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Judgement at Nuremberg: Varios speechs: Discurso inicial de la defensa: No sólo es un gran honor sino también un gran reto para un abogado colaborar en las tareas de este Tribunal. Todo el mundo civilizado seguirá muy de cerca lo que hagamos aquí. Porque este no es un juicio ordinario en el sentido que se da a la palabra. El propósito manifiesto de este Tribunal es más amplio que el aplicar un castigo justo a unos pocos hombres. Está dedicado a la consagración del templo de la justicia. Aspira a encontrar un código de justicia ante el que el mundo sea responsable. ¿Cómo se establecerá este código? Será establecido con una clara y honesta valoración de la responsabilidad por los crímenes que en el sumario ha expuesto la acusación. En palabras del gran jurista americano Oliver Wendell Holmes "Esta responsabilidad no podrá encontrarse sólo en documentos que nadie discute o niega". "Se encontrará en consideraciones de naturaleza política o social". "Se encontrará, sobretodo, en el carácter de los hombres". ¿Cuál es el carácter de Ernst Janning? Un juez no es quien promulga las leyes. Hace cumplir las leyes de su país. La cita "Mi patria, con derecho o sin él" fue enunciada por un gran patriota americano. No es menos cierta para un patriota alemán. ¿Debió Ernst Janning hacer cumplir las leyes de su país? ¿O debió negarse a hacerlas cumplir convirtiéndose así en un traidor? este es el punto crucial de este juicio. La defensa está tan consagrada a la búsqueda de responsabilidades como lo está la acusación. ...la posición de los jueces en Alemania antes del advenimiento de Adolf Hitler? La situación de los jueces era de completa independencia. ¿Querría ahora describirnos el contraste, si lo hubo, tras la subida al poder del Nacional Socialismo en 1933? Los jueces se vieron sometidos por algo ajeno a una justicia objetiva. Fueron sometidos a aquello que fuese necesario para la protección del país. - ¿Querría explicarnos eso, por favor? - El primer cometido para el juez pasó a ser el castigo de actos contra el estado al margen de toda consideración objetiva de la causa. ¿Y qué otros cambios se produjeron? El derecho de apelación se suprimió. El Tribunal Supremo del Reich fue reemplazado por tribunales populares. El concepto de raza fue legalizado por primera vez. ¿Y cuál fue el resultado? ¿El resultado? El resultado fue abandonar la administración de justicia en manos de la dictadura. - Doctor Wieck - Coronel Lawson. Me gustaría realizar algunas preguntas. ¿La judicatura protestó contra esas leyes que mermaban su independencia? Unos pocos lo hicieron. Luego dimitieron o fueron forzados a dimitir. Otros... ...se adaptaron a la nueva situación. ¿Cree usted que la judicatura estaba sobre aviso de lo que estaba por venir? Al principio, quizás no. Más tarde, estuvo claro para quien tuviera ojos y oídos. Ahora, ¿querría por favor describirnos los cambios en el código penal? Su característica fue el incremento de la aplicación de la pena de muerte. Se dictaron sentencias contra acusados... ...tan sólo por ser polacos o judíos, o políticamente indeseables. El Régimen Nacional Socialista introdujo nuevas medidas como la esterilización de aquellos que eran catalogados como asociales. ¿Era necesario que los jueces llevasen algún distintivo en sus togas en 1935? El llamado "Decreto del Führer" requería que los jueces llevaran la esvástica en sus togas. - ¿Llevó usted tal insignia? - No. Me hubiera avergonzado de llevarla. - ¿Renunció usted en 1935? - Sí señor. ¿Llevaba Ernst Janning la esvástica en su toga? Sí. Eso es todo. Gracias. Sr. Rolfe. Consejero de Justicia Dr. Wieck. Ha usado la expresión "necesario para la protección del país". ¿Quiere usted explicar la situación en Alemania cuando el Nacional Socialismo ascendió al poder? ¿Qué situación? ¿Diría usted que había hambruna en el país? Sí. ¿Diría que existían diferencias internas? Sí. - ¿Había un Partido Comunista? - Sí. ¿Era el tercer partido más importante de Alemania? Mm... sí. ¿Diría usted que el Nacional Socialismo ayudó a paliar esa situación? Sí, pero a un terrible precio, y... Por favor, limítese a contestar a las preguntas. Entonces, ¿no era posible que un juez llevara la esvástica y así trabajar para lo que él creía que era lo mejor para su país? No. Eso no era posible. Doctor Wieck usted no estuvo en la administración entre los años 1935 y 1943, según ha admitido. ¿No es posible que su visión de la administración esté distorsionada? No, no lo es. ¿Cómo puede testificar acerca de lo que ocurría si no estaba allí? Tenía amigos en la administración de justicia. Habían periódicos y libros. ¿Por los periódicos y libros? Ya veo. Dr. Wieck, se ha referido a "que el Nacional Socialismo implantó normas como la esterilización sexual". ¿Sabía que la esterilización sexual no la inventó el Nacional Socialismo sino que fue utilizada durante años como arma en el manejo de deficientes mentales y criminales? Sí, sabía de esto. ¿Está enterado de que abogan por ella altas personalidades en muchos países? No soy un experto en tales leyes. Entonces permítame leerle una. Es la opinión de un Alto Tribunal respaldando tales leyes existentes en otro país. Y cito: "Hemos visto más de una vez que por el bien público se puede pedir a los mejores ciudadanos la entrega de sus vidas". "Resultaría pues extraño que no se pudiera pedir a los que ya minaron la fuerza del estado, un sacrificio menor con el fin de prevenir que seamos engullidos por la incompetencia". "Es mejor si, en vez de esperar a ejecutar a unos degenerados por sus crímenes o dejarles sumidos en su imbecilidad, la sociedad pueda prevenir su propagación por medios médicos". "Tres generaciones de imbéciles son suficientes". - ¿Lo reconoce usted ahora, Dr. Wieck? - No, señor, no. De hecho, no hay ninguna razón particular por la que se acuerde, porque esta opinión apoya la ley de esterilización del estado de Virginia, de los Estados Unidos, y fue escrita por el gran jurista americano juez del Tribunal Supremo, Oliver Wendell Holmes. Ahora, Dr. Wieck, en vistas de lo que acaba de aprender, está usted enterado de los cargos formulados contra Ernst Janning? Sí, lo estoy. ¿Puede usted decir honestamente que él es responsable de ellos? Sí, puedo. ¿Se considera usted libre de responsabilidad? Sí, así es. ¿Dr. Wieck, prestó en 1934 juramento de lealtad en el Servicio Civil? Se juzga a toda Alemania. Este Tribunal la procesó cuando inculpó a Ernst Janning. - Todos lo hicieron. - No nos interesan todos. Estamos interesados en lo que usted hizo. ¿Quiere leer el juramento en la gaceta de leyes del Reich de marzo de 1933? "Juro obediencia al líder del Reich y del pueblo alemán, Adolf Hitler, guardarle lealtad, observar las leyes y cumplir concienzudamente todos mis deberes, con la ayuda de Dios". Todos lo juraron. Era obligatorio. Sí. Pero usted es un hombre intuitivo, Dr. Wieck. Pudo ver lo que se avecinaba. Pudo ver que el Nacional Socialismo dirigía a Alemania al desastre. "Estuvo claro para quien tuviera ojos y oídos". ¿No se dio cuenta de lo que hubiera significado si usted, y hombres como usted, se hubieran negado a jurar? ¡Hubiera supuesto que Hitler nunca habría llegado al poder absoluto! ¿Por qué no lo hizo? Dr. Wieck, ¿por qué no lo hizo? ¿Puede darnos una explicación? ¿Tuvo algo que ver con su pensión? ¿Significaba más su pensión que su país? Señoría, protesto por todo este interrogatorio y solicito que no conste en las grabaciones. El trabajo de la fiscalía es el de buscar responsabilidades. Señoría, he realizado una protesta. ¿La acusación no quiere buscar responsabilidades? ¡Aquí hay responsabilidades mayores que las de haber prestado un juramento! ¡Desde luego! - Orden. - ¡Algo que ni la maquinaria alemana, con toda su monumental eficacia, ha sido incapaz de destruir! - ¡Orden! - ¡Todas las víctimas! Más víctimas de las que el mundo jamás ha conocido. Ellas están presentes aquí. Este Tribunal amonesta a ambos letrados. No se tolerará esto de nuevo. No estamos aquí para escuchar alborotos, sino para hacer justicia. - Señoría, he formulado una protesta. - Protesta denegada. El testigo puede retirarse. - ¿Ha leído algún libro de Janning? - No, no creo. - "El Sentido de la Ley". - ¿Qué tal? ¿Es interesante? Todos los libros de Janning lo son. Son el retrato de una época, de sus esperanzas, sus aspiraciones. No eran muy diferentes de las nuestras. Escuchen esto, con motivo de la firma de la constitución de Weimar. "Ya tenemos ganas de una Alemania sin armas y sin derramamiento de sangre". "Una Alemania justa, donde los hombres puedan vivir en lugar de morir". "Una Alemania de determinación, de libertades, de humanidad". "Una Alemania que exige lo mejor del hombre". ¿Cómo es posible que quien escribió frases como estas participase en esterilizaciones y asesinatos? ¿Cómo puede ser? Pero la acusación va a tener que demostrar cada parte de su alegato contra un hombre como Janning si quiere que dicte sentencia contra él. Muy pocos alemanes sabían lo que estaba sucediendo. Muy pocos. Nosotros no sabíamos qué pasaba en los sitios mostrados en las películas. Ninguno de nosotros. Pero lo más irónico de todo es que la acusación mostró esas películas contra estos acusados, hombres que permanecieron en el poder por una sola razón: procurar que no sucediesen cosas peores. ¿Qué hombre es más valiente? ¿El hombre que escapa o dimite en momentos de peligro? ¿O el hombre que aguanta en su puesto arriesgando su seguridad personal? La defensa presentará testigos, y cartas, y documentos de refugiados políticos y religiosos de todo el mundo contando cómo Ernst Janning les salvó de ser ejecutados. La defensa demostrará las muchas veces en las que Ernst Janning fue capaz de suavizar sentencias, en las que sin su influencia los resultados hubieran sido mucho peores. La defensa presentará declaraciones juradas de autoridades legales y afamados juristas de todo el mundo rogando que haya una especial consideración en este caso, diciendo que el trabajo de Ernst Janning se inspiró en un motivo: el esfuerzo en preservar la justicia y el concepto de justicia. Deseo testificar acerca del caso Feldenstein porque fue el más significativo de los juicios de la época. No sólo es importante entenderlo para el Tribunal, sino también para todo el pueblo alemán. Pero para poder entenderlo, uno debe conocer el contexto en el que sucedió. Había un sentimiento sobre todo el país. Un sentimiento de desgracia, de indignidad, de hambre. Teníamos una democracia, sí, pero estaba destrozada por elementos internos. Sobre todo, había miedo. Miedo al hoy, miedo al mañana, miedo a nuestros vecinos, y miedo a nosotros mismos. Sólo cuando entiendan esto podrán entender lo que Hitler significó para nosotros. Porque él nos dijo: "Levantad las cabezas. Sentíos orgullosos de ser alemanes". "Hay demonios entre nosotros: comunistas, liberales, judíos, gitanos". "Cuando esos demonios sean destruidos, vuestra desgracia será destruida". Era la vieja, vieja historia del chivo expiatorio. ¿Qué hay de aquellos que lo sabíamos perfectamente? Nosotros que sabíamos que esas palabras eran mentiras, y peor que mentiras ¿Por qué nos sentamos en silencio? ¿Por qué tomamos parte? Porque amábamos a nuestro país. ¿Qué problema hay en que unos pocos extremistas pierdan sus derechos? ¿Qué problema hay si unas minorías raciales pierden sus derechos? Es sólo algo pasajero. Tan sólo es una etapa que atravesaremos. Tarde o temprano se superará. El propio Hitler será desechado tarde o temprano. "¡El país está en peligro! Saldremos de las sombras". "Iremos hacia adelante". "Adelante" es la contraseña. Y la historia cuenta cómo tuvimos éxito, Señoría. Triunfamos más allá de nuestros sueños más salvajes. Los elementos de odio y poder de Hitler que hipnotizaron a Alemania, ¡hipnotizaron al mundo! Nos encontramos con poderosos e inesperados aliados. Cosas que nos habían negado como democracia, se nos ofrecieron. El mundo dijo: "Adelante. Cogedlas. ¡Cogedlas!" "Tomad los Sudetes. Tomad la región del Rhin. Volved a militarizarlos". "¡Invadid Austria! Invadidla.". Y un día, miramos a nuestro alrededor y vimos que estábamos ante un peligro más terrible aún. El ritual que comenzó en esta sala de justicia, azotó el país como una enfermedad atroz y ruidosa. Lo que iba a ser algo pasajero se había convertido en un modo de vida. Señoría, .estaba satisfecho con asistir en silencio a este juicio. Estaba satisfecho de cuidar mis rosas. Incluso me contentaba con dejar a mi abogado intentar salvar mi nombre hasta que me di cuenta de que para salvarlo él tendría que resucitar al espectro de nuevo. Usted le ha visto hacerlo. Él lo ha hecho aquí, en esta sala. Ha sugerido que el Tercer Reich trabajó en beneficio del pueblo. Ha sugerido que esterilizamos hombres por el bien del país. Ha sugerido que tal vez el viejo judío durmió con la jovencita. Una vez más, todo hecho por amor a la patria. No es fácil decir la verdad. Pero si hay salvación para Alemania,aquellos que sabemos de nuestra culpabilidad debemos admitirla, a pesar del dolor y la humillación. Tenía decidido mi veredicto en el caso Feldenstein antes de que entrase en la sala del tribunal. De todas maneras le hubiera declarado culpable. Aquello no fue un juicio. Fue un sacrificio ritual, y Feldenstein el judío la víctima propiciatoria. Señoría, el acusado no se da cuenta de lo que está diciendo. No se da cuenta de las implicaciones. Soy consciente. ¡Claro que soy consciente! Mi abogado les haría creer... ...que no sabíamos de los campos de concentración. Que no sabíamos nada. ¿Dónde estábamos? ¿Dónde estábamos cuando Hitler empezó a vocear su odio en el Reichstag? ¿Cuando arrastraron a nuestros vecinos en mitad de la noche hacia Dachau? ¿Dónde estábamos cuando cada pueblo de Alemania tenía una estación donde llenaban vagones de ganado con niños llevados a su exterminio? ¿Dónde estábamos cuando nos gritaban en mitad de la noche? ¿Estábamos sordos? ¿Mudos? ¿Ciegos? Señoría, debo protestar. Mi abogado dice que no sabíamos nada del exterminio de millones. Él le daría la excusa de que tan sólo sabíamos del exterminio de unos cientos. ¿Eso nos hace menos culpables? Quizás no conociésemos los detalles, pero si no supimos, fue porque no quisimos saber. Voy a decirles la verdad. Voy a decirles la verdad aunque el mundo entero conspire en contra. Voy a decirles la verdad acerca de su Ministro de Justicia. Werner Lampe, un anciano que ahora llora sobre su biblia. Un anciano que se benefició de la expropiación de las propiedades de cada hombre enviado a un campo de concentración. Friedrich Hofstetter, el buen alemán, que sabía cómo cumplir órdenes, que envió hombres a esterilizar, como si fueran números. Emil Hahn, el descompuesto, corrupto intolerante, obsesionado con el diablo que lleva dentro. Y Ernst Janning, el peor de todos ellos porque sabía lo que eran, y siguió camino con ellos. Ernst Janning, quien convirtió su vida en podredumbre porque caminó con ellos. Señoría, es mi deber defender a Ernst Janning, y Ernst Janning ha dicho que es culpable. No hay duda de que se siente culpable. Cometió un gran error uniendo su camino al del Movimiento Nazi, deseando que fuese bueno para su país. Pero, si él es considerado culpable, hay otros que siguieron el mismo camino, otros que deben ser considerados culpables. Ernst Janning dijo "Triunfamos más allá de nuestros sueños más salvajes". ¿Por qué triunfamos, Señoría? ¿Qué hay del resto del mundo? ¿No conocían las intenciones del Tercer Reich? ¿No oyeron las palabras de Hitler transmitidas a todo el mundo? ¿No leyeron sus intenciones en el Mein Kampf, publicadas en cada rincón del mundo? ¿Dónde está la responsabilidad de la Unión Soviética, que firmó en 1939 un tratado con Hitler que le permitió hacer la guerra? ¿Ahora encontramos culpable a Rusia? ¿Dónde está la responsabilidad del Vaticano, que firmó en 1933 el concordato con Hitler, dándole su primer éxito internacional? ¿Ahora encontramos culpable al Vaticano? ¿Dónde está la responsabilidad del líder mundial Winston Churchill, que dijo en una carta pública en el London Times en 1938, 1938, Su Señoría "Si Inglaterra sufriera un desastre nacional, pediría a Dios que enviara un hombre con la fortaleza mental y voluntad de un Adolf Hitler". ¿Ahora encontramos culpable a Winston Churchill? ¿Dónde está la responsabilidad de los industriales americanos que ayudaron a Hitler a reconstruir su arsenal, y se beneficiaron de ese rearme? ¿Ahora encontramos culpable a los industriales americanos? No, Su Señoría. No. No sólo Alemania es culpable. El mundo entero es tan responsable de Hitler como Alemania. Es fácil condenar a un hombre que está en el banquillo. ¡Es fácil hablar del "defecto básico" del carácter alemán que permitió el ascenso de Hitler al poder, y al mismo tiempo ignorar los "defectos básicos" de carácter que hicieron a los rusos firmar pactos con él, a Churchill alabarle, a industriales americanos beneficiarse de él! Ernst Janning dijo que es culpable. Si lo es, la culpa de Ernst Janning es la culpa del mundo entero. Nada más y nada menos. Comandante, hemos de dar toda la ayuda posible al gobernador militar. Debemos transportar por aire 700 toneladas al día. 700 toneladas. esta sí es una operación. ¿Imaginaste alguna vez que volaríamos con carbón y tomates en esas cajas? Tad, tú y yo somos amigos desde hace tiempo. Por eso te hice venir. ¿Qué vas a hacer mañana en el juzgado? Sabes perfectamente qué es lo que voy a hacer. Sé lo que vas a hacer. Encerrarles y tirar la llave. ¿Sabes qué es lo que está sucediendo aquí? Sí, sé lo que está pasando. Tú eres un militar. Tú sabes por lo que luchamos. Los otros puede que no, pero tú sí. Te diré la verdad. No sé qué va a pasar si disparan sobre alguno de nuestros aviones. No sé qué va a pasar. Pero sí sé una cosa: si perdemos Berlín, perdemos Alemania. Si perdemos Alemania, perdemos Europa. Así es como están las cosas. Así es como están. Mira, Matt. Voy a ir hasta el límite. Y ni tú, ni el Pentágono, ni Dios sentado en su trono es ¿Con quién crees que estás hablando? ¿A quién diablos crees que estás hablando? Cuando tú entraste en Dachau, yo estaba allí también. ¿Crees que podré olvidarlo? No soy tu oficial al mando. No puedo y no querría influir en tu decisión. Pero quiero decirte algo, y quiero decírtelo claro. Necesitamos la ayuda del pueblo alemán. No se consigue su ayuda condenando a sus líderes con sentencias duras. Tad, se trata de sobrevivir, ¿no? Sobrevivir lo mejor que podamos, pero sobrevivir. Es para reírse, Matt. ¿De qué sirvió la guerra? ¿De qué sirvió? Con esto termina la presentación de pruebas documentales contra los acusados. Señorías, durante los tres años transcurridos desde el fin de la guerra en Europa la humanidad no ha cruzado el Jordán aún. En nuestro país, el miedo a la guerra se ha reavivado y debemos aprestarnos a la defensa. Se habla de guerra fría mientras hombres y mujeres caen en guerras reales, y los ecos de las persecuciones y atrocidades no han enmudecido. Estos sucesos no vienen más que a ilustrar lo que pasa en esta sala. Pero en algún lugar, en medio de estos hechos, la responsabilidad por los crímenes juzgados en este proceso debe ser situada en su verdadera perspectiva. Esta es la decisión que afrontan sus Señorías. Es el dilema de nuestro tiempo. Es un dilema que depende de ustedes. El Ministerio Fiscal ha terminado. Los acusados pueden si lo desean decir algo en su defensa. Acusado Emil Hahn, puede dirigirse al Tribunal. Señorías, no eludo la responsabilidad por mis actos. Al contrario, la acepto ante el mundo entero. Pero no seguiré el proceder de otros. No diré hoy que nuestra política estaba equivocada cuando ayer decía que era correcta. Alemania estaba luchando por su supervivencia. Ciertas medidas fueron necesarias para protegerla de sus enemigos. No puedo decir que siento que se aplicasen aquellas medidas. Éramos un baluarte contra el bolchevismo. Éramos un pilar de la cultura occidental. Un baluarte y un pilar que Occidente aún debería mantener. El acusado Friedrich Hofstetter puede dirigirse al Tribunal. He servido a mi país durante toda mi vida, en cualquier cargo al que me asignaron, con fidelidad, con un corazón puro y sin malicia. Fui fiel al concepto que consideraba más importante en mi profesión, el concepto que dice: sacrificar el sentido propio de la justicia al orden legal establecido, sólo preguntar cuál es la ley, y no preguntar qué es o qué no es justo. Como juez, no podía hacer otra cosa. Creo que Sus Señorías me encontrarán a mí y a millones de alemanes como yo, alemanes que creían estar cumpliendo con su país, no culpables. Los testimonios se han recogido, y se han oído las alegaciones finales. No queda más que la tarea del Tribunal de llegar a una decisión. La vista se suspende hasta nuevo aviso. He reunido precedentes y argumentos que tenían conexión con el núcleo del caso, que es el conflicto entre seguir fielmente el derecho internacional o las leyes propias de cada país. Dan, tenemos aquí montañas de papeles por revisar. - ¿Qué está mirando, Dan? - ¿Mm? Miraba algunas de estas fotos pegadas en las órdenes de arresto. ¿Qué fotos? Ahí está Petersen antes de que le operasen. Aquí está Irene Hoffman. Tenía 16 años entonces, ¿verdad? El Sr. Feldenstein. Y aquí hay un chico, que ciertamente no podía tener más de 14 años, ejecutado por hablar en contra del Tercer Reich. "Por orden del Juez Friedrich Hofstetter". Si me permiten, algo más relacionado con la base legal de la causa, tengo el informe del fiscal francés que actuó ante el tribunal militar internacional. "Es obvio que, en un estado organizado de modo moderno, la responsabilidad cae sobre aquellos que actúan para el estado". "Porque sólo aquellos que estén en posición de juzgar la legitimidad de las órdenes, pueden ser enjuiciados". Tengo otro extracto del profesor Jahreiss. "Aspectos legales: proceso a grandes criminales de guerra". Sobre esta base, no veo dónde la acusación ha establecido una argumentación concreta contra la defensa en cuanto a los cargos del sumario. Sean cuales sean los actos cometidos, no podemos hacer la interpretación de que los acusados sean responsables de crímenes contra la Humanidad. - ¿Qué opina, Dan? - ¡Hemos estado con esto todo el día! Si no está claro aún... ¿No va a revisar todos estos precedentes? ¿No está usted interesado en ello? Sí lo estoy, Curtiss. Usted hablaba de crímenes contra la Humanidad, y decía que los acusados no eran responsables de sus actos. Me gustaría que me lo explicase. - Acabo de explicarlo. - Quizás. Pero todo lo que he oído han sido sutilezas legales y especulaciones. Mire, cuando me nombraron juez descubrí que había en la ciudad personas que se suponían intocables. Supe debería ser así si quería seguir siendo juez. Pero, por Dios, ¿cómo me pide que mire hacia otro lado ante el asesinato de seis millones de personas? - Estoy seguro de que él no quería - No le pido que mire a otro lado. Le estoy preguntando qué bien va a hacer seguir con esta política. Curtiss, decía usted que los hombres no son responsables de sus actos. Va a tener que explicármelo. Va a tener que explicármelo muy cuidadosamente. El Tribunal abre la sesión. Dios bendiga a los Estados Unidos de América y a este honorable Tribunal. La vista de esta causa comenzó hace ocho meses ante este Tribunal. El sumario supera las 10.000 páginas, y los alegatos finales de los abogados han concluido. Simples crímenes y atrocidades no constituyen la parte más grave de los cargos en este caso. La acusación es de participación consciente en un sistema cruel e injusto impuesto por el gobierno en toda la nación, y en la violación de todo principio legal y moral conocido en cada nación civilizada. El Tribunal ha estudiado el sumario cuidadosamente y ha encontrado en él numerosas evidencias que sostienen los cargos contra los acusados más allá de dudas razonables. El Sr. Rolfe, en su muy habilidosa defensa, ha afirmado que hay otros que deben compartir la responsabilidad final por lo que sucedió aquí en Alemania. Hay verdad en ello. Quien realmente pide justicia ante este Tribunal es la civilización. Pero el Tribunal afirma que los hombres sentados en el banquillo son responsables de sus actos. Hombres que, vestidos con negras togas, juzgaban a otros hombres. Hombres que tomaron parte en la promulgación de leyes y decretos, cuyo propósito era el exterminio de seres humanos. Hombres que, ocupando cargos relevantes, participaron activamente en el cumplimiento de aquellas leyes, ilegales incluso ante la ley alemana. El Derecho Penal en toda sociedad civilizada tiene un principio común: cualquier persona que induce a otra para cometer asesinato, cualquier persona que provea a otra de medios para cometer el crimen, cualquier persona que actúa de cómplice en un crimen, es culpable. El Sr. Rolfe nos asegura que el acusado Janning fue un extraordinario jurista y actuó tal y como él creyó que era mejor para su país. También hay verdad en ello. Janning es, sin duda, una figura trágica. El Tribunal cree que era reacio a cometer las atrocidades que cometió. Pero la compasión por la actual tortura de su espíritu no debe llevarnos al olvido .de la tortura y muerte de millones a cargo del gobierno del que formó parte. La historia y el destino de Janning iluminan la más impactante verdad que haya emergido en este juicio. Si él, y los demás acusados, hubieran sido seres perversos, si los líderes del Tercer Reich hubieran sido monstruos sádicos y maníacos entonces estos hechos no tendrían mayor importancia moral que un terremoto o cualquier otra catástrofe natural. Pero este juicio ha demostrado que durante una crisis nacional hombres normales, e incluso los capaces y extraordinarios, pueden engañarse a sí mismos hasta cometer crímenes tan vastos y atroces que desafían la imaginación. Nadie que haya seguido el juicio podrá olvidarlos nunca. Hombres esterilizados a causa de sus ideas políticas. La amistad y la fe, objetos de burla. El asesinato de niños. Qué fácilmente sucedió. Hay también en nuestro país aquellos que todavía hablan de la protección de la patria, de supervivencia. Llega un momento para cada nación en que se debe tomar una decisión. En el preciso momento en el que el enemigo se aferra a su garganta entonces parece que para sobrevivir hay que usar los métodos del enemigo, para sobrevivir por encima de todo, mirar hacia otro lado. Bien, la pregunta es... ¿sobrevivir como qué? Una nación no es una roca. No es una extensión de uno mismo. Es la causa que defiende. Es lo que defiende cuando defender algo es lo más difícil. Ante los pueblos del mundo, permitan que se proclame en nuestro fallo, aquello que defendemos: justicia, verdad y el valor del ser humano. Deseo expresar enérgicamente mi voto en contra de la decisión de este Tribunal dictada por el juez Haywood, de acuerdo con el juez Norris. La cuestión de las acciones de los acusados, que creían estar actuando por el bien de su país, es una cuestión que no se puede juzgar ante este Tribunal. Sólo se podría juzgar objetivamente, en años venideros, con la suficiente perspectiva histórica. ¿Ha oído hablar del veredicto en el caso contra la IG Farben? La mayoría han sido absueltos. El resto, condenados a penas menores. El veredicto se hizo público hoy. En cinco años, los hombres que ha condenado de por vida estarán libres. Sr. Rolfe, he admirado su trabajo en la sala durante meses. Es usted particularmente brillante en el uso de la lógica. Así que, lo que sugiere bien podría suceder. Es lógico, en vista de los tiempos que vivimos. Pero que sea lógico no significa que esté bien. Y nada sobre la faz de la Tierra haría que estuviese bien. Aquella gente, aquellos millones de personas nunca supuse que se podía llegar a eso. Debe creerlo. Debe creerlo. Sr. Janning, se llegó a eso la primera que vez que sentenció a muerte a un hombre sabiéndole inocente. Los juicios de Nuremberg celebrados en zona norteamericana acabaron el 14 de julio de 1949. Fueron condenados a prisión 99 acusados. Ninguno de ellos cumple condena en la actualidad (1961). (*) Guión de Abby Mann con participación de Montgomery Clift. Ningún militar alemán fue ejecutado por la masacre de Malmedy. Dachau está a una distancia de 100 kilómetros de Nuremberg. En 1934 se ordena a los funcionarios pronunciar un juramento de fidelidad personal a la figura del Führer. La fórmula empleada fue publicada en el Boletín Oficial del Reich en marzo de 1933.
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