las flores del solsticio Florecen al vacío Y en vano hemos llorado sin poder recogerlas El último verso nunca será cantado Levantando un niño al viento Una mujer decía adiós desde la playa TODAS LAS GOLONDRINAS SE ROMPIERON LAS ALAS

Días y noches te he buscado... (De poemas póstumos #3) Días y noches te he buscado Sin encontrar el sitio en donde cantas Te he buscado por el tiempo arriba y por el río abajo Te has perdido entre las lágrimas Noches y noches te he buscado Sin encontrar el sitio en donde lloras Porque yo sé que estás llorando Me basta con mirarme en un espejo Para saber que estás llorando y me has llorado Sólo tú salvas el llanto Y de mendigo oscuro Lo haces rey coronado por tu mano

Égloga:
Sol muriente Hay una panne en el motor Y un olor primaveral Deja en el aire al pasar En algún sitio una canción EN DÓNDE ESTÁS Una tarde como ésta te busqué en vano Sobre la niebla de todos los caminos Me encontraba a mí mismo Y en le humo de mi cigarro Había un pájaro perdido Nadie respondía Los últimos pastores se ahogaron Y los corderos equivocados Comían flores y no daban miel El viento que pasaba Amontona sus lanas Entre las nubes Mojadas de mis lágrimas A qué otra vez llorar lo ya llorado Y pues que las ovejas comen flores Señal que ya has pasado

El célebre océano:
El mar decía a sus olas Hijas mías volved pronto Yo veo desde aquí las esfinges en equilibrio sobre el alambre Veo una calle perdida en el ojo del muerto Hijas mías llevad vuestras cartas y no tardéis Cada vez más rápidos los árboles crecen Cada vez más rápidas las olas mueren Los récord de la cabeza son batidos por los brazos Los ojos son batidos por las orejas Sólo las voces luchan todavía contra el día Creéis que oye nuestras voces El día tan maltratado por el océano Creéis que comprende la plegaria inmensa de esta agua que cruje Sobre sus huesos Mirad el cielo muriente y las virutas del mar Mirad la luz vacía como aquel que abandonó su casa El océano se fatiga de cepillar las playas De mirar con un ojo los bajos relieves del cielo Con un ojo tan casto como la muerte que lo aduerme Y se aduerme en su vientre El océano ha crecido de algunas olas El seca su barba Estruja su casaca confortable Saluda al sol en el mismo idioma Ha crecido de cien olas Esto se debe a su inclinación natural Tan natural como su verde Más verde que los ojos que miran la hierba La hierba de conducta ejemplar El mar ríe y bate la cola Ha crecido de mil olas

El espejo de agua:
Mi espejo, corriente por las noches, Se hace arroyo y se aleja de mi cuarto. Mi espejo, más profundo que el orbe Donde todos los cisnes se ahogaron. Es un estanque verde en la muralla Y en medio duerme tu desnudez anclada. Sobre sus olas, bajo cielos sonámbulos, Mis ensueños se alejan como barcos. De pie en la popa siempre me veréis cantando. Una rosa secreta se hincha en mi pecho Y un ruiseñor ebrio aletea en mi dedo

El paso del retorno:
A Raquel que me dijo un día: «Cuando tú te alejas un sólo instante, el tiempo y yo lloramos...» Yo soy ese que salió hace un año de su tierra Buscando lejanías de vida y muerte Su propio corazón y el corazón del mundo Cuando el viento silbaba entrañas En un crepúsculo gigante y sin recuerdos Guiado por mi estrella Con el pecho vacío Y los ojos clavados en la altura Salí hacia mi destino Oh mis buenos amigos ¿Me habéis reconocido? He vivido una vida que no puede vivirse Pero tú Poesía no me has abandonado un solo instante Oh mis amigos aquí estoy Vosotros sabéis acaso lo que yo era Pero nadie sabe lo que soy El viento me hizo viento La sombra me hizo sombra El horizonte me hizo horizonte preparado a todo La tarde me hizo tarde Y el alba me hizo alba para cantar de nuevo Oh poeta esos tremendos ojos Ese andar de alma de acero y de bondad de mármol Este es aquel que llegó al final del último camino Y que vuelve quizás con otro paso Hago al andar el ruido de la muerte Y si mis ojos os dicen Cuánta vida he vivido y cuánta muerte he muerto Ellos podrían también deciros Cuánta vida he muerto y cuánta muerte he vivido ¡Oh mis fantasmas! ¡Oh mis queridos espectros! La noche ha dejado noche en mis cabellos ¿En dónde estuve? ¿Por dónde he andado? ¿Pero era ausencia aquélla o era mayor presencia? Cuando las piedras oyen mi paso Sienten una ternura que les ensancha el alma Se hacen señas furtivas y hablan bajo: Allí se acerca el buen amigo El hombre de las distancias Que viene fatigado de tanta muerte al hombro De tanta vida en el pecho Y busca donde pasar la noche Heme aquí ante vuestros limpios ojos Heme aquí vestido de lejanías Atrás quedaron los negros nubarrones Los años de tinieblas en el antro olvidado Traigo un alma lavada por el fuego Vosotros me llamáis sin saber a quién llamáis Traigo un cristal sin sombra un corazón que no decae La imagen de la nada y un rostro que sonríe Traigo un amor muy parecido al universo La Poesía me despejó el camino Ya no hay banalidades en mi vida ¿Quién guió mis pasos de modo tan certero? Mis ojos dicen a aquellos que cayeron Disparad contra mí vuestros dardos Vengad en mí vuestras angustias Vengad en mí vuestros fracasos Yo soy invulnerable He tomado mi sitio en el cielo como el silencio Los siglos de la tierra me caen en los brazos Yo soy amigos el viajero sin fin Las alas de la enorme aventura Batían entre inviernos y veranos Mirad cómo suben estrellas en mi alma Desde que he expulsado las serpientes del tiempo oscurecido ¿Cómo podremos entendernos? Heme aquí de regreso de donde no se vuelve Compasión de las olas y piedad de los astros ¡Cuánto tiempo perdido! Este es el hombre de las lejanías El que daba vuelta las páginas de los muertos Sin tiempo sin espacio sin corazón sin sangre El que andaba de un lado para otro Desesperado y solo en las tinieblas Solo en el vacío Como un perro que ladra hacia el fondo de un abismo ¡Oh vosotros! ¡Oh mis buenos amigos! Los que habéis tocado mis manos ¿Qué habéis tocado? Y vosotros que habéis escuchado mi voz ¿Qué habéis escuchado? Y los que habéis contemplado mis ojos ¿Qué habéis contemplado? Lo he perdido todo y todo lo he ganado Y ni siquiera pido La parte de la vida que me corresponde Ni montañas de fuego ni mares cultivados Es tanto más lo que he ganado que lo que he perdido Así es el viaje al fin del mundo Y ésta es la corona de sangre de la gran experiencia La corona regalo de mi estrella ¿En dónde estuve en dónde estoy? Los árboles lloran un pájaro canta inconsolable Decid ¿quién es el muerto? El viento me solloza ¡Qué inquietudes me has dado! Algunas flores exclaman ¿Estás vivo aún? ¿Quién es el muerto entonces? Las aguas gimen tristemente ¿Quién ha muerto en estas tierras? Ahora sé lo que soy y lo que era Conozco la distancia que va del hombre a la verdad Conozco la palabra que aman los muertos Este es el que ha llorado el mundo el que ha llorado resplandores Las lágrimas se hinchan se dilatan Y empiezan a girar sobre su eje. Heme aquí ante vosotros Cómo podremos entendernos Cómo saber lo que decimos Hay tantos muertos que me llaman Allí donde la tierra pierde su ruido Allí donde me esperan mis queridos fantasmas Mis queridos espectros Miradme os amo tanto pero soy extranjero ¿Quién salió de su tierra Sin saber el hondor de su aventura? Al desplegar las alas Él mismo no sabía qué vuelo era su vuelo Vuestro tiempo y vuestro espacio No son mi espacio ni mi tiempo ¿Quién es el extranjero? ¿Reconocéis su andar? Es el que vuelve con un sabor de eternidad en la garganta Con un olor de olvido en los cabellos Con un sonar de venas misteriosas Es este que está llorando el universo Que sobrepasó la muerte y el rumor de la selva secreta Soy impalpable ahora como ciertas semillas Que el viento mismo que las lleva no las siente Oh Poesía nuestro reino empieza Este es aquel que durmió muchas veces Allí donde hay que estar alerta Donde las rocas prohíben la palabra Allí donde se confunde la muerte con el canto del mar Ahora vengo a saber que fui a buscar las llaves He aquí las llaves ¿Quién las había perdido? ¿Cuánto tiempo ha que se perdieron? Nadie encontró las llaves perdidas en el tiempo y en las brumas ¡Cuántos siglos perdidas! Al fondo de las tumbas Al fondo de los mares Al fondo del murmullo de los vientos Al fondo del silencio He aquí los signos ¡Cuánto tiempo olvidados! Pero entonces amigo ¿qué vas a decirnos? ¿Quién ha de comprenderte? ¿De dónde vienes? ¿En dónde estabas? ¿En qué alturas en qué profundidades? Andaba por la Historia del brazo con la muerte Oh hermano, nada voy a decirte Cuando hayas tocado lo que nadie puede tocar Más que el árbol te gustará callar.

Ella:
Ella daba dos pasos hacia adelante Daba dos pasos hacia atrás El primer paso decía buenos días señor El segundo paso decía buenos días señora Y los otros decían cómo está la familia Hoy es un día hermoso como una paloma en el cielo Ella llevaba una camisa ardiente Ella tenía ojos de adormecedora de mares Ella había escondido un sueño en un armario oscuro Ella había encontrado un muerto en medio de su cabeza Cuando ella llegaba dejaba una parte más hermosa muy lejos Cuando ella se iba algo se formaba en el horizonte para esperarla Sus miradas estaban heridas y sangraban sobre la colina Tenía los senos abiertos y cantaba las tinieblas de su edad Era hermosa como un cielo bajo una paloma Tenía una boca de acero Y una bandera mortal dibujada entre los labios Reía como el mar que siente carbones en su vientre Como el mar cuando la luna se mira ahogarse Como el mar que ha mordido todas las playas El mar que desborda y cae en el vacío en los tiempos de abundancia Cuando las estrellas arrullan sobre nuestras cabezas Antes que el viento norte abra sus ojos Era hermosa en sus horizontes de huesos Con su camisa ardiente y sus miradas de árbol fatigado Como el cielo a caballo sobre las palomas.


Emigrante a América:
Estrellas eléctricas Se encienden en el viento Y algunos signos astrológicos han caído al mar Ese emigrante que canta Partirá mañana Vivir Buscar Atado al barco como a un horóscopo Veinte días sobre el mar Bajo las aguas Nadan los pulpos vegetales Detrás del horizonte abierto El otro puerto Entre el boscaje Las rosas deshojadas iluminan las calles

Estrella hija de estrella:
Había signos en el aire Había presagios en el cielo Tenía que brotar la gracia de repente Con sus pasos de gloria Con todos sus gérmenes sagrados Con su aliento de vida o muerte Venía la belleza de quién sabe donde Venía hacía mis ojos Con su andar de planeta seguro de su tiempo... Es la ley misteriosa que de pronto se encarna Y se hace realidad en un instante. El azar se presenta Con todas sus fuerzas invencibles El azar con sus constelaciones desatadas Que súbito se anudan Para cumplir con un destino en las piedras lentas El aire vibra de los sonidos de la vieja flauta Una dulce amistad ha nacido en el mundo Acaso un gran peligro se yergue de su noche La voz de un hombre dice Estrella Y tiembla como una estrella El viento pasa y el azul amado Deja caer su aroma Para ungir las cabezas señaladas. Ahí viene sobre dos pies alados Envuelta de música de nardos y de bosques La gracia y la belleza Entre los ruidos de las calles Sobre sus pies alados Aparece de pronto entre los hombres y las casas Y todo cae en el vacío Los ruidos, las casas y las calles Como las ropas de una mujer que se desnuda Sólo tú quedas en el mundo Sólo tu cuerpo como una flor inmensa Que llena de universo. ¡Oh tierra cómo te has hecho bella en un instante! Dos miradas se cruzan Y canta un árbol nuevo Dos manos se entrelazan Dos anhelos se encuentran Dos angustias se hablan en secreto ¿Por qué, razón? Solo los signos y el azar lo saben Dos corazones reconocen un impulso ciego Y el camino que se abre al infinito. Un hombre dice estrella Y hay un temblor en los espacios Un hombre dice Mar Y las olas se agrandan satisfechas Un hombre dice Selva Y los árboles comprenden su deber milenario Un hombre dice Viento Y todo se agita hasta la muerte Estrella yo no te pido tu destino Ni exijo mas aroma a la flor de la tarde Yo quiero solo una amistad de anchas orillas Un gran río profundo Que embruje mi país Y haga cantar las aguas dormiladas Que siempre creen olvidar su vida La calle del azar El punto mismo Donde se encuentran los designios Los ojos se adivinan Se entornan suaves Saben que juntos van a mirar las cosas Los labios se presienten Palpitan como flores que empiezan la jornada ¿Son besos? ¿Son palabras? ¿Es un cambio de ideas a través de los años? Por qué llegas tan tarde a mi jardín Por qué no apresuraste la marcha en las tinieblas? ¿Con qué derecho el tiempo Separa la flor del árbol que era suyo? ¿Por qué pone distancias en los años? ¿No sabes que este trozo de tierra te aguardaba Cansado de cantar y de llamarte? Yo te había elegido Como la tierra el árbol de su gracia Como el naufragio al barco más amado Esto es grande y es triste Porque no hay modo de cambiar los signos Mi exaltación acaso te asustaba Ella era real como las tempestades Perdona lo que venga y es que ya ha nacido No es culpa mía si el destino habla Entre el cielo y la tierra Hay algo grande que comienza Tierra y cielo sienten temblar las rocas y las nubes Cielo y tierra son cómplices del sueño Y sus pájaros nacientes sin permiso ¿Serás mi estrella Entre la vida y la muerte sorprendida? Ven hacia mi más mía que mis huesos Ven entre mirtos y mármoles profundos ¡Oh cuerpo del ritmo eterno! ¡Oh la amistad de músicas y cielos infinitos! ¡Oh belleza del mundo! Permíteme acordarme de mí mismo

Eternidad:
Palabras puntiagudas en el azul del viento Y el enjambre que brilla y que no canta LA NOCHE EN TU GARGANTA Acaso Dios se muere entre almohadones blancos Bajo el agua gastada de sus párpados El aire triangular para colgar estrellas Y sobre la verdura nativa de aquel mar Ir buscando tus huellas sin mirar hacia atrás

Exprés:
Una corona yo me haría De todas las ciudades recorridas Londres Madrid París Roma Nápoles Zurich Silban en los llanos locomotoras cubiertas de algas AQUÍ NADIE HE ENCONTRADO de todos los ríos navegados Yo me haría un collar El Amazonas El Sena El Támesis El Rin Cien embarcaciones sabias Que han plegado las alas Y mi canción de marinero huérfano Diciendo adiós a las playas Aspirar el aroma del Monte Rosa Trenzar las canas errantes del Monte Blanco Y sobre el Zenit del Monte Cenis Encender en el sol muriente El último cigarro Un silbido horada el aire No es un juego de agua ADELANTE Apeninos gibosos Marchan hacia el desierto Las estrellas del oasis Nos darán miel de sus dátiles En la montaña El viento hace crujir las jarcias Y todos los montes dominados Los volcanes bien cargados Levarán el ancla ALLÁ ME ESPERARÁN Buen viaje Un poco más lejos Termina la tierra Pasan los ríos bajo las barcas La vida ha de pasar

Fatiga:
Marcho día y noche como un parque desolado. Marcho día y noche entre esfinges caídas de mis ojos; miro el cielo y su hierba que aprende a cantar; miro el campo herido a grandes gritos, y el sol en medio del viento. Acaricio mi sombrero lleno de luz especial; paso la mano sobre el lomo del viento; los vientos, que pasan como las semanas; los vientos y las luces con gestos de fruta y sed de sangre; las luces, que pasan como los meses; cuando la noche se apoya sobre las casas, y el perfume de los claveles gira en torno de su eje. Tomo asiento, como el canto de los pájaros; es la fatiga lejana y la neblina; caigo como el viento sobre la luz. Caigo sobre mi alma. He ahí el pájaro de los milagros; he ahí los tatuajes de mi castillo; he ahí mis plumas sobre el mar, que grita adiós. Caigo de mi alma. Y me rompo en pedazos de alma sobre el invierno; caigo del viento sobre la luz; caigo de la paloma sobre el viento.

Gare:
La tropa desembarca En el fondo de la noche Los soldados olvidaron sus nombres Bajo aquel humo cónico El tren se aleja como un mensaje telefónico En las espaldas de un mutilado Las dos pequeñas alas se han plegado Y en todos los caminos se ha perdido un estrella Las nubes pasaron balando hacia el Oriente Alguien busca su propia huella Entre las alas olvidadas Uno Dos Diez Veinte Y aquella mariposa que jugó entre las flores de los cuadros Revolotea en torno de mi cigarro.

Hijo:
Las ventanas cerradas y algunas decoraciones deshojadas La noche viene de los ojos ajenos Al fondo de los años Un ruiseñor cantaba en vano La luna viva Blanca de la nieve que caía Y sobre los recuerdos una luz que agoniza entre los dedos MAÑANA PRIMAVERA Silencio familiar bajo la bujías florecidas Una canción asciende sobre el humo Y tú Hijo hermoso como un dios desnudo Los arroyos que van lejos Todo lo han visto los arroyos huérfanos Un día tendrás recuerdos Hija Tengo tu rostro entre las manos Oh aire dulce retrato de aire anillo del mundo y del pasado tu rostro de silencio rostro de lámpara tierna con qué facilidad te formas en mis ojos como vuelves alegrando la negrura. Miseria del recuerdo en el umbral del frío la selva se hace sueño se desprenden las hojas se mueren las miradas gota a gota. Horas El villorrio. Un tren detenido sobre el llanto. En cada charco duermen las estrellas sordas, Y el agua tiembla. cortinaje al viento La noche cuelga en la arboleda. En el campanario florecido Una gotera viva Desangra las estrellas. De cuando en cuando Las horas maduras Caen sobre la vida. Ilusiones perdidas Hoja del árbol caída en infancia hoja caída de rodillas en el centro de su olvido dulce juguete de esperanzas y relámpagos sangrando la cabeza malherida como las ilusiones ópticas en su palacio de muerte inolvidable constante barco de corazón doliente entre naufragio y sombra apresurada. Hoja del nudo caído en árbol caído en infancia adónde te arrastran hoja de dulce corazón y los excesos del fuego de las águilas visuales hojas de las ramas calefaccionables detenidas en el aire prontas a podredumbre entre sus propios brazos como las aguas embrujadas. Invierno para beberlo El invierno ha llegado al llamado de alguien Y las miradas emigran hacia los calores conocidos Esta noche el viento arrastra sus chales de viento Tejed queridos pájaros míos un techo de cantos sobre las avenidas Oíd crepitar el arco iris mojado Bajo el peso de los pájaros se ha plegado La amargura teme a las intemperies Pero nos queda un poco de ceniza del ocaso Golondrinas de mi pecho qué mal hacéis Sacudiendo siempre ese abanico vegetal Seducciones de antesala en grado de aguardiente Alejemos en seguida el coche de las nieves Bebo lentamente tus miradas de justas calorías El salón se hincha con el vapor de las bocas Las miradas congeladas cuelgan de la lámpara Y hay moscas Sobre los suspiros petrificados Los ojos están llenos de un líquido viajero Y cada ojo tiene un perfume especial El silencio es una planta que brota al interior Si el corazón conserva su calefacción igual Afuera se acerca el coche de las nieves Trayendo su termómetro de ultratumba Y me adormezco con el ruido del piano lunar Cuando se estrujan las nubes y cae la lluvia Cae Nieve con gusto a universo Cae Nieve que huele a mar Cae Nieve perfecta de los violines Cae La nieve sobre las mariposas Cae Nieve en copos de olores La nieve en tubo inconsistente Cae Nieve a paso de flor Nieva nieve sobre todos los rincones del tiempo Simiente de sonido de campanas Sobre los naufragios más lejanos Calentad vuestros suspiros en los bolsillos Que el cielo peina sus nubes antiguas Siguiendo los gestos de nuestras manos Lágrimas astrológicas sobre nuestras miserias Y sobre la cabeza del patriarca guardián del frío El cielo emblanquece nuestra atmósfera Entre las palabras heladas a medio camino Ahora que el patriarca se ha dormido La nieve se desliza se desliza se desliza Desde su barba pulida La poesía es un atentado celeste Yo estoy ausente pero en el fondo de esta ausencia Hay la espera de mí mismo Y esta espera es otro modo de presencia La espera de mi retorno Yo estoy en otros objetos Ando en viaje dando un poco de mi vida A ciertos árboles y a ciertas piedras Que han esperado muchos años Se cansaron de esperarme y se sentaron Yo no estoy y estoy Estoy ausente y estoy presente en estado de espera Ellos querrían mi lenguaje para expresarse Y yo querría el de ellos para expresarlos He aquí el equívoco el atroz equívoco Angustioso lamentable Me voy adentrando en estas plantas Voy dejando mis ropas Se me van cayendo las carnes Y mi esqueleto se va revistiendo de cortezas Me estoy haciendo árbol Cuántas veces me he ido convirtiendo en otras cosas... Es doloroso y lleno de ternura Podría dar un grito pero se espantaría la transubstanciación Hay que guardar silencio Esperar en silencio La vida es sueño Los ojos andan de día en día Las princesas posan de rama en rama Como la sangre de los enanos Que cae igual que todas sobre las hojas Cuando llega su hora de noche en noche Las hojas muertas quieren hablar Son gemelas de voz dolorida Son la sangre de las princesas Y los ojos de rama en rama Que caen igual que los astros viejos Con las alas rotas como corbatas La sangre cae de rama en rama De ojo en ojo y de voz en voz La sangre cae como corbatas No puede huir saltando como los enanos Cuando las princesas pasan Hacia sus astros doloridos Como las alas de las hojas Como los ojos de las olas Como las hojas de los ojos Como las olas de las alas Las horas caen de minuto en minuto Como la sangre Que quiere hablar Marino Aquel pájaro que vuela por primera vez Se aleja del nido mirando hacia atrás Con el dedo en los labios os he llamado Yo inventé juegos de agua En la cima de los árboles Te hice la más bella de las mujeres Tan bella que enrojecías en las tardes La luna se aleja de nosotros Y arroja una corona sobre el polo Hice correr ríos que nunca han existido De un grito elevé una montaña Y en torno bailamos una nueva danza Corté todas las rosas De las nubes del este Y enseñé a cantar un pájaro de nieve Marchemos sobre los meses desatados Soy el viejo marino que cose los horizontes cortados Me alejo en silencio como una cinta de seda... Me alejo en silencio como una cinta de seda Paseante de arroyos Todos los días me ahogo En medio de plantaciones de plegarias Las catedrales de mis ternuras cantan a la noche bajo el agua Y esos cantos forman las islas del mar Soy el paseante El paseante que se parece a las cuatro estaciones El bello pájaro navegante Era como un reloj envuelto en algodón Antes de volar me ha dicho tu nombre El horizonte colonial está cubierto todo de cortinajes Vamos a dormir bajo el árbol parecido a la lluvia

Monumento al mar:
Paz sobre la constelación cantante de las aguas Entrechocadas como los hombros de la multitud Paz en el mar a las olas de buena voluntad Paz sobre la lápida de los naufragios Paz sobre los tambores del orgullo y las pupilas tenebrosas Y si yo soy el traductor de las olas Paz también sobre mí. He aquí el molde lleno de trizaduras del destino El molde de la venganza Con sus frases iracundas despegándose de los labios He aquí el molde lleno de gracia Cuando eres dulce y estás allí hipnotizado por las estrellas He aquí la muerte inagotable desde el principio del mundo Porque un día nadie se paseará por el tiempo Nadie a lo largo del tiempo empedrado de planetas difuntos Este es el mar El mar con sus olas propias Con sus propios sentidos El mar tratando de romper sus cadenas Queriendo imitar la eternidad Queriendo ser pulmón o neblina de pájaros en pena O el jardín de los astros que pesan en el cielo Sobre las tinieblas que arrastramos O que acaso nos arrastran Cuando vuelan de repente todas las palomas de la luna Y se hace más oscuro que las encrucijadas de la muerte El mar entra en la carroza de la noche Y se aleja hacia el misterio de sus parajes profundos Se oye apenas el ruido de las ruedas Y el ala de los astros que penan en el cielo Este es el mar Saludando allá lejos la eternidad Saludando a los astros olvidados Y a las estrellas conocidas. Este es el mar que se despierta como el llanto de un niño El mar abriendo los ojos y buscando el sol con sus pequeñas manos temblorosas El mar empujando las olas Sus olas que barajan los destinos Levántate y saluda el amor de los hombres Escucha nuestras risas y también nuestro llanto Escucha los pasos de millones de esclavos Escucha la protesta interminable De esa angustia que se llama hombre Escucha el dolor milenario de los pechos de carne Y la esperanza que renace de sus propias cenizas cada día También nosotros te escuchamos Rumiando tantos astros atrapados en tus redes Rumiando eternamente los siglos naufragados También nosotros te escuchamos Cuando te revuelcas en tu lecho de dolor Cuando tus gladiadores se baten entre sí Cuando tu cólera hace estallar los meridianos O bien cuando te agitas como un gran mercado en fiesta O bien cuando maldices a los hombres O te haces el dormido Tembloroso en tu gran telaraña esperando la presa. Lloras sin saber por qué lloras Y nosotros lloramos creyendo saber por qué lloramos Sufres sufres como sufren los hombres Que oiga rechinar tus dientes en la noche Y te revuelques en tu lecho Que el insomnio no te deje calmar tus sufrimientos Que los niños apedreen tus ventanas Que te arranquen el pelo Tose tose revienta en sangre tus pulmones Que tus resortes enmohezcan Y te veas pisoteado como césped de tumba Pero soy vagabundo y tengo miedo que me oigas Tengo miedo de tus venganzas Olvida mis maldiciones y cantemos juntos esta noche Hazte hombre te digo como yo a veces me hago mar Olvida los presagios funestos Olvida la explosión de mis praderas Yo te tiendo las manos como flores Hagamos las paces te digo Tú eres el más poderoso Que yo estreche tus manos en las mías Y sea la paz entre nosotros Junto a mi corazón te siento Cuando oigo el gemir de tus violines Cuando estás ahí tendido como el llanto de un niño Cuando estás pensativo frente al cielo Cuando estás dolorido en tus almohadas Cuando te siento llorar detrás de mi ventana Cuando lloramos sin razón como tú lloras He aquí el mar El mar donde viene a estrellarse el olor de las ciudades Con su regazo lleno de barcas y peces y otras cosas alegres Esas barcas que pescan a la orilla del cielo Esos peces que escuchan cada rayo de luz Esas algas con sueños seculares Y esa ola que canta mejor que las otras He aquí el mar El mar que se estira y se aferra a sus orillas El mar que envuelve las estrellas en sus olas El mar con su piel martirizada Y los sobresaltos de sus venas Con sus días de paz y sus noches de histeria Y al otro lado qué hay al otro lado Qué escondes mar al otro lado El comienzo de la vida largo como una serpiente O el comienzo de la muerte más honda que tú mismo Y más alta que todos los montes Qué hay al otro lado La milenaria voluntad de hacer una forma y un ritmo O el torbellino eterno de pétalos tronchados He ahí el mar El mar abierto de par en par He ahí el mar quebrado de repente Para que el ojo vea el comienzo del mundo He ahí el mar De una ola a la otra hay el tiempo de la vida De sus olas a mis ojos hay la distancia de la muerte

Niño Aquella casa sentada en el tiempo Sobre las nubes que alejaba el viento Iba un pájaro muerto Caen sus plumas sobre el otoño |El balandro resbala Un niño sin alas |Y bajo la sombra de los mástiles Mira en la ventana |Los peces temen trizar el agua Se olvidó el nombre de la madre Tras la puerta que bate como una bandera El techo está agujereado de estrellas El abuelo duerme Cae de su barba un poco de nieve

Noche Sobre la nieve se oye resbalar la noche. La canción caía de los árboles, Y tras la niebla daban voces. De una mirada encendí mi cigarro. Cada vez que abro los labios Inundo de nubes el vacío. En el puerto, Los mástiles están llenos de nidos, Y el viento gime entre las alas de los pájaros. LAS OLAS MECEN AL NAVÍO MUERTO Yo en la orilla silbando, Miro la estrella que humea entre mis dedos

Paquebot He visto una mujer hermosa Sobre el mar del Norte Todas las aguas eran su cabellera Y en su mirada vuelta hacia las playas Un pájaro silbaba Las olas truenan tan roncas Que mis cabellos han caído Recostada sobre la lejanía Su vientre y su pecho no latían Sin embargo sus lágrimas vivían Inclinado sobre mis días bajo tres soles Miraba allá lejos El paquebot errante que cortó en dos el horizonte

Para llorar:
Es para llorar que buscamos nuestros ojos Para sostener nuestras lágrimas allá arriba En sus sobres nutridos de nuestros fantasmas Es para llorar que apuntamos los fusiles sobre el día Y sobre nuestra memoria de carne Es para llorar que apreciamos nuestros huesos y a la muerte sentada junto a la novia Escondemos nuestra voz de todas las noches Porque acarreamos la desgracia Escondemos nuestras miradas bajo las alas de las piedras Respiramos más suavemente que el cielo en el molino Tenemos miedo Nuestro cuerpo cruje en el silencio Como el esqueleto en el aniversario de su muerte Es para llorar que buscamos palabras en el corazón En el fondo del viento que hincha nuestro pecho En el milagro del viento lleno de nuestras palabras La muerte está atornillada a la vida Los astros se alejan en el infinito y los barcos en el mar Las voces se alejan en el aire vuelto hacia la nada Los rostros se alejan entre los pinos de la memoria Y cuando el vacío está vacío bajo el aspecto irreparable El viento abre los ojos de los ciegos Es para llorar para llorar Nadie comprende nuestros signos y gestos de largas raíces Nadie comprende la paloma encerrada en nuestras palabras Paloma de nube y de noche De nube en nube y de noche en noche Esperamos en la puerta el regreso de un suspiro Miramos ese hueco en el aire en que se mueven los que aún no han nacido Ese hueco en que quedaron las miradas de los ciegos estatuarios Es para poder llorar es para poder llorar Porque las lágrimas deben llover sobre las mejillas de la tarde Es para llorar que la vida es tan corta Es para llorar que la vida es tan larga El alma salta de nuestro cuerpo Bebemos en la fuente que hace ver los ojos ausentes La noche llega con sus corderos y sus selvas intraducibles La noche llega a paso de montaña Sobre el piano donde el árbol brota Con sus mercancías y sus signos amargos Con sus misterios que quisiera enterrar en el cielo La ciudad cae en el saco de la noche Desvestida de gloria y de prodigios El mar abre y cierra su puerta Es para llorar para llorar Porque nuestras lágrimas no deben separarse del buen camino Es para llorar que buscamos la cuna de la luz Y la cabellera ardiente de la dicha Es la noche de la nadadora que sabe transformarse en fantasma Es para llorar que abandonamos los campos de las simientes En donde el árbol viejo canta bajo la tempestad como la estatua del mañana Es para llorar que abrimos la mente a los climas de impaciencia Y que no apagamos el fuego del cerebro Es para llorar que la muerte es tan rápida Es para llorar que la muerte es tan lenta Quiero desaparecer y no morir... (De poemas póstumos) Quiero desaparecer y no morir Quiero no ser y perdurar Y saber que perduro Llamo a las puertas de la muerte Y me retiro Llamo a la vida y huyo avergonzado Quiero ser toda mi alma y no lo puedo Quiero todo mi cuerpo y no lo logro.

Ruta:
Última lluvia Los ángeles heridos Dejarán hoy el hospital He olvidado la canción comenzada Aquel pájaro que voló de mi pecho Ha perdido el camino Bajo los puentes el río muere de trecho en trecho DÓNDE ESTÁS Sigue tu marcha tras de mis canciones La ruta ciega como los lagos secos Todas las estrellas han caído Y las que cuelgan en las ramas Caerán también En el boscaje oblicuo se quedó mi canción Última lluvia La luna y el pañuelo Se secaban al sol

Señora Señora hay demasiados pájaros En vuestro piano Que atrae el otoño sobre una selva Espesa de nervios palpitantes y libélulas Los árboles en arpegios insospechados A veces pierden la orientación del globo Señora lo soporto todo. Sin cloroformo Desciendo al fondo del alba El ruiseñor rey de setiembre me informa Que la noche se deja caer entre la lluvia Burlando la vigilancia de vuestras miradas Y que una voz canta lejos de la vida Para sostener el espacio desclavado El espacio tan lleno de estrellas que se va a caer Señora a las diez huele a tabaco de artista Amáis el nadir a cuerpo de pájaro Sois un fenómeno ligero Me voy solitario hacia el ocaso de los turistas Es mucho más bello

Solitario invencible Resbalando Como canasta de amarguras Con mucho silencio y mucha luz Dormido de hielos Te vas y vuelves a ti mismo Te ríes de tu propio sueño Pero suspiras poemas temblorosos Y te convences de alguna esperanza La ausencia el hambre de callar De no emitir más tantas hipótesis De cerrar las heridas habladoras Te da una ansia especial Como de nieve y fuego Quieres volver los ojos a la vida Tragarte el universo entero Esos campos de estrellas Se te van de la mano después de la catástrofe Cuando el perfume de los claveles Gira en torno de su eje

Sombra:
La sombra es un pedazo que se aleja Camino de otras playas En mi memoria un ruiseñor se queja Ruiseñor de las batallas Que canta sobre todas las balas HASTA CUÁNDO SANGRARÁN LA VIDA La misma luna herida No tiene sino una ala El corazón hizo su nido En medio del vacío Sin embargo Al borde del mundo florecen las encinas Y LA PRIMAVERA VIENE SOBRE LAS GOLONDRINAS Una mirada para abatir los albatros Una mirada para abatir al albatros Dos miradas para detener el paisaje al borde del río Tres miradas para cambiar la niña en volantín Cuatro miradas para sujetar el tren que cae en abismo Cinco miradas para volver a encender las estrellas apagadas por el huracán Seis miradas para impedir el nacimiento del niño acuático Siete miradas para prolongar la vida de la novia Ocho miradas para cambiar el mar en cielo Nueve miradas para hacer bailar los árboles del bosque Diez miradas para ver la belleza que se presenta entre un sueño y una catástrofe

Vaso:
La puerta abierta hacia la noche, y el pájaro sonámbulo en los bosques Bebe Esas auroras rojas. Los dioses blancos de tu boca ahogándose en el vaso. Aquel mar es tan profundo Que temblaban los barcos. Sigamos. Mis ojos entre el humo Y a la orilla del mundo Tu mano tendida a los naufragios. Ahora nadie canta El planeta vacío que dormía en la copa Está en mi garganta. Pequeño ruiseñor POR QUÉ MURIÓ He buscado en tu cuerpo la canción Alguien lleva un tesoro entre las manos ES UN ASTRO APAGADO Ó UNA ROSA MADURA Tantas plumas Tantas plumas Y mi pecho desierto Ayer henchido de versos

Viajero:
Qué clima es éste de arenas movedizas y fuera de su edad Qué país de clamores y sombreros húmedos En vigilancia de horizontes Qué gran silencio por la tierra sin objeto Preferida sólo de algunas palabras Que ni siquiera cumplen su destino No es cambiar la tristeza por una ventana o una flor razonable Ni es un mar en vez de un recuerdo Es una aspiración adentro de su noche Es la vida con todas sus semillas Explicándose sola y decorada como montaña que se despide Es la lucha de las horas y las calles Es el aliento de los árboles invadiendo las estrellas Son los ríos derrochados Es el hecho de ser amado y sangrar entre las alas De tener carne y ojos hacia toda armonía Y bogar de fondo a fondo entre fantasmas reducidos Y volar como muertos en torno al campanario Andar por el tiempo huérfano de sus soles De sueño a realidad y realidad a visión enredada de noche Y siempre en nombre en diálogo secreto En salto de barreras siempre en hombre 18 Heme aquí al borde del espacio y lejos de las circunstancias Me voy tiernamente como una luz Hacia el camino de las apariencias Volveré a sentarme en las rodillas de mi padre Una hermosa primavera refrescada por el abanico de las alas Cuando los peces deshacen la cortina del mar Y el vacío se hincha por una mirada posible Volveré sobre las aguas del cielo Me gusta viajar como el barco del ojo Que va y viene en cada parpadeo He tocado ya seis veces el umbral Del infinito que encierra el viento

 

 

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