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Arendt: Extractos:
Las cosas hubieran sido diferentes con más valor cívico. Si el valor cívico hubiese sido organizado de modo jerárquico, entonces sí, sin duda. Entonces, no fue cuestión del destino. Fue ineludible. Fue una cuestión del comportamiento humano. Es una cuestión del comportamiento humano. Y claro que sucedió en tiempo de guerra, turbulencia Todos pensamos: Es inútil resistir. Una gota de agua en el océano sin propósito, sin éxito o fracaso, o lo que sea. Está vinculado a la época, creo. Cómo los niños fueron criados en aquel entonces con una educación ideológica una disciplina férrea, etcétera. ¿Eichmann no es antisemita? ¡Sandeces! Tú lo has oído. Sólo cumplía la ley. Habría cumplido cualquier ley. ¡Vamos, por favor! Cualquiera del Partido por no mencionar las SS, eran vehemente antisemitas. Jura no haber hecho daño personalmente a ningún judío. ¡Según él! ¿No es interesante que un hombre, que hizo todo lo que le pedía un sistema brutal que hasta parece desear ofrecer detalles concretos de su trabajo que ese hombre insiste... en que no tiene nada personal contra los judíos? - ¡Miente! - No. No es cierto. ¡Te ha engañado! Según él, no sabía adónde se dirigían los trenes. - ¿También te lo crees? - Para él, era información irrelevante. Él llevaba a la gente a la muerte, pero no se sentía responsable. Una vez en marcha los trenes, ya había cumplido su trabajo. O sea, ¿puede decir que es libre de toda culpa a pesar de lo que les ocurrió a los transportados? Sí. Así es como lo ve. Es burócrata. ¡Es admirable tu búsqueda de la verdad, pero te has pasado! Pero no puedes negar la enorme diferencia entre el horror inimaginable de los hechos y la mediocridad del hombre.

La tradición occidental está viéndose afectada por la preconcepción de que las peores cosas de la humanidad surgen del vicio del egoísmo. Pero, en este siglo, el mal ha resultado ser más radical de lo esperado. Y hoy sabemos que el verdadero mal, el mal radical no tiene nada que ver con el egoísmo o cualquier motivo comprensible, pecaminoso. En su lugar, tiene que ver con el siguiente fenómeno: Hacer a los seres humanos superfluos como seres humanos. Todo el sistema de los campos de concentración fue diseñado para convencer a los prisioneros que eran innecesarios antes de ser asesinados. En los campos, las personas debían aprender que el castigo no tenía por qué tener relación con un delito que la explotación no tiene por qué aportar beneficios. Y que el trabajo no tenía por qué generar resultados. El campo de internamiento es un lugar donde cada actividad y cada sentimiento carece de sentido. Con otras palabras donde el sinsentido está generado de forma activa. Si es verdad que en las etapas finales del totalitarismo aparece un mal absoluto porque no puede ser ya deducido de motivos humanos es también verdad que sin él sin el totalitarismo podríamos no haber conocido la naturaleza verdaderamente radical del mal. [...] Tuve la oportunidad de estar en Gurs, un campo de internamiento en Francia. -¿Los franceses no estaban de su lado? Claro. Al principio nos acogieron. Cuando los alemanes invadieron Francia el 10 de mayo de 1940 a los franceses nos metieron en campos de internamiento. Nos convertimos en una nueva especie de ser humano metida en campos de concentración por nuestros enemigos y en campamentos de internamiento por nuestros amigos. Mi marido y yo conseguimos un visado para los EE.UU. Un visado, no un pasaporte. Fuimos apátridas durante 18 años. ¿Y cuál fue su primera impresión de los EE.UU? El paraíso.

[...] Van a ahorcar a Eichmann. - Y harían bien. - ¿Harían bien? Pero no es justo. ¿El castigo no es suficiente? El castigo sólo da una apariencia de justicia. Para esas acciones no hay castigos. Por eso, sería más valiente dejar que viva. Ahora que ha salido el dictamen puedes dejar de evitar a tus amigos neoyorquinos. [...] Pero Eichmann sí es un monstruo. Y cuando digo monstruo, no me refiero a Satanás. No hay que ser listo o poderoso para ser como un monstruo. Estás siendo demasiado simplista. Lo nuevo del fenómeno Eichmann es que hay muchos como él. Es una persona terriblemente corriente. Pero no toda la gente corriente supervisó el departamento 4B-4 en la Oficina de Seguridad del Reich acusado de la aniquilación de los judíos europeos. Ahí te doy la razón. Pero él se veía como un servidor obediente de Alemania cumpliendo las órdenes del Führer. "Mi lealtad es mi honor". Las órdenes del Führer se convirtieron en ley. No se sentía culpable en el sentido de la acusación. Actuaba de acuerdo con la ley. Ha sido demostrado que Eichmann llevaba a cabo la Solución Final mucho después de que Himmler se lo prohibiera. ¿Y por qué? Quería acabar su cometido. ¿No ves que cada ley cada mandamiento fue tergiversado? Ya no era "No matarás" sino "Debes matar". Para cumplir con tu deber, la bondad era una tentación que tenías que resistir. Entonces ninguno es responsable o tiene la culpa. Toda persona cuerda sabe que el asesinato no es justo. Entonces la mayoría de los europeos, incluyendo muchos amigos nuestros se volvieron locos de repente. [...]

Heidegger:
El pensamiento no lleva al conocimiento como con las ciencias. El pensamiento no crea ninguna sabiduría práctica y útil. El pensamiento no soluciona los enigmas del universo. El pensamiento no nos dota del poder de actuar. Vivimos porque estamos vivos. Y pensamos porque somos seres pensantes. Estamos tan acostumbrados a considerar la razón y la pasión como opuestas que el concepto de un pensamiento apasionado que pensar y estar vivo son la misma cosa me aterroriza.

[...] Según usted, no era un funcionario cualquiera. Que actuó de manera consciente. ¿Usted no ha dicho eso? - Me parece que no. - ¿No actuó de manera consciente? ¿Era un imbécil? ¿Sin pensamiento consciente? - Claro que sí, de manera consciente. ¿No era un imbécil?

[...] "El mal es algo que se supone que es demoniaco. Su encarnación es Satanás. Pero en el caso de Eichmann no se podían encontrar rastros de aquella 'grandeza' satánica. Simplemente, era incapaz de pensar." [...] "De una vida gris sin sentido ni consecuencias el viento había transportado a A. Eichmann a la historia." Es maravilloso empezar de forma tan poética. Un poco exagerado. "Una hoja en el torbellino del tiempo se halló entre las columnas en marcha del Tercer Reich." - ¿La metáfora del viento dos veces? - Escuchen esto. "Era una falta de consideración, que no es igual que la estupidez que lo capacitó para ser uno de los criminales más grandes del siglo XX."

Simplemente, era incapaz de pensar. Eso es original. He aquí algo bastante original también. Nos van a cortar las cabezas. "Donde vivían los judíos, había líderes judíos. Casi sin excepción, estos consejos colaboraron de un modo u otro, por un motivo u otro con los nazis. Si el pueblo judío hubiese estado desorganizado, sin líderes habría caos y mucha miseria. Sin embargo, el número total de víctimas no hubiese llegado a 4, 5, 6 millones." Muchos de esos líderes eran testigos en el juicio. - Había que tocar el tema. - Echa la culpa a las víctimas.

Discurso en el aula:
Cuando The New Yorker me encargó cubrir el juicio de Adolf Eichmann yo suponía que el tribunal tenía una sola meta: La de cumplir las exigencias de la justicia. No fue una tarea sencilla puesto que el tribunal se enfrentó a un crimen que no figura en los códigos de las leyes. Y, con un criminal del tipo que no se había visto desde los Juicios de Núremberg. No obstante el tribunal tuvo que definir a Eichmann como una persona juzgada por sus actividades. El sistema no estaba siendo juzgado. La Historia tampoco, ni ningún "ismo". Ni siquiera el antisemitismo. Sólo una persona. El problema con un criminal nazi como Eichmann era que insistió en rechazar todo lo personal. Como si no quedara ninguno para ser castigado o perdonado. Él protestaba una y otra vez ante las acusaciones del fiscal que nunca había hecho nada por iniciativa propia. Que nunca había tenido "intenciones" de ningún tipo. Que sólo había cumplido las órdenes. Esta excusa, muy propia de los nazis demuestra claramente que el mal más grande del mundo es el cometido por los anónimos. El mal cometido por hombres sin motivos sin convicciones, sin corazones crueles o intenciones malévolas. Seres humanos que se niegan a ser "personas". Y precisamente he denominado a este fenómeno "la banalidad del mal". -Señora Arendt. Evita la parte más importante de la polémica. Según usted, sin la colaboración de los dirigentes hubiesen muerto menos judíos. El tema surgió durante el juicio. Tuve que concretar el papel de aquellos dirigentes judíos que participaron directamente en las actividades de Eichmann. -Usted echa la culpa al pueblo judío por su propia aniquilación. ¡Nunca he echado la culpa al pueblo judío! -Toda resistencia era imposible. Pero, tal vez exista algo entre la resistencia y la colaboración. Y sólo en ese sentido digo que quizá algunos de los dirigentes judíos pudiesen haber actuado de otra manera. Es importantísimo plantearse estas preguntas puesto que el papel de los consejos judíos nos da una imagen asombrosa de la quiebra moral total y absoluta provocada por los nazis en una Europa respetable. Y no solamente en Alemania, sino en casi todos los países. No sólo entre los verdugos sino también entre sus víctimas. - La persecución fue dirigida contra los judíos. ¿Por qué califica usted los crímenes de Eichmann como "crímenes contra la humanidad"? Porque los judíos son humanos. Algo que los nazis intentaron negarles. Por definición, un crimen contra ellos es un crimen contra la humanidad. Como ustedes ya saben, soy judía. Me han atacado por ser una judía llena de odio hacia los míos que defiende a los nazis y desprecia a los suyos. Eso no es ningún argumento. ¡Se llama un asesinato moral! No he defendido a Eichmann. Pero sí intenté reconciliar la increíble mediocridad del hombre con la terrible envergadura de sus actos. Intentar comprender no significa perdonar. Mi deber es comprender. Es el deber de cualquiera que se atreva a escribir sobre el tema. Desde Sócrates y Platón entendemos el pensamiento como el diálogo silencioso del alma consigo misma. Mediante su negación a ser una persona Eichmann renunció a aquella calidad decisiva del humano: La capacidad de pensar. Por tanto ya era incapaz de emitir un juicio moral. Esa incapacidad de pensar que hizo posible que muchos hombres corrientes cometiesen actos de barbarie a una escala enorme. Actos que nunca se habían visto antes. Es cierto: He tratado estos temas de forma filosófica. "El viento del pensamiento no se manifiesta en el conocimiento sino en la capacidad de distinguir entre el mal y el bien, lo bello y lo feo. Y yo espero que pensar dé fuerzas a las personas para evitar los desastres en los momentos en que todo parece perdido. Gracias.

Rechazo de amigos:
Hans, si hubiera sabido que estabas aquí... He venido con la vana esperanza de que atendieras a razones. Pero nunca vas a cambiar. Entre tu prepotencia y tu desconocimiento ya consabido sobre los asuntos de los judíos, conviertes un juicio en una clase de filosofía. - Ahora no, Hans, estoy agotada. Te comportas como una intelectual alemana airada que nos menosprecia a nosotros, los judíos. Y nos acusas de ser cómplices del Holocausto. Jamás has aceptado que fuiste traicionada por los alemanes. Te echaron, y si hubieran podido, te habrían matado. Tu amigo Eichmann supervisó las deportaciones desde Gurs. Si no hubieses tenido la suerte de huir a tiempo ¡tu destino habría sido diferente! Todos fueron deportados. Todos fueron deportados a... A partir de hoy ha terminado mi amistad con la alumna favorita de Heidegger.

Todos intentan demostrar que no tengo razón. Pero ninguno se fijó en mi único error de verdad. El mal no puede ser banal y radical al mismo tiempo. El mal sólo puede ser extremo. Nunca es radical. Pero profundo y radical sólo puede ser el bien. ¿Si hubieses sabido lo que iba a ocurrir lo habrías escrito? Sí. Lo habría escrito. Quizá tuve que descubrir quiénes eran mis verdaderos amigos. Kurt era amigo tuyo. Y hubiera seguido siéndolo. Kurt era familia mía.

El problema del mal se convirtió en el tema principal de Hannah Arendt. Volvió a tocar el tema una y otra vez y aún lo debatía a la hora de su muerte. (Guión de Pamela Katz y Margarethe von Trotta, 2012)

 

 

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