Monstruos marinos

Criaturas marinas monstruosas:

Las distancias inmensas, límites desconocidos y su carácter turbulento hicieron que la tradición oral resaltara durante siglos aspectos misteriosos del mar. Una inquieta imaginación lo fue poblando de criaturas fantásticas como el Leviatán, Kraken y Hafgufa (Islandia). Se añadían a la larga lista clásica de otros seres más parecidos a los humanos como sirenas y tritones. Tritón, hijo de los dioses marinos Poseidón y Anfítrite, a veces es citado como padre del monstruo marino Escila. El terrible sonido de su concha de caracol calmaba o elevaba poderosas olas y espantaba a los gigantes. Interviene en la historia de los argonautas guiando la nave Argos por el Mediterráneo desde el lago Tritonis. Virgilio lo hace aparecer en la Eneida en un enfrentamiento en el que resulta muerto Miseno, un antiguo compañero de Héctor hijo de Príamo.

La palabra dragón (draco en latín), deriva del griego drákon, serpiente de gran tamaño o serpiente de agua. En la Ilíada de Homero la suerte de los griegos cambia por una intervención divina por medio de una criatura marina. El sacerdote de Apolo Lacoonte se opuso a la entrada del caballo de Troya en la ciudad. Poseidón, a favor de los ya claudicantes y exhaustos sitiadores, envió una serpiente marina para que matara al sacerdote y con ello los troyanos quedaron convencidos de que Lacoonte se oponía a la voluntad de los dioses. El descubrimiento de la imponente escultura de Lacoonte atacado fue muy celebrado en la Roma de Julio II.

Leviatán

En el Talmud aparecen numerosos cuentos que hablan de monstruos marinos. Se dice que el Leviatán tenía un tamaño enorme. Un día navegábamos en un barco y vimos un pez que sacaba la cabeza fuera del agua. Sobre ella estaban escritas las siguientes palabras: Soy una de las peores criaturas que habitan el mar. Mido trescientas millas de largo y hoy entro en las mandíbulas de Leviatán (Baba Bathra). Cuando el Leviatán está hambriento emana de su boca un calor tal que todo el agua de las profundidades empieza a hervir. Vive en el mar Mediterráneo y las aguas del Jordán caben en su boca. Entre las muchas historias que cuentan aventuras marinas, Rabbi bar bar Hanah narra la siguiente: "Viajábamos una vez en barco y encontramos un gigantesco pez que estaba durmiento. Creímos que era una isla y allí encendimos el fuego para guisar la comida. Pero cuando el pez sintió el calor se dio la vuelta y, de no haber estado cerca el barco, con toda seguridad nos habríamos ahogado (Baba Bathra)

En el Aphabetum Siracidis se narra el cuento de un hombre que viajó en el interior de una criatura marina hasta encontrarse en presencia de Leviatán. Al final de su aventura fue recompensado por cumplir un precepto. Su padre diariamente le ordenaba que pusiese en práctica el mandamiento del predicador que decía Lanza tu pan sobre las aguas porque muchos días después lo volverás a encontrar. Un enorme pez que acudía a por el pan cada día creció descomunalmente hasta someter al resto. Los otros peces imploraron la ayuda de Leviatán quien le ordenó que trajera al hombre a su presencia. El humano fue premiado por honrar la memoria de su padre y seguir sus enseñanza. Le fue obsequiado el conocimiento de las setenta lenguas que se hablaban en el mundo, incluidas las de bestias y aves. Este conocimiento le valió para saber por un cuervo dónde podía hallar el tesoro de Salomón compuesto de piedras preciosas y perlas.

Ballenas

El dragón comparte con la ballena una parte del simbolismo relacionado con su papel de monstruo andrófago, que juega un papel fundamental en algunas formas de iniciación, especialmente en las culturas primitivas. Se pueda relacionar la imagen de la ballena arrojando a Jonás con el significado del dragón que engulle y vuelve a escupir su presa después de haberla transfigurado. Esta imagen del al héroe engullido por el dragón es muy significativa: vencido el monstruo, el héroe adquiere la eterna juventud –el tesoro custodiado por el monstruo, cuyas fauces a menudo se identifican con las puertas de la Muerte—Consumado el viaje a los infiernos, asimilados aquí con el vientre de la bestia, el héroe vuelve de nuevo del país de los muertos o –en el caso de la ballena—de la prisión nocturna del mar. El mito familiar de Jonás y la ballena, en el que el héroe es tragado vivo por un monstruo marino que lo traslada durante la noche sobre el mar, de oeste a este, simboliza el camino el sol desde el crepúsculo al alba. El héroe, como el sol, se hunde en las tinieblas que representan la muerte, para resurgir victorioso al término de su viaje. (fuente:viajesconmitia.com)